Sáb May 11, 2024
11 mayo, 2024

Luego de la derrota del gobierno y la histórica elección de la izquierda


Las elecciones del 27 de octubre dejaron algunas certezas y muchas cosas sin resolver. El gobierno de Cristina recibió un nuevo cachetazo, perdiendo más de 4 millones de votos con relación a 2011 y con el 70% que se pronunció, a través del voto, en contra de su política de ajuste. 



Esta enorme derrota sufrida por el Gobierno es una respuesta de los trabajadores y el pueblo a esa política de imponer techos salariales, de una inflación que hace que cada vez estemos más lejos de poder cubrir las necesidades básicas para nuestras familias, de los trenes privatizados que provocan muertes por falta de mantenimiento e inversiones y las inundaciones que hacen otro tanto por las obras que no se realizan, del derrumbe de nuestra salud y educación pública a costa de pagar miles de millones de dólares a los buitres de la deuda externa, de la entrega de nuestros recursos a los pulpos multinacionales como el yacimiento de Vaca Muerta a Chevron y tantas otras medidas como parte de un plan global: hacer que la crisis generada por los capitalistas la paguemos los trabajadores.

El ajuste viene acompañado por un giro represivo, simbolizado en la presencia del genocida Milani al frente del ejército, Berni en la secretaría de Seguridad y el “pistolero” Granados en la provincia de Buenos Aires.

Así, millones de trabajadores fueron perdiendo las expectativas en un gobierno cuyo discurso de un modelo “nacional y popular”, de defensa de los derechos humanos y de la soberanía fue quedando de lado para dar paso a su verdadero rostro ajustador, siguiendo un curso cada vez más a la derecha. Contra ese rostro y ese curso es que millones empezaron a abandonarlo y quitarle su apoyo hasta llegar a este golpazo de octubre.

El castigo también alcanza a los burócratas sindicales como Caló o Yasky, laderos del Gobierno en su política de ajuste, entrega y represión. Capítulo especial, pero parte del mismo fracaso de la burocracia, merecen el apoyo de Moyano a De Narváez y la CTA de Michelique, [que] apostó a distintas variantes de centro-izquierda [y recibió] muy pocos votos en Capital y provincia de Buenos Aires


Las alternativas patronales: mucho ruido y pocas nueces


Para castigar al Gobierno, millones dieron su voto a aquellos que creyeron “útiles” para golpearlo. Así aparece un amplio arco de triunfadores dentro de las variantes patronales: Massa en Buenos Aires, Macri o Carrió en la Capital, Binner en Santa Fe y el “no positivo” Cobos en Mendoza para anotarse en la carrera hacia el 2015. Hasta el obediente Scioli está anotado en la misma. Sin embargo, ninguno de ellos aparece todavía como una clara alternativa a nivel nacional que garantice al imperialismo y las patronales una segura sucesión para seguir aplicando el ajuste.  

Que ninguno despierte un gran entusiasmo en el conjunto de los trabajadores y el pueblo, a pesar de que hayan canalizado la bronca y el voto, se explica por el hecho de que ninguno presenta una alternativa distinta a la política del actual Gobierno. Con más o menos “carisma”, con discursos un poquito más a la derecha, a la izquierda o al centro, son variantes del mismo modelo.  


La histórica votación de la izquierda


La gran votación de la izquierda, consiguiendo superar por lejos el millón de votos y obteniendo cuatro diputados nacionales (aunque con el fraude quieran robarnos el de Córdoba), legisladores y concejales con altísimos porcentajes en varias provincias, es un verdadero triunfo no solo de quienes hicimos parte de las listas y la campaña del FIT [Frente de Izquierda y los Trabajadores], lo es también para el conjunto de los luchadores, de los trabajadores y sectores populares.

El hecho novedoso que significó en estas elecciones el salto histórico en la votación del FIT muestra que un sector masivo, aunque todavía minoritario, de la juventud y los trabajadores apunta a una ruptura no solo con el kirchnerismo sino aún más general y profunda, con el conjunto de las fuerzas patronales.


Gobierno, oposición patronal y burocracia sindical: un pacto para seguir el ajuste


Si el tremendo golpe recibido por el gobierno el 27 de octubre no lo ha dejado del todo paralizado es gracias al acuerdo de todos los sectores patronales, incluso los “opositores”, de sostenerlo. La inmediata reacción de la Corte Suprema de Justicia al día siguiente de las elecciones, declarando la constitucionalidad de la Ley de Medios, no fue otra cosa que un shock para sacarlo de la parálisis pos-electoral.

Quieren que el kirchnerismo haga el “trabajo sucio” del ajuste en los próximos dos años, gastando el apoyo popular que aún le queda. Mientras, la burguesía va fortaleciendo una alternativa “ganadora” para el 2015. Y para que el nuevo presidente que asuma en ese momento no tenga que aplicar medidas que lo enfrenten con los trabajadores y el pueblo apenas llegue al poder.

Respondiendo a esa orientación común del imperialismo y toda la burguesía, el Gobierno sigue aplicando el ajuste. Apenas pasadas las elecciones, el secretario de Comercio Interior, Moreno, autorizó subas de los precios de los principales alimentos e YPF subió el precio de sus naftas, lo que implica un nuevo salto de la inflación. Y, en perfecta sincronización con el gobierno kirchnerista, Macri anunció el aumento del boleto del subte a $ 3,50 mientras preparan un aumento general del boleto. Al mismo tiempo entregan más zonas petroleras, ahora de nuestra plataforma continental, a las multinacionales, y se subordinan a los tribunales yanquis para pagar la fraudulenta deuda a los buitres.

Sin embargo, ese “plan maestro” de la burguesía y sus candidatos tiene una gran contradicción. Massa, Cobos, Binner, los radicales, incluso Macri y el Pro lograron muy buenas votaciones ocultando su apoyo al ajuste. De Narváez, uno de los pocos candidatos que no ocultó su política de derecha, sufrió una durísima paliza electoral. Cualquier candidato patronal que quiera llegar con posibilidades al 2015 va a tener que seguir mintiendo sobre sus verdaderas intenciones presidenciales. Y ya vemos que Massa se ve obligado a mostrarlas al salir a frenar cualquier acción de la CGT-Moyano “porque no es el momento”.


Organizar la lucha contra el “pacto del ajuste”


Los trabajadores y sectores populares hemos venido y seguimos enfrentando el ajuste que aplica el Gobierno.

Fue hace pocas semanas que los docentes de Neuquén, con su huelga y movilización encabezada por ATEN, llamaron al conjunto de los trabajadores del país a enfrentar el entreguista acuerdo de YPF con Chevron.

Las recientes tomas de escuelas por los estudiantes secundarios en la Capital son una expresión avanzada de la resistencia al ajuste en la educación.

Las movilizaciones en numerosos barrios contra las comisarías, a sabiendas de que la policía tiene una responsabilidad decisiva en el narcotráfico, la trata y la organización de las bandas de delincuentes, marcan el camino para una respuesta obrera a la inseguridad que sufrimos los trabajadores y el pueblo.

Una de las más importantes luchas en curso, y que acaba de culminar con un triunfo, es la huelga salarial que vienen llevando adelante los trabajadores de la educación en Chubut desde hace más de dos meses con paros y cortes de ruta. Está muy presente el apoyo de los petroleros de Cerro Dragón sumándose con 300 compañeros al corte de los maestros, como ejemplo de la unidad obrera contra el ajuste. Y así podríamos seguir enumerando infinidad de movilizaciones y reclamos recientes.

Moyano, Micheli y De Gennaro obtuvieron resonantes fracasos por su apoyo electoral a distintas variantes patronales (ver “Un crimen, Un castigo”). Moyano intentó salir del pantano hablando de una acción para el 20N. Pero priorizó sus futuros negocios con Massa y desistió de movilizar a la CGT.

Queda en pie la convocatoria de la CTA-Micheli a una marcha para ese día. Reclama un plus de fin de año y una serie de reclamos progresivos contra el ajuste y el saqueo. Debemos aprovechar esa marcha para impulsar la pelea por conseguir un pago extra de doble aguinaldo o plus que contemple parte de lo que ya perdimos con la inflación. Y, al mismo tempo, para exigirles a todas las CGT y las CTA que convoquen a medidas por el conjunto de los reclamos pendientes: la reapertura de paritarias, la abolición del impuesto al salario, contra el trabajo precario, los despidos y suspensiones y lograr asignaciones familiares que sean para todos y sin escalas.

Pero sobran los motivos para no depositar ninguna confianza en las cúpulas sindicales. La tarea de los luchadores es organizar desde abajo el enfrentamiento a las medidas de ajuste, entrega y represión, y la lucha por el conjunto de nuestros reclamos. En primer lugar, rodeando de solidaridad a los que están luchando, como hicimos con los trabajadores de la educación de Chubut y tantos otros. Junto con eso, impulsando la más amplia unidad para salir a pelear para derrotar el ajuste y avanzar hacia una salida obrera a la crisis.


Desarrollar el FIT como alternativa en las luchas


Para avanzar no solo en fortalecer las luchas en curso y las que vendrán contra el ajuste, sino también para dar esa salida de fondo es fundamental avanzar en la construcción de la alternativa política. La debilidad del kirchnerismo y de las direcciones sindicales burocráticas, así como las contradicciones de las fuerzas patronales opositoras en su proyecto de continuar ajustando a los trabajadores, abren la oportunidad de que la influencia conquistada por el FIT en las elecciones pueda volcarse a favor de construir una nueva conducción combativa y democrática de los trabajadores, en las luchas para derrotar el ajuste y avanzar hacia una salida obrera a la crisis.

El FIT debe marcar como su primera prioridad el apoyo a esas acciones y la creación de instancias amplias de organización para agrupar a los dirigentes y luchadores que las encabezan, sin sectarismos ni autoproclamaciones. Los diputados nacionales, legisladores provinciales y concejales obtenidos deben volcar todos sus recursos al apoyo a todas las luchas obreras y populares. Si logramos avanzar por este camino estaremos más fuertes para enfrentar los intentos del pacto del Gobierno y la oposición patronal para hacernos pagar la crisis, y hacer que esta vez la paguen ellos.

Desde el PSTU nos comprometemos a colocar todas nuestras fuerzas al servicio de esta tarea. Te invitamos a organizarnos juntos para avanzar en ese camino. 

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