Un ambiente electoral tenso y polarizado

Por Miguel Merino S.
La coyuntura electoral que tendrá su desenlace el próximo 13 de abril luce muy polarizada entre los poco más de 11 millones de ecuatorianos que acudirán nuevamente a las urnas. Se enfrentan el actual Presidente candidato Daniel Noboa, del movimiento político ADN (Acción Democrática Nacional) y Luisa González de la Revolución Ciudadana (correísmo) que compite por segunda ocasión a la presidencia de la República.
Esta polarización ya se expresó en la primera vuelta electoral, tanto en los resultados para la presidencia, como en la conformación de la Asamblea Nacional. Noboa obtuvo el 51,83 de los votos, en tanto que Luisa logró el 48,17%, lo que ha sido calificado como un empate técnico. En la Asamblea Nacional la RC cuenta con 68 curules y el movimiento oficialista ADN con 67, pero ninguno alcanza la mayoría de 77 legisladores. Desde una perspectiva regional, Noboa triunfó en todas las provincias de la Sierra, en tanto que Luisa lo hizo en la mayor parte de la Costa, donde la violencia delictiva y los enfrentamiento entre las bandas del narcotráfico presentan cifras alarmantes. Este contexto de violencia y penetración del narcotráfico en diversos niveles de la sociedad y el Estado resulta fundamental para entender la caótica y cambiante política ecuatoriana.
Caracterización de los candidatos finalistas
Daniel Noboa es un representante directo de la llamada oligarquía ecuatoriana, conformada por unas pocas familias propietarias de grandes empresas agrícolas, comerciales, industriales y bancarias. Él mismo pertenece a la tercera generación del poderoso grupo Noboa quienes son dueños de más de un centenar de empresas, dedicadas sobre todo a la exportación de productos agrícolas, principalmente banano, pero que han diversificado su actividad empresarial hacia otros sectores financieros e industriales. Su gestión se inscribe dentro de los parámetros del neoliberalismo autoritario, aliado incondicional de las políticas y las imposiciones del Departamento de Estado y la DEA norteamericanos. El régimen noboísta ha impuesto sus políticas actuando por encima de la Constitución y las leyes, irrespetando los derechos humanos y tratando de establecer un control omnímodo sobre las diversas instituciones estatales, lo cual ha provocado una serie de conflictos y escándalos que llevan al desorden y la ineficacia del sector público y al escepticismo y el hastío de los ciudadanos hacia la política. En sus políticas y acciones para supuestamente combatir la inseguridad se perfila no solamente el signo del autoritarismo, sino elementos fascistoides que se acentuarán plenamente en el caso de que se produzcan movilizaciones populares fuertes o posibles estallidos sociales.
Luisa González pertenece a un sector campesino medio de la provincia de Manabí (ella se reivindica como parte de la población montuvia de la Costa), e hizo su carrera política como militante cercana y de confianza de Rafael Correa. En términos socioeconómicos, es la expresión de un sector de la burguesía más moderna y menos rentista, sin embargo los grupos tradicionales de la burguesía no han asimilado con agrado sus políticas y por eso tienen un agresivo rechazo al correísmo. Su modelo ha sido caracterizado como socialdemócrata, desarrollista, neokeynesiano o reformista por distintos sectores y analistas. Su principal diferencia con los neoliberales está en el papel más activo que asignan al Estado en la economía, según el cual le corresponde invertir en obra pública y sectores sociales como la educación y la salud. La trayectoria del correísmo se ha visto ensombrecida por las denuncias de corrupción, algunas ya juzgadas, que mantienen en el exilio a su líder y en prisión al ex vicepresidente Jorge Glas. También se han ganado el rechazo de sectores sociales como el movimiento indígena, los ecologistas, las feministas, los educadores de la UNE y otras organizaciones sociales y políticas por la represión, persecución y división que sufrieron durante el mandato correísta.
Características del gobierno de Noboa
Las características más relevantes en el período de un año y medio aproximadamente en que Daniel Noboa ha ejercido su cargo presidencial son las siguientes:
– Incremento de la violencia delictiva y de las víctimas por los enfrentamiento entre las bandas del narcotráfico, pese a la militarización del país, los numerosos estados de excepción y la declaratoria de conflicto armado interno que ha otorgado carta blanca a la policía y las Fuerzas Armadas para actuar con mano dura, pero también con impunidad e irrespeto a los derechos humanos sobretodo de grupos como los jóvenes de las barriadas más pobres. El caso de los cuatro niños y adolescentes del barrio las Malvinas de la ciudad de Guayaquil que fueron capturados en un operativo de las Fuerzas Armadas, y luego aparecieron asesinados, torturados y calcinados en el sector de Taura, muestra la forma cruel, racista y discriminatoria con que se está procediendo en los operativos militares y policiales.
–Agudización de la crisis socioeconómica del país que se expresa en indicadores como el bajo crecimiento de la economía, el incremento del desempleo y el subempleo, aumento de la pobreza y la indigencia, alta deserción escolar, la falta de oportunidades para los jóvenes, la ausencia de medicinas, insumos y contratación de personal médico en los hospitales públicos y el Seguro Social, el recorte del presupuesto para las universidades que redunda en la disminución de cupos para los miles de jóvenes que intentan ingresar a la educación superior, entre otros problemas sociales.
El gobierno ha logrado reducir el déficit fiscal mediante las ya conocidas políticas de austeridad, es decir incremento de impuestos como el IVA, el recorte de la inversión pública y el endeudamiento externo a través del sometimiento a las políticas del Fondo Monetario Internacional. Hace unos meses el gobierno logró un préstamo de 4 mil millones de dicho organismo, de los cuales ya le entregaron mil millones que han sido utilizados para pagar deuda y tapar algunos huecos presupuestarios, pensando más en la campaña electoral que en planes de real contenido social.
La crisis energética que agravó la crisis económica del país se sintió en tres meses de apagones debido al estiaje, situación que puso al descubierto la falta de previsión de los gobiernos anteriores y el actual. Se evidenció la falta de mantenimiento de las plantas térmicas y la no incorporación de nuevas centrales hidroeléctricas, también el desaprovechamiento de formas alternativas de energía como la solar y la eólica. Salimos de la crisis energética gracias a la presencia de la temporada invernal y actualmente el país se ve afectado por el fenómeno contrario, es decir el exceso de lluvias. Otro problema grave es el derrame petrolero ocurrido en la provincia de Esmeraldas que afecta gravemente a agricultores y pobladores de una de las zonas más pobres del país. La ministra de Energía intentó aprovechar políticamente este desastre acusando de un supuesto sabotaje a la oposición política.
– Corrupción rampante. En este período se han presentado varias denuncias con indicios de corrupción, donde se hallan involucradas las empresas y la familia del presidente Noboa, algunos de los cuales fueron expuestos por la propia candidata González en el debate presidencial que se realizó hace dos semanas. Entre esos hechos podemos mencionar la entrega del programa de desayunos escolares y la alimentación de las persona privadas de libertad a empresas de familiares de Noboa. El intento de entregar tierras protegidas por su biodiversidad en Olón, provincia de Santa Elena, para beneficiar un proyecto inmobiliario de la esposa del Presidente, el mismo que se frenó por la acción de los comuneros que viven en la zona. La compra de implementos de seguridad como chalecos para los miembros de las Fuerzas Armadas que no cumplían con los estándares de calidad y seguridad indispensables, a una empresa que fue declarada incumplida en contratos anteriores realizados por la policía.
Un hecho que provocó mucha polémica fue el intento de privatizar el campo petrolero Sacha, el más productivo del país, manejado por la empresa estatal PETROECUADOR, al consorcio privado SINOPETROL, por un período de 20 años. Este jugoso negociado se iba realizar sin licitación y según cálculos de los expertos petroleros el perjuicio para el país habría sido de más de 1.600 millones de dólares por año aproximadamente, es decir 32.000 millones de dólares en los 20 años. Este atraco se frenó porque las empresas china y canadiense que iban a recibir la concesión de Sacha, no alcanzaron a reunir la cantidad de 1.500 millones de dólares que el gobierno les solicitaba como anticipo para firmar el contrato respectivo.
Otro caso, denunciado por Pedro Granja, ex candidato del Partido Socialista a la presidencia de la República, es el de PETRONOBOA, empresa del hermano menor del Presidente, conformada pocos días después de su ascenso al poder ejecutivo, para comercializar combustible subsidiado por el Estado.
Más recientemente y éste quizá sea el caso más grave, el sociólogo y periodista de investigación Andrés Durán, ha denunciado documentadamente la vinculación de la empresa Noboa Trading, propiedad del presidente Noboa y su familia, con el tráfico de grandes cantidades de cocaína a Turquía y algunos países europeos. En los cargamentos capturados se observa que las cajas de banano contaminadas son de la marca Bonita Banana de la empresa mencionada, tomando en cuenta que las empresas bananeras de los Noboa se encargan no solamente de la comercialización de la fruta sino de todo el proceso que empieza por la producción, el empaque, la transportación y el embarque de dicho producto. Durán ha tenido que salir del país por amenazas contra su vida por este tipo de denuncias, al igual que ya ha ocurrido con otros periodistas como los del medio digital La Posta. Hay que señalar que el Ecuador ha sido catalogado por algunos medios internacionales como el país del cual se exporta la mayor cantidad de cocaína del mundo hacia otros países.
Ninguno de los casos denunciados ha sido desmentido con pruebas y denuncias a la Fiscalía del Estado por parte Daniel Noboa y su círculo más cercano.
Campaña electoral tensa y desigual
La campaña electoral se ha desenvuelto en un ambiente tenso y enrarecido por las denuncias y escándalos señalados y por el hecho de que el Presidente Noboa no ha pedido licencia para realizar su campaña como lo manda la Constitución. No cuenta además con una vicepresidenta legal y legítima para entregarle el poder mientras se dedica a la campaña, puesto que la vicepresidenta Verónica Abad, legalmente elegida en las comicios, ha sido marginada y perseguida con todo el peso y el abuso del poder ejecutivo y judicial.
Daniel Noboa sí cuenta en cambio con el control sobre la mayor parte de instituciones del Estado como los organismos electorales (el TSE y el CNE), el Consejo de Participación Ciudadana, la Corte Constitucional, la Fiscalía del Estado, entre otras, y también con el apoyo de casi todos los medios de comunicación privados y públicos que se hallan en abierta y activa campaña a su favor. Eso explica en parte que, pese al grave descalabro que vive el país en todo sentido, el actual mandatario y candidato siga capitalizando el apoyo de casi la mitad de la población, lo que le permite disputar el balotaje.
Debate sobre el voto nulo o el voto crítico por Luisa González
Existe una fuerte disputa entre las dos candidaturas para captar los votos nulos y sobretodo los del movimiento Pachakútik liderado por su ex candidato presidencial y actual Presidente de la CONAIE Leonidas Iza, quien ocupó el tercer puesto en la disputa presidencial con más del 5% de los votantes. Aunque éste movimiento social y político, protagonista fundamental de las luchas sociales ecuatorianas, ha tenido un mayor acercamiento con los postulados de la candidata de la Revolución Ciudadana, el movimiento indígena se halla muy dividido y no se conoce cómo responderán la mayoría de sus bases al acuerdo programático firmado entre Luisa González y Pachakutik.
Frente a este complejo panorama político, quienes nos alineamos con un proyecto de izquierda revolucionaria con independencia de clase, no tenemos confianza en ninguna de las candidaturas del establishment burgués. Sin embargo, las pequeñas organizaciones de izquierda que se proclaman socialistas y revolucionarias no hemos tenido la capacidad y el coraje para presentar una alternativa al proyecto de dominación burgués capitalista. Se produce un fuerte debate al interior de estos sectores políticos y sociales sobre si se debe anular el voto o dar un voto crítico por Luisa González. Mi opinión personal es que se debe dar un voto crítico por Luisa González para evitar el peligro mayor que es un gobierno protofascista de ultraderecha. El voto nulo o ideológico sirve para justificar nuestra conciencia, el voto por la candidata de la RC abre un espacio para la recomposición de las fuerzas sociales, es decir, mejores condiciones para la construcción de un proyecto alternativo de la clase trabajadora.