Responder a las amenazas nucleares de Trump con movilización
Trump afirmó su intención de salir del tratado con Rusia sobre la prohibición de misiles de pequeño y medio alcance. Agregó aún que “Nosotros tenemos mucho más dinero que cualquier otro, y vamos a desarrollarlo (el potencial nuclear), hasta que ellos recuperen el juicio”, en referencia a la incapacidad de economías semicoloniales como Rusia y China en mantener una corrida armamentista.
Por: POI – Rusia
Hay quien piensa que las armas atómicas ya no pueden ser utilizadas y que las palabras de Trump no deben ser tomadas en serio. Es verdad que, por ahora, las contradicciones actuales dentro del sistema imperialista condujeron solamente hasta “guerras” comerciales, pero no hasta una guerra mundial o nuclear. Es verdad también que la absoluta superioridad militar del imperialismo americano hace que una Tercera Guerra Mundial sea improbable. Es verdad incluso que hoy todos los gobiernos de los países semicoloniales y dependientes, incluyendo China y Rusia, aun con todas sus posibles contradicciones, se someten al orden imperialista mundial, hacen su parte para mantenerlo, y que el imperialismo no tiene razones de fondo para guerras contra ellos, mucho menos atómicas. Y, por último, también es verdad que el imperialismo americano no tiene control total sobre las armas atómicas, teniendo incluso Rusia un gran potencial nuclear de disuasión, lo que debilita y mucho la superioridad del imperialismo americano en armas convencionales, como también debilita sus “argumentos” militares de presión sobre países con potencial nuclear.
Pero también es verdad que desde el punto de vista estratégico, el imperialismo americano gustaría de superar esta ausencia de control total sobre las armas nucleares. Y la voluntad de desarrollar tales armas no tendría sentido sin la admisión de su uso. Por eso, la declaración de Trump, la cara sin máscara del imperialismo americano, es, sí, muy seria.
Por detrás de esa declaración de Trump pueden haber diferentes motivos. Puede haber la intención del imperialismo norteamericano en conquistar el total control en el campo de las armas atómicas. Puede haber la intención de garantizar para sí esos misiles de medio alcance (aunque sea con ojivas convencionales) para un mayor control militar sobre los países semicoloniales desde sus bases por todo el mundo (el tiempo de vuelo de tales misiles es mucho menor que el de viaje de un portaaviones o de vuelo de un bombardero). Puede haber la intención de presionar, a través de una nueva corrida armamentista, para que Putin y China sean más “positivos” en relación con los actuales puntos de conflicto. Y puede haber la intención de impulsar la economía americana a través del incentivo a la industria militar, en el marco de la crisis económica mundial. Posiblemente, sea todo esto junto. En cualquier caso, es una expresión del deseo de Trump de imponer la voluntad del imperialismo norteamericano a todos, apoyado en la capacidad de vencer una guerra nuclear.
Esta declaración de Trump es un llamado a la lucha para los trabajadores de todo el mundo. Es un llamado a los trabajadores y pueblos de América Latina, considerada por el imperialismo norteamericano como su patio, incluso prohibiendo a los países de la región poseer sus propios programas nucleares, como en Brasil y Argentina. También es un llamado a los trabajadores de estos países a enfrentar a sus gobiernos, sumisos a Trump y siempre dispuestos a pagar al Tío Sam la criminal deuda externa para la construcción de nuevos misiles y ojivas.
Es un llamado a los trabajadores y pueblos de Medio Oriente, permanentemente bajo amenaza de bombas atómicas, garantizadas a Israel por el imperialismo americano. También es un llamado a enfrentar las dictaduras de los países árabes, que reconocen el derecho a la existencia de este enclave imperialista, garantizando la “seguridad” de sus fronteras para agradar al imperialismo.
Es un llamado a los trabajadores japoneses y a su memoria sobre las víctimas de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, crímenes hasta hoy no reconocidos por el imperialismo americano; también es un llamado a los trabajadores japoneses a la lucha contra su propio gobierno imperialista, lacayo de los Estados Unidos en el campo militar, que garantiza el territorio de su país para los militares americanos.
La declaración de Trump es también un llamado a los trabajadores europeos. Históricamente, es Europa, y no los Estados Unidos, el teatro potencial de operaciones militares con utilización de armas nucleares de medio y pequeño alcance. Es un llamado a luchar contra la Unión Europea y sus gobiernos, que garantizan el territorio europeo como base para los misiles nucleares y las bases militares americanas. En primer lugar contra los gobiernos de Merkel en Alemania, las monarquías belga y holandesa, el gobierno “nacional” de Italia, que permiten al imperialismo americano utilizar sus países como bases potenciales de lanzamiento de armas nucleares, convirtiéndolos también, de esta forma, en potenciales blancos. Es un llamado a los trabajadores ingleses a luchar contra su gobierno, que apoyó directamente las intenciones nucleares de Trump.
Es un llamado a los trabajadores y el pueblo de Turquía a luchar contra Erdogan, que sigue cediendo territorio para que el imperialismo americano pueda asentar sus misiles nucleares.
La declaración de Trump, obviamente, es también un llamado a los trabajadores y pueblos oprimidos de Rusia a que se levanten contra el gobierno Putin, que con sus agresiones militares contra los pueblos de Ucrania y de Siria, convirtió a Rusia en un espantapájaros ante los ojos de todos los trabajadores y oprimidos del planeta, ayudando al imperialismo a disfrazarse de “defensor de la democracia” contra la “amenaza rusa”. Putin personalmente apoyó y deseó la victoria de Trump en las elecciones americanas, confiando en una alianza con él pero recibiendo en su lugar nuevas sanciones y amenazas de carácter nuclear. En respuesta, simplemente “lamenta” las amenazas nucleares de Trump. Ahí se termina todo el “antiamericanismo” de Putin.
Es también un llamado a los trabajadores de China, país en que el imperialismo americano ordena interrumpir el desarrollo de su programa nuclear, a pesar del potencial nuclear americano ser cincuenta veces superior en ojivas, y aún mayor si se toman en cuenta los misiles portadores. El llamado a los trabajadores chinos es también para luchar contra la dictadura del Partido Comunista chino, que garantiza a las multinacionales americanas sus ganancias a costas de la superexplotación de la barata mano de obra china, garantizando más que cualquier otro país el dinero necesario para las armas nucleares de Trump. El Partido Comunista chino, además, de la misma forma que Putin, respondió a la provocación de Trump con un ingenuo “no remar contra la corriente”.
Y claro, la declaración de Trump es un llamado a los trabajadores norteamericanos, a los cuales declara que “tenemos mucho más dinero que cualquier otro”, pero no para la salud pública, salarios y otros derechos sociales, y sí, solamente, para aumentar aquel que ya es de lejos el mayor arsenal atómico del mundo. Es un llamado a la lucha para los trabajadores americanos, a los cuales Trump promete hacer “más felices”, “haciendo a América grande otra vez”, a través de la capacidad de victoria en un guerra nuclear…
Los dirigentes de los imperialismos europeos reaccionaron nerviosamente frente a estas declaraciones “desestabilizadoras” de Trump. Pero ninguno se apuró en pedir que retire sus misiles y bases militares del territorio europeo o declaró la salida de la OTAN, alianza militar controlada por los Estados Unidos. Putin y el Partido Comunista chino, de la misma forma, se limitaron a “respetuosas” críticas verbales contra la declaración de Trump.
La respuesta a Trump y su garrote nuclear solo puede ser dada por la clase trabajadora y los pueblos oprimidos del mundo. Trump y sus armas desplegadas por el mundo son una amenaza directa a los trabajadores y pueblos oprimidos, incluso para los trabajadores y oprimidos americanos. En respuesta a sus amenazas, es necesario movilizarse y exigir de los gobiernos de Europa, de Turquía, del Japón, que interrumpan inmediatamente la cesión de sus territorios para misiles y bases militares americanas, y la salida de la OTAN. En los países del G20, exigir que sus gobiernos no participen de la próxima cúpula en la Argentina, que no participen de los foros con la presencia de Trump. En los Estados Unidos, movilizar contra Trump, que transforma a sus trabajadores en rehenes, en su ensañamiento por “hacer que el mundo recupere el juicio” a través de armas atómicas.
Trump, go home! Trump, go away!
Traducción: Natalia Estrada.