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Brasil

Brasil: ¿Quién hace el juego de la derecha?

juego de la derecha
Foto Cristiano Mariz/O Globo POLITICA Europa Press/Contacto/O Globo
agosto 13, 2023

Algunos sectores de la izquierda nos acusan de minimizar la lucha contra la ultraderecha, cuando decimos que los trabajadores no deben apoyar el gobierno de Lula. Pero hoy, si miramos a Brasil, vemos que es el gobierno el que ayuda a la ultraderecha. 

Por: Redacción PSTU Brasil

En los últimos días hemos sido testigos de una sucesión de masacres promovidas por las PMs. Está ahí, entonces, el dedo de la ultraderecha bolsonarista, que gobierna São Paulo y Río de Janeiro. Pero, también, del PT, que gobierna Bahía, uno de los Estados con la PM más asesina del país. 

Lo peor es que, aun ante la tragedia de la violencia del tráfico o policial, que se abate sobre los trabajadores y habitantes de las periferias, en particular la juventud negra, el gobierno federal no toma ninguna iniciativa para contener la violencia policial, avanzar en la desmilitarización de las PM o incluso abordar el problema de la despenalización de las drogas para poder enfrentar el negocio multimillonario del narcotráfico.

En realidad, fue Lula quien aprobó la Ley de Drogas en 2006, responsable de agravar el encarcelamiento de jóvenes pobres y negros, con una legislación que perpetúa el racismo y los prejuicios de clase.

Si bien el PT ganó las elecciones con un discurso contra la política de seguridad pública de Bolsonaro, en la práctica, tanto en los Estados que gobierna como en el gobierno federal, el partido de Lula viene reproduciendo la vieja política de seguridad racista, al servicio de los ricos. 

No es casualidad que el gobierno celebre y considere como un logro suyo el avance de la privatización de los presidios. Es literalmente la mercantilización y generación de ganancias con el encarcelamiento en masa, en un país donde solo se arresta a los pobres y negros.

Gobernando con y para la burguesía

En el terreno económico, el gobierno anunció un recorte presupuestario de R$ 452 millones en la Salud y R$ 332 millones en la Educación. Todo ello para respetar el Techo de Gastos creado por Temer. El nuevo Marco Fiscal, propuesto por el gobierno, sigue la misma lógica que el Techo de Temer. 

Cuando denunciamos y exigimos al gobierno del PT, los sectores de la izquierda pro gobierno reaccionan diciendo que Lula está haciendo lo posible, dentro de las fuerzas que tiene. Esto no es cierto, incluso porque si realmente quisiera acumular más fuerzas para tomar medidas a favor de los trabajadores, tendría que enfrentarse a la burguesía y los capitalistas, desde ya. 

Pero, el sector que viene implementando medidas que favorecen a la burguesía, y no a los trabajadores y trabajadoras, es el propio PT. Por ejemplo, el Marco Fiscal, como le gusta a la burguesía, fue diseñado por Haddad y por Lula. No por el ala derecha del gobierno. 

No es que el PT esté presentando buenas propuestas a los trabajadores y estas sean derrotados por la derecha. Sino, sí, que él mismo presenta medidas que agradan a la derecha. 

Un gobierno que dice defender a los trabajadores, aun cuando gobierne en el capitalismo, podría y debería tomar medidas contra los intereses de la burguesía y, así, luchar por una nueva correlación de fuerzas. 

Eso no es lo que hace Lula. Y no por un problema de correlación de fuerzas. Sino, sí, porque el gobierno, por sus alianzas, proyecto y composición, es de la burguesía y cuenta con apoyo de los monopolios internacionales y de los países imperialistas. 

No gobiernan para los trabajadores

¿Qué le impide a Lula presentar un proyecto de desmilitarización de la PM? ¿O a Haddad presentar un marco social y no fiscal? ¿Cuál es la dificultad en proponer un aumento del salario mínimo en el valor del Dieese, de R$ 6.676,11, en detrimento de las ganancias de multinacionales y multimillonarios?

Si amenazasen con dimisión, que el gobierno las estatice, poniéndolas bajo el control de los trabajadores.

Presentar estas propuestas desde el propio gobierno federal, si acaso el gobierno fuese realmente de los trabajadores, sería posible y movilizaría a los trabajadores, a la juventud y al pueblo pobre. Lula y el PT no hacen eso porque defienden el mantenimiento de los intereses de la burguesía y la profundización del capitalismo.

Si quisiese liberar a los trabajadores, necesitaría usar el Estado contra la burguesía, el imperialismo y la derecha, para romper la maquinaria propia del Estado capitalista, apoyándose en la movilización de los trabajadores y no en la gobernabilidad con el Centrão. 

Después de todo, ¿de qué sirve que un gobierno de izquierda gane las elecciones para gobernar como la derecha? Esto solo ayuda a la ultraderecha. Pero, incluso con “cara de izquierda”, este proyecto capitalista no logra resolver los problemas más sentidos por el pueblo. Está destinado, en algún momento, a desmoralizar a la clase trabajadora de alguna manera, como hemos visto suceder recientemente. 

Construir una alternativa con independencia de clase

Si los trabajadores no construyen su propia alternativa, con independencia de los diferentes sectores burgueses, es más probable que la derecha capitalice el descontento contra el actual proyecto capitalista del PT. Por eso, la tarea de construir una alternativa política que se oponga a los dos bloques burgueses, tanto el de Lula como el de Bolsonaro, se plantea con cierta urgencia.

No se trata de esperar que Lula tenga un buen o mal gobierno. Sino de saber que apoyar al gobierno no ayuda a construir una salida para los trabajadores. En realidad, se interpone en el camino; porque nos deja a remolque de un sector burgués y capitalista, incluso haciendo mucho más difícil la lucha contra la oposición de ultraderecha. Sin construir una movilización independiente, exigiendo al gobierno y denunciando sus ataques, la situación de los trabajadores puede empeorar.

Los trabajadores necesitan reclamar lo que es suyo. Para esta lucha es necesario exigir que las entidades del movimiento, como la CUT, la UNE y el MST, rompan con el gobierno y con la patronal. 

En setiembre tendremos el 5° Congreso de la CSP-Conlutas, que servirá como un punto de apoyo en esta lucha por un movimiento social, sindical y popular con independencia de clase.

Junto con esto, es fundamental fortalecer un partido que defienda un proyecto revolucionario y socialista para Brasil y el mundo, que sea una oposición de izquierda, de los trabajadores, al gobierno de Lula; para que incluso podamos derrotar a la ultraderecha de una vez por todas, en lugar de “negociar” con ella.

Artículo editorial de Opinião Socialista publicado en www.pstu.org.br, 9/8/2023

Traducción: Natalia Estrada.

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