Sáb Jul 27, 2024
27 julio, 2024

Palestina resiste en medio de la nueva fase de la Nakba

Por: Soraya Misleh

Ya van casi 50 días de genocidio en Gaza y de un salto en la limpieza étnica en Cisjordania, territorios palestinos ocupados militarmente por Israel en 1967.

Mientras se llevan a cabo tratativas para una “tregua humanitaria” en la matanza, no un alto el fuego total, se sigue derramando sangre y se desnuda la histórica complicidad internacional que apoya el intento de una “solución final” sionista: la nueva fase de la continua Nakba (catástrofe, cuya piedra angular es la formación del racista Estado de Israel, hace más de 75 años).

A pesar del dolor, Palestina resiste y no se doblega, al mismo tiempo que crece la solidaridad internacional y se profundiza la derrota política sionista.

Gaza: un gueto víctima de la “solución final” sionista

En el gueto de Gaza, donde desde hace 15 años 2,4 millones de palestinos viven bajo un criminal cerco israelí, más de 13.000 personas han sido asesinadas, la mayoría de las cuales eran niños y mujeres. Los bombardeos aéreos indiscriminados se combinan con el fuego de tanques y de soldados en tierra.

Se siguen lanzando armas químicas de última generación, garantizadas por miles de millones de dólares del imperialismo estadounidense, sobre los cuerpos palestinos. De los 2,4 millones de habitantes palestinos, 1,5 millones fueron expulsados ​​del norte al sur de Gaza, muchos de elllos fueron asesinados por Israel en el camino. El asedio se profundizó con un corte total de agua, electricidad, combustible y comunicaciones.

Los palestinos están entre morir de hambre, de sed, sin atención médica (ya que los hospitales han sido destruidos y no pueden funcionar) y, ahora, también de frío, con el invierno acercándose, o ser los próximos en ser destrozados por las bombas asesinas israelíes.

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Masacre televisada

Los periodistas palestinos capturan escenas de la barbarie sionista, mientras pierden familias, amigos, animales, hogares, todo. Entre lágrimas, comienzan la cobertura: “Sigo vivo”, “Sigo viva”; ya han caído más de 60 de ellos, junto con cientos de médicos, artistas, etc. No hay protección ni lugar seguro en medio del genocidio.

Sus cámaras y palabras, llenas de indignación y sentimiento de abandono por el mundo, son, al mismo tiempo, un grito de socorro y resistencia. “Para no olvidar: ¡Palestina libre!”, dice uno de ellos. También revelan que la búsqueda de los palestinos por vivir con dignidad en medio del genocidio en Gaza es también un acto de resistencia.

Los palestinos se cortan el pelo, hornean pan, inventan y reinventan formas de sobrevivir; los niños juegan con sus gatos (y los salvan), mientras la muerte acecha. Mientras tanto, la resistencia armada enfrenta heroicamente a Israel, cuarta potencia bélica del mundo y enclave militar del imperialismo.

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Violencia genocida e intensificación del apartheid

En Cisjordania, alrededor de 300 palestinos han sido asesinados en sólo estos casi 50 días, entre ellos decenas de niños. En las últimas semanas, los campos de refugiados de Balatah en Nablus, y Jenin han sido bombardeados, aumentando a la trágica lista de decenas de personas martirizadas por las fuerzas de ocupación sionistas.

Aumentan los ataques y pogromos (persecución violenta y deliberada de un grupo étnico o religioso) llevados a cabo por colonos sionistas. El número de presos políticos palestinos está aumentando de manera alarmante. Hay información de que ahora son entre ocho y diez mil; hasta principios de octubre eran 5.200. Israel también ha aumentado las bárbaras torturas y desaparecido a prisioneros. Es el caso del ciudadano brasileño-palestino Islam Hamed, desaparecido desde hace unos 40 días.

Por otro lado, los 1,9 millones de palestinos que viven en las áreas ocupadas en 1948 –los llamados ciudadanos árabes-israelíes– están sujetos a una dictadura total, además de las 65 leyes racistas que forman parte de su realidad.

Si intentan protestar contra el genocidio, o incluso publicar algo en las redes, un soldado israelí inmediatamente llama a su puerta y los detiene. Los ataques sionistas contra ellos han aumentado, a la par del avance en la discriminación, alimentada por la propaganda para el genocidio y la limpieza étnica.

Hay 13 millones de palestinos en el mundo, la mitad en refugio/diáspora, la otra mitad bajo colonización y apartheid. Por todos, Gaza sangra pero resiste. Gracias a ellos, la comunidad en la diáspora sigue en las calles, denunciando y exigiendo el fin de la complicidad internacional.

Somos todos palestinos

Solidaridad internacional

El grito en las calles, de norte a sur del Brasil, se hace eco de manifestaciones gigantescas en todo el mundo, que piden el fin del genocidio, del apartheid, de la colonización y de la complicidad internacional.

Aunque en América Latina las protestas son menores que las observadas en muchas otras partes del mundo, São Paulo logró sacar a las calles a 12.000 personas el día 4 de noviembre y prepara otro acto público masivo con motivo del Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestinos, el 29 de noviembre.

Según el Proyecto Acled, que analiza informaciones sobre conflictos armados, hasta el 7 de noviembre había habido 3.700 protestas en todo el mundo contra el genocidio en Gaza y el aumento de la limpieza étnica en toda la Palestina ocupada. La solidaridad internacional supera definitivamente las manifestaciones proisraelíes, que sumaron 520.

Fuera de Medio Oriente y del Norte de África, las marchas en Estados Unidos, que incluyen a miles de judíos antisionistas, se destacan en términos de solidaridad internacional con el pueblo palestino. En el corazón del imperialismo, también según el Proyecto Acled, durante el primer mes de la matanza promovida por Israel se produjeron 600 protestas.

En Europa, además de las gigantescas manifestaciones en Londres, que reunieron a un millón de personas, llama la atención la realización de 170 protestas pro Palestina en Alemania, donde la criminalización es bastante acentuada.

Romper relaciones con Israel

En medio de los crímenes israelíes contra la humanidad, los gobiernos han retirado a sus embajadores o han roto relaciones con Israel, como Irlanda, Bolivia, Belice, Sudáfrica, Turquía, Chad, Colombia, Chile y Jordania.

Aquí, en el Brasil, la exigencia es que Lula también dé este paso y rompa inmediatamente las relaciones económicas, militares y diplomáticas con el genocida Estado de Israel.

Desafortunadamente, el país no es una excepción a la regla: la complicidad brasileña con la colonización sionista es histórica. Viene desde el voto a favor de la recomendación para la partición de Palestina, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 29 de noviembre de 1947, presidida por el diplomático brasileño Osvaldo Aranha: una luz verde para que las milicias sionistas llevasen a cabo sus planes de limpieza étnica que culminaron en la Nakba de 1948.

Acuerdos con sionistas patrocinan el genocidio del pueblo pobre, negro e indígena

Brasil es el quinto mayor importador de tecnología militar sionista, posición alcanzada durante los primeros gobiernos de Lula, cuando el país jugó un papel determinante en la firma del Tratado de Libre Comercio Mercosur-Israel.

El genocida Bolsonaro y su intolerable propaganda ideológica sionista fueron la guinda del pastel amargo. En medio del genocidio en Gaza, tres Proyectos de Decreto Legislativo (PDL), firmados por Bolsonaro con Israel, fueron vergonzosamente aprobados en la Cámara de Diputados. Es urgente impedir que avancen en el Senado y, también, fortalecer el llamado por Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) contra Israel, en la línea de la campaña de solidaridad internacional que ayudó a poner fin al apartheid en Sudáfrica, en los años 1990.

En la misma dirección, también es necesario denunciar que los gobiernos estaduales continúan armando a sus policías para promover el genocidio de pobres y negros, así como el exterminio indígena, con las mismas armas que matan a los palestinos. Asimismo, es necesario denunciar y cesar toda forma de complicidad entre instituciones, empresas y universidades.

Criminalización, propaganda falsa y racismo

Para ello es necesaria, también, una fuerte ofensiva para informar y denunciar las mentiras del sionismo, reproducidas en la propaganda de guerra contra el pueblo palestino por los medios de comunicación de masa.

Esta propaganda de guerra sirve para justificar y alimentar el genocidio y la limpieza étnica, instrumentalizando la criminalización, la represión, la censura, la persecución, el racismo, la xenofobia y la islamofobia, también en el Brasil.

Contribuyendo con la criminalización, el alcalde de São Paulo, Ricardo Nunes, firmó con la Confederación Israelita del Brasil (Conib), el 14 de noviembre, un compromiso de la ciudad con la nueva definición propuesta por la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA), que equipara antisemitismo con antisionismo.

Esto es absolutamente falso, ya que el antisemitismo es discriminación contra los judíos y el antisionismo es crítica al proyecto colonial sionista y al Estado de Israel. Los judíos antisionistas, que también están aumentando en el Brasil, ya denuncian esta falsa asociación. Se suman a quienes alzan la voz: “¡No en nuestro nombre, nunca es nunca más, para todo el mundo!”

Es necesario detener este ataque para silenciar las voces que insisten en estar del lado correcto de la Historia y poner fin a la vergonzosa complicidad con el genocidio, la limpieza étnica y la continua Nakba.

Lea la declaración de LIT-CI

LIT-CI: La guerra en Palestina y la situación de la lucha de clases internacional

Artículo publicado en www.opiniaosocialista.com.br, 22/11//2023.- Traducción: Natalia Estrada.

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