Sobre la crisis del PCB y el “movimiento comunista internacional”
Como la mayoría de los activistas en el Brasil sabe, existe una crisis en el PCB, con la expulsión de diez miembros de su Comité Central (incluidos Ivan Pinheiro y Jones Manoel). A partir de ahí, hay una ruptura en curso para la formación de otro partido (PCB-Reconstrucción Revolucionaria).
Por: Eduardo Almeida
El surgimiento de debates públicos de las dos facciones hizo explícitas las diferencias caracterizadas por ambas como irreconciliables. Los temas en debate trascienden los límites de la crisis del PCB, pues son de interés de toda la vanguardia, como la relación con el gobierno Lula, el centralismo democrático, y otros.
Aquí queríamos tratar uno de ellos, sobre la actual crisis del llamado “Movimiento Comunista Internacional”, que se expresa en el EIPCO (Encuentro Internacional de los Partidos Comunistas y Obreros) y la creación de la Plataforma Mundial Antiimperialista.
Se trata, nos parece, de una discusión de gran importancia para la vanguardia mundial, que involucra temas como la caracterización de los Estados de China y Cuba, la guerra en Ucrania, la relación con los llamados “gobiernos progresistas”, y otros.
Como ya hemos mencionado en otros artículos, no tenemos ningún acuerdo con la dirección mayoritaria del PC que impone expulsiones arbitrarias al servicio de una política de conciliación de clases. Pero queremos en este artículo dedicarnos a discutir también nuestras diferencias con el ala izquierda de este proceso, en particular a partir de estos temas internacionales programáticos e ideológicos.
La génesis de la crisis actual
El internacionalismo siempre ha sido una característica del marxismo revolucionario. Esto es consecuencia del entendimiento de que la revolución socialista debe ser necesariamente internacional, porque esa es la única forma de avanzar en una planificación económica internacional que permita el avance hacia el socialismo.
Los bolcheviques asociaron desde el inicio la Revolución Rusa a este proyecto internacionalista, y por eso construyeron la Tercera Internacional. Los primeros cuatro congresos de la Tercera (de 1919 a 1922) siguen siendo hasta hoy verdaderas clases de marxismo revolucionario para los activistas de todo el mundo.
Sin embargo, las derrotas de la revolución en Europa dejaron aislada la revolución, lo que favoreció la contrarrevolución política estalinista que llevó a la burocratización de la URSS. El estalinismo abandonó la estrategia internacionalista de la Tercera, en función de su concepción del desarrollo del “socialismo en un solo país” en la URSS.
A partir de entonces, la III pasó a ser la expresión de los intereses de la burocracia gobernante en la URSS. Hubo un breve período con un zigzag ultraizquierdista (el “tercer período”) que permitió la victoria fascista en Alemania, con el PC negándose a formar un frente único con la socialdemocracia.
Luego, en el congreso de la Tercera, en 1935, se aprobó la tesis del Frente Popular, presentada por Dimitrov, que sigue siendo la ideología predominante no sólo en los PC, sino en gran parte de los partidos reformistas de todo el mundo. La ideología de alianza con “un sector progresivo de la burguesía” es la base de las derrotas de gran parte de los procesos revolucionarios de los siglos XX y XXI.
En 1943, Stalin finalmente disolvió la Tercera Internacional sobre el final de la Segunda Guerra Mundial, como expresión de la política estalinista de “coexistencia pacífica” con el imperialismo.
Sin embargo, el aparato estalinista mundial siguió funcionando, atando a los partidos comunistas de todo el mundo a la burocracia soviética. La misma estrategia de frente popular siguió aplicándose en diferentes países, con las mismas derrotas como resultado. Diferentes crisis ocurrieron en ese aparato, incluyendo las rupturas maoístas y otras.
La experiencia histórica ha demostrado el fracaso de la estrategia estalinista de “socialismo en un solo país” en la URSS. La burocracia gobernante finalmente condujo la restauración del capitalismo en la URSS, con Gorbachov en 1985. Un proceso similar ocurrió antes con Deng Xiaoping en China, en 1978. La restauración del capitalismo avanzó a ritmos desiguales, pero abarcó el conjunto de estos Estados en la década de 1990, incluido Cuba.
La crisis causada por el derrocamiento de las dictaduras estalinistas fue gigantesca y afectó profundamente, en mayor o menor medida, a todos los partidos comunistas del mundo. Una de las consecuencias de esto fue el desmantelamiento del aparato estalinista mundial, que estaba vinculado a las burocracias gobernantes de los antiguos Estados obreros.
En 1998, por iniciativa del PC griego (KKE), se inauguró el Encuentro Internacional de los Partidos Comunistas y Obreros, con conferencias anuales. Estas conferencias reúnen, además del Partido Comunista de Grecia, el PC de Venezuela, el Partido Comunista de China, el Partido Comunista de la Federación Rusa, el Partido Comunista de Cuba, y otros partidos de decenas de países. Del Brasil participan el PCB y el PCdoB.
La 21.ª conferencia en 2021 contó con 74 partidos de 58 países. La última (22°) se realizó en La Habana, en 2022.
Es decir, el EIPCO expresa una reorganización de los PC en todo el mundo. Pero en una nueva situación histórica, en la que los partidos de China y Cuba ya no expresan más los intereses de burocracias estalinistas, sino de burguesías gobernantes. Solo mantuvieron el “comunista” en los nombres de estos partidos. Hay un debate en la vanguardia de todo el mundo, así como en la LIT, si China es o no un país imperialista hoy. Pero está claro que se trata de una potencia capitalista.
El PC de la Federación Rusa no es directamente una expresión del gobierno ruso, pero capitula directamente a Putin, como se puede ver en la guerra de Ucrania.
Existen diferencias de todo orden en las estrategias y políticas de estos partidos, como era de esperar. Algunos de estos partidos siguen defendiendo la clásica estrategia estalinista de los frentes populares y una visión etapista del proceso revolucionario. Otros, como el PCB, rompieron parcialmente con esta estrategia y el conjunto de la ideología estalinista. Pero solo la existencia del EIPCO y la participación de un partido que se considere revolucionario en un Encuentro Internacional con el PC chino ya expresa toda una visión del mundo.
Como producto de las contradicciones causadas por la guerra de Ucrania en toda la izquierda reformista mundial, en 2022 se lanzó la denominada Plataforma Mundial Antiimperialista (PMAI). Esta plataforma es en realidad una iniciativa del PC de la Federación Rusa y del PC chino, aunque fue llamada por el desconocido Partido de la Democracia del Pueblo (Corea del Sur). Su objetivo es la defensa de la agresión rusa contra Ucrania, y ya ha realizado cuatro encuentros internacionales en sus pocos meses de existencia. El último se llevó a cabo en Venezuela, bajo el patrocinio del PSUV, el partido gobernante del país.
Fue la participación del PC en los encuentros de esta PMAI, a través de su secretario de Relaciones Internacionales (Eduardo Serra) lo que desencadenó la crisis en el PCB. Esto se hizo público con el abierto cuestionamiento de Ivan Pinheiro, exsecretario general de ese partido. Se denunció y se demostró que la participación del PCB en la PMAI fueron abiertas violaciones de las resoluciones anteriores del partido.
El contenido real de la crisis es que la agudización de la lucha de clases provocada por la guerra está provocando una gran crisis política en el “movimiento comunista internacional”. O, más precisamente, en esa heterogénea agrupación de partidos que se autodenomina así. La crisis del PCB es parte de este proceso, y no debe ser la única.
Los reflejos de la crisis internacional en el PCB
En primer lugar, me gustaría señalar el acuerdo que tenemos con una afirmación contenida en el “Manifiesto en defensa de la Reconstrucción Revolucionaria del PCB”, que explicita la ruptura del PCB, al hablar de la PMAI:
Esta articulación internacional, que admite abiertamente entre sus objetivos la organización del apoyo político de la izquierda mundial al bloque Rusia-China, defiende la tesis de que “la principal contradicción en el mundo de hoy es la que existe entre el bloque imperialista de la OTAN liderado por Estados Unidos y la masa de la humanidad que sufre” (ver la “Declaración de Seúl” ) – y no, como defienden los comunistas revolucionarios, la contradicción entre capital y trabajo”.
Además de cuestionar la posición sobre la guerra en Ucrania, quienes firman este manifiesto afirman que, contrariamente a la “PMAI”, la contradicción fundamental en el mundo es entre el capital y el trabajo, o entre la burguesía y el proletariado. Esto, como veremos, es de enorme importancia para el conjunto de la discusión. Nos parece necesario que quienes proponen la reconstrucción revolucionaria del PCB apliquen esta lógica de independencia de clase en todos los temas involucrados en esta discusión.
Esto implicaría no solo una ruptura con la PMAI, sino con el propio EIPCO, que agrupa a partidos burgueses como el chino y el cubano. ¿Cómo participar de una reunión con representantes del gobierno chino que dirige una dictadura burguesa, impuso la restauración capitalista y logró ayudar al imperialismo en nivel mundial a rebajar los salarios del proletariado, siguiendo el “nivel chino”?
¿Cómo participar de un encuentro con el PC cubano que restauró el capitalismo en la Isla y dirigió la represión contra las manifestaciones populares del 11 de julio de 2021 contra el plan neoliberal de Díaz-Canel?
¿La lógica de que la “principal contradicción en el mundo de hoy es la que existe entre el bloque imperialista de la OTAN liderado por EE.UU. y la masa de la humanidad sufriente” no está siendo utilizada también por el PC-RR para evaluar a Cuba? ¿No están ignorando el papel del imperialismo español en la restauración del capitalismo y en los complejos turísticos de la Isla? ¿No están desconociendo el surgimiento de una burguesía cubana en torno al aparato de Estado y asociada al imperialismo europeo?
Hasta hoy, el gobierno cubano mantiene como presos políticos a cientos de jóvenes que participaron en esas movilizaciones del 11J, acusándolos de ser “aliados del imperialismo”, la clásica acusación del estalinismo contra sus adversarios.
Hasta hace unos años, el PC brasileño apoyaba el gobierno de Maduro en Venezuela, un gobierno de la llamada boliburguesía, la burguesía corrupta surgida del aparato de Estado venezolano. Recién ahora el PC brasileño está criticando al gobierno venezolano, a partir de los ataques contra el PC venezolano.
Si se hubiesen guiado por la lógica de clases, del proletariado contra tel conjunto de los sectores burgueses, el PC brasileño no participaría no sólo de l aPMAI, sino de estos encuentros del EIPCO.
En realidad, esa correcta lógica de independencia de clase cuestiona los límites de la “reconstrucción revolucionaria” del PCB.
En el documento “Socialismo: Balance y Perspectivas”, del IV Congreso del PCB, reivindicado en ese Manifiesto por la Reconstrucción Revolucionaria, se dice de China que las “reformas de Deng Xiaoping, iniciadas en 1978, introdujeron elementos del capitalismo”. Y luego concluye: “Aún así, el Partido Comunista Chino continúa liderando el proceso y anuncia, para 2015, la reanudación de la construcción de estructuras colectivas y públicas en la dirección socialista. Esta experiencia debe ser analizada con atención, así como la trayectoria cautelosa de Vietnam, de modernización y abertura con el mantenimiento de la base socialista, e incluso de Corea del Norte, que con diversos problemas, con énfasis en su aislamiento internacional y una estructura rígida del poder, alcanzó un alto padrón de igualdad social, manteniéndose en el campo socialista y haciendo un importante contrapunto a la política imperialista de los Estados Unidos y sus aliados”.
Estamos hablando de uno de los documentos centrales de la “reconstrucción revolucionaria” del PC, que asume el balance de las experiencias “socialistas”. Es decir, lo que conforma el balance de los desastres estalinistas.
No por casualidad, en julio de 2021 el PCB hizo un saludo público por los cien años del PC chino. No por casualidad, Jones Manoel realizó una serie de videos sobre China, y terminó afirmando que “no sabía si China seguía siendo socialista o no”. Puede ser que haya evolucionado desde entonces. Sería muy importante. Pero bastaría reconocer que esto no fue solo un error de la mayoría del CC del PCB.
Sobre la guerra en Ucrania
La invasión militar rusa a Ucrania es un centro de la lucha de clases en el mundo y un enorme desafío para toda la izquierda mundial. No por casualidad, la crisis del PCB tiene este tema como uno de sus centros más importantes.
En el manifiesto en defensa de la Reconstrucción Revolucionaria se afirma: “Al comienzo de la guerra, el PCB emitió una nota ( “Declaración Política sobre la Crisis Militar en Ucrania”) que, en un arduo esfuerzo de unidad, trató de conciliar lo irreconciliable. Al mismo tiempo que la nota afirmaba, bajo la presión de la lucha interna del ala izquierda del partido, que ‘los intereses de las burguesías estadounidense y rusa son evidentes en esta lucha por la partición del mundo capitalista y la guerra no interesa a los trabajadores; la nota vacilaba en una caracterización rigurosa del imperialismo, atribuyéndole el término reiteradamente sólo como adjetivo del bloque bajo hegemonía estadounidense. Bastó para que el Secretario General y el Secretario de Relaciones Internacionales, a pesar del Comité Central, se sintiesen libres para agitar en sus redes sociales la celebración de las victorias militares rusas contra la OTAN”.
Ese manifiesto del PCB sobre Ucrania en realidad no es bien así. Comienza afirmando: “ El conjunto de operaciones militares especiales realizadas por Rusia, desde la mañana del 24 de febrero, en territorio ucraniano, representa, en este momento, el agotamiento de las tratativas diplomáticas de resolución del conflicto entre Rusia y Ucrania y que tiene, como primera razón, la anunciada posibilidad de que Ucrania ingrese a la Organización del Tratado del Atlántico Norte – OTAN –, lo que pondría en riesgo la seguridad de Rusia, como alega el gobierno de ese país”.
Es decir, el Manifiesto del PCB comienza reproduciendo la propaganda del gobierno de Putin, incluso con el uso de los términos “operaciones militares especiales” para enmascarar la invasión de Ucrania. Posteriormente, denuncia los intereses imperialistas y la OTAN, además de decir que “Rusia es, hoy, un país capitalista, cuyo gobierno actual tiene pretensiones expansionistas”. Termina con una posición del tipo “ni uno ni otro”.
Es esta posición la que violó la mayor parte de la dirección del PCB, participando de la PMAI, es decir, de la plataforma que defiende la invasión rusa a Ucrania. A nuestro juicio, es correcta la denuncia contenida en el Manifiesto en defensa de la Reconstrucción Revolucionaria sobre la posición de la mayoría del CC del PC de apoyo a la invasión rusa.
Sin embargo, esto no significa estar de acuerdo con la posición anterior del PC sobre la guerra, que continúa existiendo en el manifiesto actual. En una guerra, que es producto de una invasión por una potencia capitalista como Rusia sobre un país periférico como Ucrania, tener una posición de “ni uno ni otro” es defender el inmovilismo que refuerza, en la práctica, al invasor.
¿Existen grupos fascistas en Ucrania? Existen. Tal como existen, además en mayor número, en Rusia. El famoso grupo Wagner, protagonista de la última crisis entre las fuerzas militares rusas, utiliza directamente símbolos nazis en su ropa y símbolos.
Hoy existe una heroica resistencia de las masas ucranianas, que hizo retroceder la invasión rusa. Apoyar la resistencia de las masas ucranianas no tiene nada que ver con apoyar al gobierno burgués de Zelensky, o las maniobras de la UE y de la OTAN. La Liga Internacional de los Trabajadores, LIT, así como la CSP-Conlutas y la Red Sindical Internacional de Solidaridad y Luchas están impulsando una campaña de apoyo a la resistencia ucraniana directamente vinculada al Sindicato Minero de Kryvyi Rih. Es decir, una lucha independiente del proletariado ucraniano contra la invasión rusa.
El neoestalinismo de Losurdo
Domenico Losurdo es un historiador italiano conocido por defender y propagar el neoestalinismo. Es decir, una defensa no demasiado vergonzosa del estalinismo en estos días. Con libros como “Stalin, historia crítica de una leyenda negra”, Losurdo triunfó en muchos sectores de la izquierda.
Según Losurdo, Stalin tendría un papel histórico fundamental en la concreción del socialismo real, imponiendo un desarrollo necesario para contraponer a la esclavitud nazi. Para ello, según Losurdo, era necesario superar las concepciones “igualitaristas” de Marx, Engels y Lenin.
Losurdo ganó popularidad defendiendo la dictadura de Stalin y comparando su represión con las atrocidades imperialistas en todo el mundo. Oculta que la represión no fue dirigida contra la burguesía, sino contra los trabajadores comunistas. Alrededor de un millón de bolcheviques fueron asesinados por la contrarrevolución estalinista, justificada por Losurdo.
También aboga por la represión contra Trotsky, un defensor de «las tesis utópicas igualitaristas de Marx y Engels». Losurdo reproduce la clásica calumnia estalinista de que Trotsky estaba involucrado en conspiraciones terroristas asociadas al imperialismo.
Al reivindicar este papel “desarrollista” de Stalin (el “socialismo real”), Losurdo elogia incluso a Den Xiaoping, quien impulsó la restauración del capitalismo en China.
Jones Manoel tuvo su proyección en las redes sociales a partir de una entrevista con Caetano Veloso en 2020, en el programa “Conversa com Bial”. En esa entrevista, Caetano cita a Jones Manoel y Losurdo, y explica que, por leer a ambos, abandonó sus “posiciones liberaloides”. Jones Manoel fue un gran divulgador y defensor de Losurdo en el Brasil.
La relación de Jones Manoel con el estalinismo es muy típica de este neoestalinismo. En diciembre de 2020, hizo un artículo de elogio por el cumpleaños de Stalin: “Hoy (18/12) es el aniversario de Josef Stalin. Y como de costumbre, creo importante recordar su principal contribución al mundo: su papel en la victoria sobre el nazifascismo en la Segunda Guerra Mundial”. Luego prosiguió: “Hacer una mención positiva a Stalin no significa estar de acuerdo con todo, no significa creer buenos los Procesos de Moscú, la persecución de artistas, el encarcelamiento en masa, cierta formalización del marxismo, etc., etc., etc.»
Es decir, según Jones Manoel, Stalin fue una figura clave del marxismo, con cosas buenas y malas, como todos. Además, Jones Manoel reproduce otra de las fábulas estalinistas: su gran papel en la derrota del nazifascismo. Ignora así la historia real.
Stalin temía la oposición política de los oficiales victoriosos en la guerra civil que siguió a la Revolución Rusa. Por ello, extendió la represión estalinista al Ejército Rojo en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, fusilando a Tujachevski, su comandante principal, y a otros quince mil oficiales.
Además, en agosto de 1939 firmó el Pacto Molotov-Ribbentrop con Hitler, cuando era evidente que Alemania se preparaba para la guerra. En junio de 1941, tres millones de soldados alemanes invadieron la URSS, tomando al país completamente desprevenido.
La victoria contra la invasión nazi no fue producto del “gran líder” Stalin, sino de la heroica resistencia del proletariado soviético y de la fuerza del Estado Obrero, a pesar de los desastres de Stalin.
Stalin no puede ser caracterizado como «que tiene cosas buenas y cosas malas». Fue la expresión de una contrarrevolución política que burocratizó la URSS y destruyó la Tercera Internacional. De hecho, todo esto es un símbolo de la no ruptura real de Jones Manoel, así como del PC-Reconstrucción Revolucionaria, con el estalinismo.
Este tema es mucho más que una referencia histórica, o un “mi-mi-mi entre trotskistas y estalinistas”, como suele referirse Jones Manoel. El estalinismo es la base ideológica de la teoría del Frente Popular, del etapismo, de la conciliación de clases. Es decir, de la ideología adoptada, consciente o inconscientemente, por la mayoría de los partidos reformistas y, a partir de ahí, por la mayoría de los activistas de todo el mundo.
Una verdadera ruptura con el estalinismo sería una necesidad para la reconstrucción revolucionaria del PCB, así como para su correcta reubicación en el escenario mundial de la lucha de clases.
Anti-Dimitrov
Una parte importante de las rupturas parciales con el estalinismo encontró en Francisco Martins Rodrigues, autor del libro “Anti-Dimitrov”, una importante base de apoyo. Él fue un cuadro del PC portugués, que rompió con ese partido y se dedicó a construir otras organizaciones, primero maoístas y luego también de ruptura con el maoísmo.
El “Anti-Dimitrov” es un importante texto que analiza el séptimo congreso de la Tercera Internacional, ya bajo el mando de Stalin, que formuló por primera vez la tesis del “Frente Popular”.
Francisco Martins Rodrigues critica la estrategia del frente popular, con la unidad del proletariado y de la burguesía, y acertadamente afirma sobre su fuerza: “ Tan fuerte es su poder de convicción, que ha sobrevivido a los reveses que la Historia no ha dejado de infligirle, desde los Frentes Populares de 1936 hasta la Unidad Popular en Chile y el 25 de Abril en Portugal. Y con esta curiosa particularidad: cada vez que fracasa una de estas experiencias democráticas y populares, sus promotores siempre pueden atribuir la derrota a la insuficiencia de la Unidad, no a la fórmula en sí” . El dimitrovismo goza así del raro privilegio de “probar” su justeza a costa de sus propios fracasos.
¿Por qué esta singular vitalidad? Porque el dimitrovismo va al encuentro del elemental sentido común político de las masas en esta época de los horrores del imperialismo. No necesita de demostración. Nadie en el campo popular siente dificultad alguna en admitir espontáneamente que «la unidad de la izquierda es la mejor arma contra la derecha».
Es decir, a partir del sentido común de defender “la unidad contra la derecha”, la estrategia del frente popular se recrea en cada situación, sin tener que rendir cuentas de los resultados de sus desastres. Esta crítica a la política de la mayoría de los partidos comunistas de todo el mundo tiene una enorme validez. En particular, ante los llamados gobiernos “progresistas” en todo el mundo, como Lula, Boric o Petro en América Latina, que no será tema de este artículo.
Sin embargo, nuestros acuerdos con el texto de Francisco Martins Rodrigues se detienen ahí. A pesar de criticar el dimitrovismo, él es incapaz de romper por completo con el estalinismo. Como alternativa a la estrategia del frente popular, opone la política asumida en el VI congreso de la IC del “tercer período”, con posturas ultraizquierdistas que negaban, en la práctica, la política de frente único del movimiento obrero (solo frente por la base) y defendía los “sindicatos rojos”. Niega la responsabilidad política de esta política en el ascenso de Hitler en Alemania.
Francisco Martins Rodrigues no vio a Stalin como el dirigente de la contrarrevolución política en la URSS, sino como un “prisionero” del proceso de aburguesamiento que condujo a la constitución de un capitalismo de Estado en el país.
No evaluó el proceso de burocratización en la URSS que hizo posible la contrarrevolución política estalinista ni cuestionó la estrategia del “socialismo en un solo país”. No por casualidad, en ningún momento se dedicó a construir una internacional. Una ruptura parcial más con el estalinismo.
¿Una reconstrucción revolucionaria apoyada en un reagrupamiento internacional?
La ruptura del PC para la construcción del PC-Reconstrucción Revolucionaria apunta a un reagrupamiento internacional alineado con el PC griego (KKE), el PC turco, el español y el mexicano, en el marco del EIPCO, negando la PMAI.
Obviamente, no pretendemos dudar de las intenciones revolucionarias de los militantes involucrados en este objetivo.
Las observaciones que hacemos en este texto tampoco parten de visiones profesorales que ignoran las crisis y rupturas que ya ha sufrido cada una de nuestras organizaciones. El PSTU, por ejemplo, como todos saben, sufrió una ruptura a la derecha (en contraste con la evolución a la izquierda de esta ruptura del PC), que hoy se ubica a la derecha del PSOL.
Lo que queremos, en este momento en que estos temas programáticos e ideológicos internacionales se imponen en la discusión, es afirmar que no nos parece que pueda darse una reconstrucción revolucionaria en el plano nacional e internacional sin una ruptura completa con el estalinismo. Y eso ni siquiera lo vemos en los textos del PCB-RR ni en los del KKE y los otros partidos.
En la ruptura total con el etapismo estalinista, es necesario afirmar la estrategia de la revolución permanente, con la incorporación de las tareas democráticas y mínimas en el proceso de la revolución socialista.
El balance de los desastres en Europa del Este necesita explicitar lo que fueron las dictaduras estalinistas, lo que tiene serias consecuencias en la estrategia de los partidos. En un momento en que la izquierda revolucionaria necesita reconstruir, en la conciencia de la vanguardia y del proletariado, la estrategia de la revolución socialista, ¿el PCB-RR reivindicará a Losurdo y el neoestalinismo resucitado? ¿Va a reivindicar la dictadura cubana, la represión a la juventud negra del 11J, de la movilización LGBTQ en 2021?
No existen como estrategias la negación del leninismo de la mayoría del CC y la vía neoestalinista de Losurdo. También está la reivindicación de Marx, Engels, Lenin y Trotsky. Esa es la contribución que queremos hacer a esta discusión.
Lea también:
Reflexiones sobre la crisis del PCB
Sobre el libro Anti-Dimitrov de Francisco Martins Rodrigues
Artículo publicado en www.pstu.org.br, 10/8/2023.-
Traducción: Natalia Estrada.