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Siria

Yarmouk: libertad a Siria, liberación de Palestina

enero 27, 2014
El 25 de enero de 2014, fecha que celebra el 3° año de la revolución egipcia, revolucionarios palestinos de Yarmouk (Damasco-Siria) llamaron al mundo a un día global de solidaridad al Campo, exigiendo el fin del cerco bárbaro de la dictadura.

Para los palestinos del campo de Yarmouk, las calles y guetos de este barrio obrero es lo que quedó de la conexión entre Palestina e Siria, Jerusalén y Damasco. Destruido por más de cuatro décadas de dictadura y una intensificación del exilio, el campo es hoy blanco constante de los mísiles del régimen Asad.

Las imágenes de Yarmouk, de niños, mujeres y hombres hambrientos, perros y gatos esqueléticos, y sopas de cactos con hibiscos para alimentar a las familias que permanecen, se volvieron una pandemia mediática. Fuera de su contexto y desasociada de la realidad revolucionaria por la cual atraviesa el país, cualquiera que observa tales imágenes las asocia a un desastre natural. Sin embargo, los palestinos de Yarmouk saben que su tragedia no es natural. Es política, llamada como segunda Nakba, palabra que en árabe significa “catástrofe”, nombre dado a las consecuencias de la creación del estado de Israel, en 1948. Esta vez, sin embargo, sus principales ejecutores no son las bandas de Israel, sino las bandas de Bashar Al Asad.


El Campo, establecido en 1957, abriga, desde entonces, a los palestinos expulsados de sus hogares después de la formación del estado de Israel. Actualmente, medio millón de palestinos viven en diez campos de refugiados esparcidos por el país, de los cuales 120 mil habitan en Yarmouk.

El campo es, en la práctica, una de las favelas de Damasco. Localizado en la periferia de la zona sur de la ciudad, evolucionó hasta volverse también el hogar de millares de trabajadores sirios que huyeron de la burbuja inflacionaria en los precios de las viviendas, causada por la neoliberalización de la economía nacional. Tal proceso, iniciado por Hafez al Asad, padre del atual ditador, fue intensificado por su hijo.

Yarmouk: bastión de la intifada… en la capital ocupada de Siria


En marzo de 2011, con el inicio de la revolución siria, parte de un enorme y poderoso proceso regional, el campo de Yarmouk adhirió rápidamente al levantamiento. Mientras algunos insistían em la necesidad de que los palestinos se mantuvieran ‘neutrales’ dejando la ‘política Siria para los sirios’, esta nunca fue la línea de los refugiados de Damasco.

Los costos de la participación de los palestinos en la vida política de Siria, desde el inicio, eran mucho más altos que los de cualquier sirio. Como “extranjeros”, no fueran pocas las veces que el régimen de Asad amenazó deportarlos en masa si ellos adhiriesen a la revolución. Sumado a esto, hace décadas el campo de Yarmouk es controlado por la milicia de la PFLP-CG, una organización ligada al servicio de inteligencia del gobierno sirio y que actúa como una verdadera mafia en el campo.

A pesar de que el barrio no vivió las tradicionales manifestaciones de los viernes en los primeros meses de la revolución, ya en marzo fue fundado el comité de coordinación local de Yarmouk, uno de los muchos órganos de poder dual establecidos por el país.

Los activistas locales también estuvieron entre los primeros en organizar “comités de ayuda” para absorber las gigantescas oleadas de refugiados internos que huían de la violencia del régimen en los barrios vecinos de Tadamon y Midan. Estos activistas fueron cruciales en el establecimiento de hospitales de campo clandestinos y abrigos secretos, además de documentar y denunciar para todo el mundo las manifestaciones que sacudieron la capital y la violenta represión del régimen. Incluso con el riesgo de deportación, la participación do Campo en la revolución dio un salto a partir del 5 y 6 de junio de 2011.

Como parte de la campaña de recordación de la guerra de 1967, con el objetivo de distraer al mundo de la revolución siria, el régimen sirio y el PFLP-CG lanzaron una campaña pública, encorajando a los palestinos a participar de una “Marcha a Palestina”.

Radicalizados por las revoluciones árabes, jóvenes refugiados de todos los países árabes que cercan la Palestina ocupada participaron de la marcha, una de las muchas expresiones del papel de las revoluciones árabes en el reanimamiento de la lucha de los palestinos. Sin embargo, los activistas de Yarmouk tenían conciencia que, en el caso especifico sirio, el régimen estaba intentando canalizar el impulso revolucionario de la juventud hacia un show mediático, cuyo eje principal era sacar el foco de la revolución y las masacres orquestadas por el gobierno en las diversas ciudades de Siria y, al mismo tiempo, mandar a Israel una señal: así como protegemos su frontera a lo largo de estos últimos 40 años, podemos ahora sacudirlas.

Dentro de este contexto, centenas de jóvenes y corajosos palestinos, permitidos por primera vez a aproximarse a la Palestina histórica, fueron masacrados por los soldados de frontera israelí. Todo esto, mientras el ejercito sirio asistía observando tales crímenes, sin moverse un sólo milímetro. 32 palestinos, incluyendo una joven mujer siria, fueron muertos aquella tarde.

Al día siguiente, cuando los cuerpos retornaron al campo de Yarmouk para ser enterrados, las masas se revelaron. La población del Campo volvió su odio contra el régimen sirio y sus marionetas del FPLP-CG, por tratar a sus hijos como carne de cañón. Los manifestantes, desarmados e indignados, incendiaron los escritorios de la FPLP-CG. La milicia gubernista, al enfrentarse con la familia de los mártires, abrió fuego contra ellas y más de 10 palestinos fueron muertos. El hecho marcó un importante giro en la dinámica revolucionaria de Yarmouk. Después de aquel día, el famoso canto de las revoluciones árabes se esparció por los muros del barrio: “El pueblo exige el derrocamiento del régimen, el pueblo exige el derrocamiento del FPLP-CG”.

Desde las masacres del FPLP-CG, el campo de Yarmouk ha sido sacudido todos los viernes con el canto “un sólo, uno sólo, uno sólo, palestinos y sirios son un sólo pueblo”. En el campo, hay un consenso: el camino para Palestina comienza con un Damasco libre.

Tal conciencia, lamentablemente, no se hace presente en parte significativa de las entidades palestinas y, principalmente, sus supuestos simpatizantes esparcidos por el mundo que han actuado para encubrir los crímenes de la dictadura Assad.

Arrodillarse o pasar hambre: el régimen sirio impone su castigo colectivo contra Yarmouk revolucionaria
La PFLP-CG ha cumplido un papel particularmente nefasto en la represión de los activistas palestinos, entregándolos a los servicios de inteligencia, donde son brutalmente torturados.

Khaled Bakrawi, un activista palestino de 27 años de edad, fue preso por el servicio de inteligencia sirio después de haber sido entregado por el FPLP-CG, en enero de 2013. El 11 de setiembre de aquel año, el comité de coordinación local de Yarmouk anunció su muerte bajo tortura. Nacido y vivido siempre en Yarmouk, su familia era originaria del villarejo palestino de Loubieh, destruido por los israelíes en 1948. El 5 de junio, Khaled había participado de la “Marcha del Retorno”, y tomó dos tiros en el pecho disparados por el ejército israelí. Buena parte de los supuestos amigos del pueblo palestino, que lo tenían como “héroe”, no pronunciaron una sola palabra después de su muerte en los sótanos de la dictadura. Él marcho a Palestina y dirigió manifestaciones contra el régimen en Yarmouk. Pagó el precio por ser un revolucionario palestino.

A inicio de diciembre de 2012, un cerco parcial fue inicialmente impuesto al Campo por el ejército sirio. En el comienzo, las personas con comida y medicamentos entraban el campo bajo el riesgo de ser muertas por los tiradores de elite del régimen. Cuanto más la población de Yarmouk se indignaba y adhería a la revolución, más duro se hacía el cerco.

El 14 de julio de 2013, todas las entradas del barro foram rígidamente bloqueadas. La desesperación y el pánico tomó el campo, sin acceso a ningún tipo de alimento, el precio de lo que había quedado de arroz en los mercados locales llegó a sobrepasar la marca de 200 reales por kilo (más de 80 dólares).

Imágenes de niños, hombres y adultos, muriendo de hambre y deshidratación en los duros inviernos de Damasco chocaron a todos. Los niños salieron a las calles buscando cactos y hiervas. La comida se volvió inexistente. Perros y gatos se volvieron comidas de lujo, mientras las madres buscaban perras que habían parido  para amamantar a sus hijos.

El régimen continuó bombardeando el campo por tierra y aire. El cerco impidió a los moradores del campo a tener acceso a ningún medicamento. Los más de veinte mil palestinos que quedaron en Yarmouk fueron puestos a vivir en la Aushwitz siria.

Cuando la mayoría de las entidades supuestamente pro-palestinas rompieron su silencio con relación al campo, optaron por la vía de a “neutralidad”, y muchos se rehusaron a responsabilizar a las bandas  de Assad por el cerco a Yarmouk.

Repitiendo la familiar retórica de la “ocupación israelí”, que justificó sus ataques a la Franja de Gaza, en 2009, debido a la presencia de “radicales islámicos” en la ciudad, el régimen y sus apoyadores hoy responsabilizan a los mismos “activistas islámicos” por los ataques de Assad contra el pueblo. Llaman a los “grupos armados” a evacuar Yarmouk, anunciando que su presencia legitima las acciones de la dictadura. Culpan a los revolucionarios, lavan las manos de Assad y clavan su puñal en las espaldas del pueblo palestino. 

Solidaridad Internacional

El 25 de enero de 2014, fecha que celebra el 3° año de la revolución egipcia, revolucionarios palestinos de Yarmouk llamaron al mundo a un “día global de solidaridad con Yarmouk”, exigiendo el fin del cerco bárbaro de la dictadura.

Desde el primero día, no hesitamos en dejar claro de qué lado de las barricadas nos encontramos en Siria, el de los revolucionarios que luchan contra Assad. Por eso, nos planteamos la solidaridad con los palestinos de Yarmouk. No sólo por ser víctimas, sino precisamente por ser revolucionarios. Elles nos recuerdan a todos que sólo con la liberación del mundo árabe podremos liberar Jerusalén. Eles son la generación de la tercera intifada en las calles de Damasco, la verdadera materialización de la revolución palestina.


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