Sáb Jul 27, 2024
27 julio, 2024

La barbarie en el Brasil

Mientras cerrábamos esta edición, continuaban desaparecidos el indigenista de la Fundación Nacional del Indio (FUNAI) Bruno Pereira y el periodista inglés Dom Phillips. Ellos desaparecieron en la región amazónica y todo hace pensar que se trata de un crimen cometido por traficantes, en connivencia con pescadores y madereros ilegales que viven en conflicto con indígenas de la región.

Editorial de Opinião Socialista

Bolsonaro, que entabla una guerra contra las comunidades indígenas a favor de las mineras, las madereras y el agronegocio, se limitó a culpar a las víctimas afirmando que estaban en una “aventura no recomendada”.

Hace ya dos semanas, las imágenes de la tortura y ejecución de Genivaldo de Jesus, asfixiado en una cámara de gas improvisada en el patrullero de la Policía Federal de Carreteras [PRF] en Sergipe, causaron revuelta e indignación. Son escenas que evocan las cámaras de gas del nazismo y que muestran la realidad de la violencia policial contra la población negra y pobre. Pasados quince días de ese crimen bárbaro, cometido a la luz del día y frente a innumerables testigos, nadie fue preso.

La ejecución ocurrió pocos días después de una masacre más perpetrada por la policía en Rio de Janeiro, esta vez en la Vila Cruzeiro, que terminó en por lo menos 28 muertos. La operación tuvo la participación del BOPE [Batallón de Operaciones Especiales] de la Policía Militar (PM), de la Policía Federal de Carreteras y de la Policía Civil. Las versiones y justificativas para la participación de la PRF en la acción cambiaron en el transcurso de los días, mostrando que la intención real era promover un espectáculo mediático y electoral a costa de cuerpos negros.

En el Nordeste, las lluvias en Pernambuco causaron, hasta el momento del cierre de esta edición, 129 muertes. Son cerca de 130.000 personas sin casas y desalojados. Si las lluvias son un fenómeno natural, intensificadas por los cambios climáticos, las muertes no lo son. Son el resultado de años de desinterés para con la población por parte de los sucesivos gobiernos de las tres esferas [federal, estadual y municipal].

Expresiones del gobierno Bolsonaro y del capitalismo en crisis

Masacres, ejecuciones bárbaras, desaparición de activistas, muertes por “balas perdidas” en incursiones policiales, y víctimas de “fenómenos naturales” que llegan a las casas de centenas van haciendo parte, cada vez más, de nuestro día a día. A punto tal que la población se va anestesiando frente a las escenas más aterradoras. ¿Qué une estos casos, aparentemente distantes y sin conexión entre sí? Todos son expresión de la barbarie promovida e impulsada por el gobierno Bolsonaro y –más que eso, cada vez más– que el capitalismo en crisis precisa imponer a la población y el pueblo pobre para seguir reproduciéndose.

Así como la situación de degradación, retroceso y caos social creó las condiciones para un gobierno como el de Bolsonaro, el capitalismo precisa imponer un grado de superexplotación y represión cada vez mayor para que los súper ricos, los multimillonarios, las grandes empresas, los banqueros y las multinacionales continúen lucrando. El resultado es la multiplicación de la barbarie en nuestro día a día. Las víctimas son siempre los trabajadores, el pueblo pobre, los indígenas, LGBTIs, las mujeres y los negros.

El plan del imperialismo para el Brasil, aplicado a rajatabla por sucesivos gobiernos y profundizado por el servil Bolsonaro, es la completa recolonización, entregando de una vez el país, arrasando con el medio ambiente y los pueblos originarios, y sacando lo que queda de los derechos laborales, rebajando salarios y explotando hasta la última gota de sudor. Y para imponer eso, profundizar el genocidio negro e indígena, las masacres y el encarcelamiento en masa. El número de personas encarceladas en el país subió 7,6% desde el comienzo de la pandemia. Son casi 920.000 personas –de ellas, casi la mitad sin juicio–, y a este ritmo se prevé que llegarán a dos millones en los próximos dos años.

Lula-Alckmin no son la solución

No es por casualidad que la barbarie crezca en la misma medida en que nos hundimos cada vez más en esta crisis económica y social. Para enfrentarla, es necesario derrotar de verdad el gobierno Bolsonaro –la cara más perfecta de esta situación–, acabar con el hambre, la miseria, el desempleo, la precarización, el desmantelamiento de la salud y de la educación, la destrucción del medio ambiente y los demás problemas que componen este infernal calderón en el que estamos. Y para hacer eso solo hay una forma: atacar las ganancias y propiedades de los súper ricos, de los multimillonarios y de las grandes empresas y multinacionales que controlan nuestra economía.

La alternativa Lula-Alckmin no representa una opción ni algo realmente diferente de todo lo que ya tenemos. Junto con el agronegocio, las multinacionales y los banqueros no cambiarán sustancialmente esta política económica, continuarán gobernando para los ricos y administrando el capitalismo en crisis. Ni siquiera representa un alivio a la barbarie y la represión. Es bueno recordar que Alckmin estaba al frente del gobierno [de San Pablo] cuando la PM paulista perpetró la mayor matanza ya registrada en este país, los llamados “crímenes de mayo” de 2006. Con la justificación del combate al PCC [Primer Comando de la Capital, organización delictiva más importante de San Pablo, ndt.], la PM mató a 505 personas en solo dos semanas. ¿Usted cree que Alckmin se arrepintió y cambió de lado?

Para enfrentar la barbarie, es necesario enfrentar la degradación social y el retroceso impuestos por los gobiernos y el capitalismo. Para hacer eso, es necesario que los trabajadores luchen y se organicen de manera independiente, avanzando en la construcción de una alternativa socialista y revolucionaria. Es al servicio de eso que está la precandidatura de Vera a la Presidencia, por el PSTU y el Polo Socialista y Revolucionario. Mientras quedemos rehenes de proyectos, programas y alternativas de la burguesía, nada cambiará y continuaremos llorando por nuestros muertos.

Lea también: La violencia es política de Estado para sostener la desigualdad.

Artículo editorial publicado originalmente con el título “Conexão barbárie” en www.pstu.org.br, 8/6/2022.-

Traducción: Natalia Estrada.

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