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Brasil

El significado de la candidatura de Erundina por el PSOL

julio 7, 2016

El lanzamiento de Luiza Erundina a la prefectura de San Pablo por el PSOL despertó expectativas en mucha gente. La crisis del PT generó un orfandad entre el electorado de izquierda y la búsqueda por nuevas alternativas.

Por: Bernardo Cerdeira

Erundina no es exactamente una figura política nueva, pero no tiene escándalos de corrupción en su pasado y ha defendido banderas democráticas. En el momento en que la política brasileña se hunde en corrupción, es comprensible que provoque expectativas en varios electores.

En el acto de lanzamiento de su precandidatura, los oradores insistieron en el mismo criterio de la candidata honesta. Luiz Araújo comparó a Luiza Erundina con José Mujica, expresidente del Uruguay, diciendo que ellos son “la prueba de que podemos tener políticos honestos, coherentes, que no se enriquecieron con los cargos y que no son apegados al poder”.

No obstante, para ser candidata de un partido que se reivindica socialista, eso es insuficiente. Sería preciso defender, como mínimo, ideas o un programa de izquierda. Por eso, es preciso estudiar la trayectoria política de Erundina para llegar a conclusiones sobre el significado de su candidatura.

Trayectoria

Erundina despuntó para la política como una luchadora de las causas sociales, ligada a los movimientos por la vivienda de la periferia de San Pablo. Fue una de las fundadoras del PT y, después, electa concejal y diputada estadual por el partido.

Su momento de mayor destaque en la política fue la elección a la prefectura de San Pablo en 1988 como una candidata apoyada por los movimientos populares. Ahí comenzaron los problemas.

Ya prefecta, Erundina optó por enfrentar una huelga de nueve días de los choferes de ómnibus, entre ellos los empleados de la Compañía Municipal de Transportes Colectivos (CMTC). La administración municipal se recusó a negociar con ellos y apoyó la represión de los gobiernos estadual y federal a la huelga.

Cada vez más a la derecha, después de dejar la prefectura, Erundina aceptó la invitación del gobierno de Itamar Franco, en 1993, y se tornó ministra jefe de la Secretaría de la Administración Federal contra la decisión mayoritaria del PT. Fue suspendida por un año por la dirección del partido y, finalmente, salió en 1997.

A partir de ahí, se afilió al PSB, un partido burgués, donde se quedó por casi 20 años. Por ese partido, se reeligió cinco veces diputada federal. Concurrió a la prefectura de San Pablo en 2004, teniendo como candidato a viceprefecto nada menos que a Michel Temer.

Los años de combatividad quedaron en un pasado distante. Hace mucho tiempo, Luiza Erundina dejó de abrazar un ideal socialista para transformarse en figura política tradicional, aunque honesta.

Si Erundina no es ni de lejos una candidata socialista, ¿por qué, entonces, un partido como el PSOL, que reivindica el socialismo en su propio nombre, resuelve no solo abrir espacio en su legenda para la ex prefecta sino ponerla como cabeza de su lista municipal?

Un proyecto electoralista

En nuestra opinión lo que está cambiando cada vez más rápidamente es el perfil del propio PSOL. En el documento “Directrices para la política de alianzas en las elecciones 2016”, la Ejecutiva Nacional del partido explica cómo el mismo debe presentarse a los electores: “Nuestra tarea principal en las elecciones de 2016 es presentar el partido como polo aglutinador de todos los electores progresistas del país, que no comulgan con el retroceso de los derechos, que combaten el ajuste fiscal y enfrentan las acciones de la derecha todos los días”.

Una definición que no podría ser más evidente. El partido no busca presentar el perfil de un partido socialista, ni siquiera de izquierda. Se propone ser apenas un “aglutinador de los electores progresistas”. Hablar de un perfil de clase trabajadora, ni pensar. La idea es ser tan solamente un polo organizador de los electores que “enfrentan las acciones de la derecha”.

Con esa orientación sobre como presentarse a los electores es posible entender la política de alianzas electorales del PSOL. Caben políticos honestos y comprometidos con la democracia como Erundina, pero no solo ellos.

También camben alianzas policlasistas con partidos burgueses como REDE, de Marina Silva, que apoyó a Aécio Neves (PSDB) en el segundo turno de las últimas elecciones presidenciales.

Y como no hay una definición contra los gobiernos Lula y Dilma, también caben secciones municipales de partidos que hicieron parte de esas administraciones, como el PT y el PCdoB.

Todos caben entre aquellos que supuestamente “enfrentan las acciones de la derecha”.

Entonces, por encima de los criterios presentados, transluce el verdadero criterio del PSOL: conseguir el máximo posible de votos y elegir el máximo de candidatos, aliándose con las opciones dentro de lo que consideran campo progresista.

Traducción: Natalia Estrada.

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