Dilma por Temer: harina del mismo costal

Michel Temer asumió la Presidencia del país en un clima de repudio popular, tanto por la amenaza de una política contra los trabajadores y el pueblo como por sus ministerios y aliados, los corruptos y derechistas de siempre. Nada más justo.
Por: Bernardo Cerdeira
No obstante, los sectores ligados al gobierno anterior aprovechan la desconfianza de las masas para intentar pasar la idea de que el gobierno Temer es lo opuesto a la administración de la presidente Dilma. Según este razonamiento, Temer estaría asumiendo para imponer un tremendo retroceso en relación con el gobierno supuestamente progresista anterior.
Esa campaña tiene dos objetivos: sustentar la tesis de un golpe institucional de la derecha, la única bandera que puede encubrir el fracaso y la traición de los gobiernos del PT, y, al mismo tiempo, preparar la campaña por la vuelta de Dilma en 180 días, después del juzgamiento en el Senado.
No hay dudas sobre un punto: Temer es un gobierno totalmente reaccionario que viene para cumplir una agenda neoliberal. Para eso, precisa atacar a los trabajadores y el pueblo. Desde ese punto de vista, la bandera del “Fuera Temer” es justísima, y todas las organizaciones sociales deberían discutir cómo apoyarla.
Pero, la vivencia política de la mayoría de los sectores populares en los últimos tres años, desde las movilizaciones de junio de 2013, dejó importantes lecciones que no deben ser olvidadas. La más significativa fue la experiencia negativa de las masas con la política antipopular del gobierno Dilma y con el PT. Es esa misma experiencia que tiene que servir de base para no dejarse engañar con la idea de golpe, de ruptura y de dos gobiernos opuestos.
“Fuera Temer” y “Vuelva Dilma” o “elecciones generales”?
El gobierno Dilma y el gobierno Temer son diferentes, pero las personas son casi las mismas, y la política es una continuidad de la anterior. Es por todo eso que no decimos solo “Fuera Temer”, sino también “Fuera Todos”.
Es necesario enfrentar y derrocar el nuevo gobierno reaccionario, pero eso no puede significar la restauración del gobierno reaccionario anterior. Nada de “Vuelva Dilma”.
¡El pueblo tiene el derecho de escoger un nuevo Congreso y un nuevo presidente por medio de elecciones generales, con nuevas reglas, ya! La única forma de enfrentar los ataques del gobierno es por medio de una fuerte movilización que culmine en una huelga general para derrotar esos planes y sacar a todos ellos.
Hay, sin embargo, un obstáculo para eso: las direcciones de las principales centrales sindicales del país. CUT, CTB, además de otras organizaciones, intentan convocar movilizaciones para sacar a Temer y hacer que Dilma vuelva. Si los trabajadores no quieren a Temer, mucho menos quieren a Dilma de vuelta.
El fiasco de la huelga general llamada por los Frentes Pueblo Sin Miedo y Brasil Popular demuestra eso. Nadie quiere volver atrás.
Otras centrales, por otro lado, como la Fuerza Sindical, están al lado de Temer y negocian la reforma de la Previsión.
Es necesario reforzar el llamado a la CUT, la CTB y demás centrales para construir, junto a la CSP-Conlutas y el Espacio Unidad de Acción, una huelga general para derribar a Temer y este Congreso Nacional y convocar a elecciones generales. De la misma forma, hacer un llamado a la Fuerza Sindical para que rompa con Temer y construya esa huelga.
Traducción: Natalia Estrada.
Artículo publicado en Opinião Socialista n.° 517, 19 de mayo de 2016.-
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