Mar Abr 16, 2024
16 abril, 2024

30 años del FMLN: de las trincheras guerrilleras a los palacios del gobierno

La unidad de las cinco organizaciones

Lo que conocemos hoy en la actualidad como Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), fue en la década de los años 80 una organización político militar, cuyo origen tiene que ver con toda una época revolucionaria que se vivió en nuestro país.


Fruto de esa situación el 10 de octubre de 1980, las cinco organizaciones guerrilleras y políticas más fuertes de aquella época, las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), la Resistencia Nacional (RN), el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), el Partido Revolucionario Trabajadores Centroamericanos (PRTC) y el Partido Comunista Salvadoreño (PCS), darían el paso de unirse en una sola dirección para hacer la guerra al imperialismo y al ejercito genocida de la burguesía salvadoreña.
 
Este acuerdo entre las cincos organizaciones, claramente desde su inicio, tuvo sus fuertes contradicciones y polémicas, en cuanto a la concepción y programa para la revolución que se estaban dando en nuestro país, no hay que olvidar que estas organizaciones tenían distintos orígenes de clase e ideologías dentro de las corrientes de izquierda y formas de pensamiento progresistas que existían en ese momento. Por ejemplo el ERP tenía un origen dentro de sectores radicalizados de la juventud de la democracia cristiana, en cambio las FPL nacen como una organización con presencia obrera y popular, todas estas diferencias políticas en temas centrales como: la toma del poder, la concepción de partido revolucionario, y también el cómo encarar los intentos de negociar al inicio de la guerra, marcarían el desarrollo y desenlace de la misma, ya que estas diferencias políticas y polémicas, no se trataron con los métodos de discusión de la democracia obrera, lo que existió fue todo lo contrario; falta de espacios democráticos al interior del FMLN desde inicios de la guerra, aplicando el método de las acusaciones y calumnias para derrotar políticamente al compañero.
 
Aquí es muy importante mencionar que una de las organizaciones que fueron pieza de esta alianza fue el FDR, que en aquel entonces contaba con la dirigencia de líderes de la socialdemocracia, como Guillermo Ungo, que desde el principio estuvieron en contra de una revolución socialista, ya que lo que proponían era luchar por un régimen burgués con libertades democráticas, y en esa medida coincidían con las propuestas del imperialismo de darle una salida negociada a la guerra.
 
Los sucesos de abril y el cambio de programa para la revolución salvadoreña

Una de las polémicas más importantes y también de las más distorsionadas, gira en torno a los sucesos de abril de 1983, que tienen que ver con el asesinato de Ana María y con el aparente suicidio de Marcial (Salvador Cayetano Carpio). En la versión oficial que dio la comandancia general, se afirma que el responsable del asesinato de Ana María, había sido Marcial, y que este en un acto cobardía se habría suicidado. Lo que no se dijo, es que las muertes de estos dos dirigentes, se dan en el preciso momento, en que el imperialismo proponía mediante los demás países burgueses de América Latina, buscar una solución negociada a la guerra revolucionaria que estaba profundizándose en nuestro país, en ese momento y como parte de esa política nace en ese mismo año el Grupo Contadora, compuesto por países de América Latina apoyados por Washington, estableciendo 21 puntos, en los cuales se asentaba un fuerte desarme del Ejército Popular Sandinista y la prohibición de “desestabilizar los gobiernos de Centroamérica”, todo esto en un claro intento de evitar un apoyo del FSLN al triunfo de la revolución salvadoreña, luego vendrían los acuerdos de Esquipulas y las demás negociaciones.
 
Para inicio de los 80 el programa del FMLN era el de un Gobierno Democrático Revolucionario (GDR), que entre sus puntos estaban: “establecer el gobierno democrático revolucionario, fundamentado en la unidad de las fuerzas revolucionarias y democráticas, en el ejército popular y en el pueblo salvadoreño” y “liquidar definitivamente la dependencia político, económica y militar de nuestro país respecto al imperialismo yanqui” en cambio el programa del Gobierno Provisional de Amplia Participación (GAP), adoptado en 1984, establecía: “será un gobierno de en donde no predominara una sola fuerza, sino la expresión de la amplia participación de las fuerzas a eliminar el régimen oligárquico, y en donde la propiedad privada e inversión extranjera no se oponga al interés social”. En ese momento la corriente de Cayetano que defendía el programa del GDR, quedo aislada y luego calumniada, ya que este programa para la revolución iba en contra de los puntos que establecía Contadora, para comenzar la negociación y que por eso a partir de la muerte de Cayetano, el resto de la comandancia se le hacía más fácil, imponer el programa del GAP, que coincidía perfectamente con el objetivo de las negociaciones y fundamentalmente, no tocar la propiedad privada de la burguesía y los intereses del imperialismo.
 
La guerra revolucionaria y las negociaciones traidoras

En una clara contradicción con las posibilidades que se abrieron de derrotar al ejército salvadoreño, incluso con todo y ayuda militar yanqui, el FMLN logro conseguir victorias en importantes frentes de guerra y zonas del país, pero todas estas victorias y posibilidades de triunfo de una verdadera revolución, que no solo acabara con la dictadura, sino que también se planteara la construcción de un gobierno socialista que expropiara a la burguesía y al imperialismo, la comandancia general del FMLN empuja en dirección contraria, metiéndose cada vez más en la cancha del imperialismo, que eran las negociaciones para dar una solución política a la guerra, y convertir al FMLN en un partido que fuera inofensivo para el sistema capitalista.
 
En ese sentido los acuerdos de Chapultepec venían a cerrar lo que desde un inicio fue la preocupación de la dirección del FMLN, conciliar y pactar con la burguesía, en vez de tomar el poder junto con las clases explotadas de nuestro país, y expropiar a la burguesía, al final, grandes operaciones militares como la ofensiva del 89, solo vendrían a funcionar como un empuje a las presiones de las negociaciones, y no como una acción para tomar el poder y llamar a una insurrección del pueblo salvadoreño.
 
El FMLN como partido en el gobierno, a la medida de la burguesía y el imperialismo

Finalmente después de 30 años de fundado el FMLN, la sombra de la organización revolucionaria que fue en el pasado, ha quedado a un lado, hoy se ha convertido en todo un aparato electorero, para ganar votos y tener diputados, que hoy comparte el gobierno con la burguesía, incluso pareciera que por fin se logro la aplicación de algunos elementos del GAP, ya que lo que hoy venden es que hay que tener un gobierno de “unidad nacional”, y la misma realidad ha demostrado que este gobierno, esta de la mano con el imperialismo y la burguesía, ya que se ha propuesto seguir con los acuerdos comerciales y con las políticas económicas que están llevando a los pobres a pagar la crisis.

Esto es así, por el proceso de abandono de los principios y valores revolucionarios de la cúpula o dirección de partido, que como hemos intentado explicar, dio inicio desde hace más de 20 años, solo que ahora, a raíz, de su participación en un gobierno de conciliación de clases, es más evidente. Nos parece que lo más grave de esta política reformista de la cúpula del FMLN, es que, ha llevado a la gran mayoría de militantes revolucionarios − quienes han depositado su confianza para que los dirijan para alcanzar las transformaciones pendientes − hacia sucesivas y duras derrotas frente a la burguesía y el imperialismo. Debido a esto, hoy se abre un nuevo periodo, donde cada día más, encontramos sectores que manifiestan duras criticas a esta dirección, que cuestionan sobre si el partido lleva el camino correcto hacia el socialismo o si por el contario se aleja más de este. Sirva este primer artículo para abonar al debate.

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