El 2022 llega acompañado de nuevas batallas

El inicio de año viene también marcado por el cierre de la campaña electoral. Está en discusión quien encabezará el nuevo gobierno que dará continuidad al camino que dejó trazado el gobierno del PAC, luego de haber tenido un 2021 marcado por la aprobación del proyecto antihuelgas, los acuerdos con el FMI, los ataques a las pensiones, los recortes a los presupuestos y la discusión de la ley de empleo público.
Por Partido de los Trabajadores – Costa Rica
Y es que con la pandemia, se incrementaron los ataques a los derechos laborales. Precisamente al finalizar el año, la Asamblea Legislativa aprobó de forma expedita dos préstamos por un monto de $500 millones. La primera parte de ese préstamo ($250 millones) ingresó el 23 de diciembre, con recursos correspondientes a provenientes del Banco Interamericano de Desarrollo. Y se esta a la espera de un segundo desembolso que tiene como condicionante la aprobación en segundo debate de la Ley Marco de Empleo Público (21.336) que aún está en consulta con Sala Constitucional.
Este nuevo endeudamiento del Gobierno implicará nuevas medidas contra la clase trabajadora, que se expresan en la reforma al empleo público, la cual parece ser inminente ante la falta de reacción de los sindicatos. Esta reforma que implicará despidos, gravísimas afectaciones a la autonomía de las instituciones, al derecho a la negociación colectiva y una reducción de salario de miles de trabajadoras y trabajadores y representa un catastrófico retroceso para los derechos laborales de la clase trabajadora.
Junto a ello, durante el 2021 fue aprobado por la Junta Directiva de la Caja Costarricense del Seguro Social, la aplicación de nuevos ajustes para el régimen de pensiones del seguro de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), donde entre otras cosas, eliminan el derecho de retiro anticipado para los hombres, y ajustan la edad mínima de retiro para las mujeres, pasando de los 60 a los 63 años. Definiendo además que la cuantía adicional se contabilice a partir de los 25 años cotizados, reformando la cuantía de la jubilación actual que se promediaba a los 20 años de cotización. Esta reforma, fue publicada en la Gaceta los primeros días de este 2022 y entrará a regir a partir del 11 de enero del 2024.
La aprobación de estos proyectos, no encontró mayor oposición ni organización sindical y el gobierno aprovechó el encontrarse un movimiento social desarticulado y debilitado, luego de haber derrotado la lucha contra el Plan Fiscal.
La crisis económica pasará factura
El gobierno ha anunciado que para el 2022 tendrá necesidades de financiamiento que representan el 11,3% de la producción prevista para el año (es decir, unos $7.288 millones). De ese monto se prevé financiar un equivalente al 6,4% de la producción vía deuda interna y 4,9% de la producción vía externa, con la emisión de más eurobonos para el periodo 2022-2026, por lo que es de prever que esto pase factura sobre los bolsillos de la clase trabajadora a través de nuevos ataques que amenacen los salarios y las condiciones laborales.
Las principales amenazas siguen estando concentradas en el ataque a los salarios, donde el gobierno ha venido implementando planes para ataques directos (como la aprobación del proyecto de empleo público) o de manera más solapada, a través del estancamiento. Así, mientras la inflación cerró el 2021 con un 3,30%, según datos del INEC, el reajuste del salario mínimo para el sector privado fue del 0.30%, mientras que el incremento definido para todas las categorías salariales durante el 2022 es de un 2.09%, inferior inclusive a la inflación, generando una pérdida importante del poder adquisitivo.
Esta situación es especialmente preocupante en un país marcado por las grandes desigualdades, donde de acuerdo con datos de la Organización Internacional de la Alimentación (FAO), en Costa Rica una de cada 6 personas no recibe al menos una de sus 3 comidas diarias, lo cual es una tendencia que ha venido en aumento. Los mismos datos son también reiterados por el Informe del Estado de la Nación, que señalan que entre julio de 2019 y junio de 2020, el 47,6% de los hogares (unos 763 mil hogares), experimentaron algún grado de inseguridad alimentaria. Y esta situación es mas frecuente en hogares con jefatura femenina (aun más si es migrante) y en las periferias del país.
El modelo capitalista expone un sistema cada vez más violento
En un modelo marcado por el interés de lucro e individual, se profundiza cada vez más la opresión, la desigualdad y la violencia. La decadencia del capitalismo nos está llevando a condiciones de barbarie que se expresan en el menosprecio por la vida de las personas, ensañándose especialmente contra los sectores oprimidos.
La dictadura empresarial que se vive en el sector privado y la falta de sindicatos, deja a los trabajadores indefensos ante la precarización, los abusos y la violación de los derechos laborales más básicos, donde los trabajadores denuncian la falta de aseguramiento, amenazas y hasta la obligación a utilizar químico y herramientas de trabajo que los exponen, como denunciaron hace unas semanas un grupo de empleados y extrabajadores de la Standard Fruit Company por el uso de un químicos que generaron la aparición de náuseas, fiebre y complicaciones respiratorias.
Junto a ello, el año ha iniciado con nuevos y gravísimos ataques contra indígenas que luchan por preservar su tierra, como es el caso del indígena cabécar Leonel García, quien sufrió heridas de machetazos en todo el cuerpo, con lesiones profundas que lo mantuvieron hospitalizado durante varias semanas.
Y por su parte la situación de las mujeres sigue generando terror, cuando el mes de enero inicia con nuevos casos de femicidios y la denuncia de violaciones colectivas en la zona de Puerto Viejo y ante la desidia de las instituciones las mujeres han vuelto a retomar las calles exigiendo justicia y protección.
Construir una alternativa de lucha y organización
El cambio del año y de gobierno no va traer consigo ni el cambio ni la mejora de nuestras condiciones de manera automática. Es necesario organizarse para luchar contra la arremetida de ataques que se avecinan.
En el Partido de los Trabajadores nos hemos presentado a estas elecciones como una alternativa para el pueblo trabajador y queremos que nos apoyen con su voto para visibilizar una alternativa socialista y revolucionaria, pero somos claros en decir que no será desde la Asamblea Legislativa donde se resolverán nuestros problemas.
Necesitamos seguir organizándonos desde los barrios, los sindicatos, las organizaciones de mujeres y de jóvenes, buscando la más amplia unidad para enfrentar los nuevos ataques, pero especialmente necesitamos construir una alternativa política para la clase trabajadora que apueste por una salida revolucionaria para enfrentar la crisis capitalista. Por eso les hacemos el llamado a votar por el PT este 6 de febrero y a seguir organizándose junto a nuestra organización.