Sáb Abr 20, 2024
20 abril, 2024

Nicaragua: Lula guarda silencio sobre los crímenes de Daniel Ortega contra la humanidad

El 2 de marzo pasado, el grupo de especialistas designado por el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para investigar las violaciones en Nicaragua denunció el régimen de Daniel Ortega y de su esposa Rosario Murillo por crímenes contra la humanidad.

Por: Fabio Bosco

Desde las protestas pacíficas contra la reforma de pensiones en abril de 2018, más de 350 manifestantes han sido asesinados por la policía y las fuerzas paramilitares. Además, a 317 disidentes políticos se les revocó la nacionalidad, incluidos 222 presos políticos que fueron expulsados ​​del país el 7 de febrero. El informe también denuncia prisiones arbitrarias y torturas. Entre los disidentes expulsados ​​se encuentra la legendaria comandante sandinista Dora María Téllez, inmortalizada en la crónica de Gabriel García Márquez – “Assalto ao Palácio” – escrita en 1978.

Al día siguiente, 54 países miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU endosaron las denuncias, pero el Brasil se mantuvo del lado de la dictadura nicaragüense y se limitó a anunciar que podría recibir a los disidentes nicaragüenses a los que se les había quitado la nacionalidad.

Una larga historia de represión

La represión contra los disidentes es parte de la tradición sandinista. Luego de tomar el poder el 19 de julio de 1979, el Frente Sandinista de Liberación Nacional trató de establecer juntas de reconstrucción nacional con sectores burgueses, desarmar a la población, y formar un ejército y una policía regulares.

En medio de ese proceso, el 14 de agosto de 1979, el gobierno sandinista arrestó y deportó a 70 integrantes de la Brigada Simón Bolívar que combatieron contra la dictadura de Anastasio Somoza y se dedicaban a organizar sindicatos independientes.

Pero los trazos más visibles de la represión se produjeron tras el regreso al poder de Daniel Ortega en 2006. Antes de ser elegido, Ortega apoyó la prohibición total del aborto en el país. En 2008 fraudeo las elecciones municipales y reprimió duramente las protestas en Managua y León. En 2013 reformó la ley electoral permitiendo la reelección ilimitada y estableciendo su control sobre el Consejo Supremo Electoral.

En 2014 aplastó las protestas campesinas contra la expropiación de sus tierras para la construcción de un canal interoceánico. En 2018 reprimió las protestas contra la reforma de las pensiones. En 2020 impuso leyes de excepción que permiten detener por “traición a la patria” a cualquier ciudadano que critique públicamente su gobierno. En 2021 arrestó a siete candidatos opositores ante la inminente derrota electoral de su impopular gobierno.

Capitalismo y pobreza: mientras el país se hunde en la miseria, los sandinistas se enriquecen

Nicaragua tiene 6 millones de habitantes, 40% campesinos. La mayoría vive en la pobreza. Pero el país tiene más millonarios que Costa Rica. Esta situación se ha profundizado durante los 16 años de gobierno Ortega-Murillo.

En 2006 entró en vigencia el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos (CAFTA), y con él aumentó la inversión extranjera que controlará las riquezas del país.

Además, el expresidente de Venezuela, Hugo Chávez, estableció inversiones anuales por US$ 600 millones. Estas inversiones garantizaron un crecimiento promedio anual de 4% del PIB hasta 2018, cuando la economía entró en recesión.

El crecimiento económico posibilita algunos programas asistenciales, que aseguraron la popularidad del gobierno hasta 2018, pero principalmente fortalece a la nueva burguesía sandinista, formada por dirigentes sandinistas que se apropian de bienes y concesiones públicas, entre los que destaca la familia Ortega, dueña de 22 empresas capitalistas, en particular la red de televisión. Esta nueva clase capitalista estea aliada con la vieja clase capitalista, corrupta y derechista, para gobernar el país.

Retórica: Ortega y la farsa del antiimperialismo

Las relaciones con Estados Unidos están marcadas por dardos verbales y mucha colaboración económica y política.

El gobierno Ortega-Murillo mantiene el CAFTA, que beneficia principalmente a los capitalistas estadounidenses. Alrededor de 60% de las exportaciones de Nicaragua van para los Estados Unidos.

Además, el Ejército nicaragüense mantiene una excelente relación con el Comando Sur de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. También hay acuerdos con la DEA (agencia estadounidense de combate al narcotráfico) en torno a la “guerra contra las drogas”.

Finalmente, el gobierno de Ortega-Murillo se dedica a convertir a Nicaragua en un muro de contención para la migración terrestre hacia Estados Unidos.

En la relación con Estados Unidos, estas acciones hablan más que el repertorio antiimperialista.

Dictaduras: el apoyo de Lula a la dictadura nicaragüense va a contramano de la lucha del pueblo brasileño

La posición del gobierno de Lula de quedarse del lado de la dictadura nicaragüense abandona la defensa de las libertades democráticas que han sido importantes en la historia reciente del Brasil.

Brasil vivió bajo una dictadura cívico-militar entre 1964 y 1984. Durante este período, la dictadura asesinó alrededor de 10.000 personas, entre activistas de izquierda en las ciudades, campesinos, trabajadores rurales y pueblos indígenas. En el período más duro, los países vecinos y Estados Unidos apoyaron la dictadura y guardaron silencio sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos en el Brasil. Pero hubo gobiernos europeos o de izquierda que se opusieron a las atrocidades, y de esa manera fueron un importante punto de apoyo para la clase trabajadora y la izquierda brasileña.

Lamentablemente, Lula, él mismo víctima de la infame Ley de Seguridad Nacional (LSN), se olvida de esa experiencia y le da la espalda al pueblo nicaragüense para apoyar una dictadura que es su aliada.

Si esta estrategia prevalece, todos los explotados y oprimidos por regímenes aliados a Lula, como los de Cuba (donde hay más de 700 presos políticos), Venezuela, Rusia (que ya mató a 100.000 ucranianos en el último año), China (que reprimió las protestas en Hong Kong y arresta al pueblo Uigur en campos de concentración en Xinjiang), Corea del Norte, no contarán con el apoyo del gobierno brasileño, pero podrán contar con la solidaridad de todas y todos los que no abandonamos la lucha por las libertades democráticas ni renunciamos a la lucha por el socialismo y por la revolución mundial.

Nicaragua y la LIT: la Brigada Simón Bolívar en la Revolución

La revolución nicaragüense jugó un papel muy importante en la fundación de la Liga Internacional de los Trabajadores – Cuarta Internacional (LIT-CI), la cual integra el PSTU del Brasil.

En 1979, los trotskistas dirigidos por Nahuel Moreno formaron la Brigada Simón Bolívar para luchar en Nicaragua contra la dictadura de Somoza. La brigada salió de Colombia y pasó a combatir en el Frente Sur, desde Costa Rica.

Su principal hecho fue la toma de Bluefields, la principal ciudad portuaria de la costa atlántica. Tres combatientes murieron y varios resultaron heridos.

Tras la caída de Somoza, los brigadistas formaron un gobierno sin capitalistas en Bluefields, contrariando la orientación de los sandinistas, y organizaron en la capital 90 sindicatos que representaban a unos 20.000 trabajadores y trabajadoras.

Por ello, 70 extranjeros integrantes de la brigada fueron detenidos, deportados a Panamá, torturados por el gobierno local, y expulsados ​​a sus países.

Los dirigentes de la Cuarta Internacional (Secretariado Unificado), con sede en París y encabezada por Ernest Mandel, apoyaron la represión sandinista. Dos años después, Mandel declaró que los sandinistas eran más democráticos que los bolcheviques.

Este apoyo a la represión llevó a los trotskistas encabezados por Nahuel Moreno, entonces la principal corriente en América Latina, a romper con los mandelistas y fundar en 1982 la Liga Internacional de los Trabajadores – Cuarta Internacional (LIT-CI).

Artículo publicado en www.pstu.org.br, 15/3/2023.-

Traducción: Natalia Estrada.

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