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Electoral

¡El voto en los socialistas revolucionarios importa, y mucho!

octubre 29, 2020

En todas las elecciones, y por veces fuera de los períodos electorales, muchos entre los propios partidarios del PSTU nos llaman la atención para lo que sería una aparente contradicción de nuestro partido. Esta contradicción sería entre lo que el PSTU dice y su participación en las elecciones.

Por: Bernardo Cerdeira – 21/10/2020

El PSTU afirma que solo la revolución socialista es capaz de liberar de verdad de la explotación y de la opresión a la clase trabajadora y a los sectores populares. También dice que la democracia burguesa es una dictadura disfrazada y que las elecciones son un juego de cartas marcadas, en el cual predomina el poder económico y los trabajadores se limitan a elegir, cada cuatro años, a aquellos que van a explotarlos y oprimirlos por otros próximos cuatro años.

Además de eso, el PSTU denuncia la creciente crisis y el descrédito de la democracia burguesa en todo el mundo, en especial en el Brasil. Denunciamos la corrupción desenfrenada de los políticos que, no por casualidad, alcanzaron actualmente el más alto grado de desprestigio entre el pueblo.

En consecuencia, defendemos que la preocupación y la actividad central del partido revolucionario debe ser la lucha de clases y la organización de la lucha de los trabajadores, y no las elecciones. Asimismo, estos compañeros preguntan ¿si el PSTU piensa así, por qué participa de las elecciones burguesas y coloca candidatos en todas las elecciones? ¿Eso no es una contradicción?

El PSTU participa de las elecciones para defender la revolución socialista

Los partidos oportunistas de izquierda (PT, PCdoB y PSOL) participan de las elecciones, diciendo a los trabajadores que la votación y la elección de parlamentarios, alcaldes y gobernadores de sus partidos, casi siempre en alianza con la burguesía, permitiría resolver las cuestiones de fondo de la clase trabajadora y de los sectores populares, o sea, de la lucha de clases. No por casualidad, esa es la misma concepción de la democracia liberal burguesa sobre que, por el voto, por la elección de parlamentarios y gobernantes, dentro de los límites del sistema capitalista, es posible solucionar la desigualdad y las desgracias que afectan a la clase trabajadora y el pueblo pobre.

Lenin decía, con mucha exactitud, sobre la concepción de esos partidos: “… delimitar la lucha de clases a la lucha dentro del parlamento, o considerar esta última como la forma superior y decisiva que subordina todas las otras formas de lucha, significa pasarse de hecho para el lado de la burguesía contra el proletariado.” [1]

Es decir, nuestra concepción [,con Lenin,] es la opuesta. La III Internacional ya explicaba sobre el parlamento en la época del imperialismo, o sea, del capitalismo en decadencia, diciendo que: “…en las condiciones actuales… el Parlamento se transformó en un instrumento de mentira, de fraude, de violencia, de destrucción, de actos de robo, todas estas obras del imperialismo…” [2]

En el Brasil, existen muchas evidencias de esto: la Cámara de Diputados y el Senado no se cansan de aprobar día tras día las llamadas reformas, que en realidad no pasan de leyes reaccionarias a favor de la burguesía, y contra los trabajadores y el pueblo pobre, como la reforma de la Previsión social, la Reforma Laboral, la Reforma administrativa, la ley de las tercerizaciones, etc.

No obstante, la contradicción reside en la situación de la clase trabajadora y su conciencia, y no en el PSTU. A pesar de su desconfianza, e incluso de su repudio a las instituciones políticas de la burguesía, la mayoría de los trabajadores y de los sectores más empobrecidos, no ven otra salida que no sea la salida por dentro del sistema capitalista, y del régimen político de la democracia burguesa.

Una gran parte de estos mantiene ilusiones en la posibilidad de progresar, convirtiéndose en un “emprendedor” (pequeño empresario) o en [pertenecer a] otro sector, a veces guiados por sus líderes religiosos a votar en candidatos burgueses; otra parte cree en la posibilidad de que partidos progresistas o de izquierda pueden conseguir aprobar reformas en beneficio de los trabajadores. Todos, por diferentes motivos, acaban cayendo en la necesidad de participar de los procesos electorales, aunque repudien a los políticos y desconfíen de las instituciones de gobierno.

El partido revolucionario no puede ignorar esas ilusiones y esos prejuicios de los trabajadores. Al contrario, tenemos que aprovechar todas las posibilidades de participación en la acción política dentro de la sociedad burguesa, para desenmascarar el sistema capitalista, el régimen político de la burguesía, a sus defensores oportunistas dentro del movimiento obrero y emplearla para defender el programa socialista revolucionario. Y las elecciones son un momento privilegiado para divulgar nuestro programa. Lenin destacaba exactamente esto cuando decía:

“(…) la participación en las elecciones parlamentarias y en la lucha a través de la tribuna parlamentaria son obligatorias para el partido del proletariado revolucionario, precisamente para educar a los sectores atrasados de su clase, precisamente para despertar e instruir a la masa aldeana, inculta, oprimida e ignorante. En cuanto no tengáis fuerza para disolver el parlamento burgués y cualquier otra organización reaccionaria, vuestra obligación es actuar en el seno de esas instituciones, precisamente porque aún existen en ellas proletarios embrutecidos por el clero y por la vida en todos los rincones más apartados del campo.” [3]

En efecto, al contrario de los partidos de “la izquierda oportunista”, el PSTU participa sí de las elecciones pero, en primer lugar, para denunciar el sistema capitalista que está llevando a todo el mundo a la barbarie y, al mismo tiempo, para denunciar esa democracia burguesa podrida que busca únicamente paralizar la lucha de los trabajadores, desviarla para el terreno del voto, mientras aprueba las más perversas medidas para aumentar la explotación y la opresión de la clase.

Por eso participamos de las elecciones, para explicar que solo una revolución socialista, que lleve a clase trabajadora al poder para gobernar por medio de consejos populares, puede solucionar los problemas que aquejan a los explotados y oprimidos de todo el mundo. Difundimos las medidas que enfrentando el desempleo atacarían la carestía, el hambre, la sumisión del país al imperialismo, y que revertirían las medidas implementadas contra los trabajadores y el pueblo.

En resumen, participamos de las elecciones para difundir el programa socialista revolucionario, vinculándolo a las luchas de los trabajadores y aprovechando las campañas electorales para apoyarlas.

Cada voto en los candidatos socialistas revolucionarios es una conquista

Al mismo tiempo, varios compañeros plantean otra duda tanto o más importante que la anterior: ellos dicen que el PSTU afirma que participa de las elecciones principalmente para divulgar el programa socialista revolucionario. También dice que su objetivo central no es elegir candidatos a toda costa, o sea, no está de acuerdo con rebajar su programa para conseguir elegir parlamentarios.

¿Eso quiere decir, entonces, que para el PSTU el voto en los candidatos socialistas revolucionarios no importa? ¿Entonces el PSTU cree que es suficiente concordar con el programa, y que el voto es algo secundario? ¿No existe diferencia en el voto de los electores en candidatos del PSTU?

La verdad es que nosotros pensamos exactamente lo contrario; consideramos de extrema importancia el voto en candidatos socialistas revolucionarios. Todos los votos importan. Cada voto que conquistamos para los candidatos del PSTU es una victoria, por diferentes motivos.

En primer lugar, aquellos compañeros que ya votaban en el PSTU y que siempre reafirmaron el voto, elección tras elección, constituyen de hecho una corriente a favor de la revolución socialista que, aunque pequeña, representa el sector más consciente y avanzado de la clase trabajadora.

Nuevos electores del PSTU, que antes votaban en partidos burgueses, significan también una enorme conquista, porque son la expresión de un avance en su conciencia. Significan una ruptura, aunque parcial, con la conciencia burguesa y una tendencia hacia una conciencia de clase. Cada voto de esos es una victoria, porque es un trabajador arrancado de la influencia de la burguesía y que comienza a dialogar con las ideas del socialismo.

También aquellos que antes votaban en candidatos del PT, del PCdoB o del PSOL o en otros partidos oportunistas de izquierda y ahora pasan a dar su voto al PSTU significan un importante avance para la conciencia y la organización de la clase trabajadora, ya que estos partidos representan la ideología de la burguesía por dentro del movimiento obrero.

Esa toma de conciencia aún es parcial porque, en un primer momento, se expresa en el voto y no en la participación directa en la lucha de clases.

Por eso, Lenin decía que el voto es un indicativo de la conciencia de clase: “El sufragio universal es el índice de la madurez, de la comprensión de sus tareas por parte de las diferentes clases. Él muestra de qué manera las diferentes clases están inclinadas a resolver sus tareas. La propia solución de esas tareas es dada no por una votación y sí por todas las formas de la lucha de clases, incluyendo la guerra civil.” [4]

Por último, los votos también son importantes para elegir candidatos del PSTU donde sea posible. Es importante elegir socialistas revolucionarios para las Cámaras Municipales, las Asambleas Legislativas y para la Cámara de Diputados. Esos representantes en las trincheras de los enemigos, diferente de los reformistas, como decía Lenin, deben constituirse en combatientes revolucionarios contra el capitalismo y el orden burgués, por dentro de esas instituciones, que denuncien todas las conspiraciones y tramoyas contra los trabajadores y el pueblo que son generadas ahí, y se coloquen como una fuerza auxiliar al servicio de la lucha de la clase trabajadora contra el capital.

[1] Lenin, “Las elecciones para la Asamblea Constituyente y la dictadura del proletariado” (1919).

[2] “El partido comunista y el parlamentarismo”. Resolución del II Congreso de la III Internacional (1920).

[3] Lenin, Izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo.

[4] Lenin, “Las elecciones para la Asamblea Constituyente y la dictadura del proletariado” (1919).

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