Sáb Jul 27, 2024
27 julio, 2024

Sobre el conflicto entre Venezuela y Guyana

Fuera las transnacionales y el imperialismo del Esequibo, rechacemos la maniobra del referéndum consultivo. Por la Unidad de los trabajadores de Venezuela y Guyana

Por: Unidad Socialista de los Trabajadores (UST), Sección venezolana de la Liga Internacional de los Trabajadores (LITCI)

26/11/2023

El escenario político venezolano se encuentra hoy atravesado por el debate sobre la disputa por el Esequibo y el llamado a referéndum por parte del Gobierno de Maduro. Siendo dos aspectos estrechamente relacionados.

La amplia mayoría de los actores políticos del país, desde el gobierno dictatorial, hambreador y corrupto de Maduro, pasando por la oposición patronal en todas sus variantes, hasta sectores de izquierda que se oponen a Maduro e incluso cuestionan al gobierno del fallecido ex presidente Chávez esgrimen hoy una posición “nacionalista” y “patriótica” de defensa del Esequibo y de confrontación con Guyana, aunque con diferentes posiciones en torno a la consulta convocada por el gobierno para el día tres de diciembre del año en curso; posturas que van desde el apoyo incondicional o crítico, hasta su rechazo. A este coro de voces se unen también la boliburguesía y la burguesía tradicional desde sus principales gremios empresariales como la pro oficialista FEDEINDUSTRIA y la opositora, aunque cada vez más aliada al gobierno FEDECAMARAS, apoyando la consulta en “aras de la defensa del interés nacional”.

Desde la Unidad Socialista de los Trabajadores (UST) queremos expresar nuestra posición frente a esta situación desde una perspectiva marxista, de clase, antiimperialista e internacionalista. Intentaremos igualmente, demostrar el interés común tanto de los capitalistas venezolanos como guyaneses, así como de sus gobiernos burgueses, en saquear a sus respectivos países, fungiendo como socios menores del imperialismo; cómo se expresa, en el caso venezolano la unidad burguesa para expoliar al país, diferenciándolos sólo la disputa por quien se queda con el boleto que les otorgue el derecho de dirigir el saqueo, la boliburguesía aliada a Maduro y al régimen chavista o la burguesía tradicional afecta mayoritariamente a la oposición burguesa.

El territorio Esequibo y las motivaciones del conflicto

El Esequibo es un territorio de 159.500 km2, localizado en el extremo más oriental de Venezuela, al oeste del río Esequibo, del cual toma su nombre. Con una población de 128.000 habitantes, casi absolutamente de origen guyanés y una superficie mayor a la de países como Inglaterra, Grecia y Cuba, es una zona rica en recursos minerales y otros recursos naturales, con una de las mayores diversidades del mundo.

La disputa sobre este territorio data de 1841, con momentos de menor o mayor trascendencia a lo largo del tiempo. Hoy la misma vuelve al primer plano, motivado esto, con mucha seguridad, al descubrimiento en los últimos años (2015) de importantes yacimientos petroleros en la zona marítima de la región, lo que ha reavivado los intereses imperialistas sobre un territorio que, en 1899, le fuese despojado a la joven República de Venezuela por la Gran Bretaña, a través del fraudulento Laudo Arbitral de París, para anexionarlo a su colonia, para entonces la Guayana Británica.

Así como también, debido al interés del gobierno de Maduro de hacer uso del conflicto para urdir una maniobra política que le permita a partir del incremento de la animosidad nacionalista y patriotera, recomponer en perspectiva de las elecciones presidenciales de 2024, una popularidad de la cual no dispone hace muchos años, o en su defecto escalar el conflicto a tales niveles que le sirva de excusa para declarar un estado de emergencia y suspender dicho proceso electoral.

De otra parte, el gobierno burgués de Guyana, encabezado por su Presidente Irfaan Ali, procura “defender” su cuota minoritaria, producto de la entrega de áreas explotación petrolera, principalmente marítimas a transnacionales imperialistas del sector, localizadas en el territorio conocido como Zona en Reclamación.

El falso antiimperialismo y la falsa defensa de los intereses nacionales.

Resulta claro que, en la actual situación mundial, marcada por la guerra en Ucrania, las tensiones en el Medio Oriente y el resto del mundo árabe, incrementadas por la actual agresión genocida del Estado Nazi – Sionista de Israel contra Palestina, el imperialismo está preocupado por sus fuentes de abastecimiento de energía e hidrocarburos. Por eso su creciente interés por un área geográfica que se ha revelado como una de las mayores poseedoras de reservas petrolíferas y gasíferas del mundo.

También constituye un hecho cierto que el gobierno de Guyana ha roto unilateralmente el acuerdo mediante el cual, desde su constitución como república independiente en 1966, ambas partes, venían dirimiendo la disputa territorial, conocido como el Acuerdo de Ginebra.

Sin embargo, las pretendidas posturas antiimperialistas del gobierno dictatorial de Maduro, así como las argumentaciones de “defensa de los intereses” nacionales de ambos gobiernos involucrados en la disputa, no pasan de ser simplemente poses cargadas de falsedad para ganar adeptos en su función de sus propios intereses en tanto gobiernos burgueses y capitalistas hasta la médula, enemigos de los trabajadores de ambas naciones.

El gobierno venezolano, posa de antiimperialista, denunciando a la ExxonMobil[1], como “…un poderoso instrumento geopolítico de los Estados Unidos para poder asegurar el control de todos los recursos energéticos disponibles del planeta…”[2], a la vez que firma un acuerdo con Chevron, socia de la Exxon Mobil, en la explotación petrolera en el Esequibo[3]. Acuerdos a través de los cuales se entregan nuestros recursos petroleros, se les exonera de impuestos y se otorga a la transnacional parte del control de nuestra industria petrolera.

El gobierno que intenta aparecer como “nacionalista y antiimperialista”, es el mismo que ha priorizado por los pagos de deuda externa, cancelando más de 86 mil millones de $ entre 2013 – 2018, a banqueros y transnacionales imperialistas a costa de las penurias del pueblo trabajador venezolano, de la destrucción del aparato productivo nacional y de la debacle de los servicios públicos; es el mismo que hipotecó los activos del país en el exterior como garantías de pagos de deuda externa. El que ha llevado adelante un proceso de privatización y desnacionalización de la industria petrolera, vendiendo activos y refinerías en el exterior y también a lo interno del país.

Ha sido el que, en 2020, a través de la fraudulenta Asamblea Nacional Constituyente (ANC), hizo aprobar la conocida Ley Antibloqueo para facilitar la entrega del país, en 2017 la Ley de inversiones extranjeras en el mismo sentido y en julio de 2022, la Ley de Zonas económicas especiales, donde se otorgan a las transnacionales condiciones favorables y excepcionales para mejor explotar a los trabajadores venezolanos. Es este gobierno “patriota” el que a partir de 2016, firmó el decreto de creación del Arco Minero del Orinoco (AMO), implementando en un área geográfica de 112.000 km2 (unos pocos km2 menos que el Esequibo) un modelo de minería extractivista y entreguista en beneficio de transnacionales imperialistas del ramo como Gold Reserve y Barrick Gold. A todo esto, hay que sumar la entrega, en tiempos de Chávez de amplias zonas de la Faja Petrolífera de Orinoco (FPO) a las transnacionales, mediante el mecanismo de empresas mixtas.

Y para rematar su política entreguista el gobierno de Maduro, aplica un brutal paquete de ajuste capitalista, que cercena los salarios y los derechos establecidos en las convenciones colectivas, además de restringir las libertades democráticas, los derechos sindicales y criminalizar el derecho a la protesta; lo que no hace sino ofrecer mejores garantías para la explotación a las transnacionales norteamericanas, europeas, chinas, rusas, entre otras instaladas en el país.

El nacionalismo de la oposición burguesa y la patronal

La oposición burguesa, en todas sus variantes y la patronal nacional, tanto la boliburguesa como la tradicional hacen parte del “consenso nacionalista”, buscan los primeros hacer pie entre los sectores populares que consideran legítimos los reclamos del gobierno venezolano y ocultar su carácter entreguista, disimulando su postura antinacional y proimperialista, los segundos pretenden hacernos creer que existen causas comunes entre la burguesía y los trabajadores, de la cual esta sería un ejemplo, pero pudiera ser otra en la cual nos llamarían a “sacrificarnos todos, en función del progreso nacional”, además de, en una eventual recuperación del territorio en reclamación, reclamar su cuota en la explotación de un territorio que a fin de cuentas habrían contribuido a recuperar.

Una falsedad mayúscula por parte de estos sectores políticos y empresariales que hace unos años atrás andaban solicitando invasiones y sanciones por parte de los gobiernos norteamericano y europeos contra el país, que apoyaron el injerencismo norteamericano, sus intentos golpistas e intervencionistas, son los que afirman que priorizarán por los pagos de deuda externa, solicitando apenas algún tipo de refinanciamiento o reestructuración en quien sabe cuáles términos, que además apoyaron la confiscación de activos venezolanos en el exterior y se robaron millones de dólares de la administración fraudulenta de estos activos, avalada por el gobierno norteamericano y otros gobiernos burgueses del continente como son los casos de CITGO en EE.UU. y Monómeros en Colombia, son estos sectores políticos que pretenden continuar y acelerar la privatización de las empresas estratégicas del país (PDVSA, empresas básicas, electricidad, agua, telecomunicaciones), ofertándolas a precios de gallina flaca a las transnacionales imperialistas a condición de ser administradores y/o socios menores de las mismas.

Son además los empresarios (que protagonizaron) y políticos (que se beneficiaron en su doble papel de políticos y empresarios) que llevaron adelante la mayor fuga de capitales[4] que se haya producido en el país, en complicidad son el régimen chavista y que condujo al país a la mayor crisis de su historia reciente, sometiendo a miles de trabajadores y habitantes de los sectores populares a la hambruna y las más grandes penurias que se hayan conocido en el país que actualmente defienden con tanto fervor.

Por su parte Guyana

Es un hecho demostrado histórica y jurídicamente que el territorio Esequibo fue despojado a Venezuela por parte del imperialismo británico[5], lo que otorgaría legitimidad al reclamo venezolano. No obstante Guyana no es el imperio británico ni parte de él, desde su independencia, en 1966, se convirtió, de manera similar a Venezuela, en un país semicolonial, dependiente de los capitales imperialistas, despojado, expoliado y saqueado por estos. En la actualidad es un país con una población de poco menos de un millón de habitantes, con una clase obrera y una población empobrecida, regida y explotada por un gobierno burgués entreguista a los gobiernos y transnacionales imperialistas.

Este gobierno, apela al igual que el venezolano a elementos patrioteros y nacionalistas para embaucar a su clase trabajadora, cuando realmente lo que defiende es la posibilidad de seguir entregando al imperialismo los recursos disponibles en un área en reclamación que representa el 75% de su territorio. Proceso de entrega en el que la burguesía y el gobierno guyanés actúan como socios minoritarios, sin que esto se traduzca en bienestar para el pueblo trabajador de ese país.

En este contexto se enmarcan las acciones de personeros del gobierno guyanés, como la visita del Presidente al Esequibo, el izamiento de la bandera en ese territorio, los recorridos del Ministro de Defensa por las aldeas de la zona, así como las declaraciones de “no ceder a las intimidaciones de Caracas” o de que “no habrá más negociaciones”.

Acciones como la ruptura unilateral de la convención de Ginebra, otorgando concesiones a la Exxon Mobil para la explotación petrolera en territorios en reclamo, solicitar a la ONU elevar el caso a la corte internacional de Justicia (CIJ) y solicitar a esta pronunciarse en torno al mismo, son avaladas por el gobierno de EE.UU., que al resultarle el gobierno guyanés más permeable que el de Maduro, aprovecha la debilidad de aquel (gobierno de Guyana) y su extrema dependencia para mostrarse como aliado y desangrar en mejores condiciones al pequeño país sudamericano, ofreciendo apoyo logístico, militar y realizando ejercicios conjuntos de esta índole. No obstante, afirmamos que esto no modifica la condición semicolonial del país.

Un conflicto reaccionario. Por la unidad de las clases trabajadoras venezolana y guyanesa contra el imperialismo y sus burguesías.

Desde la UST consideramos que el actual, es un conflicto extremadamente reaccionario que, claramente obedece a los intereses más mezquinos de las burguesías y gobiernos de ambos países no teniendo nada que ver con los intereses, reivindicaciones y necesidades, ni inmediatas, ni históricas de los trabajadores y los pueblos de las dos naciones; y en el que el imperialismo norteamericano y europeo se posicionan según las circunstancias políticas y geopolíticas, no teniendo el mayor problema de modificar sus acuerdos y alianzas según cambien las circunstancias.

En el mismo, tanto el cada vez más entreguista gobierno de Maduro, como el extremadamente dependiente gobierno de Guyana, aliados y garantes ambos de las ganancias de las transnacionales, aumentan la temperatura y exacerban los ánimos nacionalistas y patrioteros, para posicionarse mejor en función de lo que realmente disputan, el derecho de ser socios menores del proceso de entrega de la soberanía, los recursos minerales e hidrocarburos del Esequibo a las transnacionales norteamericanas, europeas, rusas y chinas. Para lo cual necesitan ambos gobiernos mostrarse al imperialismo como el socio más confiable contra las clases obreras de sus países.

En el caso del gobierno venezolano se adiciona el hecho del provecho que pueda sacarle a la maniobra política del referéndum consultivo convocado para el tres (03) de diciembre del año en curso.

Es por eso que, categóricamente nos oponemos a la posibilidad de cualquier conflicto militar entre ambos países, que significaría la carnicería entre clases trabajadoras y pueblos hermanos, que serán quienes terminarán poniendo los muertos en un eventual enfrentamiento bélico, para defender los intereses y beneficios del imperialismo sus transnacionales petroleras y mineras y de rebote sus burguesías nacionales.

El llamado es a la unidad de y entre las clases obreras y los pueblos de Venezuela y Guyana, para enfrentar al imperialismo, expulsar a las transnacionales del Esequibo, así como del resto del territorio de ambos países, enfrentar a sus gobiernos burgueses, sus medidas antiobreras y antipopulares, hasta derribarlos e imponer gobiernos obreros y socialistas en ambas naciones.

Es un hecho que las fronteras nacionales en nuestro continente fueron demarcadas en función de los intereses imperialistas, así como también es un hecho que sólo de la clase obrera del continente podrá venir alguna solución progresiva a nuestras diferencias limítrofes, así como a los demás problemas en el ámbito económico y social, por eso estamos por el derrocamiento del capitalismo en todos los países de América Latina y por la conformación de una federación socialista latinoamericana.

Diversas posturas ante una misma maniobra

Hemos mencionado que el gobierno de Nicolás Maduro procura obtener réditos políticos a partir de exacerbar los ánimos nacionalistas y patrioteros en torno al conflicto territorial del Esequibo. Para esto ha implementado una maniobra que consiste en convocar a un referéndum consultivo compuesto por cinco preguntas en las que en resumen se consulta a la población si está dispuesta a defender “por todos los medios” y hasta las últimas consecuencias la propiedad de Venezuela sobre dicho territorio.

Para esto ha desarrollado una descomunal y costosísima campaña, que ha incluido marchas, concentraciones, cuñas televisivas, conciertos, material de propaganda, entre otros elementos que han significado un obsceno y repugnante derroche de dinero, mientras afirma no poder aumentar los salarios ni discutir las convenciones colectivas vencidas, debido a la falta de recursos ocasionada por el efecto de las sanciones.

Con los lemas de esta campaña “El Esequibo es nuestro” y “Venezuela toda”, además de querer presentarse como defensor del interés nacional, llamando a la unidad alrededor del mismo e incluso chantajeando con la calificación de “traidores a la patria” a quienes se opongan a la consulta refrendaría. El gobierno persigue por un lado distraer al respecto de la desastrosa situación nacional, los paupérrimos salarios, el hambre, desastre de los servicios públicos, entre otras calamidades. Así como también procura medir fuerzas para una eventual disputa electoral en 2024.

Busca en torno al conflicto en cuestión, nuclearse una base de apoyo entre los sectores populares y los trabajadores, para también evaluar su margen de maniobra, para en un caso extremo declarar un estado de emergencia nacional y suspender un proceso electoral cuyos posibles resultados les resultan en la actualidad bastante inciertos. Siendo esta última una jugada muy arriesgada que podría devenir en una confrontación bélica con Guyana con consecuencias inciertas para los trabajadores y pueblos de ambos países.

Diversas posturas se expresan en el país al respecto de esta maniobra política del gobierno, pero casi todas haciendo parte del “consenso nacional”, cediendo, utilizando y haciéndose eco del chantaje patriotero y falso de que el “Esequibo es causa común de todos los venezolanos”.

Así pues, la oposición burguesa más afecta al régimen que encabeza Maduro, apoya la convocatoria a la consulta, otros sectores de esa oposición lo adversan aduciendo que es innecesario, que introduce elementos de duda acerca de la pertenencia del Esequibo a Venezuela, siendo que esa materia ya está consagrada en la constitución nacional, que sólo sirve a las pretensiones políticas de Maduro; pero en aras del “interés nacional” orientan a su militancia que queda a su juicio participar en la misma votando críticamente o respondiendo sí o no según la conveniencia de la pregunta, lo mismo afirman algunos sectores reformistas. Gremios patronales como FEDECAMARAS Y FEDEINDUSTRIA, entre otros, también apoyan la consulta en función del “interés nacional”. Por último, algunos sectores de izquierda que se reivindican antiimperialistas apoyan la consulta planteando apenas modificaciones a algunas de las preguntas y/o coincidiendo casi íntegramente con el contenido propuesto en algunas.

Desde la UST, consecuentes con nuestra consideración de que el conflicto en curso sólo responde a los intereses de las burguesías de los países involucrados en el mismo y es ajeno a los intereses de los pueblos trabajadores de esas naciones, señalamos que lo mismo ocurre con la consulta convocada por Maduro, siendo la misma un ardid del gobierno para ocultar su responsabilidad en el desastre en el que han sumido al país, aparecer como el líder de la causa nacional y procurarse apoyo electoral. Por lo tanto, afirmamos que debe ser rechazada categóricamente y llamamos a abstenernos en la misma.


[1]Corporación petrolera norteamericana, heredera de la Standard Oil, Esso, Creole, y que posee todo un historial de atropellos y de injerencia en varios países del mundo, fue la que el 20 de mayo de 2015, bajo la dirección de Rex Tillerson hizo el anuncio que llamó la atención de la industria petrolera a nivel mundial, revelando que en el bloque de Stabroek, a 120 millas de la costa del Esequibo, había encontrado 1.400 millones de barriles de petróleo de alta calidad, con los  descubrimientos hasta el 2021 (pozo Uroek2) las reservas estimadas están cercanas a los 11.000 millones de barriles de petróleo con las exploraciones iniciales.

https://www.eluniversal.com/politica/168542/cij-la-estrategia-de-exxonmobil-para-el-esequibo/ http://mpps.gob.ve/exxon-mobil-y-su-interes-sobre-el-esequibo-venezolano/

[2]http://mpps.gob.ve/exxon-mobil-y-su-interes-sobre-el-esequibo-venezolano/

[3]El 23 de octubre Chevron anunció la compra de Hess, una de las grandes petroleras independientes, por 53 mil millones de dólares. Entre los atractivos de Hess destaca su actividad en Guyana, la nación donde la producción de petróleo crece a mayor velocidad. Con Hess Chevron adquiere una participación de 30% en el proyecto que lidera Exxon, otro gigante petrolero, en Guyana y que tiene como tercer socio a China National Offshore Oil Corporation, CNOOC, el mayor productor de petróleo y gas natural en alta mar de China. El proyecto es el bloque Stabroek, una vasta extensión frente a las costas de Guyana que cuenta con una riqueza equivalente a 11 mil millones de barriles de petróleo. https://www.gerentesis.com/post/guyana-seduce-a-gigantes-del-petr%C3%B3leo/ 

[4] Algunos estudios como el de Luis Gavazut la estiman en más de 500 mil millones de $, otros la ubican en más de 700 mil millones de $.

[5]En el Laudo Arbitral de París de 1899, Venezuela no tuvo representación propia, la representaron funcionarios estadounidenses y que se demostró luego que el mismo estuvo plagado de fraudes e irregularidades jurídicas, esto publicado incluso en las memorias de uno de los negociadores ingleses Además de eso, el juez ruso era un declarado teórico de la colonización y el despojo, afirmaba abiertamente el “derecho” de los imperios a colonizar a las naciones débiles.

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