Mar Mar 19, 2024
19 marzo, 2024

Sudáfrica | Retomando el camino de la lucha, contra el CNA y el Partido Comunista

La ola de saqueos que ocurrió en África del Sur en el mes de julio mostró la bancarrota del modelo de gobierno tripartito del CNA/COSATU/PARTIDO COMUNISTA. La izquierda en general y la izquierda reformista en particular tratan de minimizar los acontecimientos en este país. Este texto intentará mostrar: a) que 300 muertos muestran cuánto es represiva la nación del Arco Iris de Mandela; b) que la explosión en forma de saqueos es la expresión de la pobreza de las masas; c) que el modelo estalinista de revolución por etapas impuesto por el Partido Comunista, el CNA y la central sindical COSATU, falló. La izquierda reformista y la estalinista en particular prefieren no discutir la quiebra de este modelo, la burguesía y su gran prensa, más realistas, hablan del fin de un ciclo. Algunos hasta hacen una relación entre los veintisiete años de gobierno del CNA/COSATU/PC con los también veintisiete años del gobierno de Kenneth Kaunda, en Zambia. Hay muchas similitudes entre esos dos procesos: su origen en las luchas y su decadencia política y represión a los que luchan.

Por: César Neto e Yves Mwana Mayas

“Actualmente, en la primera quincena de julio, puede parecer superficialmente que todo más o menos volvió a lo normal. De hecho, en las profundidades del proletariado como en las cúpulas de las clases dominantes está, en preparación casi automática, un nuevo conflicto…”. León Trotsky[1]

La heroica lucha contra el apartheid

El régimen de apartheid fue implementado en 1948 por el entonces primer ministro y pastor protestante Daniel François Malan, del Partido Nacional. El apartheid tenía un claro objetivo económico, en la medida en que la atrasada industria sudafricana no conseguía competir con las grandes empresas capitalistas europeas, y para poder mínimamente resistir, necesitaba reducir el costo de producción y producir en condiciones análogas al trabajo esclavo. Así, era necesario oprimir y desmoralizar a los trabajadores para poder someterlos. Impedir que los negros frecuentasen plazas, hospitales y escuelas destinados a los blancos, además de criminalizar los casamientos interraciales, era parte de ese sistema de opresión-explotación para producir a bajo costo.

La resistencia al apartheid impuesto en 1948 comenzó ya en los primeros días y ganó impulsó en los años de 1970, 1980 y 1990. La resistencia al régimen del apartheid inspiró la lucha de activistas negros y del movimiento obrero en todo el mundo. En los años 1980 y 1990, las luchas se radicalizaron con el estallido de huelgas generales de masa, huelgas estudiantiles, diversas formas de boicot, ocupación de tierras, etc. En el auge de la lucha para derrocar el régimen del apartheid, varias townships (favelas) se tornaron verdaderas áreas liberadas donde el Estado no entraba y la comunidad se autoorganizaba para las tareas de educación, distribución de alimentos y servicios, y autodefensa. Trabajadores y jóvenes se armaban para defender sus comunidades contra los representantes del Estado sudafricano.

En esa época, las masas negras, muchas veces con el apoyo de los trabajadores blancos, transpiraban odio contra el apartheid, contra el Estado sudafricano, y caminaba a pasos largos rumbo al entendimiento de la necesidad de destrucción del capitalismo. Era un proceso revolucionario en curso que asustaba a la gran burguesía nacional y extranjera.

¿Negociación o profundización de la lucha? ¿Revolución por etapas o revolución permanente?

La enorme presión de la situación revolucionaria obligó al gran capital a abrir canales de negociación. ¿Es correcto negociar, hacer concesiones, desmovilizar cuando estamos a la ofensiva? Esa pregunta fue hecha por muchos activistas. En la práctica, los activistas se preguntaban sobre el mejor camino: negociación o profundización de la lucha. Pensando en un plano más teórico, marxista, se planteaba el viejo debate entre la teoría estalinista de la revolución por etapas o la del marxismo revolucionario, del Mensaje al Comité Central de la Liga de los Comunistas escrita por Marx, de las Tesis de Abril de Lenin, o de la Revolución Permanente de Trotsky.

La negociación significaba la salida de los trabajadores y de los jóvenes de las calles, el freno y la desmovilización a cambio de la concesión de derechos democráticos.

La profundización de las luchas significaba construir organismos de doble poder que pusiesen en discusión el famoso “quién manda aquí”, los trabajadores o la burguesía, y también el desarrollo del armamento de los trabajadores y de los jóvenes que ya existía en algunas townships. ¿Eso es radical? No. Los trabajadores venían luchando desde 1948 contra el apartheid y, como dijimos, los años 1980 y 1990 fueron de profunda radicalización.

La negociación fue impuesta al movimiento de masas por las organizaciones políticas CNA (Congreso Nacional Africano), el Partido Comunista de África del Sur, y por la central sindical COSATU.

La negociación se dio con la utilización de un trípode compuesto por cooptación, desmovilización y desmoralización del movimiento.

En el proceso de cooptación importantes figuras fueron incorporadas a la negociación, entre ellas, Thabo Mbeki, que comenzó su militancia como dirigente estudiantil, estudió en Rusia y más tarde fue elegido para el Comité Central del Partido Comunista; Jacob Zuma, que estuvo diez años preso en la Isla de Robben junto con Nelson Mandela; el mayor dirigente de los mineros, Cyril Ramaphosa. Estos tres personajes acabaron siendo presidentes de Sudáfrica. Coincidentemente, Mbeki perdió el poder, el control del CNA para Zuma, y fue obligado a renunciar. Zuma asumió y sufrió impeachment impuesto por su propio partido, dirigido por Ramaphosa.

Además de estos tres importantes personajes que llegaron a la presidencia de la República hubo una infinidad de otros dirigentes que fueron cooptados para distintos tipos de órganos de control político y sindical de los trabajadores, que en aquel momento estaban en lucha.

La consecuencia de la cooptación fue la desmovilización, la salida de los trabajadores de las calles y el control de los organismos independientes que habían sido construidos. Y al cooptar y desmovilizar fue posible ilusionar a los trabajadores y a la juventud con la promesa de una Nación Arco Iris.

El primer gran acto de desmovilización fue el asesinato de Chris Hani, líder del Partido Comunista del África del Sur y jefe de gabinete de uMkhonto we Sizwe, el brazo armado del Congreso Nacional Africano (CNA). Él fue asesinado por Janusz Waluś, un inmigrante polaco, miembro de la organización de extrema derecha AWB (Afrikaner Weerstandsbeweging – Movimiento de Resistencia Afrikaner). El asesinato de Chris Hani provocó una conmoción nacional y se dio en un momento álgido de las luchas contra el apartheid. El cuerpo de Hani fue velado en el estadio First National Bank, en Soweto. Ómnibus, taxis y cualesquiera vehículos eran confiscados cuando intentaban viajar del estadio hasta el lugar del entierro. Durante la vigilia nocturna realizada en memoria de Hani, una multitud de jóvenes negros prendió fuego en las casas próximas y atacó los automóviles que pasaban[2]. Por lo menos dos personas murieron en esos disturbios; en una de las casas incendiadas murió quemado un hombre blanco que era miembro de la dirección de AWB. Y casi todos los grandes centros urbanos de África del Sur fueron saqueados por turbas enfurecidas. Ese hecho se dio incluso con el país presidido por Frederick de Klerk, del Partido Nacional. Nelson Mandela, la principal figura de la oposición, pero ya negociando con el régimen del apartheid, fue a la TV a lamentar la muerte de Chris Hani, pedir calma y que las personas se quedasen en casa y rezasen por el alma de Chris Hani.

El caso de Chris Hani es un ejemplo de la desmovilización con un bies político. Hubo otras formas, por ejemplo a través del vaciamiento y la destrucción de organizaciones populares, juveniles y sindicales.

En el caso sindical hubo una política deliberada de vaciamiento de las entidades sindicales vía la institución del NEDLAC. En 1994, en el inicio del gobierno de Nelson Mandela, se creó el Consejo Nacional de Desarrollo Económico y Trabajo (National Economic Development and Labour Council, NEDLAC). La función del NEDLAC[3], entre otras, era “promover el crecimiento económico y buscar el consenso y la celebración de acuerdos en materia de política social y económica”[4]. O sea, la función primordial era buscar el consenso entre patrones, empleados y gobierno, y la celebración de acuerdos en las cuestiones laborales.

Inicialmente, dada la correlación de fuerzas favorable a la clase trabajadora, el gobierno votaba en ese órgano tripartito con los trabajadores. Era el consenso entre trabajadores y gobierno, al cual los empresarios “se sometían”. Con el pasar del tiempo, el gobierno fue poco a poco localizándose del lado de los empresarios. Como el NEDLAC fue fruto de una ley, desacatar sus decisiones es una infracción, un crimen.

Así, en la actualidad, antes de que haya una huelga es necesario primero buscar el consenso. De esa forma, pasan meses y años sin que se llegue al consenso. Caso haya una huelga no “autorizada” por el NEDLAC, esta es ilegal. En mayo de 2020, una huelga de los trabajadores de la Volkswagen[5] en protesta contra la contaminación por Covid-19 fue considerada ilegal y los activistas despedidos. Para efectuar el despido, la Volkswagen recurrió a la ley que da soporte al NEDLAC y los trabajadores fueron acusados de radicales por no buscar el consenso.

Así, con esa represión legalizada por el Consejo Nacional de Desarrollo Económico y Trabajo fue siendo controlado, vaciado y reprimido el increíble movimiento sindical de los anos 1980 y 1990.

1994: la oportunidad perdida

el Congreso Nacional Africano (CNA), el Partido Comunista y la central sindical COSATU llegaron al poder en las elecciones presidenciales de 1994, respaldados por una larga trayectoria de lucha, de formación de cuadros, de inserción en las luchas sociales, pero sobre todo, con un enorme peso de masas.

En el Congreso del CNA de 1955 se había aprobado el documento Freedom Charter (Carta de la Libertad), que defendía la nacionalización de la minería, de los bancos y de la industria monopólica de la siguiente manera. “¡El pueblo compartirá la riqueza del país! La riqueza nacional de nuestro país, la herencia de todos los sudafricanos, será devuelta al pueblo; la riqueza mineral bajo el suelo, los bancos y la industria monopólica serán transferidos a la propiedad del pueblo como un todo; todas las otras industrias y [el] comercio deben ser controlados para ayudar al bienestar del pueblo; todas las personas tienen derechos iguales de comercio donde elijan, de manufacturar y de entrar en todos los negocios, oficios y profesiones”.

El etapismo estalinista del Partido Comunista y del CNA se presentó nítidamente en el Programa de Reconstrucción y Desarrollo (RDP), ya en 1994. Mandela, en la Introducción del RDP, afirma: “… estamos listos para asumir las responsabilidades de gobierno y debemos ir más allá de la Carta, hacia un programa real de gobierno. Este documento RDP es una etapa vital en ese proceso. Representa una estructura coherente, viable y con amplio apoyo”.

Como el propio Mandela dice en la Introducción: “es una estructura coherente, viable y con amplio apoyo”. Así, se cambiaba el nacionalismo por las tareas democráticas, como una primera e infinita etapa. “El RDP es un marco de política socioeconómica integrado y coherente. Busca movilizar a todo nuestro pueblo y los recursos de nuestro país para la erradicación definitiva del apartheid y la construcción de un futuro democrático, no racial y no sexista” (Punto 1.1.1 del RDP). Así, con el RDP, la soberanía sobre los minerales fue cambiada por la “construcción de un futuro democrático, no racial y no sexista”.

Con menos de dos años en el gobierno, el Partido Comunista y el CNA mostraron cuál era su real política económica. La fase de las conquistas democráticas y la “estructura coherente, viable y con amplio apoyo”, como decía Mandela, se transformó en un plan neoliberal con la aplicación del Plan GEAR (Growth, Employment and Redistribution – Crecimiento, Creación de Empleo y Distribución de Renta). El GEAR (engranaje, en inglés) enfatizó la austeridad fiscal, reducción del déficit atando la tributación y los gastos como proporciones fijas del PIB. A través del GEAR, las prioridades macroeconómicas declaradas por el gobierno se tornaron inflación, desregulación de los mercados financieros, reducción tarifaria y liberalización del comercio, además de limitar los gastos del gobierno. Un plan neoliberal nacido de las entrañas del etapismo estalinista.

La abertura de la economía y la desindustrialización

Como parte de las negociaciones involucrando al CNA/Partido Comunista y la gran burguesía nacional e imperialista estaba la abertura de la economía para productos importados. Así, el naciente régimen democrático burgués comandado por Mandela aceptaba las imposiciones imperialistas, tal cual los gobiernos neoliberales de Menem en la Argentina, Collor en el Brasil, entre otros gobiernos de esa misma época. Como consecuencia de ese proceso[6], la industria nacional no consiguió competir con la tecnología extranjera y no pudo competir intensificando la explotación de los trabajadores y utilizando la mano de obra semiesclava como en la época del apartheid. La radicalización de los trabajadores no permitía semejante ataque. El resultado de ese proceso fue que la industria nacional cerró sus puertas o directamente fue a la quiebra, desindustrializando el país, aumentando el desempleo que ya era muy grave. Con la desindustrialización, la explotación minera, totalmente controlada por las empresas imperialistas, se tornó el centro de la economía del país. Es decir, el imperialismo controla hoy la economía mucho más que en la época del apartheid.

El imperialismo no perdona: Strategy of Minners in Africa

No hay dudas del papel del imperialismo en esta fase de decadencia del capitalismo. El control político, económico y militar es gigantesco. Por ese motivo, no creemos que se pueda hacer una revolución por etapas. O como dicen los estalinistas, los castristas y los chavistas, primero conquistamos y consolidamos los derechos democráticos y después avanzamos hacia las cuestiones económicas.

Esa política etapista llevó a que el estalinismo, que tenía el control del movimiento de masas, a través del CNA y del COSATU, aceptase y aplicase pacientemente la política del Banco Mundial, denominada Strategy of Minners in Africa[7]. La Estrategia para la Minería en África, atacó dos cuestiones centrales: a) soberanía sobre los recursos naturales, y b) el fin de la explotación de esos recursos por empresas del Estado. Quien tenga la oportunidad de leer el documento del Banco Mundial verá que este fue aplicado literalmente en estos veintisiete años de gobierno del Partido Comunista y del CNA. El documento impone: a) seguir evolucionando en los programas de ajuste económico para pagar la deuda; b) los gobiernos deben definir claramente sus estrategias de desarrollo de la minería. El sector privado debe asumir el liderazgo; c) los incentivos para los inversores en minería deben ser claramente determinados en la legislación de inversiones; d) la tributación de la minería precisa tomar en cuenta los niveles de impuestos en otros países mineros para mantener o establecer la competitividad de la industria nacional; e) la legislación de minería debe reducir el riesgo y la inseguridad para los potenciales inversores y garantizar fácil acceso a las licencias de explotación y concesiones de minería; f) las instituciones gubernamentales deben interrumpir las funciones operativas y de marketing; y, g) controlar la minería artesanal.

La impagable deuda pública

Las enormes movilizaciones contra el apartheid desde los años 1970 estaban creciendo día tras día y poniendo en riesgo la existencia del régimen sudafricano, y de la propia África del Sur capitalista. Además de la lucha interna, crecía al mismo tiempo el repudio internacional al régimen de segregación racista. En 1976, la Asamblea General de las Naciones Unidas votó la Resolución 31/33, por la cual instó a los bancos a no prestar asistencia financiera al gobierno de la minoría blanca y extendió la recomendación a todos los Estados para interrumpir nuevas inversiones y préstamos financieros a África del Sur.

El régimen, al mismo tiempo que reprimía internamente, atacaba también a los países vecinos en su lucha anticolonial, en especial a Angola, Namibia y Mozambique. Para tal fin, en medio del bloqueo impuesto por la ONU era necesario comprar armas y municiones, dar entrenamiento, asistencia, y hacer trabajos de espionaje. Vendidas en el mercado negro, el precio de las armas crecía 25 a 30%.

Incluso con el bloqueo impuesto, muchos bancos prestaron dinero a África del Sur. Así, podemos decir que la deuda pública sudafricana es a) deuda odiosa, pues fue hecha para comprar armas y reprimir dentro y fuera del país; b) deuda ilegal, pues fue hecha en época de bloqueo impuesto por la ONU, donde estaban prohibidas transacciones comerciales y financieras con Sudáfrica mientras estuviese vigente el apartheid, y c) deuda ilegítima, pues fue hecha para favorecer a un sector (apartheid), y contra los intereses de los que luchaban contra el apartheid y el colonialismo.

A pesar de ser odiosa, ilegal e ilegítima, el gobierno que asumió el poder en 1994 aceptó pagar la deuda.

La pobreza en África del Sur es consecuencia del robo de los recursos naturales y de la deuda insostenible.

Después de veintisiete años de gobierno del CNA/PC y central sindical COSATU, aplicando la teoría estalinista de primero conquistar la democracia y después avanzar, debemos hacer un balance muy serio de la política minera, de la política frente a la deuda pública, pues la condición de vida de la clase trabajadora no avanzó. En muchos aspectos, empeoró.

Los trabajadores fueron perdiendo todos sus derechos, su jubilación, el desempleo aumentó y, en caso de que quieran luchar, precisan antes pedir autorización del Nedlac. Y en ese marco, vieron a sus direcciones sindicales ser domesticadas y destruidas. La mayoría de la clase trabajadora vive en las grandes favelas (Townships), sin agua y sin cloacas.

La educación dejó de ser gratuita. Todas las escuelas y, en todos los niveles, son pagas. El curso de derecho de la Universidad de Cape Town cuesta 70.000 rand anuales, y un trabajador gana como máximo 48.000 rand en el mismo período. El salario de los profesores es pago en parte por el Estado y en parte por los alumnos. El gobierno se sacó completamente de encima el compromiso con la educación y también con la salud.

Por fin, la desmoralización

La aplicación del etapismo estalinista, justamente cuando las masas estaban a todo vapor, fue sin dudas, una traición por parte del CNA y del Partido Comunista. Las medidas de preservación y ampliación de la explotación minera por parte de las transnacionales, el pago de la deuda, las políticas neoliberales de desindustrialización, flexibilización de derechos de los trabajadores, y recortes en los gastos con la salud y con la educación aplicados a lo largo de veintisiete años son la razón primera y última del desempleo, la pobreza y la muerte por Covid.

Como dijimos, la salida negociada se dio con la utilización del trípode compuesto por la cooptación de los luchadores y activistas, y al estar en la estructura de poder esos cooptados trataron de desviar todas las tentativas de movilización. La desmoralización vino a lo largo de estos veintisiete años de gobierno del CNA, del Partido Comunista y de la central sindical COSATU.

La cooptación sirvió para que esos activistas ascendiesen socialmente. Ramaphosa, el actual presidente, fue dirigente estudiantil, importante dirigente del sindicato minero, y llegó a ser director de la empresa inglesa London Mining (Lonmin). Y varios se transformaron en pequeñoburgueses o directamente en burguesía. Ese asalto a las estructuras del Estado y el enriquecimiento es visible para cualquier observador atento. Pero, incluso aquellos que solo acompañan la política por los grandes medios de comunicación, acaban descubriendo que los principales dirigentes están metidos en fraudes, robo y corrupción.

Así, aquella vanguardia que derrotó el apartheid, que sufrió todo tipo de persecución, que fue exiliada, que cumplió largos años de cárcel, al final capituló al proceso de cooptación. La cooptación no es un problema moral, es un problema político. Problema político, ya que aplicaron con todas las letras la concepción estalinista de revolución por etapas, que se tradujo en el cambio de la Carta de la Libertad por el RDP, GEAR, y una serie de políticas económicas que son las bases del desastre económico y social que vive Sudáfrica.

Todos nosotros sabemos que en las luchas hay varios factores a ser considerados. En el caso específico de los trabajadores, precisamos ver el papel de su dirección, y esa dirección, el CNA, el Partido Comunista y la central sindical COSATU, desmoralizaron. Ellos actuaron conscientemente para sacar al pueblo de las calles y garantizar la tan necesaria gobernabilidad o “paz social” que la burguesía tanto necesita. Y conscientemente actuaron para cooptar, desmovilizar y desmoralizar.

La explosión de los movimientos de masas. Aún es el primer acto

La COSATU, principal organización sindical del país, es parte del gobierno. Las otras organizaciones, en especial NUMSA y SAFTU son una ruptura por la izquierda del COSATU, pero, al ser un ruptura, traen las marcas del viejo sindicalismo, sin participación de las bases y controlado por dirigentes que fueron educados por los viejos cuadros estalinistas sobre la base de privilegios, autoritarismo y conciliación de clases.

Así, la bronca y la rabia de los trabajadores no contiene una forma organizativa que los unifique, que discuta un plan de luchas y un programa a ser alcanzado.

Un hecho externo al cotidiano de los trabajadores acabó sirviendo como estopín. La pelea interna del bloque CNA-PC-COSATU llevó a que un sector, comandado por el ex presidente Zuma, organizara algunos pequeños saqueos para poder presionar a la otra facción. Podría ser una buena táctica si no fuese por la situación desesperante que viven las masas de aquel país.

Inmediatamente, las escaramuzas de Zuma se transformaron en un tremendo movimiento social, con saqueos a los grandes supermercados, shopping centers, tiendas y camiones de mercaderías. La reacción del Estado sudafricano fue igual al que había tenido en el apartheid: más de 300 muertos.

Pero ese fue solo el primer acto. Las masas ya demostraron fuerza y volverán a las calles o, como decía Trotsky en “La situación en Francia en 1936”: “puede parecer a primera vista que todo volvió más o menos a la normalidad, en realidad, en las profundidades del proletariado como en las alturas de las clases dominantes, la preparación casi automática de un nuevo conflicto está en curso”.

Saqueos: ¿robo o expropiación?

Desde el punto de vista de las luchas de los trabajadores hay muchas polémicas sobre los saqueos. Están aquellos que reconocen que las luchas espontáneas no sirven para organizar a la clase trabajadora y por eso no los defienden. Y están aquellos que se colocan en el campo de la clase trabajadora y reconocen los saqueos como una justa forma de lucha. Pero eso es una polémica entre nosotros, los que luchamos hombro a hombro con los trabajadores.

Hay otra polémica que considera que si todas las mercaderías son fruto del trabajo, del cual la burguesía se apropia, el saqueo no es más que la expropiación de aquello que ya era de la clase trabajadora. Solo la burguesía, que se favorece con la expropiación del trabajo ajeno, puede decir que es un robo.

El Partido Comunista dice que es robo y que debe ser criminalizado.

El PC, a través del Comité Ejecutivo Provincial de Gauteng, se colocó claramente contra los saqueos y en la defensa del orden capitalista. La declaración emitida en los días de los saqueos, es muy clara: [El Comité Ejecutivo de Gauteng] “resolvió, por unanimidad, condenar la violencia y los saqueos en curso en los términos más vehementes posibles. Como SACP en Gauteng, consideramos esos actos de criminalidad y sabotaje económico como parte de una contrarrevolución bien coordinada”[8].

En otra declaración, el Partido Comunista de África del Sur, miembro tripartito del gobierno, defiende abiertamente la represión que resultó en la muerte de 300 personas. El día que se hizo pública la declaración, según ellos mismos, había 72 muertos. O sea, la medida que ellos defendían resultó en otras más de 220 muertes. La declaración habla por sí sola:

“Los responsables por las muertes, otros actos violentos, destrucción, saqueos y violaciones de los derechos humanos asociados deben ser responsabilizados. La supremacía de nuestra constitución y, sobre la base de ella, el Estado de derecho, debe ser protegido y mantenido. Es en este contexto que las medidas anunciadas por el gobierno para garantizar la seguridad y protección de los ciudadanos cumplidores de la ley y de otros nacionales en África del Sur, al mismo tiempo que toma medidas para responsabilizar a sus responsables, fueron ampliamente saludadas por los amantes de la paz sudafricanos. El Estado debe fortalecer su intervención de acuerdo con su mandato constitucional, para poner fin a la violencia, el pillaje, la destrucción y el sabotaje, con efecto inmediato”[9].

Es preciso preparar las luchas que vendrán

Los trabajadores, en especial los trabajadores desempleados, la juventud y los moradores de los barrios pobres fueron a la lucha por fuera de sus organizaciones. Ellos no esperaron por el Cosatu, Numsa o Saftu y fueron a la lucha. Es verdad que muchas veces fueron confundidos con los lúmpenes al servicio de Zuma, pero esto no invalida su disposición de lucha. Más que nada, mostraron que cuando salen a las calles, dan miedo al gobierno y a la burguesía.

Las necesidades, obviamente, no fueron atendidas, pues en ese proceso se presentó la mayor de todas las debilidades: la ausencia de un programa y de una dirección que transformasen la radicalización en victoria.

La burguesía y el gobierno preparan el contraataque. No será contra Zuma. Será contra los pobres. Los primeros actos fueron la invasión –sin orden judicial– de las casas humildes en las townships, y toda mercadería encontrada sin comprobante o factura fue incautada y devuelta a la burguesía. La segunda medida fue la ola de prisiones y criminalización de los hambrientos, además con el apoyo explícito del Partido Comunista.

Las masas contaban sus muertos. Pero también contaban con orgullo sus actos de rebeldía y bravura. Las masas se sentían, como mínimo, semivictoriosas. Ellas seguramente repetían el viejo refrán cantado desde la época del apartheid: “¡la lucha continúa!”.

Pero, para que “La Lucha continúe” es preciso superar las actuales organizaciones, en especial el CNA, el PC y la COSATU. Es preciso ayudar a la clase trabajadora, la juventud y el pueblo pobre en la construcción de un programa antiimperialista y anticapitalista. Un programa en total oposición al que fue aplicado en los últimos veintisiete años. Además del programa, es preciso también construir organizaciones sindicales y políticas que apliquen en ese programa. Nosotros, de la Liga Internacional de los Trabajadores, muy modestamente, nos ponemos del lado de aquellos que quieran construir el programa y la organización política para tal fin.

[1] TROTSKY, León. ¿Adónde va Francia? Ante la segunda etapa, disponible en: https://www.marxists.org/espanol/trotsky/1936/1936-francia/07.htm

[2] The Death of Chris Hani: an African Misadventure. In: https://omalley.nelsonmandela.org/omalley/index.php/site/q/03lv02424/04lv03370/05lv03422.htm

[3] ttp://www.labour.gov.za/national_economic_developmnt_and_labour_council

[4] https://nedlac.org.za/wp-content/uploads/2020/11/Nedlac-Protocols.pdf

[5] https://litci.org/en/german-government-and-volkswagen-populism-and-repression-in-the-south-african-pandemic/

[6] África: nacionalizar y estatizar la producción mineral para poder vivir. Disponible en: https://litci.org/es/africa-nacionalizar-y-estatizar-la-produccion-mineral-para-poder-vivir/, 18/2/2020

[7] The International Bank for Reconstruction and Development/ The World Bank . Strategy for African Mining – Washington/DC – 1993

[8] https://www.sacp.org.za/content/sacp-gauteng-calls-its-red-brigade-members-and-people-defend-our-hard-won-democracy

[9] https://www.sacp.org.za/content/sacp-expresses-its-message-heartfelt-condolences-families-lost-their-loved-ones-because

Artículo publicado en www.pstu.org.br, 16/9/2021
Traducción: Natalia Estrada.

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