Vie Mar 29, 2024
29 marzo, 2024

Terremoto en Turquía

En la mañana del 6 de febrero nos despertamos con un gran desastre. Un terremoto de magnitud 7,7, con epicentro en Pazarcik, Kahramanmarş, causó una destrucción masiva en las ciudades de Kilis, Diyarbakır, Adana, Osmaniye, Diyarbakır, Adıyaman, Gaziantep, Malatya y Hatay en el sur de Turquía. Siguió otro de magnitud 7,6 en la misma región, un evento raro en la historia de la civilización humana.

Por: Consejo editorial del periódico Kirmizi

Ahora, el impacto de un desastre causado por el hombre se adiciona a este gran desastre natural. Habiendo experimentado uno de los terremotos más devastadores del mundo y “cobrando impuestos especiales por 25 años” a los trabajadores de este país para que este no sea enterrado bajo los escombros nuevamente, el capitalismo de Turquía no dio al pueblo de esta tierra nada tras 25 años.

La singularidad del desastre no deviene solo de la magnitud de las pérdidas. Este terremoto revela la “pudrición” de la naturaleza socioeconómica del capitalismo turco con extraordinaria desnudez.

Las clases dominantes de Turquía saben desde hace 35 años que esta geografía está llena de fallas destructivas. No obstante, ellos no se abstuvieron de construir casas ostensivas, pero no a prueba de terremotos, y continuaron construyendo ciudades no planificadas para su tortuoso capitalismo desigual e implacable, que ellos profundizaron en toda Anatolia.

Los impuestos sobre terrenos recaudados entre 1999 y 2021 suman 83.000 millones de liras turcas en total: ¡38.200 millones de dólares con las tasas de cambio de aquel año!; 730.000 millones de liras turcas en dinero de hoy.

Y tenemos una gran nada…

Nuestro pueblo trabajador continúa esperando de manos atadas –posiblemente por una cadena de desastres peligrosos que probablemente ocurrirán en el futuro—.

¿Quién no está cansado de este Estado siempre glorificado que es considerado apenas una máquina de guerra?

Estamos pasando por una crisis multifacética y destructiva causada por el capitalismo turco…

Esta crisis nos pone a la vera de una encrucijada. Esta encrucijada está íntimamente relacionada con el problema de cómo utilizar los recursos producidos en el país.

¿Vamos a permitir que lo que nos pertenece sea saqueado por las clases dominantes turcas, que no pasan de ser un parásito que nos chupa?

¿O vamos a recurrir a su uso para aumentar el bienestar de la sociedad sobre la base de una economía planificada y bajo el control de los trabajadores?

Traducción: Natalia Estrada.

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