Lun Jun 17, 2024
17 junio, 2024

Por un plan económico obrero para Brasil

Al cerrar esta edición, el llamado nuevo Marco Fiscal estaba en proceso de aprobación y la Reforma Tributaria ganaba cada vez más espacio en la prensa. Sin embargo, estos temas continuaban alejados de la vida cotidiana de la clase trabajadora, en gran parte porque la prensa y la burguesía en su conjunto no tienen ningún interés en explicar el verdadero significado de estas medidas para la población.

Por: PSTU (Brasil)

Por el contrario, como máximo afirman que el Marco Fiscal es una buena medida, que traerá “confianza” al país, y que la Reforma Tributaria apunta a “simplificar” el sistema tributario. La realidad, sin embargo, es lo opuesto. El Marco Fiscal impone una dura rebaja, que afectará incluso el reajuste del salario mínimo y de las jubilaciones. La Reforma Tributaria perpetúa un sistema en el que sólo pagan impuestos los que trabajan y están exentos los multimillonarios.

Es importante entender que esto ocurre porque toda la política económica del gobierno de Lula está orientada a beneficiar a los banqueros, el gran agronegocio, las multinacionales y las grandes empresas. Detrás de un discurso que habla sobre desigualdad y del sistema financiero, hay un programa que sirve precisamente a los intereses de esta gente. Y lo hace en acuerdo con Arthur Lira, el Centrão y todos los partidos de la base del gobierno.

Profundizando un modelo perverso

El primer paso para enfrentar estos ataques es que la clase trabajadora entienda que este sistema no tiene otro objetivo que incrementar, aún más, el saqueo sobre ella. Un modelo que impone, por ejemplo, una tributación de casi 40% de la canasta básica, en el supermercado; y que, por otro lado, exonera los miles de millones que salen del país en forma de dividendos, como los R$ 24.000 millones anunciados por la Petrobras a sus accionistas.

Y, como si no bastase, pretenden aumentar aún más los privilegios de la burguesía, con el discurso de que, al final, todos saldrán ganando. Tomemos, por ejemplo, el agronegocio. Acaba de ganar R$ 240.000 millones en financiamiento a través del Plan Safra. Intentan convencernos de que el agro sostiene el Producto Interno Bruto (PIB) y el crecimiento del país. Pero, ¿sabía que la cuenta del sector está en rojo? 

¡Eso mismo! Lo que sale en forma de lucros y dividendos hacia el exterior es más que lo que entra con las exportaciones. “Gran parte del agronegocio, que impulsa las exportaciones, es de propiedad extranjera, por lo que hay grandes pagos de dividendos e intereses que van al exterior ”, explicó a la prensa Robin Brooks, del Instituto de Finanzas Internacionales (IFF).

Eso significa que los miles de millones del Plan Safra no están financiando la producción de alimentos, lo que podría, por ejemplo, resolver el hambre de 33 millones de brasileños o poner comida barata en el plato de las familias. Sino, sí, están financiando la desnacionalización del campo y las ganancias de las grandes empresas y banqueros extranjeros. 

Lo mismo sucede con los subsidios a la industria automotriz y otros sectores que ahora luchan por mantener sus privilegios con la Reforma Tributaria.

Un programa de la clase trabajadora

¿Cuál es la única manera de poner a los pobres en el presupuesto y cobrar impuestos a los ricos? Primero, no debería existir este Marco Fiscal, que desvía recursos para los banqueros. No deberíamos pagar un solo centavo a los banqueros mientras haya personas desempleadas, hambrientas o sin vivienda ni saneamiento en este país. 

Sí debería haber un Marco Social, en lugar de un Marco Fiscal. Pero esto solo es posible si enfrentamos este proyecto e imponemos nuestro propio programa, de clase trabajadora. Y eso solo lo puede hacer la clase trabajadora. 

Lo que necesitamos es un programa que tenga un impuesto fuertemente progresivo, revirtiendo el absurdo que es hoy el Impuesto a la Renta; exonerando los salarios de hasta R$ 10.000 y aumentando progresivamente la tasación para ingresos superiores a R$ 30.000. 

Además, es necesario gravar fuertemente las ganancias y la gran propiedad, desplazando la carga tributaria, que hoy recae principalmente sobre el consumo. Es necesario avanzar sobre las grandes propiedades, expropiando las 150 empresas más grandes y poniéndolas a actuar de acuerdo con los intereses de la población.

Es decir, es necesario revertir esa lógica que favorece a banqueros y multimillonarios. Dejar de pagar la deuda a los banqueros e invertir estos recursos en Salud, Educación, saneamiento básico y generación de empleo. 

Necesitamos nacionalizar el agronegocio, sacándolo de las manos de las multinacionales y los grandes grupos de inversión que utilizan el campo para robar, empobrecer y someter aún más al país. De la misma manera, tenemos que prohibir las remesas de ganancias de las multinacionales; reinvirtiendo, aquí, lo que hoy sale.

Para generar empleo es necesario reducir la jornada de trabajo sin reducir los salarios; derogar por completo las reformas laboral y previsional; duplicar el salario mínimo, hacia el salario calculado por el Dieese, para cumplir el mínimo constitucional, de R$ 6.652,09, en mayo. 

Finalmente, es necesario que este programa enfrente el retroceso del país a la condición de semicolonia del imperialismo, reestatizando las empresas privatizadas y entregadas al capital extranjero. Y esto es necesario porque todo eso es parte de una misma dinámica: la sobreexplotación y la pérdida de derechos está relacionada y sirve a la entrega del país.

Los trabajadores necesitan un gobierno de los propios trabajadores, sin capitalistas

Es necesario llamar a la organización de la clase trabajadora para enfrentar y derrotar la política económica del gobierno Lula. En ese sentido, es muy importante la iniciativa que viene tomando la CSP-Conlutas, al convocar plenarios y movilizaciones contra el Marco Fiscal de Lula y el Marco Temporal, y en defensa de las demandas de la clase.

Los trabajadores y trabajadoras no podemos defender ni confiar en este gobierno. Es necesario construir una oposición de izquierda, luchando por las reivindicaciones de la clase y derrotando el proyecto del imperialismo, de la burguesía y también de la extrema derecha. Se necesita una alternativa revolucionaria y socialista, que defienda un gobierno socialista de los trabajadores.

Artículo editorial de Opinião Socialista n.° 656.

Traducción: Natalia Estrada.

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