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Argentina

Crisis capitalista mundial: seguir ganando a costa de los trabajadores

julio 21, 2014

Las afirmaciones el 9 de Julio en Tucumán del procesado vicepresidente Amado Boudou, unidas a las del ministro de Economía, Axel Kicillof, sobre la presión de los fondos buitre y acerca de la férrea voluntad del Gobierno de garantizar el pago de la deuda externa,

se enmarcan en algo mucho más profundo, que el vocero Jorge Capitanich niega sistemáticamente en sus apariciones diarias. Una colosal crisis económica internacional, en la cual el capitalismo desea mantener a toda costa su margen de ganancias sin importar las consecuencias. Nuestra economía, al ser dominada por multinacionales y organismos financieros internacionales, está a su servicio.
 
Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), durante 2013 a nivel mundial “las ganancias empresariales se recuperaron ese año, e incluso superaron el nivel antes del inicio de la mayor recesión en ocho décadas”. “Los depósitos en efectivo de las empresas que cotizan en las bolsas, tanto en las economías avanzadas como en las emergentes y en desarrollo se incrementaron de U$S 2,3 billones en 2000, a U$S 5,2 billones en 2008 y a U$S 6,5 billones en 2011, con perspectivas de seguir incrementándose”.[1]
 
En el otro extremo, “los salarios, medidos a partir de su capacidad de compra, siguen muy por debajo de lo que eran hace cinco años. Ajustados por inflación, conocidos como salarios promedios reales, crecieron 1,2 % a nivel mundial en 2011, por debajo del 2,1 % de 2010 y del 3 % de 2007”.[2]
 
Complementariamente, los sueldos pagados a los altos ejecutivos de las empresas crecieron más de 25% en los últimos cuatro años. En Estados Unidos, por ejemplo, donde se originó la actual gran crisis, ya son 508 veces superiores al salario promedio. En Alemania y Hong Kong la remuneración promedio de un director ejecutivo de empresa grande aumentó más de 25% entre 2007 y 2011.
 
Reactivación débil y empleo sin crecimiento
 
La OIT reafirma, además, que “los beneficios empresariales no están siendo invertidos en generar más actividad productiva y empleo”. “Las tasas de inversión en las economías avanzadas van en retroceso”.
 
A escala mundial, las inversiones se situaron un 1% por debajo de los niveles anteriores a la crisis. En las economías avanzadas, el descenso equivale a 3%. Pero, por otro lado, el incremento de los márgenes de ganancia se reflejó en las bolsas accionarias mundiales, que han batido récords históricos, según el reporte de la OIT.
 
Es decir, la reorientación capitalista de ganancias acumuladas se va en gran parte a la especulación financiera. Los fondos buitres y deudas externas en crecimiento no son casualidad.
 
Contradictoriamente, con las ganancias de las grandes empresas, la reactivación de la economía mundial prácticamente no guarda relación.
 
Si bien en Europa algunos índices muestran una mínima reactivación, no es garantía que esta tendencia continúe en los próximos meses, y el “parate” continuaría en los próximos años. Alemania y Francia empujaron un 0,3% de crecimiento europeo, pero las otras economías que le siguen en importancia, como Italia, España y Holanda, siguen hundidas en la recesión.
 
Sólo la demanda interna, pública y privada, fue responsable de que el PIB francés subiera un 0,5% y el alemán un 0,7%, pero con estancamiento de la inversión. Para analistas del Bank of América “Lo que hemos visto en 2013 es fruto de una situación coyuntural”.[3]
 
Lo cierto es que las perspectivas de crear empleo son casi nulas. En España, el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica que “el paro seguirá por encima de 25% hasta 2018”“Son índices propios de la depresión.Hará falta mucho tiempo para que el desempleo caiga a niveles aceptables”, para el Instituto Nacional de Investigación Económica y Social.
 
En Estados Unidos (21,4% del PIB mundial en 2012) las cifras muestran un pequeño repunte, pero lejos de tomar velocidad. “Un 2,5% es la expresión de una economía que algo crece”, según economistas de ITG Investment Research, como Steve Blitz.
 
Los mismos economistas señalan que “muchos de los nuevos empleos son en sectores que tienden a pagar menos: 31% de los puestos nuevos de marzo provienen de la gastronomía y los servicios temporarios”. Es decir, no es en la industria ni en actividades con valor agregado la reducción del desempleo de 8,2% a 6,7%, algo que no es demostración segura de claro crecimiento.[4]
 
Nos exportan la crisis
 
Varios “países emergentes” (algunos de ellos hasta hace poco tomados como modelos) están atravesando graves problemas monetarios y financieros.
 
La revista británica especializada TheEconomist habla del “fin de fiesta” en Venezuela y Argentina por la situación de sus monedas, con altísima inflación, mercado paralelo de divisas, fuga de capitales, etc.
 
Pero también hay problemas económicos graves y crisis monetarias, en el marco de crisis políticas y económicas, en Turquía, Sudáfrica y la India, con Brasil también hacia esa dinámica. En Turquía, la lira se devaluó 30%y los mercados financieros se debilitan, en el marco del fin del ciclo de inversiones extranjeras. Situaciones similares viven el rand sudafricano y la rupia indiana.
 
Según los analistas internacionales, aunque existen elementos de ataques especulativos, hay bases objetivas, económicas y políticas, para este proceso. En varias economías al servicio del imperialismo económico, incide fuertemente en la situación financiera de esos países la caída de los precios de los commodities, a partir de la desaceleración de la economía china y la crisis europea.
 
En este marco, los precios más afectados por el “fin del ciclo” son los de los minerales: en 2012 y 2013, el precio del cobre cayó 35%, el del hierro 40% y el del oro 36%. Aunque en menor medida, los alimentos también tienen una tendencia a la baja: el precio de la soja bajó de 610 dólares, en julio de 2012, a 520 en la actualidad; el de trigo de 360 a 320; y el del maíz de 340 a 300.[5]
 
En el caso de Argentina, por ejemplo, por la baja en el precio de la soja, en los últimos días la producción de la cosecha récord –que aún no se vendió– se depreció en 6%, con complicaciones de rentabilidad para la próxima campaña. En junio estaba en U$S 511 la tonelada, en julio ronda los U$S 480; tomando esta variable en decrecimiento, entre otras, la economía argentina resignaría divisas por casi U$S 1.000 millones, y para el gobierno de Cristina la merma en las retenciones sería de U$S 340 millones, aproximadamente.[6]
 
Hay que mantener las ganancias del capitalismo
 
A través de ejemplos emblemáticos del capitalismo se demuestra que, a pesar de la crisis económica mundial, las grandes empresas pueden no tener las ganancias esperadas pero mantienen enormes utilidades.
 
La General Motors (GM-Chevrolet) ganó en 2011 U$S 7.600 millones, en 2012 U$S 4.700 (con crisis europea) y en 2013 U$S 3.800.[7] Ello explica que a pesar de la crisis las ganancias se mantienen, pero con una contrapartida: mayor explotación de los trabajadores, suspensiones, despidos, eliminación de turnos, quite de horas extras y condiciones laborales, con la complicidad de las burocracias de los sindicatos. GM amenaza en Argentina con reducir 35% los salarios. Ello trasladado al resto de las automotrices y otras ramas industriales explica la avidez capitalista por mantener sus ganancias a costa de los trabajadores y el pueblo.
 
El sistema financiero argentino, por otra parte, muestra también enormes utilidades a pesar de las crisis. Entre las entidades privadas y estatales, nacionales y extranjeras, registraron en 2013 utilidades por 29.169 millones de pesos, contra los 19.415 millones de 2012. Lograron un crecimiento de 514 por ciento en cinco años. A pesar de ello, en enero de este año, los bancos ganaron $9.700 millones, al [posibilitar] el Gobierno K que retuvieran más divisas de las permitidas por ley previo a la colosal devaluación, lo que nunca fue reclamado por Cristina. Un negocio redondo para uno de los sectores que no precisamente beneficia a los trabajadores al aplicar tasas altísimas en los créditos y [que] evita planes accesibles para viviendas.
 
Mientras las patronales garantizan sus ganancias en las crisis, a los trabajadores y el pueblo nos aplican el colosal ajuste que venimos denunciando desde el PSTU.
 
Cristina, en 2012, con el silencio de la oposición burguesa, ironizaba:“La política de los recortes y ajustes que se aplicaban en Europa para afrontar los problemas económicos no eran la solución del problema”, y “no existen recetas mágicas para la crisis”.[8] Se olvidaba repetir que “se la llevan con pala”[9]. ¿Y, por casa, cómo andamos?
 
Artículo publicado en Avanzada Socialista n.° 71, 16 de julio de 2014.-


[1] Diario La Jornada – México – 09-06-2013.
[2] Ídem.
[3] Prensa Libre – Eurostat (Oficina Europea de Estadística) – Diciembre 2013.
[4] iEco – Diario Clarín – 13-07-2014.
[5] LIT-CI – Alejandro Iturbe – 21-02-2014.
[6] Diario La Nación – 10-07-2014.
[7] Página web General Motors México – 02-06-2014.
[8] El Huffington Post Unión Europea – Agencias – 3-03-08-2012.
[9] Expresión referida a quienes sin esfuerzo alguno, por medios lícitos o ilícitos, o a costa de los trabajadores, ganaron mucho dinero fácil. Se aplica en general a gobernantes o empresarios, e incluso al imperialismo [N. de E.].

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