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Protestas obreras y populares desafían la dictadura en China

BEIJING, CHINA -NOVEMBER 28: Protesters shout slogans during a protest against Chinas strict zero COVID measures on November 28, 2022 in Beijing, China. Protesters took to the streets in multiple Chinese cities after a deadly apartment fire in Xinjiang province sparked a national outcry as many blamed COVID restrictions for the deaths. (Photo by Kevin Frayer/Getty Images)
noviembre 30, 2022

En la noche del martes 22 de noviembre, miles de trabajadores enfrentaron la violenta seguridad interna dentro del complejo industrial de la empresa taiwanesa FoxConn en la ciudad de Zhenzhou, en el interior de China continental. Varios videos dan testimonio del enfrentamiento que se prolongó hasta la madrugada.

Por: Fabio Bosco

Los manifestantes fueron recién contratados para reemplazar a cientos de trabajadores que «huyeron» de la fábrica a principios de mes debido a la política de «closed-loop» (circuito cerrado) que obliga a los 200.000 trabajadores a vivir dentro del complejo industrial, separados físicamente de la ciudad (y del mundo), implementada a mediados de octubre como parte de la política nacional de combate al COVID, denominada Covid-Cero. Dentro del complejo industrial, los trabajadores y trabajadoras que dan positivo y sus compañeros cercanos son confinados en dormitorios con acceso irregular a alimentos y artículos básicos.

No se respetaron las condiciones de contratación de nuevos trabajadores. En lugar de pagar USD 3.500 por dos meses de trabajo, un salario atractivo para esta región en el interior de China, el valor real fue de USD 3.500 por cuatro meses de trabajo confinado en el complejo industrial en condiciones degradantes.

Apple intervino rápidamente en el conflicto, preocupada por la repercusión mundial de las protestas obreras y necesitada de retomar la producción a pleno para abastecer los mercados mundiales con el nuevo iPhone 14, cuyo modelo más económico cuesta USD 800.

Al día siguiente, la FoxConn anunció que cumpliría con las condiciones originales de empleo y que pagaría una indemnización de USD 1.400, además de proporcionar transporte gratuito para el regreso a sus casas a los nuevos trabajadores que no quisiesen quedarse.

La FoxConn es la principal ensambladora de productos de la gigante estadounidense Apple. La mitad de todos los iPhone producidos en todo el mundo se fabrican en Zhenzhou. La FoxConn representa alrededor de 5% de todas las exportaciones chinas. En cierto modo, la FoxConn es un retrato de la China de hoy: entrada masiva de capital extranjero; producción en gran escala para el mercado nacional e internacional; expulsión de millones de campesinos para proporcionar mano de obra barata en las industrias; superexplotación de la clase obrera; y más recientemente, deslocalización industrial al interior del país para huir de los salarios más altos conquistados por la lucha de la clase obrera en las regiones costeras, en particular la provincia de Cantón (Guangzhou), en el sur, junto a Hong Kong.

Estas protestas obreras no fueron las únicas. La semana anterior, una multitud de trabajadores migrantes protestó contra la escasez de alimentos en el distrito industrial de Haizhu, en Cantón, donde 1.8 millones de obreros fueron confinados durante tres semanas debido a la política de «Covid-Cero».

Protestas populares en varias ciudades contra la muerte de diez personas en Xinjiang

El jueves 24 se produjo un incendio en un edificio residencial de la ciudad de Urumqi, en la provincia de Xinjiang, provocando la muerte de diez personas confinadas en el piso 15. La ciudad había estado cerrada durante cuatro meses.

Al día siguiente comenzaron las protestas en la ciudad de Urumqi contra la draconiana política de Covid-Cero y por la libertad. Estas protestas se extendieron a 50 campus universitarios y ciudades importantes, incluidas Shanghái, Beijing, Guangzhou, Wuhan, Nanjing y Chengdu durante el fin de semana[1].

En Shanghái hubo represión y arresto de manifestantes. Los oradores recordaron la limpieza étnica contra la población uigur[2], la mayoría en Xinjiang, e incluso la masacre en la Plaza de la Paz celestial (Tiananmen)[3]. Sectores de vanguardia entre los manifestantes gritaron consignas contra el dictador Xi Jinping y el régimen de partido único.

En Pekín, la principal manifestación fue en la prestigiosa Universidad de Tsinghua y contó con la participación de 2.000 estudiantes que exigían libertad de expresión y, como los estudiantes de la plaza Tiananmen en 1989, cantaron la Internacional, el himno internacional de los trabajadores y las trabajadoras.

Los desafíos de la dictadura y la clase trabajadora

Recién reelegido para un tercer mandato, Xi Jinping tendrá importantes desafíos por delante[4].

Por un lado, la política de Covid-Cero puede llevar a que varias empresas importantes trasladen parte de su producción a otros países. La propia FoxConn ha anunciado inversiones en su unidad del sur de la India para producir iPhones. Además, la disputa entre el imperialismo occidental y China puede ser otra razón para el debilitamiento del capitalismo chino.

Por otro lado, estas protestas obreras y populares pueden ser la punta de lanza de un amplio proceso de luchas por derechos sociales y democráticos, que tarde o temprano llegará. Estos se enfrentarán necesariamente con un poderoso enemigo. El régimen chino reprime la libertad de expresión, organización y prensa. Los dirigentes de huelgas y protestas son arrestados y/o mantenidos bajo estricta vigilancia. Incluso los abogados laborales son perseguidos.

A pesar de la represión, hay factores que pueden potenciar las luchas. El desarrollo capitalista en China ha generado el mayor proletariado industrial del mundo, parte del cual trabaja para el capital privado nacional e internacional, y parte en empresas estatales[5]y[6]. (T) (VI) También concentró la población en las grandes ciudades. Además, un mayor acceso a la educación y a las nuevas tecnologías puede ser un instrumento de las luchas sociales. Incluso queda la memoria histórica de las revoluciones chinas y, en particular, los ecos de las grandes protestas en la plaza de la Paz Celestial, violentamente reprimidas en 1989. Que los estudiantes de Pekín canten la Internacional es claramente un signo de esta memoria histórica y un antídoto contra los esfuerzos de la izquierda neoestalinista y neomaoísta por caracterizar las luchas democráticas dentro de China como proimperialistas. Después de todo, ¿qué sector proimperialista cantaría la Internacional?

Traducción: Natalia Estrada.


[1] https://litci.org/es/grave-crisis-en-china-ante-la-expansion-de-la-variante-omicron-de-la-covid/

[2] El ejército chino reprime a los uigures, en: https://litci.org/es/artigo813/

[3] https://litci.org/es/la-masacre-tiananmen/

[4] https://litci.org/es/el-xx-congreso-del-partido-comunista-de-china-no-trae-sorpresas-y-mantiene-a-xi-jinping-en-el-poder/

[5] https://litci.org/es/china-un-regimen-capitalista-el-socialismo-de-nuestros-dias-o-un-regimen-social-intermedio/

[6] https://litci.org/en/a-study-on-the-chinese-working-class/. La versión original en español fue publicada en Marxismo Vivo Nueva Época n.° 15, noviembre de 2019, pp. 28-61.

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