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Mundo

Sobre la guerra EUA-Israel contra Irán y sus desdoblamientos

junio 30, 2025

Por Secretariado Internacional de la LITCI

Una tregua impuesta por Trump ha interrumpido la guerra entre Estados Unidos e Israel contra Irán. Es hora de evaluar la situación creada y sus desdoblamientos.

La tregua se impuso después de que Estados Unidos bombardease duramente las instalaciones nucleares de Irán con 125 aviones, lanzando las bombas no atómicas más pesadas del mundo. En un ataque durísimo, preparado con mucha anterioridad, Israel asesinó una parte importante de la dirección militar iraní, llevó a cabo  intensos ataques aéreos diarios contra las instalaciones nucleares, destruyó gran parte de la defensa antiaérea iraní y parte de sus misiles defensivos y ofensivos, además de atacar las grandes ciudades, demoliendo casas, infraestructura y hospitales.

Irán respondió lanzando unos 650 misiles sobre Israel, alcanzando por primera vez su territorio en diferentes ciudades, sin causar pérdidas militares importantes, pero superando parcialmente la defensa antiaérea sionista. Fue la segunda vez (la primera en 7 de octubre con el ataque del Hamas) que las defensas “inexpugnables” de Israel fueron vencidas en este periodo. 

Una ofensiva imperialista-sionista… de la que  Irán no sale derrotado

La tregua se impuso en una situación de ofensiva imperialista-sionista y defensiva de Irán. El imperialismo norteamericano y el gobierno israelí se han fortalecido con un ataque brutal, pocas pérdidas y una tregua que ha evitado que las consecuencias políticas del desgaste de una guerra más larga, afecten a Trump y a Netanyahu.

El imperialismo europeo apoyó en general el ataque norteamericano a Irán, o a lo sumo, se limitó a proponer salidas diplomáticas. 

Pero Irán no sale derrotado de esta guerra. Ni Estados Unidos ni Israel lograron imponer sus dos objetivos: acabar con el potencial nuclear iraní y derrocar al régimen de los ayatolás. Y logró alcanzar con sus misiles el territorio israelí, de una manera mucha más intensa, que en los ataques de abril de 2024.

El conflicto no está resuelto, ni mucho menos. Puede haber nuevos ataques o  evolucionar a la vuelta de las negociaciones EUA-Irán, retomando los acuerdos de Abraham y las relaciones económicas y políticas de los países árabes con Israel y un nuevo plan para Gaza. Hay que ver en qué medida, Irán consigue rearmarse. Se trata de un proceso complejo, con una evolución aún abierta.

Pero ya se puede afirmar que esa guerra ha exacerbado la polarización económica, política y militar existente en el mundo, ampliará la crisis del orden mundial y tenderá a radicalizar la lucha de clases.

El ataque de Israel contra Irán es una continuación ampliada de su ofensiva contra Gaza

Netanyahu rompió el acuerdo de tregua en Gaza en marzo pasado, volvió a ocupar los corredores de Filadelfia y Netzarin y avanzó en el plan de exterminio y expulsión de los palestinos de Gaza, destruyendo casa por casa y decretando la evacuación de regiones enteras, como en el Norte.

Hasta el momento no hay señales de que pueda concretar el plan de expulsión de los palestinos de Gaza anunciado por Trump, debido al enorme rechazo a nivel internacional y entre los países de la región. Pero puede ser que Netanyahu intente colocar colonias sionistas dentro del territorio de Gaza.

Junto con esto, se desarrolla el mayor ataque a Cisjordania en décadas, con la expulsión de 40 000 palestinos, la ocupación y destrucción de campos tradicionales de refugiados, lo que forma parte de un plan para anexionar la región a Israel.

El genocidio israelí asesinó al menos 60 000 palestinos (algunas estimaciones hablan de 100 000), destruyó casi toda la infraestructura y más del 90% de las viviendas. Ahora Israel usa el hambre como arma de guerra, con la distribución bajo su control militar de alimentos dentro de Gaza. Cerca de 600 palestinos muertos en las colas de distribución de comida, asesinados por soldados israelíes.

A pesar de eso, no puede declararse vencedor. No ha logrado acabar con Hamás ni rescatar a los rehenes y se ve envuelto en una guerra agotadora sin un final definido. Hamás no solamente se mantiene, sino que ha incorporado más militantes.

La ofensiva israelí generó un aislamiento internacional histórico del sionismo. Nunca hubo en la historia tal repudio a Israel en el mundo. Son partes contradictorias de la misma totalidad: la ofensiva genocida israelí y su aislamiento de las masas en el mundo.

El sionismo obtuvo una victoria militar contra Hezbolá, matando a Nasrallah y a gran parte de sus dirigentes, además de destruir entre el 70 y el 80 % de su arsenal. Después de eso, un nuevo gobierno libanés, alineado con el imperialismo estadounidense, está recomponiendo el Estado, imponiendo su control sobre el país y reduciendo el peso de Hezbolá.

Esta organización, aunque mantiene su base política, se está transformando en un partido del régimen, más adecuado para las elecciones y menos estructurado militarmente. Desde el ataque israelí, prácticamente no ha habido más ataques importantes de Hezbolá contra Israel, lo que fue aún más significativo durante la guerra de Israel y EE.UU. contra Irán. Hazbolá, simplemente no reaccionó militarmente al ataque del imperialismo contra Irán.

El derrocamiento de Assad en Siria fue una victoria del movimiento de masas contra una dictadura odiada y cómplice de Israel. Sin embargo, la evolución de estos procesos está fuertemente condicionada por su dirección. El gobierno de Al-Sharaa busca reconstruir el Estado sirio, recomponiendo un régimen bonapartista en alianza con el imperialismo norteamericano y las potencias regionales como Turquía y Arabia Saudita, sin enfrentarse a Israel.

Aunque el proceso sirio tiene un potencial para estimular nuevos procesos de lucha en la región,  la caída de Assad, debilitó el apoyo de Irán en la región. Este enflaquecimiento del llamado “Eje de resistencia”, junto con la crisis política interna en Israel causada por el desgaste de un año y nueve meses de guerra continua, fueron las bases para que Israel atacara Irán.

La situación interna de Israel y su relación con el ataque

Israel es un enclave del imperialismo, una potencia nuclear financiada y armada por los EE. UU. Pero está viviendo importantes procesos de transformación.

Como producto de sus constantes enfrentamientos militares, hay  un éxodo de sectores de la clase media liberal y a la inmigración de colonos —en su mayoría de ideología ultraderechista o directamente fascista— que ocupan las colonias de Cisjordania. Eso genera una ampliación y radicalización en sus bases del apoyo al genocidio sionista. 

Por otro lado, hay una importante crisis política interna causada por el cansancio tras casi dos años de guerra en Gaza, acusaciones de corrupción y otras contra Netanyahu.

Hubo importantes movilizaciones de masas contra Netanyahu de un sector descontento por la continuación de la guerra y la no devolución de los rehenes. Esto ha conducido a a una polarización política contra el otro sector de masas de extrema derecha, base de Netanyahu, que apoya la continuación de la guerra a cualquier precio.

El Gobierno de ultraderecha se mantiene con múltiples crisis. Una de ellas tiene que ver con los religiosos ultraortodoxos que son exentos del servicio militar obligatorio, en una sociedad militarizada y en guerra como Israel. Eso fue negado por la justicia, pero los partidos que los representan amenazan abandonar el gobierno Netanyahu, caso sea implementado, lo que también podría generar la caída de este. Su prestigio electoral estaba bajo mínimos antes de la guerra contra Irán. El ataque a Irán fue un paso adelante para escapar de su crisis interna, y lo ha conseguido.

Netanyahu contó con el apoyo popular, incluso con una parte importante de la población israelí viviendo en búnkeres durante más de una semana. Este prestigio se amplió con el brutal ataque estadounidense. Las encuestas apuntan que hubo un 83% de apoyo a los ataques.

Esto se explica por el carácter de enclave del país, construido sobre la explotación y la opresión de los palestinos. Además, el pueblo israelí ha sido convencido durante décadas, de la «amenaza nuclear de Irán». Así que la propaganda de la «destrucción del potencial nuclear de Irán» propagada por Netanyahu, ha ganado un enorme apoyo. El resultado  es un fortalecimiento político y militar de Netanyahu, que ha recuperado, aunque sea de forma coyuntural, su popularidad.

La contrarrevolución permanente sionista

El otro motivo para el ataque a Irán es el proyecto del Gran Israel, ampliando sus fronteras y consolidando un control militar imperialista más amplio en Oriente Medio.

Israel nunca había lanzado  un ataque similar contra Irán. Retoma así, en mayor medida, su papel de enclave y gendarme imperialista en Oriente Medio, reforzando su presencia  en Líbano, Siria y Gaza y con su poderío aéreo amenazando a todo Oriente Medio. Este  proyecto  puede  ser o no desarrollado en medio de la crisis del orden mundial y la situación convulsiva de la región.

La lógica de Netanyahu es la de una contrarrevolución permanente, una guerra continua para intentar establecer una hegemonía militar regional que  no se traduce en una estabilización de la región. No logra derrotar a sus enemigos, amplía la polarización social y política, aumenta el potencial de una nueva primavera árabe y tiende a generar cada vez más, desgaste interno en Israel.

Una vez más, existe una enorme contradicción entre el aumento del peso militar de Israel y la ampliación de las contradicciones políticas internas y en toda la región.

Ahora, Netanyahu vuelve a centrar su ofensiva a Gaza, con la continuidad del genocidio. Eso va generar una vez mas una ampliación de su desgaste internacional y movilizaciones pro Palestina en el mundo, aunque existe la posibilidad de  retomar las negociaciones con Arabia Saudita para lograr un acuerdo sobre Gaza.

La dictadura iraní

El régimen iraní es una dictadura burguesa bajo la forma de un régimen teocrático. En Irán, una revolución derrocó la monarquía del Sha Mohamed Reza Pahlevi, aliado directo del imperialismo norteamericano en 1979.

Con la complicidad y traición del Partido Comunista iraní (el Tudeh) que tenía peso en la clase obrera, los ayatolás chiítas, expresión de una burguesía local, lograron acabar con los organismos de doble poder y derrotar la revolución.

A partir de entonces, esta burguesía creció a partir del control del aparato estatal e instauró una dictadura burguesa reprimiendo duramente las huelgas y la lucha de las mujeres, severamente oprimidas por la teocracia islámica.

Las mujeres estuvieron en la vanguardia del proceso de luchas contra la dictadura teocrática, en un movimiento arraigado en las condiciones sociales del país, en las huelgas de maestras, en las movilizaciones kurdas y en las protestas juveniles urbanas. La consigna «Mujer, Vida, Libertad”, apareció en las calles de Irán con enorme fuerza en 2022.

La dictadura iraní utiliza fuerzas como la Guardia Revolucionaria y milicias como la Basij (una fuerza paramilitar directamente vinculada a la Guardia Revolucionaria) para reprimir las manifestaciones callejeras, las huelgas y la lucha de las mujeres.

A nivel regional, el régimen de los ayatolás mantiene independencia del imperialismo norteamericano desde su nacimiento, pero después se apoyó en el imperialismo ruso y chino.

Es el centro del llamado «Eje de la resistencia» contra el dominio israelí, que incluía a Hezbolá, milicias chiitas en Irak, el régimen de Assad y los hutíes de Yemen, pero no se ha enfrentado a Israel durante todo el genocidio de Gaza, reaccionando solo a su ataques  contra Irán.

El régimen teocrático iraní desempeñó un papel directamente contrarrevolucionario al sostener al gobierno de Assad durante el levantamiento de las masas contra la dictadura siria.

Pese al desgaste interno del régimen iraní, como subproducto de la crisis económica, la pobreza de las masas y la opresión contra las mujeres, el ataque de EE. UU e Israel provocó, aparentemente, una reacción de unidad nacional, si bien aprovechó la guerra para encarcelar 700 activistas opositores que no eran pro imperialistas. Pero, nos parece que predomina el sentimiento de unidad nacional contra la agresión militar sufrida.

A pesar de estar debilitado por los ataques, Irán mantiene su capacidad nuclear y sale de esta guerra con un régimen fortalecido por haber enfrentado a enemigos mucho más poderosos en términos militares sin rendirse y haber alcanzado el territorio israelí con sus misiles.

Estamos en el campo militar de Irán , con independencia frente la dictadura de los ayatolás

En período de guerra estamos en el campo militar de Irán y defendemos la derrota del ataque sionista-imperialista, sin dar el menor apoyo político a la dictadura burguesa de los ayatolás que oprime al pueblo trabajador, reprime brutalmente a las mujeres y a la juventud, y utiliza la confrontación con el imperialismo para justificar su propia dictadura interna.  Defendemos la más completa independencia política respecto al régimen iraní.

 Rechazamos la falsa alternativa entre imperialismo y la teocracia iraní del estalinismo y su campismo político.

El argumento largamente utilizado por la propaganda imperialista para el ataque de que «Irán no puede tener armas nucleares» es una expresión cínica de la arrogancia imperialista. Estados Unidos, el país imperialista que más armas nucleares tiene, aliado con Israel (otra potencia nuclear) exige la exclusividad de su poder de destrucción.

Estamos contra todas las armas nucleares porque tienen el poder de tornar el planeta inhabitable y destruir la humanidad.  Mas aun en la situación actual de crisis medio ambiental. Y no queremos que estas armas estén en manos de los gobiernos burgueses, lo que significa bajo el control de la burguesía mundial.

Pero al mismo tiempo, es una expresión brutal de imposición imperialista, la defensa de su exclusividad en tener armas nucleares. Defendemos el derecho de Irán a defenderse, teniendo también esas mismas armas nucleares. 

Defendemos la más amplia libertad para los sindicatos y organizaciones obreras en Irán para pelear contra la agresión imperialista, así como contra la dictadura. 

La lucha contra la agresión israelí-estadounidense debe servir para impulsar la organización independiente de la clase obrera iraní, palestina, libanesa y mundial, como parte de una estrategia de revolución permanente y ruptura con todos los proyectos capitalistas y fundamentalistas.

El rol importante de Trump

El imperialismo norteamericano sigue siendo hegemónico, pero Trump reconoce su decadencia actual y  se mueve en medio de la crisis del orden mundial para recomponer la hegemonía norteamericana a los niveles anteriores,

Busca acciones que reduzcan la presencia y los gastos militares norteamericanos donde no le interesa, recomponiendo al mismo tiempo esa hegemonía.

Trump intentó el acuerdo con Putin para poner fin a la guerra en Ucrania, imponiendo un acuerdo colonial con Zelensky y dejando al imperialismo europeo los costes del apoyo militar a Ucrania. Hasta ahora, esto no ha funcionado porque la guerra en Ucrania continúa. En esa guerra contra Irán, fue diferente. Trump y Netanyahu se fortalecieron juntos.

El imperialismo estadounidense y el Gobierno israelí actuaron en frente único todo el tiempo. Esto no significa que no existan diferencias políticas e intereses divergentes entre esos dos gobiernos de extrema derecha, como se manifestó en el reciente viaje de Trump al Oriente Medio, con la suspensión de las sanciones al nuevo gobierno sirio y el acuerdo con los hutíes.

Pero en esa guerra actuaron juntos. Desde el plan de ataque de Israel, elaborado con mucha anterioridad junto a la inteligencia norteamericana, el momento del ataque, las estructuras de defensa israelí, el suministro del armamento y apoyo político.

Hubo un primer momento de diplomacia, en el que Trump intentó imponer a Irán un acuerdo que impidiera su evolución nuclear. Ante el estancamiento de las negociaciones, ayudó a preparar y apoyó el brutal ataque de Israel y, ante la resistencia iraní, redobló la apuesta militar con un ataque directo de Estados Unidos, aún más brutal que el israelí.

A pesar de su superioridad militar, Trump no quiso seguir adelante con la guerra, por varias razones. En primer lugar, por las graves consecuencias políticas que ello acarrearía, con movilizaciones ya previstas en todo el mundo. Trump ya enfrentó internamente dos movilizaciones gigantescas en su contra: el 5 de abril, y las manifestaciones No King en junio. Hay una crisis política creciente en el país por los ataques a los inmigrantes, que se puede juntar con las movilizaciones pro Palestina.

Más allá de eso, está la crisis en la base republicana, por la contradicción con el plan «America First» y su compromiso de no involucrarse en nuevas guerras. También estaba la preocupación de proteger a Israel en una situación que se anunciaba más complicada si la guerra continuaba.  

Parece entonces que su plan es que Israel sea, más que nunca, su representante político y militar en la región, sin implicaciones militares directas estadounidenses, lo que estaría en consonancia con el plan expansionista de Netanyahu en Oriente Medio. Eso no modifica la estrategia y la hegemonía imperialista norteamericana en la región ni su presencia militar, pero daría al sionismo un papel de mayor peso.

Con su fortalecimiento coyuntural, Trump logró imponer en la cumbre de la OTAN  la ampliación del presupuesto militar, con la sumisión casi completa del imperialismo europeo.

La inacción de los imperialismo ruso y chino

La guerra de Estados Unidos e Israel contra Irán, también ha mostrado cómo se mueven los imperialismos chino y ruso.

Es un hecho ampliamente conocido que China es el principal socio económico de Irán desde 2007, siendo su comprador más importante de petróleo y ayudando al país a escapar del bloqueo económico impuesto por el imperialismo norteamericano.

También que el imperialismo ruso es el principal proveedor de armas de Irán, así como que Irán ayudó al imperialismo ruso en la invasión de Ucrania con el suministro masivo de drones hasta que Rusia comenzó a fabricarlos.

Por eso, había expectativas en sectores de vanguardia del mundo de que China y Rusia apoyarían a Irán. Sin embargo, el carácter imperialista de estos países y sus características concretas en la fase actual de la crisis del orden mundial, apuntaron para la pasividad. Tanto Rusia como China se limitaron a condenar diplomáticamente a Israel, sin moverse concretamente en apoyo de Irán.

China es un imperialismo emergente, con amplios intereses en Oriente Medio. No solo es el principal socio comercial de Irán, sino también de Israel, con un intercambio comercial muy superior incluso al de Estados Unidos. También es el principal socio comercial de Arabia Saudí y de varios otros países de la región. Su interés es la  estabilidad de la región, es decir, la estabilidad contrarrevolucionaria. El imperialismo chino no ha hecho nada concreto en relación con Palestina, nada concreto en relación con Irán.

Putin está centrado en su propia guerra, en Ucrania. No tiene ningún interés ni condiciones para involucrarse en otro conflicto en Oriente Medio. Esto ya se había expresado en su inacción ante la caída de Assad en Siria. Y ahora ha quedado claro con mayor amplitud al asistir al bombardeo estadounidense contra Irán sin ninguna reacción. Putin no solo privilegia su guerra contra Ucrania, sino también sus relaciones con Trump para ganar esa guerra. En  palabras de un activista : “Putin cambió Irán por Ucrania”.

Rusia y China comparten la misma postura que otros países imperialistas de oponerse al desarrollo de armas nucleares por parte de Irán. Después de la agresión militar norteamericana e israelí, Putin viene presionando a Irán para que este no abandone la agencia internacional de energía atómica y se comprometa a no desarrollar armas nucleares. 

La crisis del orden mundial con el avance de los imperialismos chino y ruso atraviesa procesos cada vez más convulsos. Y aún se encuentra en las primeras fases de configuración de un nuevo orden mundial. Ambos defienden sus intereses políticos y económicos en todo el mundo, pero tienen áreas prioritarias de conflicto militar, con Rusia en Ucrania (y partes de África) y China con Taiwán.

La guerra polariza aún más la lucha de clases a nivel internacional

Es casi seguro que, incluso con la tregua, la actual polarización de la lucha de clases a nivel mundial aumente y genere una agudización de la lucha de clases.

Veamos la dinámica en Oriente Medio. Las informaciones más independientes —y los propios servicios de inteligencia estadounidenses— desmienten las afirmaciones de Trump de que «han acabado con el potencial nuclear de Irán». La realidad tampoco es la difundida por el régimen iraní, según la cual no ha habido prácticamente ningún daño. Según la información independiente más fiable, el plan nuclear iraní se ha retrasado, pero no se ha destruido.

El otro objetivo, derrocar al régimen, no ha avanzado en nada. Al contrario, el efecto conseguido ha sido generar un sentimiento de unidad nacional en torno al régimen de los ayatolás, debido a la agresión imperialista. La tregua permite a Irán saborear un empate que, ante la superioridad militar estadounidense e israelí, es un logro importante.

Israel, no logró derrotar a Hamás ni rescatar a los rehenes en Gaza. Tampoco  imponer sus objetivos en Irán. Su ofensiva militar y el genocidio en Gaza ha provocado un grado de repudio masivo al sionismo sin precedentes en la historia. Una interesante encuesta sobre el tema lo indica:

Un indicativo fue la victoria en las primarias del Partido Demócrata para las elecciones en Nueva York, en que Zohran Mamdani , un inmigrante pro Palestina ha ganado frente al candidato Mario Cuomo, del establishment del partido. Eso nunca ha pasado en los EUA, más aún en una ciudad de la importancia de New York.

Las movilizaciones pro palestinas habían cobrado peso en las últimas semanas, con el regreso de las manifestaciones masivas en varios países europeos. A ello se sumó la repercusión de la detención y secuestro de la Flotilla de la Libertad y de la represión que impidió la Marcha Global sobre Gaza, en la cual hubo una participación importante de los militantes Fabio Bosco y Herbert Claros del PSTU y de la LIT. Tan pronto como se dio a conocer la noticia del ataque, comenzaron a organizarse actos de repudio en todo el mundo. La tregua frenó estas movilizaciones pero permanece la tendencia a que se amplíen las movilizaciones antisionistas polarizando aún más la situación mundial.

Es posible derrotar el imperialismo y el sionismo

Es posible derrotar la alianza del imperialismo con el sionismo genocida de Israel si se combina la resistencia militar en Palestina e Irán con las movilizaciones en todo el mundo. La superioridad militar imperialista ya ha demostrado en otras ocasiones que puede ser derrotada, como en Vietnam, Irak y Afganistán.

Las movilizaciones en Estados Unidos y en los países imperialistas pro palestinos pueden combinarse con problemas nacionales (como la lucha en defensa de los inmigrantes en Estados Unidos) y desempeñar un papel central en este proceso.

El odio contra Israel de las masas árabes puede volverse contra los regímenes que apoyan a Estados Unidos e Israel, como Egipto, Jordania y Arabia Saudita, en una nueva Primavera Árabe. Solo así el enorme apoyo político de las masas árabes a los palestinos podrá transformarse en apoyo militar efectivo a la lucha de Gaza, en un frente único de las masas de esos países contra el genocidio sionista.

La gigantesca bronca acumulada en Cisjordania y en el territorio de 1948 puede generar una tercera intifada que sacuda los territorios palestinos y se una a las luchas de Gaza.

¡Por la derrota del imperialismo norteamericano y de Israel!

¡Por la victoria de Irán contra el ataque norteamericano y sionista!                                           

¡Por la victoria de Palestina contra el genocidio sionista! ¡Por la derrota de Israel!

¡Boicot y ruptura de las relaciones económicas y políticas de los gobiernos con Israel!

¡Por una nueva primavera árabe, que derrumbe los regímenes de la región sometidos al imperialismo, como Egipto y Jordania, y posibilite el apoyo militar a la resistencia palestina! 

¡Ninguna confianza política en el régimen de los ayatolás! ¡Todo nuestro apoyo a las luchas de los trabajadores y de las mujeres contra la dictadura burguesa iraní! ¡En defensa de las libertades democráticas dentro de Irán!

¡Por la unidad de las luchas de liberación nacional de Palestina, Ucrania e Irán, contra los sionistas e imperialistas!

¡Por la destrucción del Estado de Israel! ¡Palestina libre, desde el río hasta el mar!

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