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Brasil

¡Huelga general para sacar a todos ellos! ¡Elecciones generales ya!

abril 25, 2016

El domingo 17 de abril, la Cámara de Diputados aprobó la continuidad del proceso de impeachment contra la presidente Dilma. El resultado fue un golpe para el gobierno. Votaron a favor del impeachment 367 diputados, cuando se necesitaban 342 para su aprobación. Solo 137 votaron con el gobierno. Esa era la votación más importante para que el gobierno consiguiera detener la destitución de Dilma. No economizó esfuerzos para eso, abriendo los cofres y entregando cargos, ministerios y restablecimientos para comprar votos de diputados de partidos de derecha como el PP y el PRB, por un valor que el diario Estado de S. Paulo calculó en casi 40.000 millones de reales. Y ahora, ¿qué ocurre? Dilma continúa siendo presidente, pero su salida es prácticamente dada como inevitable. Es muy improbable que el Senado revierta la decisión de diputados.

Por: Redacción Opinião Socialista

El pueblo no quiere a Temer

El gobierno Dilma está cayéndose y no es con un golpe de estado. Cae porque escogió gobernar para banqueros, hacendados y empresarios y, para reelegirse, promovió un estelionato electoral, mintiendo a los trabajadores, diciéndoles que no atacaría sus derechos. Poco después, hizo justamente lo opuesto. Fue eso lo que le hizo sufrir un rechazo que supera el 80%. Sin ninguna base de sustentación, se volvió un gobierno que simplemente no conseguía continuar aplicando los planes de ajuste y ataques exigidos por la burguesía.

Los banqueros y empresarios que apoyaron al gobierno del PT hasta el último momento, con el avance de la crisis política y de las denuncias de corrupción de la Lava Jato, llegaron a la conclusión de que Dilma no tendría condiciones de gobernar, que lo mejor era sustituirla e intentar poner fin a la parálisis lo más rápido posible. Pero, aún así, la burguesía y el imperialismo se mostraron extremadamente divididos. La posición de los principales diarios extranjeros, portavoces de los banqueros internacionales, muestra eso.

La revista británica The Economist había destinado un artículo sobre el gobierno Dilma con el título: “Hora de irse”. El español El País destacó que el impeachment no resolverá la crisis del país. El Instituto de Finanzas Internacionales, con sede en los Estados Unidos y que reúne a los 400 principales bancos de 70 países, divulgó un informe después de la votación declarándose escéptico de que un gobierno Temer pueda resolver la crisis.

Por otro lado, el pueblo no quiere saber nada con Temer. En la clase obrera y en la población trabajadora, la enorme mayoría cada vez más está por el “¡Fuera todos ellos!” Hasta en las manifestaciones a favor del impeachment, el rechazo a Temer es enorme. Según la Datafolha, 54% de los que estuvieron en la Avenida Palista por el impeachment defendían también la caída de Temer. En el acto a favor del gobierno, a pocos kilómetros de allí, 79% también estaba por su alejamiento. Temer es un estafador, aliado de Eduardo Cunha, que va a intentar continuar imponiendo los planes de austeridad de Dilma, pero con menos legitimidad que ella para gobernar.

Show de horrores en la Cámara de Diputados

La sesión de la Cámara que votó el impeachment de Dilma expuso a la población la cara de este Congreso de estafadores y ladrones. Un desfile de atrocidades, discursos reaccionarios, machistas, racistas, homofóbicos y mucha, mucha hipocresía y cinismo. Todo comandado por el ladrón mayor Eduardo Cunha (PMDB-Rio de Janeiro), bandido que continúa al mando del Legislativo.

Para darnos una idea, 60% de los diputados responden a algún tipo de proceso en la Justicia. Fueron esos diputados corruptos los que votaron a favor del impeachment. El PP, partido de Maluf y campeón de los involucrados en la Lava Jato, se quedó en la base del gobierno hasta el último segundo antes de votar por el impeachment contra la corrupción. No solo votaron sino que hicieron los más absurdos discursos. Diputados ofreciendo sus votos a la familia, a Dios y a los amigos, y declaraciones para impedir el combate a la LGBTfobia.

La mayor bajeza, no obstante, quedó por cuenta del diputado Jair Bolsonaro (PSC-RJ), que prestó homenaje al corrupto Eduardo Cunha y al coronel Brilhante Ustra, uno de los mayores torturadores de la dictadura militar. Si fuese una institución mínimamente seria, Bolsonaro debería haber salido de allí esposado.

Quien asistió a esa sesión solo puede haber sentido asco y rabia de esos parlamentarios. Ese show de horrores mostró todavía más que es necesario sacar a todos ellos. No solo a Dilma y Temer sino a Cunha y este Congreso Nacional de corruptos delincuentes.

¿Quién es Michel Temer?

El vice de Dilma despuntó como diputado en los años de 1990 y, a imagen de su partido, el PMDB, se tornó un símbolo del más sucio dar y recibir [toma-lá-da-cá]. Se hizo amigo de Eduardo Cunha y asumió la presidencia de la Cámara en el gobierno de Fernando Henrique Cardoso (FHC), en acuerdo con el PFL, actual DEM. En 2002, fue candidato a la prefectura de San Pablo como vice en la lista de Erundina, entonces en el PSB. Con la elección de Lula, Temer se bandeó para el lado del PT. Cosió la entrada oficial del PMDB en la base aliada del gobierno, y a partir de 2010 se tornó vice de Dilma para sellar esa alianza espuria.

Corrupto

Temer colecciona innumerables denuncias de corrupción. Fue involucrado en la Operación Castelo de Areia, deflagrada por la Policía Federal, que encontró nada menos que 21 veces el nombre del político en las planillas de pago de la contratista Camargo Correa. Se cree que haya recibido, por lo menos, medio millón de reales entre 1996 y 1998. También fue involucrado en la Operación Caja de Pandora, que investigó el llamado “mensalão del DEM” en el gobierno del Distrito Federal. El vice de Dilma fue investigado por el Supremo Tribunal Federal (STF) por sospecha de cobranza de coima en el puerto de Santos en los años ”90. Y, finalmente, fue citado por Nestor Cerveró por presionar para mantener al director de la Petrobras en el cargo. Según Cerveró, el PMDB cobraba 700.000 dólares para que él permaneciese en el cargo. En su programa de gobierno, hecho con la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (FIESP), está prevista la reforma de la previsión, control de los gastos públicos, desvinculación del salario mínimo a los programas sociales, y demás ataques que el propio gobierno Dilma ya venía implementando.

Traducción: Natalia Estrada

Artículo publicado en Opinião Socialista n.° 515, 21 de abril de 2016, pp.8-9.

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