Mar Mar 19, 2024
19 marzo, 2024

Sobre la crisis con los inmigrantes en la frontera Belarus-Polonia

Noviembre fue un mes de muchos acontecimientos en Europa Oriental, donde las contradicciones entre la UE, por un lado, y Rusia, por el otro, se vienen agravando bajo diversas formas. Las expresiones más claras de eso fueron la crisis energética alrededor del aumento de los precios del gas de Rusia para Europa, así como la crisis en la frontera Belarus-Polonia, donde millares de inmigrantes de Medio Oriente se encuentran a camino de los países de la UE.

Por: POI – Rusia, 1/12/2021

Numerosos videos y fotografías de allá recuerdan enfrentamientos militares, con inmigrantes intentando a toda costa cruzar la frontera con la Unión Europea y las fuerzas de seguridad polacas entablando contra ellos una verdadera batalla.

Evidentemente, no es secreto que el enfrentamiento en la frontera entre Polonia y Belarus se inserta en un conflicto más amplio entre Rusia y la Unión Europea (junto a los Estados Unidos), que asume formas tan esdrújulas como la crisis migratoria. Putin salvó a su “compañero” Lukashenko de la revolución y del resentimiento popular del pueblo bielorruso el año pasado, y continúa dando apoyo a cambio de que Belarus se mantenga en la esfera de intereses de Rusia, como ahora en el caso del reconocimiento por Lukashenko de Crimea como rusa de hecho.

Y mientras la UE no reconozca a Lukashenko como presidente electo y siga imponiendo sanciones, el dictador bielorruso solo puede contar con la ayuda de Putin, vendiendo su país a los rusos e involucrándose en los juegos geopolíticos de Rusia. Y para Putin es importante, sobre todo, salvar su régimen policial en el país, basado en la FSB (policía política), y preservar el dominio de los capitales rusos y su influencia en los países de la CEI.

Hasta 2020, el punto más doloroso para el régimen de Putin y para la preservación de la “grandiosidad” de Rusia era Ucrania. Ganar la guerra contra Ucrania, mantener a Crimea conquistada, y de esta forma traer de vuelta el mayor país de la CEI (después de la propia Rusia) a su esfera de intereses fue y continúa siendo la principal tarea de Putin.

La revolución en Belarus, en 2020, creó una nueva amenaza al régimen de Putin, porque un levantamiento democrático de masas contra Lukashenko podía volverse un ejemplo para los propios ciudadanos de Rusia, así como debilitar la ligazón de Belarus con Rusia.

De la misma forma como en la guerra de Karabakh en el Cáucaso (cuando Turquía intervino en la esfera de intereses de Rusia) y en la revolución en el Kirguistán contra las autoridades corruptas que venden los recursos de su país y dejan al pueblo sin nada (razón por la cual los kirguises dejan su país en masa).

bielorusa-polonia inmigrantes

Los políticos europeos y americanos, que defienden los intereses de sus bancos y corporaciones, no están dispuestos a aceptar todos los movimientos que Putin realiza para preservar su régimen y la “grandiosidad” de Rusia. Estos políticos se presentaron durante años como supuestos defensores de la democracia y de la libertad. Pero la verdad es que siempre se mostraron dispuestos a negociar con cualquier dictador, desde que pudiesen realizar sus negocios.

Así también, hace años que la líder de la Unión Europea, Angela Merkel, conduce un “diálogo” con Putin, utilizando el látigo de las “sanciones” y la zanahoria de los “acuerdos del gas”.

Lo más importante siempre fue y continúa siendo el mismo: garantizar que Putin asegure de su parte la buena marcha de los negocios. El presidente ruso, para su infelicidad, en 2014 flaqueó y no consiguió frenar la revolución ucraniana. En lugar de eso, como un niño caprichoso, anexó a Crimea e hizo de esta “conquista” un motivo de orgullo ante los ciudadanos rusos.

Putin quiere una única cosa de la UE y de EEUU: que reconozcan su derecho sobre Crimea, su esfera de influencia, que reconozcan el derecho de Rusia a imponer el orden y el control en los países de la CEI, y que la UE y los EEUU conduzcan sus negocios en estos países exclusivamente a través de su mediación.

Pero, al mismo tiempo, la propia Rusia permanece profundamente sometida a los capitales de la UE y de los EEUU; todo el país está en la pobreza mientras se repasan cuantías colosales de dinero a los bancos occidentales. Las corporaciones rusas están todas endeudadas, la tecnología es toda europea o americana.

A pesar de toda la propaganda, los ciudadanos rusos viven en la pobreza y la miseria. Rutas, escuelas, viviendas, hospitales, ancianos, todo eso revela la profunda crisis y el estancamiento en el que vivimos hace años, sin ninguna luz a la vista. Ningún desfile militar y ningún misil pueden esconder esto.

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Las contradicciones de Rusia con la UE y los EEUU se resumen a saber si Putin puede pacificar las revoluciones y el descontento en Ucrania, Belarus, Armenia, Kirguistán… Si él tiene fuerza para extinguir las protestas en la esfera de intereses rusos, y así garantizar el orden. Mientras haya guerra en Ucrania y el pueblo ucraniano resista el ataque ruso y no reconozca a Crimea como rusa, Putin se debilita en sus relaciones con sus “socios occidentales”.

Mientras la resistencia bielorrusa contra Lukashenko continúe, clandestinamente, debilitada, implacablemente reprimida, pero incansable, Putin se debilita. Mientras el pueblo del Kirguistán interfiera directamente en los asuntos de su propio país, Putin se debilita. Mientras el descontento crezca dentro de la propia Rusia, Putin se debilita.

En qué es fuerte Putin? En la represión contra los disidentes dentro de Rusia. En la represión a los tártaros de Crimea. En la supresión de la conciencia nacional de los numerosos pueblos no rusos de Rusia. En el refuerzo de sus bases militares en el Cáucaso y en el Asia (supuestamente contra la OTAN, para cuyos bancos fluye el capital ruso y para donde es garantizado el abastecimiento ininterrumpido de gas). Al incentivar al dictador tadjike contra la revolución kirguiz. En ejercicios militares ostensivos en el mar Negro contra Ucrania. Al localizar tropas junto a las fronteras con Ucrania.

Hoy, Putin utiliza a Lukashenko para ejercer presión sobre la Unión Europea. Y Lukashenko utiliza a los inmigrantes del Medio Oriente con este fin. Como siempre, los trabajadores comunes pagan el precio de los juegos políticos de los dueños del mundo. Lukashenko, como le conviene, engaña sórdida y descaradamente a los inmigrantes, que huyen de las condiciones de vida insoportables en sus países. Los inmigrantes son solo carne para el inescrupuloso sátrapa de Putin. Estas maniobras de Lukashenko y Putin no pueden causar sino repugnancia entre los trabajadores.

Al mismo tiempo, condenamos la política de longa data de la Unión Europea en relación con los inmigrantes. La OTAN y la UE hábilmente visten máscaras democráticas para ocultar sus crímenes. La vida terrible en Irak, de la cual los inmigrantes huyen, es resultado de la invasión militar de los Estados Unidos y de sus aliados europeos desde 2002. La guerra en Siria, de donde viene otro flujo de refugiados, es también resultado de las políticas corruptas de los diplomáticos europeos en relación con el dictador Assad (y, claro, resultado del papel sangriento jugado por Rusia).

Los refugiados de África son el resultado de las políticas coloniales de los países europeos. La UE es, por lo tanto, la principal culpable por el hecho de que los inmigrantes se vean forzados a abandonar sus países. Nos unimos de todo corazón a la exigencia de numerosos ciudadanos europeos de abrir las fronteras a todos! Entonces, Putin y Lukashenko tendrán menos posibilidades de defender sus dominios. Y defendemos también el fin de la vergonzosa política de persecución a los inmigrantes dentro de la propia Rusia.

Abajo el FMS ( el servicio de control de inmigrantes de Rusia)! Abajo el sistema de las autorizaciones de trabajo para los inmigrantes! Por el fin de los registros y autorizaciones de viviendas! Somos todos una solo clase trabajadora!

No debemos olvidar que los propios ciudadanos de Rusia fueron transformados en inmigrantes dentro de su propio país y se exigía de ellos los registros y las autorizaciones de residencia! Abajo toda esta perversión burocrática contra los trabajadores! Somos todos una sola clase trabajadora! No hay diferencia entre inmigrantes y nativos!

El sitio “Belarusian partisans” publicó la historia de un bielorruso obligado a dejar su país debido a la represión y que cedió su casa de campo próxima a la frontera a los inmigrantes. Un digno ejemplo de solidaridad!

Traducción: Natalia Estrada.

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