
La primera cuestión que queda claro para quien llega de lejos de Atenas en este día 20 de Mayo es que de hecho hubo una verdadera huelga general.
El transporte estuvo totalmente paralizado, no circulaba ni siquiera un metro o un autobús. Hay hasta quien diga que habría sido un error que este sector de la clase trabajadora parara por completo.
En efecto, en la última huelga general, la 5 de Mayo, estos medios de transporte funcionaron durante algunas horas para pudieran esencialmente transportar manifestantes al centro de la ciudad donde ocurriría la respectiva manifestación de masas que siempre acompaña el decretar de cada huelga general en Grecia. Así, dijeron algunos, el hecho de que esta manifestación de hoy en día tiene mucho menos contacto con gente en las calles se debió, en parte, a este factor: no hay transporte hacia el centro de Atenas. Evidentemente no ha sido la razón principal por la que se pasó de 350.000 manifestantes el 5 de Mayo a los cerca de 85.000 de hoy, sin duda habrá otras explicaciones.
De cualquier forma parecía ser consensuado en el activismo y en los medios masivos que la manifestación fue mucho menor que la última huelga general pero la efectividad de la paralización de servicios, fábricas, puertos, universidades, escuelas, transportes etc., fue mucho más significativa. Se sospecha que podrá haber algún cansancio luego de varias huelgas generales y de innumerables manifestaciones de masas que han ocurrido en tan sólo unos 4 a 5 meses y, esencialmente, porque estas manifestaciones parecen no tener un objetivo fundamental a defender, o una ley concreta a revocar, son (quizás) más la expresión de rabia anti-sistema capitalista (y las últimas medidas de austeridad) lo que pone tanta gente en las protestas y en las calles.
En cualquier caso no se crea que la manifestación de hoy no ha sido leída como muy positiva por toda la izquierda, que lo fue. El gobierno se preparó también, colocando de nuevo a cientos de policías de choque junto a los manifestantes, a escasos uno o dos metros, y en una clara señal de provocación decidió aplazar la decisión parlamentaria de algunas de las medidas más graves del paquete pro PEC para el próximo mes de Junio. Según todo indica, ya está fechada una nueva huelga general para mediados del mes de Junio como reacción a la nueva ofensiva gubernamental. Es conveniente recalcar que de parte de los manifestantes había también quien se preparó para ‘lo mejor y para lo peor’, es decir, colas enteras de manifestantes llevaban una especie de bates de béisbol, con unas pequeñas banderas rojas amarradas para disfrazar de banderas, siendo en realidad medidas de precaución y de defensa (digo yo…) por si la policía osara atacar a los manifestantes.
Otro dato interesante fue que a pesar de que esta vez no se tiene registrado ningún incidente con la policía (varios activistas de la izquierda dijeron que era la primera vez que esto sucedía en las recientes manifestaciones y huelgas generales, justo hoy que yo estuve ahí…), sin embargo, se notaba que varias tiendas y hoteles tenían barricadas completamente con puertas de hierro y todavía contaban con decenas de policías de choque para protegerlos de la marcha que pasaba, puesto que todos estaban a la espera de que pudiese acontecer algo.
Otro elemento interesante para el espectador de esta huelga general, seguida de una significativa manifestación, es que en un país con poco más de 10 millones de habitantes, existe un ambiente democrático y de respeto por las posiciones diferentes en su seno. Es la verdadera democracia operaria que reina en el seno de estas manifestaciones, cosa rara de encontrar en otros países. Asimismo, pudimos asistir desde temprano en la mañana a la preparación de cada agrupación o fuerza política, tenga muchos o pocos adherentes y militantes, podían en cualquier momento y lugar no sólo llevar sus pancartas, gritar sus consignas y exponer sus puntos de vista, sin que ningún coche de sonido de la ‘organización’ boicotease efectivamente. Y así transcurrió durante todo el trayecto hasta el parlamento griego.
La izquierda griega acostumbra decir que toda esta panoplia de organizaciones y las respectivas columnas son parte intrínseca de la vida política griega desde hace muchos años. Pero el surgimiento de varias decenas de organizaciones y corrientes, unas que tal como hace 35 años se consideran m-l (marxistas-leninistas, pues claro) y otras anarquistas (que las hay y varias) y otras rupturas varias del PC griego (KKE), y otros reagrupamientos de aquello la que llaman en inglés la ‘far left’, o izquierda radical, aquí de nombre Antarsya, todo esto junto, sólo se había visto con este (nuevo) vigor durante el periodo de la revolución portuguesa de 1974. Si no es una situación revolucionaria la que se vive en Grecia anda ya cerca.
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19/05/2010
Hoy voy a hablar un poco sobre lo que hizo estallar la ira de los trabajadores griegos, además de otros elementos interesantes que están presentes en la actual situación política griega. El gobierno del supuesto “partido socialista” (PASOK) resolvió, para atacar la llamada crisis, reducir los salarios de los trabajadores, primero de los funcionarios públicos y jubilados y ahora ya se habla de que lo harán también con los trabajadores del sector privado. Las reducciones son, en muchos de los casos, de cerca del 30% del salario por mes.
La particularidad de la realidad griega es que debido a las negociaciones de las burocracias sindicales con el poder a lo largo de los últimos años, un funcionario público tenía un (relativo) salario bajo, alrededor de unos 800 euros, pero que era compensado con varios extras (de acuerdo con el hecho de tener hijos a su cargo, dominar otras lenguas, etc.) con lo que podían hacer crecer el salario a casi el doble. Las reducciones, se calcula que en muchos casos podrían ser de 300 euros por mes e incluso un poco más, lo que equivale al monto del arriendo de una casa, por ejemplo.
Desde que llegué a Atenas me intrigaba como se procesaría una huelga general en Grecia. Primero se paralizarían todos y la mayoría de los sectores del mundo del trabajo, según si se realizarían al mismo tiempo (y siempre) huelgas generales y grandes manifestaciones en las calles. La verdad, en Portugal, no solo que no ha habido huelgas generales (la última tuvo lugar el 30 de Mayo de 2007 y no fue tan general), ni fue seguida de ninguna manifestación en el mismo día. En Grecia, todas las huelgas generales son con manifestaciones en las calles (y no solo en Atenas donde la reciente huelga general del 05 de Mayo estuvieron en las calles, solo en Atenas 350.000 personas) e igualmente seguidas con masivas manifestaciones en muchas otras ciudades griegas.
Un dirigente del OKDE nos decía que hay una fuerte tradición de democracia operario en la Confederación Nacional de los Trabajadores, que permite que todas las corrientes se manifiesten y movilicen a estas gigantescas manifestaciones en las calles. Pero hay otro factor, digamos que aún más fuerte, la mayoría de personas que participa de las manifestaciones es espontánea, no es controlada por nadie, va a descargar su rabia contra las medidas de austeridad del gobierno.
Los sindicatos están presentes en las manifestaciones con sus (cada vez más exiguas) columnas, pero donde predominan los trabajadores anónimos, que no se identifican con ninguna fuerza política y que no forman parte de estructura sindical alguna. Un ejemplo solamente. La central sindical que llamó a la última huelga general y manifestación, es dirigida por un líder sindical cercano al partido de gobierno y para proteger al hombre (y su discurso de ocasión) de una lluvia de piedras, frutas o huevos por parte de la mayoría de asistentes a la manifestación, las primeras filas fueron ocupadas por adeptos a dicho dirigente sindical y las “pancartas” eran levantadas muy en alto para evitar que este fuese afectado en el palco, a tal punto que ni siquiera podía verse la cara del orador.
Estas manifestaciones me recuerdan las más recientes manifestaciones de masas de profesores en Portugal, entre el 2005 y el 2008 (con más de 100.000 profesores), donde las personas asistían a un acto convocado por el sindicato, pero la gran mayoría no tenía nada que ver con el sindicato y, muy probablemente, ni estaba sindicalizado. Aún cuando, en este caso, se reconoce alguna credibilidad de quien va a dar el discurso. No olvidemos que en estas manifestaciones, en Portugal, predominan figuras muy cercanas de alguien que hace oposición al gobierno del PS y que en Grecia la manifestación es “presidida” por un dirigente sindical cercano al partido de gobierno, aún cuando la mayoría de los presentes en la manifestación nada tiene que ver con el partido de gobierno, ni con ninguna fuerza política.
Otra particularidad de la realidad griega en base a la clase trabajadora y que probablemente anticipa mucho de lo que viene en otros países, es el surgimiento de aquello que los griegos llaman sindicatos de base y por empresa. Una camarada del OKDE es trabajadora de la empresa mundialmente conocida Vodafone, con más de 1500 trabajadores solo en Atenas. Ella nos contaba que hace poco tiempo, ella y dos o tres colegas más, se propusieron construir un sindicato, al que adherirán rápidamente algunas centenas de trabajadores. Y no se trata de un sindicato paralelo a nada existente (por lo menos la clase no lo siente así) dado que los “viejos” sindicatos nunca fueron para realizar reunión alguna, ni para organizar a nadie. Así, media docena de revolucionarios, en dos empresas distintas, pueden dirigir dos sindicatos en un ápice. Esto está sucediendo en muchas empresas en toda Grecia.
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18/05/2010
Cuando hablamos por primera vez con un estudiante de la Universidad de Arquitectura de Atenas (1000 estudiantes) y le preguntamos cómo fueron las cuatro últimas huelgas generales en el país, nos corrigió inmediatamente: “no sé si fueron ocho o diez pero no fueron cuatro huelgas generales…”.
Quedamos asombrados. Y nombró la primera, la segunda (10 de febrero), la tercera (24 de febrero) la cuarta (parece que de dos días, el 21 y 22 de marzo) y las siguientes ya habían perdido la cuenta. Ni los griegos saben con precisión cuántas fueron y cuáles las fechas ciertas de todas las paralizaciones, dado que fueron muchas y todas con mucha participación, según varios relatos.
Aunque sabían cuándo fue la primera (17 de diciembre de 2009, hace cinco meses) y que “algunas” fueron de dos días y no sólo de uno. Aquí parece ser “normal” hacer huelgas generales. Cuando le pregunté de nuevo si votaron en asambleas parar la escuela para adherir a la huelga general, la consideraron una “stupid question” (pregunta estúpida), dado que “no hay que realizar ninguna asamblea” porque la escuela cierra para cumplir “normalmente” cualquier huelga general. Más aún, también es “normal” que haya ocupaciones de las instalaciones para concretarlas. Y también es “normal” todo lo que mis ojos de un portugués no veían hacía décadas. Las facultades (y todas las paredes) inundadas de pintadas con consignas, de panfletos, carteles, mesas de todos los partidos y fuerzas políticas y/o sindicales por todos los pasillos. Este ambiente de “Mayo del 68” sólo lo conocí, y por un algún espacio de tiempo (dos o tres años), en el periodo anterior y posterior al 25 de abril de 1974, en la época de la revolución portuguesa.
Pero en Grecia es “normal” (menos mal) lo que nos parece “anormal”: que no haya numerosas clases, no pagar nada para comer en las cantinas estudiantiles (todavía hoy en día), no pagar ni un euro (en Portugal, se paga 900 euros por año) para estudiar, todo un clima de desafío que se respira y se aspira en el aire caliente de los cielos de donde se acostumbra decir que nació la “civilización occidental”. Es decir, la ofensiva de los PEC griegos
[1] todavía está en terreno dudoso porque nadie sabe como asestar una derrota a estudiantes que, bien vistas las “cosas”, llevan a la práctica un derecho inalienable: la gratuidad de la enseñanza, en particular para los más pobres.
Pero todo, para mí, comenzó en el viaje de taxi desde el aeropuerto a un hotel, de modo de pernoctar la primera noche. Me decía el taxista: “Hace 22 años que trabajo de taxista en esta ciudad y, por la noche, siempre hubo miles de personas en las calles para pasear o tomar una bebida, siempre hubo cientos de coches en las calles y ahora se puede mirar para todos los lados y no se ve nadie”. Concluyó que nadie tiene dinero para gastar y se queda en casa. Continuó vociferando contra los políticos (de los dos mayores partidos que se alternan en el poder, la Nueva Democracia de derecha y el Pasok “socialista”, en el poder) llamándonos la atención para el dinero que el Estado gasta con las fuerzas armadas, a causa de un conflicto de fronteras con Turquía, y todavía dicen que el “Estado está en crisis”.
El taxista era un trabajador y no un militante de uno de los tantos partido. Pero se notaba que estaba informado políticamente y que simpatizaba con las protestas que el país viene asistiendo. Terminó diciendo: “En septiembre creo que la protesta va a ser más fuerte pues ahora todavía hay un clima de vacaciones que se aproximan, pero después de las vacaciones las ‘cosas’ podrían todavía calentar más”.
Última nota de hoy. Hablábamos con un compañero de una organización revolucionaria (OKDE), mientras paseábamos por las calles de Atenas, cuando, de golpe, notamos algo no muy común en ningún país. A lo largo de varias horas, no parábamos de ver, en numerosas esquinas y avenidas, piquetes y más piquetes de policías de choque, armados con todo (palos, escudos, cascos, etc.), con cara de pocos amigos, a pie y de moto (con telemóviles enchufados haciendo relatos de los movimientos en las calles y escuchando instrucciones), intimidando con su presencia o preparándose para algo que puede “venir en cualquier momento”. Antes, nos decía el compañero griego, nada de esto existía en las calles. Y todavía estamos a dos días de la próxima huelga general. Estamos ansiosos.
[1] PEC: Plan de Estabilización Del Crecimiento, ajuste lanzado por el gobierno portugués del primer ministro Sócrates.
Traducción: Jessica Barquero y Pavel Romero