Vie Jul 26, 2024
26 julio, 2024

Contra la violencia de la extrema derecha, construir una educación al servicio de la clase trabajadora

El informe “O extremismo de direita entre adolescentes e jovens no Brasil: ataques às escolas e alternativas para a ação governamental” [“El extremismo de derecha entre adolescentes y jóvenes en el Brasil: ataques a escuelas y alternativas para la acción gubernamental”] brinda información importante sobre la creciente violencia contra las escuelas, motivada por la ideología de extrema derecha.

Por: Daniel Luz

El sondeo realizado por el equipo de educadores bajo la dirección del profesor Daniel Cara (FE-USP) revela cómo el crecimiento de la ultraderecha ha impactado en el ambiente escolar.

Elaborado como una contribución a la transición al gobierno Lula-Alckmin, el informe se presenta de la siguiente manera: “El objetivo de este informe es presentar cómo los ataques violentos a las escuelas están relacionados con un contexto social que se vincula con la escalada del ultraconservadurismo/extremismo de derecha en el país y la falta de control y/o criminalización de estos discursos y prácticas, así como su difusión a través de medios digitales”.

En este comentario al informe, buscaremos relacionar la violencia dirigida a las escuelas, perpetrada por jóvenes convencidos por ideas de extrema derecha, con la actual crisis económica, social y política mundial, señalando la expresión nacional de esta crisis, que aquí, así como en otros países, llevó al poder a un gobierno de extrema derecha. Sin embargo, también señalaremos la responsabilidad inequívoca de los gobiernos petistas de conciliación de clases por esta situación. Somos parte de quienes desde las aulas hemos notado y sufrido con el aumento de las persecuciones, amenazas y ataques contra los trabajadores de la educación, los estudiantes, la comunidad escolar como un todo, y es desde esta perspectiva que escribimos.

 Como punto de partida, el informe hace la siguiente consideración general: “Desde principios de la década de 2000 se han producido 16 ataques, de los cuales 4 ocurrieron en la segunda mitad de 2022. En total, 35 personas perdieron la vida y 72 sufrieron heridas.” Antes de este período, no hay registros de ataques a escuelas en el Brasil.

La escuela sería un blanco prioritario de estos ataques por ser un espacio privilegiado de socialización de los jóvenes, lo que incluiría dos factores: “1) un sentimiento de venganza exacerbado en relación con la comunidad escolar, por algo que trajo sufrimiento a los agresores; ” y “ 2) debido a su centralidad social, los ataques a escuelas tienen alto impacto mediático, sirviendo como estrategia de propaganda del extremismo de derecha”.

Desde un punto de vista ideológico, las ideas que mueven a los agentes de estos ataques se caracterizan por la creencia en la supremacía blanca y masculina, por el odio a las llamadas minorías nacionales y étnicas (xenofobia y racismo), por el desprecio a las mujeres (misoginia y machismo), por el odio a la población LGBTQIA+, por el anticomunismo, por no aceptar ni siquiera las instituciones de la democracia burguesa, por ejemplo, el parlamento. Así, prosigue el informe, “Junqueira (2018), señala que, en el país, la reacción más enfática de estos grupos comienza entre los años 2010 y 2011, cuando el proyecto que proponía distribuir en algunas escuelas materiales para promover el reconocimiento de la diversidad sexual, fue catalogado como “kit-gay”. En tono enfático y alarmista, señala él, una petición dirigida a instituciones del Estado dice que “[El] Kit Gay (…) es un estímulo a la homosexualidad y un incentivo a la promiscuidad y a la confusión del discernimiento del niño sobre el concepto de familia”.

El informe señala que no toda cooptación de jóvenes desemboca en ataques, por lo que es necesario no reducir la acción de la extrema derecha a los ataques violentos. Estos jóvenes, en su mayoría hombres blancos, son accedidos por la extrema derecha a través de foros de debate en la internet, como los llamados chans, o a través de foros de juegos como Freefire, Roblox, etc.

Desde adentro de la lucha de los trabajadores de la educación y del día a día de las escuelas, vemos y sentimos el intento de controlar y censurar el contenido de las clases, la libertad necesaria para el ejercicio de la educación, bajo un discurso sumamente retrógrado. De hecho, el informe constata: “Los parlamentarios que diseminaron el pánico moral han convocado a estudiantes y familiares a grabar clases impartidas por los docentes que están trabajando contenidos realmente esenciales para la formación, como el respeto a las diferentes formas de existir, que abordan la necesidad de combatir las múltiples formas de la violencia y las desigualdades étnicas, raciales, sociales y de género. Las denuncias realizadas por familiares conservadores, ya sea a través de redes sociales o mediante el envío de videos o audios, han llevado a parlamentarios que se posicionan como defensores de la moral y de la familia tradicional, a invadir los espacios escolares, denunciar en las tribunas y redes sociales, a instituciones, estudiantes y profesionales de la educación, lo que ha provocado enfermedades a docentes [por] ataques y amenazas de muerte a los actores involucrados”.

Ante la realidad que expone el informe y la amenaza a la que estamos expuestos en las aulas de todo el país, proponemos mirar la situación política nacional y mundial para reconocer el contexto social, económico y político donde la ideología de extrema derecha gana fuerza y seduce a parte de la juventud trabajadora y de “clase media” (pequeña burguesía).

Como sabemos, la escuela no existe aislada de la sociedad y de la lucha de clases. En este momento, eso significa que la escuela está inserta en el sistema capitalista en crisis económica, social y política. En nivel mundial, la gran burguesía ha avanzado ferozmente contra los derechos de la clase trabajadora, conquistados a costa de mucha lucha, profundizando la explotación de nuestro trabajo para mantener y aumentar su margen de ganancia. Al hacerlo, multiplica las condiciones de miseria de poblaciones enteras. La pandemia mostró la monstruosidad capitalista: los ricos/multimillonarios concentraron más riqueza en sus manos, mientras la mayoría de la humanidad padecía en la miseria y en la enfermedad.

Brasil desarrolló, bajo los años de gobierno de extrema derecha, índices cada vez más alarmantes de hambre, desempleo, precarización de las condiciones de trabajo, fue ejemplo de todo lo que un gobierno no debe hacer en una pandemia, estando entre los países con mayor número de muertos en proporción a su población.

El sistema educativo como un todo ha conocido el avance de propuestas ultrarreaccionarias: la cruzada contra la llamada ideología de género, el avance de la militarización de las escuelas, la destrucción de los currículos de la escuela pública en los que se expurgan disciplinas consideradas “críticas”, a favor del emprendedorismo y otros alineados con los intereses capitalistas y la ideología neoliberal.

La escuela fue elegida por la extrema derecha en el poder como blanco y laboratorio de su ideología retrógrada. En todo el país, temas como la identidad de género, el pensamiento antirracista, la dictadura militar brasileña, el holocausto y muchos otros pasaron a ser considerados “adoctrinamiento comunista”. El clima de persecución y caza de brujas a los trabajadores de la educación, en particular a las profesoras y profesores, se ha extendido por todo el país. Las escenas de concejales de extrema derecha que invaden las escuelas para confrontar y amenazar a profesoras/es se convirtieron en algo común.

A este escenario hay que añadir los datos del informe sobre el creciente armamento de una parte de la población y su impacto en jóvenes y niños. El registro de armas en manos de la población civil aumentó casi seis veces entre 2018 y 2022. En su mayoría, estas armas están en manos de CAC’s –coleccionistas, tiradores deportivos y cazadores–; actualmente el número de armas pertenecientes a estas colecciones privadas es superior al registrado en poder de las fuerzas policiales, según datos del Sigma [Sistema de Gerenciamiento Militar de Armas del Ministerio de Defensa (con finalidad deportiva o para colección), ndt.] y del Sinarm [Sistema Nacional de Armas del Ministerio de Justicia (posesión o porte para seguridad, defensa personas, residencial y comercial), ndt.].

Según el Anuario Brasileño de Seguridad Pública 2022, en 2021, siete niños o adolescentes fueron víctimas de violencia letal cada día. De este total, 50% de los niños y 88% de los adolescentes fueron asesinados por armas. El informe señala: “Según una encuesta del Instituto Sou da Paz, en la mitad de los ataques contra escuela, las armas provenían de las casas de los tiradores, ya sea porque eran armas registradas por CACs o porque usaban armas pertenecientes a la policía.”

El papel del PT y sus gobiernos

En este contexto, es comprensible que muchos profesores/as vean con esperanza el retorno de Lula/PT al gobierno federal. Pero, proponemos el ejercicio de interpelar esa esperanza, comparándola con la política real de los gobiernos del PT en educación en sus trece años de gobierno, así como con las señales dadas en estos dos primeros meses del gobierno Lula-Alckmin.

Recordemos que la propuesta de reforma de la Educación Secundaria que dio origen a la Nueva Educación Secundaria (NEM) fue elaborada bajo el gobierno de Dilma Rousseff; fue también en su gobierno que la producción y distribución de materiales para promover el reconocimiento de la diversidad sexual fue vetada; fue también durante el gobierno del PT que se inició el proceso de militarización de las escuelas. Recordemos que el gobierno de Lula tuvo como política central de acceso a la Educación Superior la transferencia de millones de reales a los empresarios de la educación, lo que resultó en un endeudamiento extremo de los trabajadores. Sumado a esto, la creación de varias instituciones de educación superior en el país no estuvo acompañada de una adecuada política de inversiones. Medidas progresistas como la ley 10.638 que instituyó la enseñanza de historia y cultura africana y afrobrasileña tampoco fue acompañada de una política de preparación adecuada de los profesionales para tornarse efectivamente una realidad.

El actual gobierno de Lula-Alckmin ya ha declarado que no revocará la reforma de la Educación Secundaria. Eso, incluso, se trata de un retroceso con relación al programa electoral del PT de 2018, en el que se defendía la revocación de la reforma de la Enseñanza Secundaria. En realidad, al actuar de esta manera, el gobierno de Lula/PT-Alckmin busca preservar su alianza con los grandes capitalistas como la Fundación Lehman, el Banco Mundial, entre otros. Por esa vía, sigue los planes del imperialismo de destruir la educación pública del país y expandir sus ganancias haciendo de la educación una mera mercadería. La CNTE-CUT aprobó en su congreso la bandera para la derogación del NEM [Novo Ensino Médio- Nueva Educación Secundaria], sin embargo, sigue apostando en la buena voluntad de Lula, aferrándose a tímidos asentimientos de reconsideración del tema. Hasta el momento, en la práctica, el MEC [Ministerio de Educación] ha abierto una consulta pública para oír a la sociedad sobre el tema del NEM. En verdad, deberían apostar en la movilización independiente de las/os trabajadoras/es de la educación y de las/os estudiantes para imponer la revocación del NEM.

Un programa socialista para construir la escuela que queremos

El capitalismo mundial vive una grave crisis, que también se expresa en el Brasil. De modo general, la política de los capitalistas y sus gobiernos de derecha y de izquierda ha sido hacer que los trabajadores paguen por la crisis. Esto significa un aumento de la pobreza, del hambre, del desempleo y del subempleo, la destrucción de derechos expresados ​​en reformas como la previsional y la laboral. Todo esto afecta directamente las perspectivas de vida de la juventud trabajadora que no ve salida para su vida.

En este ambiente, las falsificaciones de la extrema derecha se presentan como una solución “realista” para acabar con los males de la sociedad. Por lo tanto, el combate a la violencia contra las escuelas promovida por la extrema derecha debe pasar necesariamente por una política que sea independiente de la burguesía, el imperialismo y sus gobiernos. Que unifique a la clase trabajadora sobre la base de un programa socialista para construir una sociedad y una escuela que respondan a los intereses y necesidades del conjunto de la clase trabajadora, preservando la vida de los profesionales de la educación y de los estudiantes.

En ese sentido, en enero de 2021, en medio de la pandemia y la política de genocidio promovida por los gobiernos federal y estaduales, escribimos:

“La decadencia de la educación es parte de la decadencia de todo el país. Existe un desmantelamiento de la educación pública, con fondos muy por debajo de las necesidades, desde la escuela primaria hasta las universidades. Los profesores y todos los empleados de la educación son atacados con bajísimos salarios y condiciones de trabajo.

Junto con esto, crece una burguesía de la educación, con grandes grupos privados que se aprovechan de la crisis de la educación pública.

Defendemos la educación pública, gratuita y de calidad para todos, en todos los niveles desde el primario hasta el universitario. Defendemos un fondo mayor para la educación. ¡Por la expropiación de los grupos privados de la educación! ¡Acceso libre a las universidades!

Es necesaria una expansión cualitativa de la inversión para la producción de conocimiento en el país, en la producción científica y tecnológica en las universidades, pero también más allá de ellas”.

De esta manera, nos damos cuenta de la importancia del informe O extremismo de direita entre adolescentes y jovens no Brasil: ataques às escolas e alternativas para a ação governamental” y del gran trabajo de los investigadores que lo realizaron. Ciertamente, muchos de sus aportes y propuestas pueden ser fundamentales en la lucha contra los ataques de la extrema derecha. Sin embargo, no estamos de acuerdo con la posición de consejeros del gobierno Lula-PT/Alckmin, ya que este, hoy más que en el pasado, está comprometido con los intereses de la gran burguesía nacional e internacional. En particular, busca mantener su alianza con la burguesía de la educación, como lo demuestra el mantenimiento de la Nueva Escuela Secundaria, frente a las múltiples y diversas voces que exigen su inmediata revocación.

La perspectiva política del informe también se muestra también en el punto “8 –Acciones a desarrollar en la sociedad– más allá del espacio escolar”, en que se presentan propuestas que se restringen la vigilancia de grupos extremistas, mejoras en la legislación penal y la propuesta de desarme. genérico de la población civil. Sin negar la importancia de esas medidas, así como la alteración de la Ley de los Crímenes de Discriminación Racial y Odio Racial (ley n°7.716/1989), proponemos para el debate un programa que ose proyectar una escuela al servicio de los intereses y necesidades de la clase trabajadora, independiente y en contra de los intereses de los capitalistas y sus gobiernos, desde la extrema derecha hasta la izquierda. Así, presentamos los siguientes puntos para el debate:

  • Control por la comunidad: la política de gestión democrática está siendo reemplazada cada vez más por la gestión empresarial. Solo con la participación activa de los Consejos Escolares, el respeto a la autonomía y el control efectivo de la comunidad y de los trabajadores en la toma de decisiones, en la construcción de la política educativa e incluso en el control de las inversiones, podremos revertir esta situación. .
  • Más inversión y valorización: para tener modernización, tecnología e infraestructura, se necesita más inversión pública en la escuela pública y mejores salarios para todos los trabajadores de la educación.
  • Condiciones de trabajo y de estudio: es necesario reducir el número de alumnos por aula, asegurar la apertura de escuelas y clases en el período vespertino y en las EJA (Educación de Jóvenes y Adultos), mejorar la alimentación y garantizar la inclusión con calidad de los alumnos con deficiencia. El combate al racismo, el machismo, la lgbtfobia y la xenofobia, así como las políticas para ampliar el acceso y la permanencia en las escuelas, son esenciales.
  • ¡El hijo del rico y el hijo del trabajador en la misma escuela! Es necesario revertir las privatizaciones y estatizar los grandes grupos empresariales que transforman la Educación en una mercadería. ¡La educación es un derecho de todos y no un privilegio de quienes pueden pagar, por lo que todos deben tener acceso a la misma escuela!
  • Basada en nuevas relaciones de trabajo y de estudio: a lo largo de la historia, la enseñanza siempre ha estado ligada a las necesidades del trabajo, y por eso se limita a los intereses del capitalismo, cada vez más decadente y en crisis. Para que los niños y jóvenes tengan acceso a una educación completa y universal, es necesario construir por las manos de la clase trabajadora, una sociedad socialista que supere la contradicción de la sociedad actual, en la cual el trabajo de la mayoría alimenta las ganancias de una minoría explotadora.

Artículo publicado e www.pstu.org.br, 22/3/2023.-

Traducción: Natalia Estrada.

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