¡Viva la rebelión obrera y popular! ¡Fuera Boluarte y su Congreso corrupto! ¡Paro Nacional Obrero y Popular para que se vayan todos, ya!
El pueblo pobre y trabajador se subleva en todo el país contra los máximos símbolos del poder económico y político patronal concentrados en el Congreso, el Gobierno Boluarte y sus principales instituciones.
Por PST-Perú
Lo hace masivamente y con furia, desde los lugares más pobres e históricamente olvidados hasta las mayores ciudades, con sus mujeres e hijos en las primeras filas, y luchando con lo que tiene a mano: sus puños, enfrentando la feroz represión desatada contra ellos y que ya se ha cobrado 7 vidas y cientos de heridos y detenidos.
Los que se han hecho fraudulentamente del poder con ropaje democrático, en nombre de una Constitución que las mayorías repudian, con el apoyo de un sector de la “izquierda” en el Parlamento y presentando a la Boluarte como la “primera presidenta del Perú”, inauguran su gestión reprimiendo al pueblo con saña, al pueblo revelado contra la ignominia de los explotadores y sus representantes en el Congreso.
La rebelión de estos días es la respuesta a lo que sectores importantes de la población identifican como la consumación del plan patronal de impedir, frenar, sabotear y, finalmente, liquidar al gobierno elegido y en quien habían depositado sus esperanzas. Esperanzas que Castillo renunció a atender, en medio de la contante hostilización de los partidos del Congreso, y los medios de comunicación, sin recurrir jamás a la lucha del movimiento obrero y popular.
Es una vergüenza que los sectores que sostuvieron a Castillo y son responsables directos de su estrepitoso fracaso (Perú Libre, JP y sus seguidores de la CGTP), se vean forzados a reubicarse ante la rebelión en marcha sin por ello renunciar a sus mezquinas pretensiones de poder.
Pese a la bendición de caviares y falsos “demócratas” y al apoyo de sectores de “izquierda” colgados de la falda de la Boluarte, el carácter reaccionario de su gobierno no abriga duda alguna: ha conformado su gabinete ministerial con reconocidos miembros de la patronal, con apoyo apenas del Congreso.
Y lo vemos en la respuesta represiva que viene dando a la explosión social desde la primera hora, instigado por todo el concierto reaccionario, causando numerosos heridos y bajas, junto a medidas como la declaratoria de Estado de Emergencia y la intervención de las FFAA en la represión, con el único fin de sofocarla y no atender sus demandas fundamentales.
Como máxima concesión, la Boluarte, luego de jurar “hasta el 2026” ahora ofrece –en acuerdo con sus socios del Congreso corrupto– adelantar las elecciones para abril del 2024. Es decir, ofrece consumar sus trapacerías y, como premio, quedarse en el poder un año y medio más. El pueblo pobre y trabajador se ha revelado porque no los quiere un minuto más. Reclaman con justicia que se vayan todos: la Baluarte y el Congreso, y que haya nuevas elecciones que incluya la convocatoria de una Asamblea Constituyente.
Y no pararán en esta lucha, aunque cueste más sangre y dolor. Ni las balas ni las concesiones parciales, ni las mesas de diálogo, ni los hipócritas llamados a la paz de nuestros enemigos de clase hoy revestidos con falda y bendecidas por la Iglesia, van a mellar la lucha popular que se seguirá profundizando y extendiendo hasta alcanzar sus principales objetivos.
Sin embargo, hay que decirlo con todas sus letras: aun cuando alcancemos estas aspiraciones –que serían un triunfo colosal–, serán limitadas porque dejarán nuevas oportunidades para que la burguesía retome el control de la situación. El fracaso del gobierno de Castillo mostró a las claras que no es posible producir los cambios que necesitamos a través de las instituciones del Estado burgués –“conquistando el gobierno–, y conciliando o dialogando con sus representantes. Necesitamos conquistar el poder.
Esto significa no solo derrotar al Congreso y a la Boluarte sino a toda la institucionalidad en la que ellos se sustentan, y construir sobre sus restos uno nueva basada en las organizaciones obreras y populares. Y significa luchar por la expropiación de las grandes minas, bancos, industrias y comercios en los que la burguesía asienta su poder y el imperialismo asienta su dominio del país, porque no existe otra forma de atender finalmente las inmensas urgencias del campo y de la población pobre y trabajadora, y no existe otra forma de conquistar nuestra verdadera independencia después de 200 años de república burguesa.
En una palabra, esto significa luchar por una salida de fondo conquistando un Gobierno Obrero y Popular.
Para esto requerimos en estos momentos no bajar las banderas y no aceptar ninguna “negociación” con el fraudulento gobierno de la Boluarte. Necesitamos fortalecer, extender y unificar la pelea poniendo en pie en todas partes los organismos independientes de lucha en cada pueblo, barrio, universidad y lugar de trabajo. Organismos donde se prepare y coordine la lucha y la autodefensa.
Necesitamos el ingreso pleno a la pelea del conjunto de la clase obrera con sus propias banderas y propuestas de cambio, para lo cual se requiere también su organización democrática y unitaria desde abajo, mediante asambleas, y la convocatoria a un Paro Nacional, ya.
Y necesitamos establecer la coordinación nacional de la lucha a nivel nacional constituyendo una verdadera asamblea nacional de los pueblos que de verdad centralice y unifique la lucha.
¡Viva la rebelión obrera y popular!
¡Ni un paso atrás, fuera Boluarte y su Congreso corrupto!
¡Por un Gobierno Obrero y Popular!