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28 marzo, 2024

Contra la política criminal de Duque, preparemos el 28A, a pesar del CNP

Intervención en el Encuentro de la Coordinadora Nacional Sindical Social y Popular el 27 de abril de 2021.

Por: Fredis Marrugo – Presidente Ustrial

El Gobierno criminal de Iván Duque lleva un año aprovechando la emergencia sanitaria generada por la pandemia, para implementar normas en beneficio de los más poderosos y para adelantar reformas laborales, tributarias y pensionales en detrimento de la clase trabajadora, la juventud, las mujeres, las comunidades afro e indígenas y los sectores populares, que solo han recibido migajas asistencialistas y han sido víctimas de la represión y la brutalidad policial.

El Comité Nacional de Paro, reducido a las direcciones de las centrales obreras, ha convocado un Paro Nacional para el 28 de abril, en medio de la incertidumbre de la preparación en las bases y de un aumento en los contagios del covid-19.

Para tener un mayor acercamiento a lo que será esta jornada, es necesario partir de lo que significó el 21 de noviembre de 2019, que no es comparable con lo que fue el Paro Cívico Nacional de 14 de septiembre de 1977 pero, guardando las proporciones, ha sido la jornada de lucha que ha manifestado un despertar de los trabajadores y los pobres, por lo que hemos caracterizado como la movilización más importante de los explotados en nuestro país en el presente siglo.

Un Comando Nacional de Paro que se niega a dirigir el Paro Nacional

Tenemos que decir que de allí se conformó un organismo denominado Comando Nacional de Paro, que presentó un pliego de peticiones al gobierno de Duque con las 106 peticiones más sentidas por todos los sectores, el cual fue ignorado por el Gobierno. Este pliego aún no se ha resuelto y del mismo, hoy el Comando Nacional de Paro no dice nada

Para nadie es desconocido que la intención de los dirigentes de las centrales al convocar el Encuentro de Emergencia que votó el paro para el 21 de noviembre de 2019 era reducir esta movilización a una jornada de lucha, para dilatar las movilizaciones. Pero la dureza del paquetazo de Duque y la presión de los diferentes sectores, llevó a que fuera derrotada la intención de los dirigentes de las centrales obreras y saliera el 21N que ya todos conocemos.

Lo más lamentable en todo este proceso, a pesar de que existan compañeros que defiendan el actuar de los dirigentes de las centrales, es que desde el mismo 21 de noviembre comenzaron a actuar como bomberos tratando de apagar el fuego que amenazaba con extenderse a todo el país, y que en lo fundamental ardía en las grandes ciudades como en Medellín y Cali, pero especialmente en la capital, Bogotá.

Ese actuar como apagafuegos, los llevó a decir al día siguiente en declaraciones a la prensa, que el paro ya había terminado, cuando en todos los sectores continuaban las manifestaciones y los cacerolazos ensordecían las ciudades. Luego se ven obligados a convocar un encuentro en el mes de diciembre, al cual no asistieron pero que, en el concierto realizado ese domingo posterior al encuentro, se expresó la fuerza y el apoyo de amplios sectores a la lucha contra el Gobierno.

Nuevamente dividen el Encuentro convocado a finales de enero, realizando uno paralelo en los auditorios de Cafam, mientras los asistentes perdimos toda la tarde del sábado en el Teatro Jorge Eliecer Gaitán para terminar el domingo en la Concha Acústica de la Universidad Nacional. Allí se vota un Paro Nacional el 25 de marzo 2020, paro que fue olvidado por el confinamiento y los decretos de la pandemia, pero que sirvió para desnudar la situación de subcontratación, de tercerización y dispersión en que encuentran los trabajadores de la salud, que han sido la primera línea en la lucha contra el Covid-19 y vanguardia en la denuncia contra el Gobierno, pero su lucha ha sido ignorada por las direcciones de las centrales. Los dejaron luchando solos y no permitieron que se unificaran con una política que pudiera echar abajo todo lo que significó la aplicación de la nefasta ley 100 del 1993.

Las luchas en medio de la pandemia

La pandemia del Covid es real, nosotros no somos negacionistas, hoy más de 62.500 colombianos han muerto y más de 2.300.000 personas han sido contagiadas, pero debemos ser claros que esto se ha producido por la irresponsabilidad del Gobierno, no solo nacional sino también los famosos gobiernos alternativos, que han estado más interesados en los negocios de los capitalistas que en la salud de la clase trabajadora y los pobres, que somos los que hemos puesto la mayoría de los muertos. Por eso debemos exigir un plan de vacunación masiva y sin patentes, gratuito, en el que todo el que quiera vacunarse, lo haga inmediatamente.

Tenemos que decirlo, los dirigentes de las centrales han tenido el comportamiento más antidemocrático jamás visto en el movimiento popular en el país, pero este actuar solo se puede explicar porque en lugar de tener como política la organización y movilización de los trabajadores para derrotar los planes del gobierno, ellos solo han querido concertar y preparar desde el 2019, las elecciones presidenciales de 2022, mostrando que lo único que les interesa son las elecciones, como si con ellas se fueran a lograr los cambios que necesitamos la clase trabajadora y los sectores populares.

Para nadie es desconocido que los pocos derechos de los que aun gozamos los explotados en el país, no han sido dádivas de los gobiernos o de los patrones. Todos los derechos que hoy disfrutamos han sido producto de la lucha permanente de los explotados y ningún gobierno va a resolver nuestros problemas. La experiencia la vemos hoy en América Latina, en la que los mal llamados gobiernos “progresistas” han aplicado los planes neoliberales del FMI y del Banco Mundial contra los trabajadores: Lula en Brasil, que implemento una reforma pensional regresiva; Maduro, que a pesar de existir un bloqueo por parte del imperialismo se niega a expropiar a la burguesía, que hoy se viste con trapos rojos para autoproclamarse Bolivariana y Socialista, mientras los trabajadores han perdido sus derechos y gozan de los salarios más miserables de Suramérica. En esta situación ha pasado por el gobierno de Evo Morales en Bolivia o Correa en Ecuador, que han pagado fielmente el saqueo y la estafa que significa la actual deuda externa.

Desgraciadamente, el Comando Nacional de Paro dejó de luchar por el pliego de los 106 puntos, para levantar un pliego de seis denominado de emergencia, en el cual se negaron a levantar reivindicaciones importantes con el reintegro de los despedidos, y al que el gobierno sigue desconociendo. Hoy todo su esfuerzo lo dedica al proyecto de ley de la renta básica, que significará avalar le reforma tributaria, para que una serie de auxilios asistencialistas – como familias y jóvenes en acción – se unifiquen en una suma miserable que máximo alcanzará 400 mil pesos, negándose a luchar por un subsidio para los desempleados y empleos reales con sus prestaciones.

Para este proyecto de ley convocaron una Cumbre Nacional, donde supuestamente iban a recibir los aportes de las organizaciones. Al proyecto de ley no le incorporaron ninguno de los aportes que la gente propuso, pero siguen negándose a convocar una cumbre obrera y popular que organice la lucha contra el paquetazo de Duque.

Hoy los sindicatos del sector estatal han presentado alrededor de 600 pliegos de peticiones al Estado, que es el principal violador de las leyes laborales colombianas al auspiciar la tercerización laboral, con los contratos sindicales, las OPS, etc.  Con el fin de desconocer derechos de los trabajadores. En ese marco, la cúpula de las centrales sindicales ha decretado un Paro Nacional para el 28 de abril, Paro al que inicialmente llamaron estatal y por 24 horas y ahora simplemente lo llaman paro, sin hacer ningún plan concreto de preparación y en el que piensan hacer algunos mítines y concentraciones, llamando paro a una jornada de protesta.

El papel de la CNSSP

Nosotros en la CNSSP debemos discutir el qué hacer frente a la nueva situación que se nos plantea. Partiendo de este encuentro que en la práctica es un encuentro de las organizaciones que somos parte de la CNSSP y no es el encuentro que necesitan los trabajadores para derrotar el paquetazo del Gobierno.

Los trabajadores necesitamos salir a las calles no solo a protestar, sino a crear las condiciones para que de verdad se pueda realizar un paro Nacional Indefinido que pueda llegar a paralizar la producción, como único mecanismo eficaz que puede parar este plan de hambre del Gobierno de Duque que se implementa además con el más cínico plan de exterminio de luchadores sociales.

Desgraciadamente, miles de trabajadores aún no abren sus ojos ni su mente y siguen creyendo y confiando en dirigentes que hoy los están traicionando. Lograr que los trabajadores hagan la experiencia con esos dirigentes traidores pasa por construir una alternativa de dirección que reivindique como primera medida la solidaridad con los que luchan, esto significa lograr hacer entender que el problema de cualquier trabajador es nuestro problema y no podemos dejarlos solo como sucedió con la heroica huelga de los trabajadores del Cerrejón, a quienes luego de huelga, la transnacional sigue imponiendo su política nefasta al implementar el turno de la muerte.

Esa alternativa de dirección para los trabajadores, de la cual esta coordinadora nacional es un pequeño embrión que se está construyendo, debe superar algunos errores de sectarismo y de autoproclamación, debe tener una política de confrontación a los planes del gobierno, oponiéndose a la nefasta política de concertación que hoy agencian la mayoría de las direcciones políticas y sindicales.

Queremos aclarar que este término de concertación es utilizado por los dirigentes de las centrales, dándole el significado de negociación. No podemos confundir estos términos, concertar es acordar con el gobierno las políticas nefastas para los trabajadores con la idea de causar el “menor daño”, es volver a los explotados cómplices de su explotación. En cambio, la negociación es un resultado de la lucha, es obligar a los patrones y al gobierno a reconocer nuestros derechos por medio de la movilización y la confrontación.

Nosotros, como militantes del Partido Socialista de los Trabajadores, creemos que la CNSSP debe llamar a los dirigentes sindicales y en especial al Comando Nacional de Paro, para que esta jornada de protesta convocada para el 28 de abril sea de verdad un Paro Nacional o para que sirva para avanzar en ese sentido. Por eso, es necesario que se convoque un Encuentro Nacional donde participemos todas las fuerzas del movimiento obrero y popular, las mujeres, la juventud, las comunidades afro e indígenas, que se convoquen asambleas de las organizaciones sindicales, sociales y populares para organizar la participación en el Paro, debemos exigir que exista democracia para los de abajo y que se convoquen en todas las regiones encuentros que apunten a ese objetivo: confrontar el Paquetazo de Duque.

Artículo publicado en www.magazine.pstcolombia.org, por

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