Brasil | La pandemia deja un legado de violencia y desigualdad a mujeres trabajadoras
La pandemia sigue en pleno apogeo. El surgimiento de la Ómicron como producto de la desigualdad en el acceso a las vacunas y la explosión de infectados en todo el mundo muestran las contradicciones del sistema. También lo hace el número de personas que se han visto empujadas a la pobreza y la pobreza extrema, la mayoría de las cuales son mujeres, al mismo tiempo que se han multiplicado las fortunas de los superricos.
Por: Erika Andreassy, de la Secretaría de Mujeres del PSTU Brasil
Para las mujeres trabajadoras, el legado de la pandemia ha sido brutal. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Covid-19 produjo un retroceso de al menos diez años en la participación femenina en el mercado laboral, y 23 millones de mujeres se han sumado a la pobreza solo en América Latina y el Caribe, de un total de 118 millones viviendo en estas condiciones.
En cuanto al trabajo doméstico, que representa entre 10,5% y el 14,3% de los empleos femeninos en la región, más de 70% se vio afectado. Más de 826.000 trabajadoras domésticas fueron despedidas en el Brasil entre 2019 y 2021, la informalidad en el sector aumentó de 71,39% a 75,64%, y la renta media cayó de R$ 979,00 a R$ 929,00. Cabe destacar que dos de cada tres empleadas domésticas son negras.
Sobrecarga doméstica y violencia
Junto con el desempleo y la inseguridad económica, se intensificaron la sobrecarga doméstica y la violencia. Las mujeres asumieron la mayor parte del trabajo adicional en el hogar, particularmente entre las familias más pobres, con hasta 39% más del tiempo. En el Brasil, la mitad de las mujeres pasó a cuidar de alguien en la pandemia. Incluso las trabajadoras que lograron mantener sus empleos informaron un aumento de la doble jornada.
La violencia doméstica y los feminicidios han dado un salto. São Paulo registró un crecimiento de 75% en la atención a mujeres víctimas de violencia en 2021, y en Espírito Santo, los feminicidios crecieron 46%. Los casos de acoso sexual aumentaron 21% en el primer trimestre de 2021.
La desigualdad de género es producto del capitalismo
La opresión es funcional al sistema, ayuda a dividir a la clase y a aumentar la explotación, pagando salarios más bajos a las mujeres, ahorrando gastos sociales con el trabajo doméstico no remunerado y manteniendo un ejército de reserva que presiona a la baja los salarios de los trabajadores.
Por otro lado, las mujeres no sienten la opresión de forma igual. Las mujeres burguesas no sufren las consecuencias de la combinación de opresión y explotación, como la doble jornada, la desigualdad salarial, el desempleo femenino, el acoso laboral, etc.
Y hasta la falta de derechos es diferente, como el tema del aborto, por ejemplo. Las mujeres burguesas, incluso clandestinamente, pueden pagar para realizar el procedimiento con seguridad y comodidad, sin poner en riesgo su vida y su salud como ocurre con las mujeres pobres.
Una lucha contra el capitalismo
La lucha de las mujeres ha ganado visibilidad y movilizado cada vez a más personas. Incluso durante la pandemia, las mujeres salieron a las calles en varias partes del mundo para defender sus derechos. En Argentina conquistaron la legalización del aborto; en México, la despenalización. En el Brasil, la violencia psicológica contra las mujeres fue incluida en el Código Penal. Las mujeres también están ocupando cada vez más espacios de representación en la sociedad, como en Chile, donde recibieron la mayoría de los votos en la Asamblea Constituyente y son mayoría en el Ministerio del nuevo gobierno.
Estas conquistas son importantes y sin duda fortalecen la lucha de las mujeres, por lo que estamos por cada uno de ellas, al mismo tiempo que alertamos sobre sus límites y la necesidad de vincular la lucha de las mujeres trabajadoras por derechos, contra la violencia y el machismo, a la lucha por destruir el sistema capitalista y construir el socialismo, porque mientras perdure el capitalismo ninguna conquista estará asegurada, y seguiremos sufriendo con la desigualdad y la opresión.
Rescatar el carácter de clase del 8 de marzo y de la lucha de las mujeres
Se acerca el 8 de marzo y en el Brasil, donde nos enfrentamos a un gobierno ultraderechista y reaccionario, que ataca sistemáticamente nuestros derechos, son las mujeres trabajadoras las que más sienten la necesidad de derrotar a Bolsonaro.
Desafortunadamente, sectores que construyen el movimiento, como el PT, el PCdoB y sectores del PSOL, buscan transformar el 8M en una plataforma para potenciar el frente amplio y la candidatura de Lula. Además de fomentar la ilusión de que a través de las elecciones y de la alianza con la burguesía es posible resolver los problemas de las mujeres trabajadoras, anteponen sus intereses electorales a los intereses del movimiento.
El 8 de marzo debe estar al servicio de la lucha por el Fuera Bolsonaro, Damares y su proyecto reaccionario y de extrema derecha. Al servicio de la lucha contra la violencia y el machismo, por empleo, salario y derechos para las mujeres. Debe estar vinculado a la lucha contra la explotación capitalista y por la construcción del socialismo. En ese sentido, es fundamental fortalecer un polo socialista y revolucionario también el 8 de marzo y rescatar el carácter de clase y de lucha del 8M. Hacemos un llamado a todos los sectores que construyen el movimiento y que están contra la política del PT y Cía. para que vengan a fortalecer este polo con nosotros.
¡Basta de impunidad! ¡Detención inmediata de Robinho y Falco!
El pasado 19 de enero, la justicia italiana confirmó la condena de Robinho y Ricardo Falco a nueve años de prisión por violencia sexual. Sin embargo, ambos podrían quedar impunes, ya que la Constitución prohíbe la extradición de brasileños, y el tratado de cooperación judicial entre Brasil e Italia no prevé que una condena impuesta por la justicia italiana se aplique en territorio brasileño. ¡Basta de impunidad! El caso Robinho expone la cultura de la violación arraigada en la sociedad. Defendemos castigo riguroso a los agresores, así como políticas de combate al machismo y la violencia.
Artículo publicado en www.pstu.org.br, 2/2/2022.-
Traducción: Natalia Estrada.