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Venezuela | Urge construir una alternativa de la clase trabajadora y el pueblo humilde

REUTERS/Leonardo Fernandez Viloria
noviembre 11, 2023

Por: Leonardo Arantes

Unidad Socialista de los Trabajadores (UST), LIT-CI

El domingo 22 de octubre se realizaron las elecciones primarias, convocadas por los partidos de la oposición burguesa venezolana organizados en la llamada Plataforma por la Unidad Democrática (PUD), con el propósito de escoger la candidatura de esta coalición política propatronal, para un eventual proceso de elecciones presidenciales a realizarse el año 2024.

Como era previsible, María Corina Machado (MCM) del partido Vente Venezuela resultó ganadora de manera holgada en dicho proceso electoral, registrándose en el mismo una importante participación, pese a todas las maniobras urdidas por el gobierno de Nicolás Maduro previamente para impedir su realización y para sabotearlos el día en el cual se llevaban a cabo.

Las maniobras antidemocráticas del gobierno

Para tratar de impedir y sabotear los comicios internos de la propatronal y antiobrera coalición opositora, el gobierno burgués-dictatorial de Nicolas Maduro, realizó una serie de maniobras antidemocráticas que incluyeron presiones para forzar la renuncia de la junta directiva del Consejo Nacional Electoral (CNE), principalmente de su anterior Presidente, Pedro Calzadilla y la posterior intervención de este organismo, para elegir un Presidente más incondicional con los intereses gubernamentales, en la persona de Elvis Amoroso, quien hasta entonces se venía desempeñando como Contralor General de la República,además de ex vicepresidente de la fraudulenta Asamblea Nacional Constituyente (ANC) de 2017 y ex diputado a la Asamblea Nacional por el Partido Socialista Unido de Venezuela; cargos y trayectoria política que dejan en evidencia su parcialidad a favor del gobierno.

Posteriormente, introdujeron recursos ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para invalidar las elecciones primarias, luego, a través de la Contraloría General de la República (CGR) inhabilitaron a la pre candidata opositora María Corina Machado (favorita para resultar ganadora de las primarias opositoras), por un lapso de quince años para optar por algún cargo público y/o ejercerlo, argumentando que esta apoyó las sanciones de Estados Unidos a Venezuela y respaldó a Juan Guaidó, quien declaró una presidencia interina en 2019[1]. Seguidamente negaron el apoyo técnico solicitado por la Comisión Nacional de Primarias (CNP) al CNE, condicionando este a un cambio de fecha en la realización de las primarias, para una fecha propuesta por el ente comicial, condición esta que no fue aceptada por la CNP.

Además, a través de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL), a escasos dos días para realizarse las elecciones internas de la coalición opositora, el gobierno de Maduro emitió una resolución, donde se prohibía a los medios televisivos, radiales y electrónicos, públicos y privados del país, reseñar o dar cobertura al evento electoral.

A esto hay que añadir que, previamente el gobierno tenía inhabilitados a otros precandidatos opositores burgueses, como es el caso de Henrique Capriles Radonsky, inhabilitado desde 2017 por 15 años para postularse a cargos de elección popular; ha retirado la legalidad a partidos opositores de izquierda o de derecha, o intervenido sus direcciones legítimas, mediante maniobras leguleyas para nombrar juntas directivas paralelas, más permeables a los intereses del oficialismo. El caso más reciente es la intervención de la junta directiva del Partido Comunista de Venezuela (PCV).

Finalmente hay que señalar los chantajes, amenazas y medidas de intimidación y coerción perpetradas contra eventuales votantes en las primarias, por parte de colectivos armados, financiados por el gobierno y líderes comunales afectos al oficialismo, quienes en los barrios populares se dieron a la tarea de intimidar incluso con amenazas de agresión física a quienes pretendían ejercer su derecho a elegir a su candidato o a través del chantaje de retirarlos de la posibilidad de percibir “beneficios” que en la actual crisis que atraviesa el país resultan esenciales para su subsistencia, como la bolsa de comida o el acceso a los cilindros de gas doméstico para cocinar.

Lo que muestran las primarias   

Resulta obvio que todas estas maniobras gubernamentales pretendían desmoralizar y desmotivar la participación de millones de trabajadores y habitantes de los sectores populares del país, entre los cuales prevalecen la disposición de salir del actual gobierno hambreador corrupto y represivo de Nicolás Maduro, así como la justa y legítima bronca contra el mismo,  por mantenerlos sometidos a años de sufrimientos y penurias, haber conculcado sus salarios y beneficios contractuales, sus derechos sindicales y sociales, haber destruido sus niveles de vida, llevándolos hasta el subsuelo, padeciendo con servicios básicos como agua, electricidad, gas y telecomunicaciones en la más completa ruina, así como unos sistema de salud y educación públicas totalmente pauperizados.

Toda esa bronca y esa disposición de salir del gobierno, es lo que queda en evidencia con la importante participación de la población trabajadora y popular en el proceso de las internas opositoras. Donde, no obstante, las maniobras, hubo una asistencia cercana a los 2 millones 600 mil votos, 2.4 millones de los cuales, equivalente al 92% de los sufragios emitidos, fueron a parar a las tarjetas de María Corina Machado.

Muestras de lo anterior, también las podemos encontrar en la actitud valiente y rebelde con la que los trabajadores y habitantes de los sectores populares enfrentaron las intimidaciones y chantajes de colectivos y dirigentes del PSUV, para defender su derecho a sufragar. Así como también hicieron caso omiso de las amenazas del régimen chavista de represalias y medidas disciplinarias contra los trabajadores de los organismos públicos y empresas estatales.

El hecho de que, pese a todas las trabas y maniobras antidemocráticas realizadas por gobierno por el gobierno, la crisis interna de la oposición burguesa, expresada en diferentes posturas en torno al proceso de elecciones internas (de hecho, a pocos días de la realización de las elecciones varios candidatos se retiraron de las mismas), las primarias se llevaron a cabo con tan considerable participación, representa una dura derrota para el gobierno, en su afán de impedirlas a toda costa, incluso negociando con sectores de la oposición propatronal. Esto suscita en el oficialismo una gran preocupación debido a que les golpea en la cara la presión popular y el interés de las masas porque se realice en el 2024, un proceso electoral presidencial, en el que el PSUV y sus aliados prevén resultados nada favorables.

Debido a que, como conclusión, la considerable participación en las primarias deja claro el interés de las masas obreras y populares por salir del gobierno capitalista dictatorial de Maduro, que desde hace años viene aplicando un brutal paquetazo antiobrero y antipopular, que pulverizó los salarios (hoy de apenas un poco más de 3$), cercenó los derechos conquistados en las convenciones colectivas, bonificó los ingresos (política de bonificación del salario propuesta por FEDECAMARAS)[2]destruyo las condiciones de vida de los trabajadores y el pueblo humilde del país, sumiéndolos en la más completa pobreza. Todo en favor de privilegiar los intereses de los principales gremios patronales nacionales, FEDECAMARAS, CONINDUSTRIA[3], CONSECOMERCIO[4], entre otros, así como de banqueros y empresarios transnacionales, que son los principales beneficiarios de la aplicación del paquetazo[5].

Las reacciones del gobierno.

Posterior a la realización de las primarias, estas, han ocasionado que el gobierno continúe dando muestras de su talante tramposo y antidemocrático. Pasado el evento electoral opositor, dirigentes y voceros del gobierno y de su partido el PSUV, salieron a pronunciar afirmaciones sobre fraude e incluso a introducir denuncias en los organismos de justicia en torno al mismo, cuestionando principalmente las cifras de participación, que a su juicio no serían las anunciadas por la oposición patronal a través de la CNP (serían menores). Algo que de no ser por lo grave del asunto provocaría risa, debido a que raya en lo ridículo, no entrando en cualquier lógica razonable dentro del pensamiento democrático más elemental.

Lo primero que cabría preguntarse es ¿Cómo es que el gobierno se inmiscuye o pretende inmiscuirse denunciando fraude y cuestionando resultados y cifras de participación, en un proceso electoral privado e interno de un partido opositor o coalición de partidos opositores, el cual se supone que está organizado por ellos, según sus estatutos y normas de funcionamiento acordadas y en los que no está en elección ningún cargo público ni el gobierno está participando? En los que además el Estado, en este caso el CNE, se negó a prestar cualquier tipo de apoyo técnico para su realización. ¿Cómo organismos del Estado a instancias del gobierno pretenden inmiscuirse y judicializar un proceso de estas características sin que medie una denuncia previa de alguna de las partes involucradas que pueda sentirse afectada por los resultados y el manejo del mismo?

También pretende el gobierno, que se entreguen al CNE y al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), las actas, listas y cuadernos de votación, de un proceso de elecciones internas en el que no tienen injerencia, lo que hace presumir que procuran una reedición de la tristemente célebre Lista Tascón[6].

Pero lo más grave del asunto, es que el lunes 30/10/2023, el TSJ, emitió una sentencia suspendiendo “todos los efectos” de la primaria de la oposición. Es decir, que para el gobierno y su TSJ, las elecciones primarias opositoras del pasado 22/10/2023, no existieron, ni sus resultados y mucho menos la voluntad de más de 2 millones y medio de venezolanos para escoger la candidatura de su preferencia hacia un eventual proceso electoral presidencial.

Desde la Unidad Socialista de los Trabajadores (UST), somos enfáticos en repudiar todas estas maniobras antidemocráticas del gobierno de Nicolas Maduro, que no tienen sino la pretensión de cercenar derechos políticos y democráticos de los trabajadores y del pueblo venezolano, así como también de desmoralizar y desmotivar a las masas venezolanas en sus aspiraciones de salir del gobierno capitalista, dictatorial y ajustador de Maduro por la vía electoral.

La clase obrera y los sectores populares no deben tener expectativas en María Corina Machado

Desde una postura de reivindicar y defender los derechos democráticos del pueblo trabajador a que se realicen elecciones presidenciales con las garantías formales de participación y triunfo para cualquier opción opositora, e incluso de reivindicar el derecho de la oposición a escoger libremente su candidatura, debemos advertir a los trabajadores y el pueblo humilde del país que la candidata  ganadora en el pasado proceso de elecciones primarias de la oposición burguesa, María Corina Machado, no representa ninguna alternativa en favor de los trabajadores y el pueblo venezolano.

María Corina Machado, representa a la ultraderecha más reaccionaria y abyecta del continente y el mundo, aliada de George Bush, Donald Trump, Bolsonaro y Álvaro Uribe Vélez, entre otros, bonapartista y autoritaria al mejor estilo de los anteriores, xenófoba, aporofóbica[7], proimperialista y contraria a cualquier garantía de derechos para los trabajadores y el pueblo pobre.

Su programa político – económico, tal y como ella lo ha dejado claro en innumerables declaraciones está basado en priorizar los pagos de deuda externa, en un plan privatizador que incluye, avanzar en la privatización de PDVSA, así como toda la actividad asociada a la industria petrolera, las empresas básicas, así como también el resto de las empresas públicas estratégicas, descargar más impuestos sobre los trabajadores y el pueblo humilde, en favor de los sectores empresariales, la entrega de los recursos y la soberanía del país a las transnacionales norteamericanas y europeas, además de las rusas y chinas a las que ya lo hace Maduro.

En fin, su programa no es más que una continuidad y profundización del paquete antiobrero y antipopular que ya viene aplicando Maduro. Por eso, nada dice la candidata de la oposición patronal acerca de los salarios miserables, la violación y prácticamente eliminación de las convenciones colectivas, del cercenamiento de las garantías sindicales, de la bonificación del salario, entre otras condiciones laborales.

Y es que en última instancia como empresaria y representante de la burguesía que es, toda esta política resulta conveniente para el sector burgués que representa, lo que pretende es aplicarla ella y que sea su sector burgués (con ella incluida) el que se beneficie directamente de su aplicación, así como del resto de los negocios asociados a la administración de la renta petrolera y el Estado de conjunto.

Vale decir, que, si en algún momento realiza alguna denuncia o declaración contra la privación de libertad de dirigentes sindicales y/o luchadores sociales, o por su liberación, esto lo hace solo como pose con pretensiones electorales, para hacer pie en sectores democráticos que exigen y luchan por la liberación de aquellos y la de los presos políticos en general.            

Resulta obvio y comprensible, que ante el desastre que representa el régimen chavista y el gobierno de Maduro, la pauperización de las condiciones de vida de los trabajadores y los habitantes de los sectores populares del país, lo que los somete a una gran desesperación y angustia; estos sectores sociales vean en María Corina Machado una opción útil para “salir del gobierno como sea” y cifren en ellas grandes expectativas de mejorar sus condiciones de vida, más aún cuando esta centra su campaña en falsas promesas de resurgimiento de una Venezuela de prosperidad con excelentes niveles de vida.

Pero lo cierto es que, por su condición social, la clase a la que representa y por sus alianzas políticas María Corina Machado, terminará traicionando estas expectativas. Algo que además queda evidenciado en su programa cuyas medidas afirmamos de manera categórica no traerán ninguna solución a los problemas de los trabajadores venezolanos.

Los chantajes y pretensiones del sindicalismo afecto a la oposición patronal.

Algunos sectores y dirigentes sindicales, principalmente afectos a partidos de la oposición burguesa, basándose en las aspiraciones de salir del gobierno de la clase trabajadora y el pueblo humilde pretenden instalar dentro del movimiento obrero el chantaje de “salir de Maduro como sea”, con esto procuran que los trabajadores y los sectores humildes de la población aceptemos y votemos en cualquier candidato burgués, en este caso concreto, en María Corina Machado, independientemente de su programa antiobrero y antipopular. 

Nos dicen que eso no importa ahora, que en esto momentos lo que se impone es la unidad con los sectores proempresariales y proimperialistas, es decir, con nuestros explotadores para salir del gobierno, de esto se hacen eco también algunos factores que se asumen de izquierda.

También nos dicen, que la salida a la crisis pasa por las elecciones, que luego que sea electa María Corina Machado como Presidenta se solucionaran todos los problemas tanto de condiciones de vida como de ataque a las libertades democráticas y que en todo caso habrá una gran amplitud de libertades y garantías democráticas que facilitarían el enfrentamiento a su eventual gobierno ante las medidas antiobreras y antipopulares que pudiera adoptar. Con este discurso intentan subordinar todo al tema electoral, e incluso convertir los espacios de organización de la clase obrera que han construido en unidad de acción con sectores sindicales luchadores, en comandos de campaña de la candidata ganadora de las primarias de la oposición patronal.

La presión de las bases que reclaman aumento de salario y recuperación de sus condiciones laborales y de vida, los obliga a convocar a movilizaciones y a participar en espacios unitarios de lucha, junto con sectores sindicales combativos, desde donde convocan a manifestaciones, presionados también por los sectores luchadores del sindicalismo, pero se niegan a radicalizar y profundizar este proceso de movilizaciones, tal como lo mostró en su momento la negativa a convocar la huelga general nacional de los trabajadores del magisterio.

Y es que en el fondo saben que la clase trabajadora movilizada no es algo que le convenga a la aplicación del programa proempresarial y proimperialista de su candidata, por eso movilizan solo para presionar, ganar votos y prestigio electoral y luego contener, subordinan el proceso de movilizaciones y las necesidades de la clase obrera a sus intereses electorales. 

Es necesario construir una alternativa unitaria y amplia de la clase obrera y los sectores populares

Desde la UST queremos expresar nuestras diferencias con tales afirmaciones, posturas y pretensiones. Compartimos con el pueblo trabajador, la aspiración y el objetivo de salir del gobierno capitalista, hambreador, corrupto y represivo de Maduro, pero esto no nos obliga a apoyar una candidatura burguesa como la de María Corina Machado, cuyo programa como hemos mencionado antes no tiene nada que ver con los intereses de los trabajadores ni de los habitantes de los sectores populares y esto queremos expresárselo claramente a estos sectores de la población.

En segundo lugar, consideramos que las elecciones no son ninguna garantía de salida a la crisis económica en favor de la clase trabajadora, por lo tanto, sostenemos que no debemos condicionar nuestras alternativas de salida a la crisis a un proceso electoral entre dos opciones burguesas explotadoras, al contrario, nuestra prioridad debe ser, seguir organizando las luchas y seguir movilizados para exigir nuestras reivindicaciones.

En tal sentido decimos, que el hambre y las demás penurias que padecemos no esperan y nos siguen azotando, por tal razón rechazamos las pretensiones de subordinar y condicionar las movilizaciones a un proceso electoral que además bajo la dictadura madurista no está garantizado que se vaya a realizar o que se vaya a llevar a cabo con plenas garantías democráticas.

Consideramos sí de gran importancia la necesidad de la unidad, pero no con los sectores políticos proexplotadores y proimperialistas, sino entre la clase trabajadora y los sectores populares y oprimidos de nuestro país, con independencia de aquellos.

Unidad que debe ser construida con la mayor democracia y amplitud, al calor de las movilizaciones, que debe servir para luchar por nuestras reivindicaciones, incluso para conquistar el derecho democrático a tener elecciones libres y también debe servir como alternativa en el ámbito electoral, construida en base a un programa de independencia de clases frente a los dos opciones burguesas que se disputan el poder, que coloque en el centro los intereses de la clase trabajadora, así como las principales reivindicaciones socioeconómicas de los sectores populares.

El desastre al cual el régimen chavista y sus gobiernos (Chávez y su continuidad Maduro) arrastraron al país, desafortunadamente es identificado por amplios sectores de la población trabajadora y sectores populares como como una consecuencia del socialismo y la aplicación de sus medidas, lo que demostraría el fracaso de este sistema. Responsablemente, desde la UST, debemos advertir que tales ideas son equivocadas.  

Lamentablemente, años de apoyo y capitulación de una gran cantidad de organizaciones de la izquierda venezolana e internacional al chavismo contribuyeron a profundizar la creencia en estas ideas erróneas. Hoy continúan alimentando las mismas tanto el partido de gobierno y sus aliados que siguen de manera falsa hablando de socialismo y también los voceros sindicales y políticos de la oposición propatronal que mienten acusando al gobierno de socialista y comunista, además de la izquierda reformista que sigue apoyando al chavismo y hablando de la necesidad de rectificación, de corregir tal o cual error y profundizar la revolución socialista en el país. Nada más falso. Pero lamentablemente todo esto contribuyó para desorganizar y atomizar al movimiento obrero, confundirlo y en muchas expresiones corromperlo.

En tales circunstancias, no existe en la actual coyuntura política y electoral una alternativa independiente de la clase trabajadora, no resultando sencillo construirla. No obstante, su construcción se plantea hoy como una necesidad de suma urgencia. No hacerlo, significaría reducir sin disputa, las legítimas aspiraciones de cambio de gobierno por la vía electoral de los trabajadores y habitantes de los sectores populares a un simple cambio de verdugo, es decir, a cambiar quien aplica el ajuste.

Por tal razón proponemos abrir el debate para discutir la construcción del programa antes referido y la posibilidad de una candidatura de los trabajadores y el pueblo independiente de los sectores explotadores. Entendemos que existen ya algunas iniciativas en ese sentido, por eso proponemos a todos los sectores de izquierda independiente, sindicales, populares, estudiantiles y luchadores sociales, que nos oponemos al gobierno de Maduro juntarnos para empezar a construir tal alternativa.

Un programa de emergencia, obrero y popular

El programa al que nos referimos debe ser totalmente contrapuesto al paquetazo que descarga Maduro contra el pueblo trabajador y al de María Corina Machado, que como hemos dicho representa la continuidad y profundización de dicho paquete.

El nuestro debe centrarse en las necesidades de los trabajadores y abarcar a todos los sectores explotados y oprimidos de la población, creemos que su punto de partida debe ser la exigencia de aumento de salario y pensiones al valor equivalente a la canasta básica del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (CENDAS – FVM) y la indexación del mismo a su valor mensual, incluyendo además la derogación del memorándum 2792 y del instructivo ONAPRE, por el rescate de las convenciones colectivas, la inmediata negociación de las convenciones colectivas vencidas, la defensa del derecho a la sindicalización y del derecho de los sindicatos a la negociación colectiva.

Por la defensa de la libertad y autonomía sindical, elecciones libres e independientes en los sindicatos, la realización de elecciones en los sindicatos y federaciones con las juntas directivas vencidas sin injerencia del CNE, el MPPPST y de la patronal.

Por la libertad plena e inmediata de todos los trabajadores, dirigentes sindicales, sociales y políticos presos y judicializados, por protestar, no a la criminalización de la protesta, contra la represión de las movilizaciones y manifestaciones, por la salida de las fuerzas de la GNB y del SEBIN de las empresas estatales, por la derogación de la Ley contra el odio, fin de las suspensiones de sueldo y exclusiones de beneficios laborales contractuales o extracontractuales, no a los chantajes y amenazas contra los trabajadores que protestan, no a las jubilaciones forzosas de dirigentes y activistas luchadores.

Contra la privatización de PDVSA y las empresas de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), Por la nacionalización 100% de la industria petrolera y las empresas básicas, sin transnacionales ni empresas mixtas, inversión en la recuperación y mantenimiento de la industria petrolera para recuperar la producción y refinación de crudo, gasolina y otros combustibles, no a la privatización de empresas estatales estratégicas y de servicios esenciales (electricidad, agua, gas, telecomunicaciones), por el no pago de la deuda externa, fuerte impuesto progresivo para las grandes empresas nacionales y foráneas, así como la alta ganancia y al consumo suntuario, que los que tienen más paguen más, por la repatriación de los capitales fugados, confiscación de las fortunas a los corruptos, nacionalización de la industria de alimentos, la banca y los principales sectores económicos bajo el control de los trabajadores, por el cese de las sanciones imperialistas.

Todos estos recursos deben ser destinados a un gran plan de obras públicas, centrado en escuelas, universidades, viviendas y hospitales, para satisfacer las necesidades de la población y generar empleos productivos.

Nada que esperar de los acuerdos de Barbados

Días previos a la realización de las primarias, exactamente el día 17 de octubre, de 2023, se firmaron en la isla de Barbados, dos acuerdos parciales entre la oposición patronal y el gobierno dictatorial de Maduro, uno sobre “la promoción de derechos políticos y garantías electorales” y otro sobre “la protección para los intereses vitales de la nación”. El primero versa sobre las garantías para la realización de elecciones, acordadas para el segundo semestre del 2024, y el segundo se refiere a la disputa limítrofe con Guyana en torno al Esequibo, como también al respecto de los derechos de propiedad de Citgo, y otros activos de Venezuela en el exterior.

En el marco de los mismos el imperialismo norteamericano anuncia una flexibilización temporal de las sanciones, por un período de seis meses condicionado a la actuación del gobierno venezolano en cuanto a dar pasos en función de la realización de elecciones presidenciales en 2024.

Estos acuerdos, se firman a instancias del gobierno norteamericano y son un pacto de cúpulas que responden a los intereses del gobierno de Maduro, de la oposición patronal y del gobierno gringo; urgido este último por la crítica situación internacional de que Venezuela vuelva al mercado petrolero como un proveedor seguro de crudo para EE.UU., además de abrir la posibilidad de que transnacionales imperialistas del petróleo puedan cobrar deudas pendientes con el gobierno venezolano.

A esto se ven forzados por la crisis de la economía mundial, marcada por un incremento de los precios del petróleo y en consecuencia del combustible, así como también la inflación que azota a las principales economías, empujada por el alza de precios de los combustibles y alimentos. Todo esto en un contexto político signado por la invasión rusa a Ucrania y los ataques del estado Nazi – Sionista de Israel contra Palestina en la franja de Gaza, que agrava la crisis económica del capitalismo imperialista.

Quienes, como no podía ser de otra manera en un acuerdo de cúpulas explotadoras, no ven reflejados sus intereses son los trabajadores y el pueblo humilde de Venezuela. Nada dicen los acuerdos al respecto de aumento salarial y de pensiones a nivel de la canasta básica, nada dice sobre rescatar las convenciones colectivas cumpliendo lo establecido en las mismas y discutiendo las vencidas, nada sobre la libertad de los trabajadores y luchadores activistas presos por protestar en defensa de sus derechos, ni sobre la libertad de los presos políticos en general, ni una palabra sobre la corrupción en PDVSA y sobre castigar a quienes desfalcaron la industria petrolera, ni una sola mención a recuperar los servicios básicos en el país ni a mejorar las condiciones de vida del pueblo trabajador.

Es por eso que desde la UST afirmamos, que más allá de la importancia que tiene lograr garantías electorales democráticas, nada podemos esperar los trabajadores y el pueblo humilde de Venezuela en cuanto a nuestros intereses vitales.

Por último, cabe decir que dicho acuerdos, tampoco son garantía de condiciones democráticas para un eventual proceso de elecciones, debido a que a una dictadura acostumbrada a violar las libertades democráticas sólo la movilización y la lucha en la calle puede arrancarles garantías electorales de igualdad y transparencia y no unos acuerdos que se asemejan a una declaración de buenas intenciones donde una dictadura como la madurista “acuerda” cumplir lo que ya por ley está obligado a hacer.

Es por eso que seguimos insistiendo en construir una alternativa de independencia de clase, que unifique a los trabajadores, sectores populares y oprimidos, para la movilización y la lucha por sus reivindicaciones económicas y sociales, así como también por el logro de garantías electorales democráticas e incluso para la disputa electoral.


[1] Cabe señalar que la candidata opositora, tiene prohibida la salida del país desde hace nueve años y en 2015 fue inhabilitada por un lapso de 12 meses. En tal oportunidad la Contraloría General de la República afirmó que la dirigente política no incluyó en su declaración de bienes algunas bonificaciones que recibía en ejercicio de su cargo de diputada en la Asamblea Nacional. La candidata niega haber recibido esos bonos. https://www.vozdeamerica.com/a/venezuela-inhabilita-a-maria-corina-machado-para-cargos-publicos/7162173.html

[2] Federación Venezolana de Cámaras de Comercio y Construcción.

[3] Consejo Nacional de Industrias, agrupa a los sectores burgueses asociados a la industria y manufactura, está afiliado a FEDECÁMARAS formando parte de su comité estratégico.

[4] Consejo Nacional del Comercio y los Servicios, está constituido por las Cámaras y Asociaciones representativas del sector terciario de la economía, principalmente comercio, está afiliado a FEDECAMARAS.

[5] Para muestra más de 71 mil 700 millones de dólares canceló el gobierno de Maduro a la banca internacional y transnacionales, desde 2013 hasta 2017 (https://www.telesurtv.net/news/Presidente-de-Venezuela-Hemos-pagado-nuestra-deuda-externa-hasta-el-ultimo-centavo-20171102-0067.html).

[6] Listado manejado por el fallecido ex diputado chavista (para ese momento), Luis Tascón, a través del cual se perseguía, intimidaba y chantajeaba a las personas que había firmado en favor de realizar un referendo revocatorio contra el fallecido ex Presidente Chávez en 2004, las medidas coercitivas contra quienes aparecían como firmantes iban desde la negativa a darles empleo en organismos públicos, pasando por no otorgamiento de beneficios laborales o sociales, hasta el despido de sus empleos en instituciones y empresas del Estado.

[7] La palabra “aporofobia” es un neologismo usado para referirse al “rechazo, aversión, temor y desprecio hacia el pobre, hacia el desamparado que, al menos en apariencia, no puede devolver nada bueno a cambio

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