Vie Abr 19, 2024
19 abril, 2024

Por la vida y la salud de las mujeres, movilizaciones por Justicia para Beatriz

Por: Minerva Solano y Diana Herrero Villarreal

El caso de Beatriz

Beatriz fue una mujer salvadoreña cuyo caso ha conmocionado al mundo. Con 21 años, Beatriz, quien sufría de lupus y artritis reumatoide, quedó embarazada. El producto de este embarazo fue diagnosticado con anencefalia, y por lo tanto, inviable, es decir que no iba a poder vivir. Las condiciones de salud con las que vivía Beatriz hacían que la interrupción del embarazo fuera una lucha contra el reloj para salvar su vida.

A pesar de que el producto de su embarazo no tenía posibilidades de sobrevivir, las ganas que tenía Beatriz de vivir una vida digna y la opinión del comité médico que valoraba su caso, pasaron 81 días hasta que se pudo interrumpir el embarazo de Beatriz. Lamentablemente ya Beatriz había sido sometida a condiciones tortuosas que la dejaron con secuelas físicas y psicológicas que terminarían acabando con su vida.

A pesar de no ser una condición tan inusual, no existe en El Salvador la legislación necesaria para salvaguardar la vida y el bienestar de las mujeres y personas gestantes que se encuentren en la misma situación que Beatriz. En El Salvador, la detención del embarazo, ya sea de forma espontánea o voluntaria, es un delito por el cual alrededor de 196 mujeres han sido judicializadas en los últimos 20 años y muchas de ellas enfrentan penas de cárcel que llegan a los 50 años. Además de esto, muchxs de lxs profesionales de la salud que podrían llevar a cabo la interrupción del embarazo en El Salvador temen ser encarceladxs si realizan el procedimiento.

Durante su comparecencia en la audiencia pública en la Corte Interamericana de Derechos Humanos el día 22 de marzo, la madre de Beatriz señaló que su hija fue víctima, entre muchas otras cosas, de persecución por necesitar interrumpir su embarazo para salvaguardar su vida. Además, el doctor a cargo del proceso obstétrico de Beatriz dejó claro que ella confió en el sistema médico salvadoreño ya que apenas y tenía los recursos suficientes para viajar a las citas de control con él.

Un feminicidio del estado burgués

El crimen de Beatriz es un femicidio* que el estado burgués salvadoreño perpetró contra una madre joven de la clase trabajadora. El femicidio o asesinato de una mujer (o cuerpo feminizado) por el hecho de ser mujer es la expresión última y más extrema de violencia y terror. El estado burgués salvadoreño reduce a las mujeres y personas gestantes, que no tengan el dinero ni recursos para viajar a realizarse interrupciones del embarazo en otros países,  a meras incubadoras que tienen que seguir reproduciendo y duplicando el ejército industrial de reserva aunque les cueste la vida.

De darse un fallo justo, el estado salvadoreño sería acusado de violar los derechos humanos de Beatriz. Aunque el caso de Beatriz es emblemático y ha atraído la atención internacional ante lo que pasa en la nación centroamericana no es único. El Salvador tampoco es el único país centroamericano donde las dictaduras y gobiernos autoritarios gestan un constante ataque al derecho que tienen las mujeres y otras personas gestantes a decidir sobre sus cuerpos.

Costa Rica no es la excepción a lo que ocurre en países vecinos, ya que, después de que Carlos Alvarado utilizara la firma de la Norma técnica de aborto terapéutico como moneda de cambio para obtener favores políticos el gobierno actual de Rodrigo Chaves amenaza con derogarla.

La lucha contra grupos anti-derechos

El 22 de marzo, colectivos feministas organizaron una concentración en las afueras de la Corte IDH para poder observar la transmisión en vivo de la audiencia pública, solidarizarse con el movimiento en otros países e incluso acuerparse en el dolor. Sin embargo, en ese espacio de dignidad, respeto y homenaje, un grupo de antiderechos, respaldado por el discurso misógino del presidente, su gabinete y diputaciones, se agruparon para manifestarse en el mismo espacio, bajo la consigna engañosa de estar a “favor de salvar las dos vidas”. En un acto de provocación, un grupo de hombres con banderas celestes irrespetaron la posición espacial pactada la noche anterior y se acercaron al toldo montado por las agrupaciones feministas. A pesar de la numerosa presencia policial en la calle frente a la Corte IDH, la policía solamente se acercó al lugar de la provocación antiderechos al ser llamada al espacio. Posteriormente se retiraron del espacio a regañadientes y por petición de una de sus dirigentes.

Este grupo antiderechos, a partir de su discurso de las “cuatro mentiras sobre el caso de Beatriz” busca despolitizar y desgenerizar el femicidio perpetrado por el estado burgués salvadoreño, ya que aseguran que ambas vidas podrían haber sido salvadas, cuando los especialistas en el caso han asegurado con evidencia que esto es falso. Además, estas agrupaciones aseguran que no se trató de una violencia basada en el hecho de que Beatriz era mujer y explotada por el sistema capitalista.

Recordemos que es falso que los movimientos anti-derechos buscan salvar las dos vidas, como trágicamente se evidencia en este caso en que el feto no era viable y la mujer terminó muriendo en parte porque no tuvo acceso a interrumpir su embarazo no viable. Los grupos anti-derechos ostentan un misógino desprecio por la vida, la salud y la capacidad de toma de decisiones de las mujeres, especialmente las de clase trabajadora, a menudo racializadas. La OMS ha documentado que restringir el acceso a interrumpir embarazos inviables o no deseados, no reduce la cantidad de abortos, sino que genera que se realicen en condiciones inseguras, que no sólo no logran el nacimiento de ningun(a) bebé, sino que ponen en peligro la vida hecha y derecha de las mujeres.

Lucha social por el acceso a la salud de las mujeres

Representantes de distintas colectivas feministas de toda Centroamérica se han apersonado y organizado para respaldar la consecución de justicia para Beatriz y muchas otras mujeres que han sido asesinadas por los estados burgueses centroamericanos. Sin embargo, a pesar del optimismo que podría brindar una resolución a favor de Beatriz, es imperativo recordar que estas victorias jamás serán definitivas ni duraderas mientras que el capitalismo siga en pie.

Fotografía tomada por Minerva, en la concentración del 22 de marzo, 2023, en la Corte IDH, San José, Costa Rica

Debemos continuar organizándonos para la lucha, batalla por batalla, por la emancipación de las mujeres trabajadoras, de toda opresión y explotación. En ese sentido, el PT respalda el movimiento internacional por la exigencia de Justicia para Beatriz, así como en Costa Rica, la defensa de la norma técnica para la interrupción del embarazo y que se garantice el acceso a este procedimiento de salud a las mujeres, independientemente de su condición de clase o nacionalidad. Consideramos que asumir la lucha por el acceso a la salud de las mujeres, incluyendo su salud reproductiva y su derecho a decidir sobre sus cuerpos, es una tarea de todas las organizaciones políticas que defienden a la clase trabajadora, sindicatos, partidos políticos y otras, porque nuestra lucha debe buscar acabar con todo tipo de explotación y opresión.

¡Justicia para Beatriz!

¡Ninguna vida se salva eliminando el acceso al aborto terapéutico!

¡En Costa Rica, necesitamos la norma técnica para evitar la muerte de mujeres!

¡Las mujeres exigimos poder decidir sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas!

¡Aborto libre, legal y gratuito, para que ni una obrera más muera en abortos clandestinos!

¡Anticonceptivos gratuitos y de calidad para todas las edades y nacionalidades!

¡Educación sexual laica y científica para la juventud!

*Nota: Usamos femicidio cuando una mujer es asesinada por su condición de género, entendiendo que siempre hay responsabilidad directa o indirecta del Estado.

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