Los manifestantes anti-Trump tomaron las calles el 5 de abril

Por Michael Schreiber
Una masiva manifestación en las calles de los pueblos y las ciudades de EE. UU. el pasado 5 de abril señaló el camino hacia la construcción de una vigorosa acción de resistencia masiva a las políticas reaccionarias de la administración Trump. Las estimaciones indican que más de tres millones de personas participaron en las más de 1600 protestas en los 50 estados, superando con creces las expectativas de los organizadores. Grandes multitudes se unieron a las protestas incluso en estados de mayoría Republicana y a pesar del frío y las fuertes lluvias en muchas partes del sur y el noreste.
El número de participantes a nivel nacional se acercó al de la gigantesca movilización de la Marcha de las Mujeres tras la primera toma de posesión de Trump en enero de 2017 y las marchas de George Floyd en 20201.
El lema general de «¡Manos fuera!» («Hands off» en Inglés) reflejaba el creciente resentimiento en este país por los recortes del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE por sus siglas en inglés) de Elon Musk a las agencias federales y a los servicios sociales y sanitarios. También se hizo eco de la rabia que mucha gente siente por los recortes de los derechos democráticos por parte de la administración Trump y su aparente deslizamiento hacia el autoritarismo absoluto. La gente sostenía coloridos carteles hechos a mano exigiendo que la administración mantuviera sus «manos fuera» de nuestra democracia, escuelas, libertad de expresión, inmigrantes, investigación científica, Seguro Social, bibliotecas, beneficios para veteranos, Constitución nacional, historia negra, derechos civiles, niños trans, etc.
Muchos manifestantes estaban enfadados por los aranceles excesivos que Trump había anunciado tres días antes de las manifestaciones, lo que provocó las condiciones para una guerra comercial mundial, un fuerte aumento de los precios y una gran recesión. Los trabajadores, muchos de los cuales viven al día, ven su futuro como una «tormenta perfecta», en la que las necesidades se vuelven más inasequibles, sus trabajos se vuelven más precarios, sus ahorros para la jubilación se destruyen y la red de seguridad social se eviscera.
Algunos eventos del 5 de abril enfatizaron demandas adicionales. Por ejemplo, las personas en la manifestación en Denver describieron cinco demandas principales a un reportero de Colorado Public Radio: poner fin a la «toma ilegal del poder por parte de Trump, Musk y los Republicanos del Congreso», poner fin a los recortes en la financiación federal para programas como Medicaid y la Seguridad Social, proteger las tierras públicas y poner fin a los ataques contra los inmigrantes y las personas de la comunidad LGBTQ+.
Algunos manifestantes llevaban efigies de Trump y Musk, con lemas como «Detengan la toma del poder ilegal por parte de los multimillonarios». En la marcha de Los Ángeles se exhibió un globo gigante de Humpty Dumpty con un peinado naranja al estilo Trump. Y los manifestantes en el National Mall de Washington D. C., que ha sido el más afectado por los despidos de unos 40 000 trabajadores federales provocados por el DOGE, coreaban: «¡Hey, Hey! ¡Ho, ho! ¡Musk and Trump have got to go!» («¡Hey, Hey! ¡Oh, oh! ¡Musk y Trump se tienen que ir!»)
Por desgracia, el llamamiento nacional «¡Manos fuera!» incluía la exigencia de «manos fuera de la OTAN». Se trataba de un intento de mantener las protestas en consonancia con los intereses del imperialismo estadounidense, un gran defecto que plantea la cuestión del liderazgo en el movimiento de forma bastante aguda. Al final, un gran número de manifestantes llevaron a las calles carteles con declaraciones pro-palestinas y antiimperialistas. De manera similar, el 5 de abril se exhibieron una gran cantidad de banderas palestinas, así como ucranianas.
Las ciudades más grandes vieron enormes multitudes de manifestantes. Las estimaciones iniciales indicaron que hasta 100 000 marcharon en la ciudad de Nueva York y Washington, 30 000 en Chicago, más de 25 000 en Filadelfia y 20 000 en Boston. Pero cientos de comunidades mucho más pequeñas también tuvieron una gran participación, como Prescott, Arizona (cerca de 2000 manifestantes), Anchorage, Alaska (1500), Coeur d’Alene, Idaho (1000) y Geneva, Illinois, donde varios miles de personas se alinearon en las calles. También se celebraron marchas de solidaridad en Londres, París y Berlín.
Washington, D.C., fue testigo de dos grandes protestas el 5 de abril. Además de la marcha «¡Manos fuera!», la marcha «¡Dejen vivir a Gaza!» pidió solidaridad con el pueblo palestino y un embargo de armas estadounidenses a Israel. Esta última reunión fue organizada por varios grupos palestinos, árabe-estadounidenses y musulmanes junto con la coalición de activistas «Actúa Ahora para Detener la Guerra y Acabar con el Racismo» (A.N.S.W.E.R. por sus siglas en inglés) y el Partido por el Socialismo y la Liberación. El evento también se centró en las acciones de la administración Trump al revocar unas 1000 visas de estudiantes (según informes recientes) y deportar a no ciudadanos, como Mahmoud Khalil, Rumeysa Ozturk y Badar Khan Suri, a quienes el gobierno califica de «amenaza» para la política exterior estadounidense.
Existen rumores que algunos de los principales organizadores del evento «¡Manos fuera!» en Washington se mostraron reacios a incluir en su marcha cualquier llamamiento para detener el apoyo de Estados Unidos al genocidio israelí. No obstante, varios manifestantes llamaron la atención sobre el tema con sus carteles y cánticos. Las recientes encuestas de Gallup muestran que el apoyo a Israel ha alcanzado un mínimo histórico en Estados Unidos.
Además, para muchos está claro que la actual administración estadounidense es aún más favorable al proyecto expansionista sionista de lo que había sido la administración Biden, y aún menos dispuesto para llamar la atención sobre los crímenes de guerra israelíes. Trump elogió a Netanyahu durante su visita a la Casa Blanca como «un gran líder» y reiteró su propuesta de que Estados Unidos «tome control» de Gaza para reconstruir el enclave y convertirlo en un elegante complejo turístico similar a la Riviera una vez que los palestinos que viven allí sean expulsados. Sin embargo, se negó a reducir los aranceles impuestos recientemente a Israel, diciendo: «Le damos a Israel 4000 millones de dólares al año. Eso es mucho».
Las organizaciones y coaliciones orientadas al Partido Demócrata, como «Indivisible», «MoveOn» y «50501», fueron generalmente las que tomaron la iniciativa de organizar los eventos de «¡Manos Fuera!». Pero cerca de otras 200 organizaciones actuaron como «socios» nacionales y ayudaron a organizar las protestas en muchas zonas.
El 5 de abril dio señales de que los sindicatos, que hasta entonces, con pocas excepciones, se habían mantenido al margen, podrían estar empezando a organizarse más activamente para oponerse a las políticas antiobreras de Trump. Uno de los sindicatos que apoyó las acciones del 5 de abril, el Communication Workers of America, escribió: «Nuestros empleos y nuestra libertad para negociar contratos están siendo atacados. Los multimillonarios están tomando las decisiones en Washington, lo que está provocando despidos masivos, recortes en la financiación de la investigación del cáncer, nuevos obstáculos para los beneficiarios de la Seguridad Social y el desmantelamiento de las agencias independientes que hacen responsables a los empleadores cuando violan nuestros derechos. […] Cuando nuestros empleadores violan nuestros convenios colectivos, cuando se niegan a negociar contratos justos, cuando se interponen en el camino de los trabajadores que se organizan para afiliarse a nuestro sindicato, utilizamos todas las herramientas que tenemos para proteger nuestros derechos».
Los políticos del Partido Demócrata hablaron en muchas manifestaciones, en algunas ciudades casi dominando el escenario. Pero muchos manifestantes estaban frustrados por la incapacidad o falta de voluntad de los demócratas para contrarrestar eficazmente las medidas que Trump y sus aliados han presentado. Un manifestante, un músico llamado Reece, dijo a The Los Angeles Times (6 de abril): «Creo que hemos mirado a los demócratas, y realmente no podemos esperar que hagan nada en cuanto a la resistencia, porque en mi opinión, son cómplices de algunas de las cosas que están impulsando esta administración actual».
La manifestación del 5 de abril fue en gran medida espontánea y desorganizada. Sin embargo, se han formado reuniones de planificación y coaliciones de base en numerosas ciudades y pueblos, lo que proporciona los posibles cimientos de un movimiento de protesta amplio, diverso y democrático en todo el país. En última instancia, estas coaliciones deben establecer alianzas entre las comunidades más oprimidas, así como con el movimiento obrero, al tiempo que consolidan sus demandas para contrarrestar la agenda de Trump y MAGA (siglas en inglés que significan «Hacer a América grande otra vez», entendiendo por «América», Estados Unidos).
Tras el tremendo éxito de los eventos del 5 de abril, debemos esperar con interés las manifestaciones previstas para el 19 de abril en todo el país; 50501 afirma que esperan involucrar a unos 11 millones de personas en los eventos. Además, el 19 de abril tendrá lugar en la ciudad de Nueva York una marcha orientada a proteger el clima y defender a los inmigrantes. Se han planeado más manifestaciones contra Trump para el Día Nacional de Acción el 1 de mayo; algunas de las actividades cuentan con el respaldo de los sindicatos. La Voz de los Trabajadores insta a todos nuestros lectores a que se involucren en las coaliciones que se están formando para organizar estas protestas y ¡salgan a las calles!
- Se estima que entre 3 y 5 millones de personas participaron en la Marcha de las Mujeres de enero de 2017. La mayor protesta política nacional en la historia de EE. UU. fue probablemente la Moratoria contra la Guerra de Vietnam, en octubre de 1969; se estima que participaron unos 15 millones de personas. ↩︎
Fotos: Manifestantes el 5 de abril en Manhattan (Spencer Platt/Getty Images).