1° de mayo ¡Toda la solidaridad con las resistencias palestina y ucraniana! ¡Abajo el ajuste de Boric-Marcel y la derecha!

Movimiento Internacional de los Trabajadores – Chile
El capitalismo imperialista agudiza su crisis mediante el aumento de la explotación a la clase obrera mundial, las guerras de rapiña (Ucrania, Palestina) y el saqueo a los países semicoloniales, como Chile. La pandemia, la destrucción medioambiental y la recesión profundizaron la barbarie social. EE.UU. y China libran una guerra comercial, que podrá afectar a Chile con aranceles del 10% a sus exportaciones y posiblemente generar nuevos ataques a los trabajadores.
Las masas populares en muchos países resisten a las ofensivas imperialistas y coloniales. La resistencia palestina sigue desafiando a Israel, que se encuentra en una profunda crisis interna, pero sigue con el genocidio al pueblo palestino, en Gaza y en Cisjordania. La clase obrera ucraniana sigue resistiendo a la feroz guerra promovida por el imperialismo ruso.
Este 1 de mayo, no tenemos dudas en solidarizar con la resistencia de los pueblos ucraniano y palestino. A diferencia de gran parte de la izquierda, que apoya el gobierno ultraderechista de Putin, nosotros nos ponemos al lado de las y los trabajadores ucranianos. En el mismo sentido, celebramos la caída del gobierno de Bashar al-Asad en Siria, un dictador sanguinario cuya familia llevaba 70 años en el poder, explotando y masacrando al pueblo sirio (y es defendido, vergonzosamente, por gran parte de la izquierda chilena y mundial, con la excusa de ser un gobierno antiimperialista.
También en muchos otros países explotan movilizaciones masivas, rebeliones y revoluciones, debido a la enorme desigualdad mundial causada por la acumulación de riqueza en manos de unos pocos multimillonarios dueños de los grandes monopolios norteamericanos, japoneses, europeos, chinos y rusos.
El gobierno de Boric-PC defiende el régimen de saqueo del país
En Chile, el gobierno de Boric, que prometió hacer grandes cambios, mantiene todo como está. El gobierno profundiza los pilares promovidos por la dictadura: Tratados de Libre Comercio, Código minero y saqueo del cobre, AFPs, flexibilidad laboral y privatización de los servicios públicos. Sigue promoviendo megaproyectos mineros (Los Bronces 2, Quebrada Blanca 2), subsidios forestales (Decreto 701), y firmó el acuerdo SQM-Codelco para que el magnate Ponce Lerou (ex yerno de Pinochet) siga saqueando el litio. Boric, a partir de grandes acuerdos con la derecha, también aprobó otras leyes que van en beneficio del empresariado y contra la clase trabajadora, como el salvataje a las Isapres y la reforma de pensiones, que entrega más dinero de los trabajadores a las AFPs.
En el mismo sentido, ha sido uno de los gobiernos más represores desde el advenimiento de la democracia, apoyando leyes como la Ley Naín-Retamal, ley Anti-tomas, Ley de Infraestructura Crítica, entre otras. Hoy mantiene a decenas de dirigentes mapuche encarcelados y la militarización del Wallmapu para proteger los intereses de la gran industria forestal.
Debido a su política de privilegiar al gran empresariado y no aumentar la recaudación fiscal a través de la nacionalización de las riquezas más importantes del país y la aplicación de impuestos a las grandes fortunas, ahora el gobierno debe hacer un gran ajuste fiscal, recortando programas sociales, promoviendo despidos en el sector público y una mayor precarización laboral. Además de eso, se profundiza el abandono de la salud y educación públicas, lo que ha generado reacción de los trabajadores con distintas movilizaciones, del norte al sur del país, como la movilización de los trabajadores del hospital Van Buren, en Valparaíso. La tendencia es que las luchas aumenten en el sector público. También en el sector privado ha habido luchas muy importantes, como los paros portuarios, las luchas de los pescadores y otros sectores sociales.
La integración del PC Chileno a los “grandes acuerdos” de gobernabilidad burguesa del país
A su vez, el Partido Comunista ha sido un pilar fundamental de la mantención del capitalismo neoliberal en Chile, asumiendo el rol de protagonista en salvar a las AFPs y aprobar leyes en acuerdos con la derecha y el empresariado. La reforma de pensiones, por ejemplo, fue un gran acuerdo entre la derecha y el gobierno en en el Parlamento, con la ex Ministra Jara (PC) a la cabeza, y se trata de una conquista de la burguesía para profundizar el mercado de capitales. El banco imperialista JPMorgan valoró el acuerdo de pensiones y calcula que la millonaria inyección al mercado de capitales que podría superar los US$3.400 millones, donde las AFP podrán participar de administración del 14,5%.
En el mismo sentido, La CUT, como principal referencia sindical del país y con su principal base en el sector público, dirigida por el PS y el PS, intenta posicionar la idea de que el gobierno sería víctima de la oposición de derecha en el Parlamento y celebra las reformas de pensiones como “un paso” adelante. Pero ante el descontento creciente en las bases trabajadores con el gobierno, ha tenido que convocar movilizaciones y “paros nacionales” con carácter aislados y sin continuidad. A pesar de la nula preparación del último paro del 3 de abril, en Santiago y regiones hubo grandes marchas, especialmente del sector publico, y con fuertes críticas entre las bases al gobierno de Boric. Hoy más que nunca es necesario levantar oposiciones desde las bases e independientes al gobierno, en las principales organizaciones sindicales del país.
Elecciones 2025: la falsa polarización entre oficialismo y derecha para mantener el saqueo de Chile
Pasados 3 años del gobierno de Boric, es necesario que la clase trabajadora haga el balance de este gobierno, se movilice y organice y no vote por candidatos del gobierno. Los candidatos oficialistas como Gonzalo Winter y Jeanette Jara pedirán los votos de la clase trabajadora diciendo que están haciendo reformas al servicio de los trabajadores, lo que es una gran mentira. Al mismo tiempo, quieren hacernos creer que el gran problema del país es la derecha, cuando ellos mismos hacen acuerdos con esos partidos. Por otro lado, tampoco los trabajadores debemos votar por los partidos de derecha y ultraderecha, que son representantes de las 10 familias más ricas de Chile.
A la “izquierda” del gobierno, empiezan a surgir candidaturas como Eduardo Artés PC(AP) y candidaturas del recién formado Partido Popular. Esas candidaturas no tienen nada que ofrecer a los trabajadores, ya que defienden el capitalismo (con una cara más humana) y tienen como referentes gobiernos dictatoriales que aplican planes de mercado, privatización y represión, como el de Maduro en Venezuela o Ortega en Nicaragua.
A 5 años del “18 de octubre”. Por un Programa revolucionario para cambiar Chile.
A 5 años del “18 de octubre”, que expresó la potencialidad revolucionaria de las masas y rompió con los grandes acuerdos de los partidos del régimen, el país vive una situación aún más dramática. Todos los problemas que generaron el estallido revolucionario se mantienen. Esto porque el gran empresariado, con apoyo de todos los partidos del régimen, de derecha e izquierda, lograron desviar el proceso revolucionario y canalizarlo a la podrida institucionalidad controlada por el empresariado, sin solucionar ninguna de las demandas de las calles. Así, la construcción de un partido con un programa revolucionario es una tarea urgente. Desde el Movimiento Internacional de Trabajadores, a través de nuestras fuerzas, hemos intervenido en cada uno de los procesos de luchas presentando un programa que parte desde las necesidades inmediatas de la lucha para sobrepasar los marcos sectoriales de estas luchas y conquistar un pliego único de demandas, democráticamente discutido en las bases de principales organizaciones sindicales y populares del país.
Tal como defendimos en la Convención Constitucional, con nuestra parlamentaria que propuso una salida revolucionaria, creemos firmemente que la clase trabajadora solo podrá obtener conquistas y cambios profundos si construye un proyecto político independiente de los partidos del régimen y del gran empresariado. Ese proyecto pasa por la recuperación y reconstrucción de los sindicatos, federaciones, de la CUT y las organizaciones populares, con el objetivo de que esas organizaciones construyan un pliego de demandas y un plan de movilizaciones del conjunto de los trabajadores, la juventud y el pueblo pobre.
En ese sentido, desde el MIT planteamos:
- ¡Fin a la carestía de la vida y el ataque al salario! Aumento del sueldo mínimo a 750.000 pesos con reajuste automático según inflación. ¡Congelamiento de precios, bienes y servicios esenciales para la clase trabajadora, como los alimentos, arriendos, transporte, cuentas de luz, gas y agua!
- Por el fin de las AFP y la creación de un sistema de pensiones financiado 100% por tributos permanentes a las grandes fortunas y empresas del país, administrado por la clase trabajadora.
- Por un plan de emergencia de construcción de viviendas de calidad para acabar con el déficit habitacional ahora. El Estado debe crear una empresa pública de construcción, bajo control de los trabajadores, para generar miles de empleos y acabar con el déficit habitacional.
- ¡Nacionalización de la Gran Minería del Cobre y del litio, con control de los trabajadores y participación de las comunidades, para financiar la salud y la educación públicas!
- Es necesario construir un proyecto de sociedad diferente al capitalismo, que plantee la planificación de la producción y repartición de la riqueza. Esta planificación y repartición deben estar orientadas a solucionar las demandas de los trabajadores y controlada por los trabajadores, con el objetivo de discutir y decidir democráticamente qué producir, cómo producir y en qué cantidad. Junto con ello, tomar medidas inmediatas para frenar la destrucción de ecosistemas y contaminación ambiental;
- Retomar la lucha por el poder de la clase trabajadora. El régimen político capitalista neoliberal se descompone cada día más, con casos de corrupción en todas sus instituciones. Por eso, la clase trabajadora debe reconstruir un proyecto de poder alternativo, que pase por la disolución de las actuales instituciones capitalista y su reemplazo por instituciones creadas por el pueblo trabajador, con representantes electos desde las bases, lugares de trabajo, estudio, barrios y del campo. La experiencia de la potencialidad de los cordones industriales en los años 70 muestra una alternativa de poder.
- También es necesario debatir el fin de las actuales Fuerzas Armadas y policías, que están completamente corrompidas y sólo sirven para defender a los sectores privilegiados de la sociedad. Es necesario que las organizaciones de la clase trabajadora empiecen a elaborar una política militar propia, de autodefensa de las movilizaciones ante la represión del Estado y también de defensa de los trabajadores frente a la delincuencia y el narcotráfico que dominan las poblaciones de todo el país. En nuestra opinión, esa política pasa por la autoorganización popular y obrera en los sindicatos y juntas de vecinos, con exigencia al Estado del derecho a la instrucción y porte de armas.
- ¡Toda la solidaridad internacionalista a la resistencia ucraniana y palestina, con movilizaciones, boicot, envío de medicamentos y armamento! ¡Por la ruptura de relaciones diplomáticas y militares con Israel! ¡Por la destrucción del Estado sionista de Israel y la creación de una Palestina única, laica y democrática! ¡No a la repartición imperialista de Ucrania!
Por la construcción de un partido revolucionario de la clase trabajadora chilena y mundial. El capitalismo conduce la humanidad a la barbarie.
¡Súmate al MIT y a la Liga Internacional de los Trabajadores!