La polémica del PIX, la política del gobierno Lula y la hipocresía de la extrema derecha

Por Partido Socialista de los Trabajadores Unificado – Brasil
La actualización de una medida de fiscalización por parte de la Receita Federal [Agencia de Recaudación Tributaria del Estado] fue el pivot de una gran polémica que muestra, al mismo tiempo, la política del gobierno Lula ante la brutal injusticia tributaria en el país y la hipocresía de la extrema derecha.
A principios de año, la Receita Federal [RFB] modificó las normas que obligan a los bancos a declarar las transacciones financieras por encima de un determinado techo. De R$ 2.000 para las Personas Físicas y R$ 6.000 para las Personas Jurídicas, la Receita aumentó este techo mensual para, respectivamente, R$ 5.000 y R$ 15 mil. Este seguimiento siempre ha existido, pero ahora la RFB incluiría, sin ningún anuncio ni explicación previa, a las llamadas instituciones de pago y las “fintechs”, los bancos digitales que se han popularizado en los últimos años por la facilidad para abrir una cuenta.
La medida provocó una indignación generalizada, ya que en este país quienes pagan impuestos son los pobres, la clase trabajadora y la clase media. Son estos sectores los que enfrentan una estructura tributaria regresiva, que incide esencialmente sobre el consumo, y un Impuesto a la Renta perversamente injusto. Mientras tanto, los multimillonarios no pagan impuestos sobre dividendos, envían miles de millones al extranjero sin pagar un centavo, y aún así se benefician con exenciones y subsidios multimillonarios, como el gran agronegocio y las grandes empresas y multinacionales. Y la RFB, en lugar de perseguir a quienes realmente evaden, quiso controlar el PIX de quienes realizan transacciones mínimas, es decir, los trabajadores, los pequeños comerciantes, los que sobreviven con “changas” en un mercado laboral precarizado y cada vez más informal, y que ahora estarían en el punto de mira de las autoridades fiscales.
La justificación para la medida fue risible. La RFB afirmó que quería combatir el fraude y la evasión fiscal, pero el verdadero evasor de impuestos no es el empleado que recibe el pago a través de PIX. El representante del gobierno incluso tuvo el descaro de afirmar que había ampliado la comunicación obligatoria para transacciones por valor de R$ 5.000, pero el verdadero cambio que querían implementar, y que realmente marcaría la diferencia, era incluir el PIX y los bancos digitales en este monitoreo. ampliamente utilizado por los trabajadores informales, desde vendedores ambulantes hasta jornaleros.
La reforma tributaria prometida por el gobierno Lula, en lugar de corregir esta injusticia, mantuvo su estructura regresiva, no tocó las fortunas de los multimillonarios, y la promesa de gravar a los ricos quedó sólo en el discurso.
La extrema derecha pasa a la ofensiva
Ante este anuncio, la extrema derecha, de manera oportunista, aprovechó para lanzar una campaña masiva de Fake News anunciando una supuesta “tasación” al PIX. Junto a esto, un vídeo del diputado bolsonarista Nikolas Ferreira (PL-MG) denunciando la medida acumuló 230 millones de visualizaciones, con sospechas de promoción y dirección por parte de la Meta de Zuckerberg.
Si el vídeo de Nikolas Ferreira también difunde Fake News, como afirmar que la medida obligaría al MEI (microemprendedor individual) a pagar el Impuesto sobre la Renta, mientras que, por hoy, está exento dentro de un rango de ganancia presunta, por otro lado, el diputado, de manera hipócrita, surfeó una preocupación real entre los trabajadores y gran parte de la clase media, que es bastante cierta.
Los trabajadores, los más pobres y la clase media ya no pueden soportar pagar impuestos mientras ven a los realmente ricos y multimillonarios dándose un festín con todo tipo de beneficios, exenciones y diversas formas de burlar al fisco evadiendo impuestos de millones o miles de millones. Por eso, cuando la RFB anuncia que espiará el movimiento de 5.000 reales en el PIX, la indignación está más que justificada.
En esto, la extrema derecha está de fiesta, con toda la hipocresía y el cinismo que le son característicos. El exministro Paulo Guedes, vale recordar, fue quien propuso gravar el PIX. Nikolas Ferreira, muy lejos de preocuparse por los pobres, es uno de los más acérrimos enemigos del fin de la Escala 6×1. Si realmente le preocupan los que ganan R$ 5.000, ¿por qué no apoya ahora la exención del IR [Impuesto de Renta] para este rango de ingresos? Esta gente surfea los ataques del gobierno, pero también defiende exenciones para los multimillonarios e impuestos sobre las espaldas de los trabajadores. No está en contra de los impuestos, está en contra de los impuestos a los superricos.
Pero ahora viene el cinismo del gobierno Lula. La RFB afirmó que la medida no era para atrapar a los “pequeños evasores de impuestos”, sino a los grandes. Si es así, ¿por qué el rango de R$ 5.000? Los grandes evasores de impuestos no mueven R$ 5.000 en PIX. De hecho, a principios de año, el gobierno llegó a un acuerdo con las empresas aéreas Gol y Azul y redujo en R$ 5,8 mil millones las deudas que estas acumulaban con la RFB. Esta gente ciertamente no recibe sus lucros en PIX de R$ 5.000.
El gobierno Lula no tasa a los ricos
La primera noticia falsa fue que el gobierno de Lula gravaría a los ricos y eximiría a los pobres. La reforma tributaria no tocó las ganancias de los multimillonarios, centrándose en los impuestos al consumo, lo que afecta a las familias más pobres. Gravar a los ricos quedó en la garganta de Haddad.
El anuncio de la exención del Impuesto sobre la Renta para quienes ganan hasta R$ 5.000 fue una cortina de humo para aprobar, en el Congreso Nacional, un verdadero ataque al ajuste del salario mínimo, al BPC y al abono salarial. Además, la medida, prometida para 2026, no afecta la tabla del Impuesto a la Renta más allá de esos R$ 5.000. Es decir, seguirá siendo regresivo, afectando a gran parte de la clase trabajadora y de la clase media.
Eso, por no hablar del infame “impuesto a las blusas”[1], que gravó las compras internacionales hasta 50 dólares (con el voto del propio Nikolas Ferreira, vale recordar).
No es de extrañar, por lo tanto, que tanta gente haya caído en las mentiras de la extrema derecha sobre que se gravaría el PIX. El gobierno Lula ya ha demostrado más que suficiente que prefiere desplumar a los pobres, antes que tocar las ganancias, los ingresos, los dividendos y los patrimonios de los ricos, y principalmente, de los realmente ricos, los multimillonarios que concentran la mayor parte de la riqueza de este país.
Ante la repercusión del caso, el gobierno Lula derogó las nuevas normas. Pero, si realmente el gobierno no quiere cobrar impuestos a los pobres sino cobrar a los ricos, como tanto dice, ¿por qué no aprovecha el momento y envía ya el proyecto de exención de Impuesto a la Renta al Congreso Nacional? ¿Por qué no acaba con las exenciones para las grandes empresas y el agronegocio? ¿Por qué no defiende un impuesto fuertemente progresivo sobre las ganancias y dividendos de los multimillonarios, como defiende en la ONU? ¿Por qué no grava las remesas de ganancias al exterior?
El problema del gobierno Lula no es que no sepa comunicarse. Lo que pasa es que no quiere ni está dispuesto a tocar las fortunas de los multimillonarios, y no duda en meter la mano en los bolsillos de los más pobres.
Artículo publicado en www.oponiaosocialista.com.bre, 16/1/2025.-
Traducción: Natalia
[1] Expresión muy popular en la actualidad, que se refiere al cobro de impuesto de importación (II) de 20% que se realiza sobre compras internacionales online de hasta 50 dólares y que antes estaba exenta, pero comenzó a tener vigencia a partir de un proyecto de ley (PL) aprobado en el Brasil, ndt.