Uno de los rasgos más discutidos del gobierno de Solís ha sido su política de diálogo o “acercamiento” a sectores del movimiento sindical y social.
Por: Socialismo Hoy – Costa Rica
Para algunos políticos y empresarios ha representado una debilidad que le ha impedido aplicar las reformas antipopulares necesarias para encaminar al país.
Para dirigentes sindicales e incluso para la conducción del Frente Amplio representó una prueba de que era posible tener al gobierno PAC de aliado de la clase trabajadora y los sectores populares.
Para nosotros, estas “mesas de diálogo” gubernamentales o legislativas con sectores sociales como sindicatos, comunidades o indígenas expresaron una política para sacar las luchas sociales de las calles donde venían creciendo y conducirlas al terreno legislativo y ministerial en donde poder pacificarlas y derrotarlas.
Dicha política dio resultado gracias a que las dirigencias sindicales y el Frente Amplio se comprometieron a conducir al movimiento a la participación en las mismas.
Desactivando la lucha social con mesas y reuniones legislativas
En 2013, para finales del gobierno de Chinchilla, el país se encontraba en un momento de explosión de lucha social y descontento con el gobierno considerado uno de los más intensos de las últimas dos décadas.
Diversas causas sociales como la defensa de la CCSS, la lucha de los empleados públicos en defensa de sus salarios y la lucha contra la corrupción y las concesiones comenzaban a unificarse en protestas callejeras.
Había un fuerte descontento con el gobierno cuyo manejo corrupto de la obra pública había quedado al desnudo con los casos de La Trocha y la carretera a San Ramón.
Tras estas luchas se dibujaba un escenario de alza en las acciones de protesta y en las huelgas, generalmente respaldado por gran parte de la población y que le había hecho imposible al gobierno ir a fondo con toda su agenda de ataques.
Tal fue el contexto de ascenso de Luis Guillermo Solís al poder, quien usando la popularidad alcanzada en las elecciones, puso en práctica su política de paralizar las luchas la coptación de las direcciones a la participación de las mesas de diálogo.
Este movimiento fue de gran éxito ya que paralizó la movilización popular y le permitió a Solís reanudar los ataques de la burguesía contra los trabajadores.
Protestas y huelgas durante los gobiernos de Chinchilla y Solís
Tal y como se aprecia en el cuadro “Protestas y Huelgas durante los Gobierno de Chinchilla y Solís” estos espacios gubernamentales y legislativos y toda la confianza depositada en el gobierno como un posible aliado tuvo un efecto visiblemente desmovilizador de la clase trabajadora en el país.
Los principales sectores que se habían venido movilizando con el gobierno de Chinchilla perdieron combustible al desgastar sus energías embarcandose en un diálogo inútil y engañoso que sería aprovechado por el gobierno y los partidos burgueses para atacar a la clase trabajadora.
Acciones de protesta | Año |
340 | 2010 |
632 | 2011 |
781 | 2012 |
771 | 2014 |
742 | 2015 |
610 | 2016 |
275 | 2017 |
Año | Huelgas | Trabajadores |
2011 | 15 | 30.000 |
2012 | 8 | 65.000 |
2013 | 23 | 84.000 |
2014 | 10 | 77.000 |
2015 | 6 | 8.700 |
2016 | 10 | 13.000 |
Fuente: elaboración propia con Anuario Estadístico MTSS; Base de datos Protestas ISS-UCR
Fotografía: Luis Guillermo Solís
Artículo publicado en SocialismoHoy.com, 12 de diciembre de 2017.-