Dom May 19, 2024
19 mayo, 2024

La invasión rusa en Ucrania entra en su tercera semana

La decimoquinta jornada de la ofensiva de Putin en Ucrania estuvo marcada por la repercusión del brutal ataque ruso de la víspera a un hospital materno-infantil, con embarazadas y niños recién nacidos, en Mariupol. El bombardeo mató por lo menos a tres personas, entre ellas una niña, y dejó decenas de heridos.

Por LIT-CI

Esta ciudad, en la costa del mar de Azov, está sitiada por las tropas rusas desde el 25 de febrero. En los últimos días, las bajas civiles aumentaron porque los invasores de Ucrania

incumplen los frágiles acuerdos de alto el fuego, de pocas horas, que permitirían abrir pasillos humanitarios para la evacuación mujeres, niños, ancianos, enfermos, etc.

Los civiles, atrapados, sobreviven en refugios improvisados, casi sin calefacción, electricidad, comida, agua potable y medicinas. Según la Cruz Roja, la situación en Mariupol es “apocalíptica”. Los cuerpos de los fallecidos yacen en las calles, o son enterrados, a toda prisa, en fosas comunes, dado el incesante bombardeo ruso. Putin utiliza contra los ucranianos el mismo método del sitio nazi a Leningrado, durante la Segunda Guerra Mundial.

Civiles son enterrados en fosas comunes en Mariupol, ante el incesante bomardeo ruso

Las autoridades de la ciudad estiman que más de 1.200 civiles han muerto. Rusia pretende hacerse con Mariupol para crear un corredor desde la península ucraniana de Crimea, ocupada militarmente y anexionada por Putin en 2014, y las zonas separatistas del Donbás.

El drama de Mariupol es el de otras ciudades ucranianas. Moscú y Kiev pactaron siete corredores humanitarios: en todos existen denuncias de incumplimiento del alto el fuego. Desde el comienzo de la invasión de Putin, más de dos millones de personas abandonaron Ucrania en condiciones dramáticas. La ONU reportó 474 civiles muertos. El gobierno ucraniano, más de 2.000. Rusia sigue negando que esté llevando adelante una guerra, alegando que su presencia en Ucrania no es una invasión sino una “operación militar especial” en legítima defensa…

El cinismo del agresor es utilizado en contra de su propio pueblo. Más de 10.000 manifestantes han sido detenidos en varias ciudades rusas por oponerse a la guerra contra Ucrania.

Civiles huyen como pueden, en condiciones penosas

La ofensiva rusa recrudece contra los civiles. La intención del alto mando es aterrorizar y desmoralizar al pueblo ucraniano, que, contra todo pronóstico, demuestra una resistencia tenaz ante el invasor.

A pesar de su enorme superioridad militar, hasta ahora Putin no ha conseguido tomar casi ninguna ciudad importante. No conquistó Jarkóv, la segunda más poblada; Odessa, la tercera; ni Mariupol. En la única ciudad que los rusos dicen controlar, Jersón, se suceden manifestaciones de centenares de ucranianos que desafían a los soldados ocupantes. El asalto a la capital, Kiev, anunciado como inminente desde hace diez días, está casi paralizado. El convoy de tanques, vehículos blindados, tropas, con más de 60 kilómetros de largo, que se dirige a Kiev, sufrió una serie de problemas logísticos, de organización y comunicación. Esto permite al ejército y la resistencia ucraniana ganar tiempo, organizarse, resistir, atacar vehículos leves de abastecimiento de carburante y munición, con lo cual retrasan el avance de los blindados pesados y de las tropas de Putin.

De momento, Kiev está en alerta máxima, con barricadas, con soldados y milicianos patrullando las calles. La ciudad está erizada con armas de todo tipo, desde las más pesadas hasta los cócteles molotov con los que la población se prepara para recibir a los atacantes.

Kiev se prepara para la defensa

En el terreno diplomático, Putin hizo saber sus exigencias de modo más concreto: “neutralidad” de Ucrania, es decir, su renuncia a entrar a la OTAN y la Unión Europea; reconocimiento legal de la anexión rusa de Crimea; aceptación de la independencia de las “Repúblicas” de Donetsk y Lugansk. Moscú, a pesar de los contratiempos militares, no está dispuesto a amenizar sus exigencias. Putin actúa de acuerdo con su convicción de que Ucrania no es un Estado independiente, sino parte de Rusia. Le niega su derecho a la existencia nacional. Las condiciones de la oligarquía rusa son inaceptables. No suponen una negociación sino una capitulación en toda la línea. En el encuentro entre los cancilleres de Rusia y Ucrania, celebrado en Turquía, Lavrov se opuso a la propuesta ucraniana de un alto el fuego de 24 horas para atender las demandas humanitarias más urgentes. Para él, tal cosa ni siquiera estaba sobre la mesa. Sobre el ataque la maternidad en Mariupol, aseguró que se trataba de un escondite de células de “nacionalistas ucranianos”, no de un hospital con civiles dentro.

El presidente ucraniano, Zelenski, un político burgués de derecha, profundamente entreguista y proimperialista, declaró que podría considerar los términos del ultimátum de Putin. Zelenski, su gabinete y toda la oligarquía ucraniana, tarde o temprano demostrarán la cobardía intrínseca de una clase dominante servil a los intereses del imperialismo y, hasta hace poco, también del Kremlin. El gobierno ucraniano es incapaz de enfrentar hasta el fin la agresión rusa.

La clase trabajadora ucraniana y del mundo no debe depositar ninguna confianza en Zelenski, que intentará traicionar la resistencia. Solo puede confiar en sus propias fuerzas, en la capacidad creadora, en la resistencia que los trabajadores y el pueblo pueden desplegar.

Todo indica que el asedio a Kiev, en un momento u otro, se dará. El ataque por tierra a las demás ciudades estratégicas, también. Putin no se detendrá, aunque la economía rusa esté duramente afectada por las fuertes sanciones de EEUU y Europa. El dictador ruso se juega en Ucrania su propio destino político. La disparidad de fuerzas, probablemente, inclinará la balanza a favor de Putin. Pero la resistencia del pueblo ucraniano, pase lo que pase, ya es imborrable. Los pueblos del mundo están con Ucrania. Putin ya perdió la batalla política, mal que les pese a sus apologistas de extrema derecha y, vergonzosamente, también de izquierda.

¡Todo el apoyo a Ucrania! ¡Derrotar a las tropas y a los mercenarios de Putin!

¡Todos a las calles para expresar solidaridad con la independencia de Ucrania y la resistencia de su pueblo!

¡Armas para la resistencia!

¡Estados Unidos, la OTAN y la UE, fuera de Ucrania!

¡Disolución de la OTAN y la CSTO!

 

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