El socialismo es la única alternativa para la humanidad

Hay mucha confusión y dudas sobre qué significa exactamente el socialismo. Muchos preguntan: ¿el socialismo es lo que se hizo en Venezuela, Cuba, Corea del Norte o China? Para empezar, veamos qué es el capitalismo, el sistema dominante en todo el mundo.
CAPITALISMO: sistema de explotación del trabajo y de la naturaleza
En primer lugar, es necesario entender el capitalismo. Este sistema surgió en Europa y tiene aproximadamente 500 años. A lo largo de su historia, se ha expandido en nivel mundial e integrado a todos los países en una sola economía.
El capitalismo se basa en la explotación de los trabajadores y de la naturaleza. El capital o el dinero no nace en los árboles. El capital solo se puede ser aumentado si la fuerza de trabajo es utilizada para transformar las materias primas, produciendo mercaderías. Por eso, son los trabajadores los que producen toda la riqueza.
Todo trabajador sabe que no se le paga por todo lo que ha producido. Solo se queda con una parte muy pequeña, que es el salario, el valor mínimo que garantiza su reproducción. El resto se lo apropia el burgués capitalista, dueño de los grandes medios de producción, es decir, empresas, fábricas y bancos. Esta clase se enriquece con el trabajo de los trabajadores. Esa riqueza se presenta como plusvalía y ellos la llaman ganancia.
Pero, en el capitalismo, la tasa de ganancia tiene una tendencia a la caída, y esto produce las crisis económicas de sobreproducción que resultan en cierres de empresas, despidos, etc., como las que vemos hoy.
En el capitalismo, hay una anarquía total en el proceso de producción. Cada capitalista produce lo que quiere y cuanto quiere, sin importar las necesidades de la sociedad y de la naturaleza. El objetivo del capitalismo es producir la mayor ganancia posible. Por lo tanto, para competir entre sí, los capitalistas necesitan bajar los costos de producción, bajando los salarios, aumentando las horas de trabajo y destruyendo derechos. También destruyen el medio ambiente en su voraz consumo de los recursos naturales. No es posible humanizar el capitalismo, como defienden los reformistas. Con el capitalismo, la realidad siempre es injusta, responsable por la miseria, por el desempleo y por la opresión. Y también por el hecho de que hoy en día la especie humana está amenazada con el calentamiento global.
SOCIALISMO: riqueza en manos de la clase trabajadora
El socialismo invierte la lógica del capitalismo. Si toda la riqueza es producida por la clase trabajadora, es lógico que esta se utilice para el bienestar colectivo. Se debe acabar con la apropiación privada de la riqueza, y para ello se socializarían los medios de producción, lo que significa expropiar la gran propiedad privada.
“Ah, ¿pero el socialismo me va a quitar el celular y el auto?”, preguntaría alguien. Es obvio que eso es una mentira que le sirve a la burguesía para preservar el sistema.
El socialismo propone que las fábricas, los latifundios y los bancos pertenezcan al pueblo trabajador. Así, la riqueza producida por los trabajadores, que hoy termina en manos de media docena de burgueses, será utilizada para satisfacer las necesidades del pueblo en su conjunto, dedicando esos recursos a la educación, la cultura, la salud y el bienestar general. , incluso con celular para todos. Pero no esos celulares descartables que derrochan recursos naturales, agreden el medio ambiente y sirven a las empresas para seguir lucrando siempre.
En el socialismo no hay desempleo. Todo ser humano capaz de trabajar es incorporado a la producción mediante la reducción de la jornada laboral. El nivel tecnológico actual permite que se trabaje menos y se produzca más. Sin embargo, bajo el capitalismo, esto significa lo contrario. Reducir la jornada laboral permite al trabajador dedicar más tiempo a la familia, la cultura y la participación política.
ESTADO OBRERO: poder político para el trabajador
El estado capitalista es un aparato corrupto que mantiene la dominación de los capitalistas sobre los trabajadores. Esto sucede por las leyes aprobadas por el Congreso y, principalmente, por la violencia que ejercen los aparatos de represión, como la policía y el ejército, contra cualquier forma de lucha.
El socialismo exige un nuevo tipo de Estado, obrero, basado en consejos populares, organizados en los lugares de trabajo, vivienda y estudio, para que todo trabajador pueda participar de la vida política, definir las prioridades de una planificación económica que no agreda el medio ambiente, controlar y administrar fábricas y escuelas. Todo eso es muy diferente de la actual democracia burguesa que, en verdad, es una dictadura de un puñado de ricos contra los pobres.
Todo esto no existe en Venezuela ni en Cuba, Corea del Norte o China. Todos son países capitalistas, y sus gobernantes son burgueses privilegiados que viven en el lujo mientras imponen una dictadura sobre el pueblo. A pesar de ello, hay quienes se autodenominan “socialistas” y defienden estos regímenes.
Esta nueva sociedad socialista no saldrá de las elecciones, controladas por los grandes capitalistas. Sino solamente de una revolución de la clase trabajadora para derrocar a la burguesía y empezar a construir una sociedad socialista.
Artículo publicado por www.pstu.org.br, 17/8/2022.-
Traducción: Natalia Estrada.