Sáb Jul 27, 2024
27 julio, 2024

Segunda vuelta: para derrotar a Bolsonaro, voto crítico a Lula

En la primera vuelta de las elecciones, el PSTU y el Polo Socialista y Revolucionario presentaron una alternativa de independencia de clase, que defendía que los trabajadores no podían ser rehenes de los candidatos de derecha o de la conciliación, junto con  los grandes empresarios, banqueros y el agronegocio.

Por: Redacción PSTU Brasil

Por el contrario, nuestras candidaturas, tanto de Vera y Raquel a la presidencia, como las estaduales, realizaron una heroica campaña, defendiendo el fortalecimiento de la organización y de la movilización de los trabajadores, a través de un programa que incluye la expropiación de multimillonarios y la estrategia de un gobierno socialista de los trabajadores y del pueblo pobre.

Ahora, en la segunda vuelta, cuando no podemos presentar una candidatura independiente, el PSTU defiende el voto crítico a Lula para derrotar a Bolsonaro en las elecciones. ¿Por qué un voto por Lula y por qué un voto crítico?

Porque Bolsonaro tiene un proyecto autoritario y amenaza las libertades democráticas. Seguir al frente del aparato del Estado es un camino abierto que, dadas las circunstancias, le facilitaría avanzar en un cambio reaccionario y bonapartista de régimen. Por eso, en la segunda vuelta, el PSTU hará campaña, junto a los trabajadores, contra Bolsonaro, llamando a un voto crítico, porque sabemos que el bolsonarismo solo será derrotado con movilización, autodefensa, y otro proyecto para el país.

Llamamos, entonces, al voto crítico por Lula y ayudaremos en la derrota electoral de Bolsonaro. Pero alertamos que no debemos confiar en un futuro gobierno de Lula, ni hacernos ilusiones de que solo con la derrota electoral de Bolsonaro se acabará el bolsonarismo. Por el contrario, no solo seguirá existiendo, sino que podrá hacerse aún más fuerte de aquí en adelante si no avanzamos en la movilización, conciencia, organización y autodefensa de la clase, así como en la construcción de una alternativa socialista y revolucionaria.

Derrotar a Bolsonaro en las elecciones lo debilita y lo retrasa, por ahora. Pero las condiciones económicas y sociales que permiten su fortalecimiento no serán cambiadas por un gobierno con un programa liberal-burgués y de alianza con la patronal, como propone el PT. Necesitamos, por lo tanto, construir la movilización y la autodefensa, por un lado, y, dentro de eso, un proyecto socialista y revolucionario.

Derrotar a la ultra derecha. Bolsonaro nunca más

El resultado de la primera vuelta fue un balde de agua fría para la campaña de Lula, que tenía fuertes expectativas de cerrar allí la cuenta. A pesar de vencer a Bolsonaro, con una diferencia relativamente expresiva de seis millones de votos, el resultado final, 48% contra 43%, fue mucho más ajustado de lo que indicaban las encuestas.

Ya sea por un error metodológico o por un movimiento de puesta en marcha en los momentos finales de la campaña, este resultado, sumado a las victorias del Senado y de los gobiernos estaduales, representa un avance de la ultraderecha, que toma el espacio del “centro” y de la derecha tradicional, y una consolidación del bolsonarismo.

Esto refuerza el análisis de que la extrema derecha no es un fenómeno episódico, sino que vino para quedarse. Es un proceso que surge de la crisis capitalista y de la degradación y retroceso del país. También reafirma que el bolsonarismo y la extrema derecha no se pueden combatir solo a través de elecciones. El PSTU fue una de las primeras organizaciones en levantar el “Fora Bolsonaro e Mourão” y defender en las calles el derrocamiento de este gobierno. Los partidos y organizaciones mayoritarias que actúan en la clase trabajadora, con el PT al frente, sin embargo, prefirieron frenar las movilizaciones, que venían en aumento, y apostar todo a las elecciones. Este es el camino más corto a la derrota.

Dictadura: Bolsonaro amenaza cerrar el régimen

No contento con ser responsable de cientos de miles de muertes durante la pandemia, la destrucción ambiental, el recrudecimiento de las ideologías y violencias sexistas, racistas, LGBTIfóbicas y xenófobas, la ofensiva contra los pueblos originarios, además del regreso del país al Mapa del Hambre, del desempleo en masa y de la carestía, Bolsonaro ha escalado en sus amenazas autoritarias.

Fueron sucesivas amenazas de no aceptar un resultado electoral que no le fuera favorable, al punto de poner al Ejército en el rol de fiscalizador de la votación, en una vergonzosa capitulación del Poder Judicial. Ahora, además de la continuidad de la amenaza de rechazo a un resultado desfavorable, en la segunda vuelta, Bolsonaro y aliados ya han hecho explícito su proyecto de cerrar el régimen en el próximo período, en caso de ser elegidos.

El vicepresidente y senador electo por Rio Grande do Sul, Hamilton Mourão, y el actual líder del gobierno en la Cámara, Ricardo Barros (PP-PR), divulgaron el proyecto de ampliación del número de ministros del Supremo Tribunal Federal (STF). Bolsonaro se limitó a decir que la idea se discutirá “después de las elecciones”.

En realidad, sin embargo, el proyecto es del gobierno y es simple: aumentar el número de ministros de los 11 actuales a 16 y, así, tener mayoría en la Corte. De esta forma, además del Ejecutivo y el Parlamento, el bolsonarismo se haría con el control del Poder Judicial, imponiendo una autocracia por dentro del régimen, como en países como Hungría, Turquía o la propia Venezuela.

No defendemos esta “ricocracia” actual, que es, en la práctica, una dictadura de los multimillonarios, banqueros y grandes empresas, utilizada para imponer sus voluntades y perpetuar la explotación y la opresión. Las propias elecciones son un ejemplo de ello. Basta recordar que nuestra candidatura fue explícitamente invisibilizada y boicoteada. Pero, tampoco nos es indiferente si mantenemos las actuales libertades democráticas, aunque restringidas, o si vamos hacia un cierre del régimen y la eliminación de la posibilidad de organizarnos y luchar.

Es necesario alertar a la clase trabajadora, al pueblo pobre y a los sectores oprimidos sobre la amenaza del bolsonarismo a las libertades democráticas y la necesidad de combatirlo. Y, sobre todo, que esto solo se da a través de la movilización y de la organización de la autodefensa de la clase, tanto contra la ofensiva del gobierno en este sentido, como contra los ataques e intimidaciones de sectores de la ultraderecha.

Apostar las fichas a las elecciones, o en las instituciones de este mismo régimen democrático-burgués, como el STF, ya se ha demostrado que es un error. Las elecciones son solo un momento de esta lucha, que solo será definida en las calles, sea quien sea el elegido en la segunda vuelta.

Votar 13. Derrotar a Bolsonaro, pero sin ninguna confianza en un gobierno de Lula-Alckmin

Si, antes, Lula-Alckmin ya apuntaban a un gobierno de continuidad de los ataques a la clase trabajadora, en la segunda vuelta, con la entrada en escena de nombres como Pérsio Arida, Lara Resende, Armínio Fraga y el mismo FHC (es decir, toda la pandilla responsable del desmantelamiento neoliberal durante los gobiernos tucanos), esto se hizo aún más evidente.

Además de no tocar la Reforma Laboral, la actual coalición en torno a Lula ya indicó que no tocará el Techo de Gastos y señaló una Reforma Administrativa en el sector público, en la misma línea que el actual gobierno viene tratando de imponer. Y, por si fuera poco, anunció una “Carta de Compromiso con los Evangélicos”, que, entre sus puntos afirma que de ser electo, no “enviará leyes al Congreso, ni cambiará norma alguna que involucre valores cristianos, de la familia y de la vida”, anticipando pésimas noticias para mujeres, negros y negras y LGBTI.

Si los 14 años de gobiernos de conciliación del PT no resolvieron a fondo los problemas de la clase trabajadora, como el empleo o incluso el saneamiento básico, un futuro gobierno Lula-Alckmin, más aún en un contexto de crisis del capitalismo, indica un gobierno aún más a la derecha. Por eso, tenemos que organizar, desde ya, a la clase para avanzar en la movilización por empleo, derechos, salario, tierra y vivienda. Y contra todos los ataques que el futuro gobierno hará junto a los patrones.

La lucha por nuestras reivindicaciones no es solo la única forma de cambiar las condiciones de vida de la clase trabajadora y de la mayoría de la población. Es la única forma de derrotar de verdad al bolsonarismo y a la ultraderecha, que estarán al acecho, armados y organizados, esperando el inevitable desgaste y desmoralización del futuro gobierno, para volver con todo. Sea de la forma que sea.

Vamos a la lucha. Organizar la lucha por empleos, salarios, tierra y derechos

Debemos organizar la lucha y exigir la derogación inmediata de las reformas Laboral y de la Previsión Social, lo que no querrá hacer un gobierno de Lula-Alckmin.

Debemos exigir una reducción de la jornada laboral sin reducción de salarios, la garantía del pleno empleo con derechos y registro para todos (incluidos los trabajadores de aplicaciones), y un aumento general de salarios frente a la carestía.

Debemos exigir la Petrobras 100% estatal, bajo control de los trabajadores, y la reestatización de las empresas privatizadas, como Vale, CSN, y otras. Para garantizar la soberanía, es necesario frenar la entrega del país y, también, defender el medio ambiente.

Aun es necesario exigir la demarcación de tierras indígenas, contra el Marco Temporal, y la reforma agraria y el apoyo a la agricultura familiar, contra el agronegocio. Así como la reparación para el pueblo negro y la garantía de derechos de las mujeres y LGBTI, así como el fin de la violencia contra estos sectores.

Por educación, salud, vivienda y servicios públicos de calidad, necesitamos acabar con la Ley de Responsabilidad Fiscal, reemplazándola por una Ley de Responsabilidad Social, suspendiendo el pago de la deuda a los banqueros.

Y sabemos que, para acabar efectivamente con el hambre, el desempleo, la precarización y la carestía, es necesario atacar el lucro y las grandes propiedades, expropiando a los multimillonarios y a las 100 empresas más grandes que, hoy, controlan más de la mitad de la economía del país.

Venga con nosotros. Fortalecer una alternativa socialista y revolucionaria

Es necesario avanzar en la organización de la clase tanto para enfrentar un eventual gobierno de Lula como para derrotar a la ultraderecha. Y en esta lucha ayudar a construir y fortalecer una alternativa revolucionaria y socialista. La extrema derecha crece como un subproducto de esta crisis del capitalismo y, también, sobre todo, por la decepción con los gobiernos que se dicen de izquierda pero que en la práctica realizan un gobierno liberal y defienden esta corrupta ricocracia.

Necesitamos un gobierno socialista de los trabajadores, donde la clase, junto con el pueblo pobre, gobierne a través de consejos populares. Venga a construir con nosotros un partido revolucionario, para luchar por este proyecto.

Artículo publicado en www.pstu.org.br, 12/10/2022.-

Traducción: Natalia Estrada.

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