¡No a las amenazas imperialistas contra Irán!

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Los imperialistas estadounidenses y europeos aumentan cada vez más sus declaraciones contra Irán y las amenazas de que atacarían militarmente a este país. El argumento para esta actitud es que Irán está desarrollando tecnología que le permitiría fabricar, en el futuro, bombas atómicas. Escudándose en la ONU, el imperialismo exige poder controlar el desarrollo nuclear iraní y el gobierno del presidente Mahmoud Ahmadinejad, hasta ahora, se ha negado a esta intromisión. En este sentido, el juego imperialista se parece a la denuncia de las famosas «armas de destrucción masiva», previas a la invasión a Irak.


Otro argumento usado por George W. Bush para justificar un posible ataque han sido las declaraciones del presidente iraní contra Israel. El 20/3/06, Bush expresó, en un discurso en Cleveland: «La amenaza de Irán es, desde luego, su declarado objetivo de destruir a nuestro firme aliado Israel. Esto es una seria amenaza a la paz mundial. Lo aclaré y lo aclararé de nuevo, que usaremos el poderío militar para proteger a nuestro firme aliado, Israel.».

La hipocresía imperialista

La realidad es que, hasta ahora, Irán sólo ha desarrollado y comprado tecnología para enriquecer uranio y generar energía nuclear (similar a la que tienen, desde hace décadas, países como Brasil y Argentina), pero insuficiente para producir una bomba atómica. Sin embargo, para nosotros, es totalmente secundario si Irán ya posee este tipo de armas o tiene un plan para fabricarlas. La supuesta intención imperialista de evitar la «proliferación de armas nucleares», excusa para un posible ataque a Irán, es totalmente hipócrita.

Varios países imperialistas, junto con Rusia y China, poseen la inmensa mayoría de las armas atómicas y no tienen ninguna intención de deshacerse de ellas. Además, lo que no es una cuestión menor, recordemos que, hasta ahora, EE.UU. fue el único país que usó esas armas contra poblaciones (Hiroshima y Nagasaki, en 1946, al final de la Segunda Guerra Mundial).

Como una muestra de esa hipocresía, a la vez que amenazan a Irán, esos países imperialistas y la ONU hacen la vista gorda frente a las numerosas bombas atómicas que poseen Israel o la India (ahora firme aliado de los EE.UU.). Estos países no firmaron el Tratado de No Proliferación Nuclear y por lo tanto, se reservan el derecho de usar esas armas contra un «país no nuclear». ¿Contra quién puede usar Israel esas bombas si no es contra los palestinos, los países árabes o el propio Irán? Es una nueva muestra de la «doble moral» del imperialismo. ¡La principal amenaza a la «paz mundial» no proviene de Irán sino de los países imperialistas e Israel!

Al mismo tiempo, se desnuda también el verdadero rostro del imperialismo europeo. Lejos de la imagen «democrática» que nos quieren vender, países como Francia y Alemania, que no estuvieron de acuerdo con la invasión a Irak, ahora avalan la ocupación militar de ese país. Y frente a Irán, el presidente francés Jacques Chirac tomó la delantera y amenazó con un posible ataque de armas nucleares a ese país. ¡Y esos hipócritas nos quieren hablar de paz!

Las verdaderas razones

Las razones de fondo de las amenazas imperialistas a Irán son muy diferentes. Irán es uno de los pocos países relativamente independientes del imperialismo que quedan en el mundo. Este hecho es el resultado de la revolución que, en 1979, derribó al Cha Pahlevi, agente incondicional de los EE.UU. Una de las consecuenias de este proceso fue la expulsión de las compañías petroleras estadounidenses, la nacionalización del petróleo y la creación de la empresa estatal monopólica NIOC. La revolución fue luego abortada y derrotada por la jerarquía clerical chiíta, los ayatollahs, que instalaron un reaccionario y represivo régimen de ideología religiosa.

Ese carácter burgués y ultra-reaccionario se muestra claramente en el hecho de que los ayatollahs iraníes apoyan la postura de la jerarquía chiíta iraquí, y los partidos políticos que influencian, que son las fuerzas centrales que forman el gobierno de ocupación colonial en Irak. ¡En otras, palabras, colaboran en Irak con el mismo enemigo que amenaza con atacarlos! Una rápida y efectiva respuesta a las amenazas imperialistas sería llamar a los chiítas iraquíes a retirar todo apoyo a ese régimen colonial, poniendo aún más contra las cuerdas a la ocupación imperialista. Por ese carácter burgués, ultra-reaccionario y represivo, los revolucionarios rechazamos el régimen de los ayatollahs y apoyamos todas las luchas del pueblo iraní para derrocarlo y democratizar el país.

Sin embargo, es un hecho que el país mantuvo su relativa independencia y el proyecto de Bush, a partir del 11 de septiembre de 2001, es destruir a esos regímenes que, aunque corruptos y represivos, no lo obedecen ciegamente. En el caso de Irán, es una vieja cuenta a cobrar desde 1979.
El año pasado, fracasado el intento de cambiar las cosas por la vía electoral (el candidato respaldado por el imperialismo fue derrotado) recrudecieron las amenazas. Lo que está en juego no es lucha entre la «democracia» y la «represión». Se trata de un ataque de los países imperialistas a un país mucho más débil que defiende su independencia.

Por el pantano político y militar en que está metido en Irak, parece difícil que el imperialismo pueda llevar adelante una nueva invasión en Irán. Sin embargo, sí es posible que intente realizas ataques y bombardeos aéreos relámpagos, incluso, ayudado por Israel. 

La posición de la LIT-CI

En este contexto, defendemos el derecho de Irán de desarrollar su tecnología nuclear e, incluso, de fabricar bomba atómicas para defenderse de un ataque imperialista o israelí.

Sin depositar ninguna confianza en el régimen de los ayatollahs y sin darle ningún respaldo político, los revolucionarios apoyamos claramente a Irán y a su pueblo en este enfrentamiento contra los EE.UU., los países imperialistas europeos e Israel.

Secretariado Internacional de la LIT-CI
San Pablo, 30 de abril de 2006 
 

Una necesidad del imperialismo

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Las migraciones masivas

1º de Mayo: Movilización Internacional por la regularización

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Manifiesto Internacional de los Sin Papeles

La infamia del trabajo esclavo

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Una pareja de trabajadores bolivianos y sus cuatro hijos mueren incinerados. Pero no lo hicieron en su casa, sino en uno de los tantos talleres de costura clandestinos que existen en Buenos Aires. Talleres donde trabajan y viven hacinados miles de obreros bolivianos con sus hijos y sin las más mínimas condiciones de higiene y salubridad.

Entre Prodi y Berlusconi, vence la burguesía

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Entre Prodi y Berlusconi, vence la burguesía

El negocio de la Reforma Previsional

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 Es cierto que, hoy en día (en realidad desde hace ya bastante tiempo) todo es negocio, lo cual significa que hasta para morirse hay que tener plata.  La verdad es que ya Marx dejaba entrever estas cosas: «Dondequiera que ha conquistado el poder, la burguesía ha destruido las relaciones feudales, patriarcales, idílicas.  Las abigarradas ligaduras feudales que ataban al hombre a sus «superiores naturales» las ha desgarrado sin piedad para no dejar subsistir otro vínculo entre los hombres que el frío interés, el cruel «pago al contado».  Ha ahogado el sagrado éxtasis del fervor religioso, el entusiasmo caballeresco y el sentimentalismo del pequeño burgués en las heladas aguas del cálculo egoísta.  Ha hecho de la dignidad personal un simple valor de cambio.  Ha sustituido las numerosas libertades escrituradas y adquiridas por la única y desalmada libertad de comercio.  En una palabra, en lugar de la explotación velada por las ilusiones religiosas y políticas, ha establecido una explotación abierta, descarada, directa y brutal» («Manifiesto Comunista», C. Marx y F. Engels, pág. 113), etc.  Claramente, esto también lo podemos apreciar en el tema de la previsión, un negocio donde hay que pagar una especie de «coima» de más del 13 % del sueldo a los empresarios por trabajar y para que las «trabajen» ellos mismos por nosotros.

El mercado de las AFPs

Han aparecido interesantes estudios sobre lo que ocurre en este sector industrial.  Así, a diferencia de los apologistas del capitalismo (y también de las AFPs), se está diciendo que es un mercado de tipo oligopólico (pocos oferentes o productores y muchos consumidores o demandantes), de tal manera que es posible obtener en este mercado rentabilidades mayores a las de otros mercados con mayor «competencia».  En este marco, una investigación de Germán Riesco, economista del PC, se afirma que «las Administradoras de Fondos de Pensiones se han convertido en uno de los sectores económicos más dinámicos con una rentabilidad del 25% anual.  Y se afirma también que «Esas enormes ganancias se explican por los elevados cobros de administración pagados por los cotizantes, que superan el 13%, y por la escasa competencia que existe en este sistema.»   De igual modo, «Las AFPs administran fondos por sobre los 40 mil millones de pesos, que en el 2004 llegaron al 64% del Producto Interno Bruto de Chile, es decir, de cada 100 pesos que se generaron ese año en el país, un equivalente a 64 fueron manejados por las AFPs.»   Además, descuentan «el 10% de los salarios de todos los trabajadores (300 millones de dólares al mes) para luego prestárselos a los empresarios, de los cuales la mayoría son extranjeros. Por este servicio cobran 335 mil millones de pesos al año en comisiones, de los cuales mil millones se gastan en dietas de los directores».  ¡Viva la democracia!, gritan felices estos señores.

Reforma Previsional

Es un tema que fue (y es todavía) recurrente en las pasadas elecciones y todos los candidatos hablaban del tema (también hablaban de la desigualdad, recién «descubierta» por los señores candidatos).  Continuemos con la realidad del sector y de los trabajadores: «Como se sabe, en el estado actual de las cosas, el 50% de los afiliados a las AFPs recibirían una jubilación menor a la asistencial, que bordea los 40 mil pesos mensuales. Por lo tanto, el Estado se verá en la obligación de surtir de subsidios a los millones de chilenos que han entregado parte de sus sueldos a un sistema de administración que ha lucrado sin parar desde 1981.

Si sólo un 30% de los puestos de trabajo en Chile son catalogados como «decentes», si el 80% de los chilenos obtiene mensualmente menos de 300 mil pesos y si los empleadores no pagan las cotizaciones de sus trabajadores, porque la Inspección del Trabajo no puede fiscalizar, cualquier modificación al sistema de las AFPs no tendrá éxito.», es lo que se comenta.  Prosigamos: «la realidad del mercado laboral chileno -donde más de la mitad de los trabajadores tiene una baja densidad de cotizaciones- demuestra que los ahorros individuales no son suficientes para financiar las pensiones de la mayoría

Según una investigación realizada por Riesco y publicada por el centro de pensamiento Expansiva, actualmente un millón 178 mil 185 personas reciben pensiones públicas, las que cubren a un 73,9% del total de adultos mayores. En tanto, si se consideran los mayores de 70 años, más del 90% de ellos percibe una pensión estatal de algún tipo.» . Agrega que este no es un problema del futuro, sino que afecta a la mitad de las más de 100 mil personas que cada año alcanzan la edad de jubilar. «Hay que atender el drama de los afiliados a AFP que alcanzan la jubilación. La mayoría de ellos no tiene en su cuenta previsional los casi 14 millones que se requieren para que puedan obtener una pensión mínima, situación que se agrava en el caso de las mujeres. Tampoco poseen las 240 cotizaciones exigidas para optar a la garantía estatal de pensión mínima y la mayoría de ellos no son indigentes, razón por la cual quedan excluidos de la pensión asistencial».  Otra situación que puede ser lamentable para quienes cotizan en el sistema privado son los montos de la pensión. «Un 14% de las pensiones públicas son asistenciales, por un monto promedio de 41 mil pesos. Como muchos afiliados no cumplen con las condiciones para acceder a la pensión asistencial, eso significa que sólo recibirán el monto ahorrado en su cuenta individual. Esto es un drama, porque muchas personas ya reciben menos de 10 mil pesos de jubilación», aseveró Riesco, con mucha y justa razón, decimos nosotros, aunque ya haremos algunas precisiones con respecto a sus planteamientos.

La Concertación

Hay quienes comentan, Marcel Claude, entre ellos, que «La Concertación nuevamente hecha por la borda la posibilidad de una modificación sustancial al actual sistema previsional cuando la presidenta Bachelet incorpora en la comisión a cargo de esta reforma a importantes figuras del pensamiento neoliberal ortodoxo «criollo». La gran mayoría de estos asesores provienen de centros de estudios íntimamente ligados al gran empresariado.»  La verdad es que esto desde hace rato que se ha venido haciendo (por ejemplo economista provenientes de universidades yanquis y neoliberales casi ortodoxos, como el mismo Andrés Velasco, en hacienda, lo cual «da garantía de ponderación», como dicen contentos los empresarios con su denominación), de manera que ya no es ninguna novedad, como da la impresión que le parece al autor citado, a no ser que siga creyendo que la Concertación es de «centroizquierda» o que en ella hubiera «sectores marxistas», como falsamente a veces se nos hace creer, tratando de hacernos pasar «ruedas de carretas por aspirinas», como decía un viejo dirigente obrero.  Lo concreto y lo cierto que desde estas páginas hace rato que venimos denunciando el carácter burgués y proimperialista del gobierno, razón por la cual llamamos a no tener ni la más mínima confianza en el gobierno de la Bachelet.

En Latinoamérica

La mayoría de la población carece de seguro social, según CEPAL El 60% de los latinoamericanos carece de un plan de protección social, por lo que los países de la región deben implementar reformas a sus sistemas previsionales para ampliar la cobertura, aseguró la CEPAL.  «cuatro de cada 10 latinoamericanos y caribeños tiene un sistema de protección social en la región, con una heterogeneidad muy grande y con Uruguay como uno de los sistemas de protección más adelantados de la región». Al realizar un análisis de la región, Machinea mencionó que el 93% de los uruguayos mayores de 70 años tiene una pensión o jubilación, seguido de los brasileños (91%), chilenos (83%), bolivianos (81%), argentinos (76%) y panameños (43%) . Asimismo, precisó que un 8% de la población de la región es mayor de 65 años, tasa que en 2025 subirá a 15%, «lo cual se vincula con una baja en las tasas de natalidad» que cambiará la realidad de Latinoamérica.

Machinea acotó que la estrategia de acceder a la protección social mediante un trabajo «fracasó», debido a los altos niveles de desempleo (10% en la región) y la informalidad (50% de los trabajos). «El trabajo no puede ser el único acceso a la protección social, debemos integrar los sistemas contributivos y no contributivos, lo que impone un desafío fiscal y del diseño y calidad de los sistemas», acotó.

Lo cierto es que todos buscan salidas (no esperamos otra cosa de ellos) dentro del sistema, tal como lo plantea el mismo Riesco, por ejemplo: Para el miembro del Cenda, el Estado está en condiciones de entregar una pensión básica sin presionar el presupuesto fiscal. En este sentido, dijo que se debe despejar uno de los mitos demográficos que se utilizan comúnmente. «Los adultos mayores van a crecer hasta mediados de este siglo a una tasa de 2,6% anual promedio. Esta cifra es superior al incremento de la población total, de 0,5% anual. Sin embargo, el producto interno bruto crecerá más rápido que los adultos mayores, por lo cual cada año el país cuenta con más recursos para atenderlos».

Explicó que si se mantiene el gasto público en pensiones, equivalente a cerca del 6% del PIB -un tercio del presupuesto público total-, sería posible al 2010 entregar pensiones públicas a un 85% de los adultos mayores, por un monto mínimo de 100 mil pesos al mes. En tanto, al 2045 se podría aumentar el monto de la pensión básica a más de 250 mil mensuales, con la misma cobertura del 85%, debido a que ya no existirá buena parte de los compromisos previsionales del sistema antiguo.» Según Riesco, entonces, los trabajadores tendrían que esperar tranquilamente hasta el año 2045, o sea 40 años más para, si es que no hay inflación, poder aspirar a obtener una pensión de ese monto y si es que sigue gobernando la Concertación y quizás cuántos si es que o supuesto más.   De nuevo aquí la CUT tendría mucho que decir, o ya tendría que haberlo dicho hace rato, y no sólo con palabras pero, ya sabemos que es una organización con dirigentes que «no les da el ancho», menos aún cuando el principal dirigente es de la Concertación, Arturo Martínez, razón por la cual se explica que la CUT, hace rato que sus dirigentes han convertido esta organización en organismo del gobierno y se la han jugado por transformarla cada vez más en una especie de institución del gobierno, encargada de encuadrar a los trabajadores tras las políticas del gobierno concertacionista de turno, como en forma similar lo hacían las burocracias sindicales en los países del este.  Mal que mal, ellos también son burócratas, doble tragedia para la clase obrera, lo cual reafirma la necesidad urgente de cambiarlos ahora mismo, ya.

¡NINGUNA CONFIANZA EN EL NUEVO GOBIERNO DE LA CONCERTACIÓN!
¡A ORGANIZARNOS Y A MOVILIZARNOS POR NUESTRAS DEMANDAS!
¡POR UNA CUT AL SERVICIO DE LAS LUCHAS DE LOS TRABAJADORES!
¡A CAMBIAR LOS DIRIGENTES DE LA CUT!
¡FUERA MARTÍNEZ Y CIA.!
¡POR LA UNIFICACIÓN Y CENTRALIZACIÓN DE LAS LUCHAS!
¡POR UN GOBIERNO OBRERO Y POPULAR!
¡UN CHILE SOCIALISTA ES POSIBLE!

PARTIDO REVOLUCIONARIO DE LOS TRABAJADORES

Elecciones del 9 de abril

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Derrota de la derecha, rechazo al plan neoliberal y al régimen.

Manifestación por la III República

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Más de 20.000 personas inundan la Puerta del Sol

Los republicanos, la mayoría de ellos jóvenes, tomaron ayer la plaza Puerta del Sol, Madrid, para gritar «España, mañana, ¡será republicana!». La manifestación duró más de dos horas y media. La precariedad laboral y el precio de la vivienda también estuvieron presentes.


Miles de asistentes

Según los organizadores, entre los que destacaba Corriente Roja, más de 25.000 personas recorrieron la marcha desde la plaza de Cibeles hasta Sol para reivindicar la III República, en el 75º aniversario de la II. Otras fuentes señalaban que la cifra era de aproximadamente 20.000. «Esperamos casi 70.000 para la próxima», decía uno de ellos.

Militar a la cabeza

El coronel del Estado Mayor y escritor, Amadeo Martínez Inglés, era uno de los que encabezaban la marcha. Ataviado con su traje de gala republicano dijo que quería «rendir un homenaje a los milicianos de la República, que podían haber ganado la Guerra Civil».

Respuesta sorprendente

Los nostálgicos de edad más avanzada se mezclaban con los miles de jóvenes que asistieron. Juan Trías Vejarano, catedrático de Historia de las Ideas Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, presente en la manifestación, se quedó «sorprendido y muy contento» por el éxito de la convocatoria, «teniendo en cuenta la poca publicidad». Además, declaró que la III República es «una exigencia de futuro». Por su parte, Jorge García Castaño, diputado de IU en la Asamblea de Madrid, recapacitó sobre la edad de los manifestantes: «Estas son las reivindicaciones que más gustan a los más jóvenes y a los más mayores». Fue otra de las personas que calificó la jornada de «éxito». Comentó que «hay una gran respuesta al bombardeo de la monarquía, entre bodas y nacimientos».

Recordando el pasado

Caminar entre los manifestantes era igual que moverse por las aulas de las facultades de historias. Las personas que superaban los setenta años explicaban a sus hijos y familiares el porqué de la derrota republicana: «La falta de apoyo por parte de Inglaterra y Francia a la República». Otros recordaban su lucha contra el franquismo y contradecían la euforia general: «Antes éramos más».

Heredera de la dictadura

Gloria Berrocal, escritora y actriz, leyó un comunicado en el que se rechaza «una monarquía heredera directa de la dictadura franquista». En él, también se hacía mención de los derechos laborales y sociales, de la laicidad del Estado y de las escuelas, de la recuperación de la memoria histórica y de la renuncia a la guerra. Y exigió «romper el pacto de silencio que desde la Transición opera como una gigantesca Ley de Punto Final.

Las consignas

Además de contemplar cientos de banderas republicanas, , se pudieran escuchar múltiples gritos de guerra durante toda la tarde. «España, mañana, ¡será republicana!» fue el más aplaudido. Otros fueron: «No hay dos sin tres», «Juan Carlos, acelera, que llega la tercera», «¡Queremos ver al Borbón sin corona ni velero, en precario y de alquiler» y «Undargarín vete a trabajar al Burguer King, Marichalar al Pizza Hut y Leonor al Hipercor»; todas ellas en protesta de la precariedad laboral y el precio de la vivienda, dos de las preocupaciones de los jóvenes.

¡Huelga general hasta la derogación del CPE y del CNE!

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¡Huelga general hasta la derogación del CPE y del CNE!

Las plazas volvieron a llenarse

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Cerca de 200.000 personas se movilizaron en todo el país para repudiar el golpe militar.


Alrededor de cien mil en Plaza de Mayo, 40.000 en Córdoba, 25.000 en Rosario y miles en todas las provincias y ciudades del interior. Una enorme movilización, de carácter independiente, que enfrentó no sólo a los represores y entregadores de ayer, sino al propio régimen político y su actual director, el gobierno de Kirchner. Fue en ese sentido una derrota de la política del gobierno de «institucionalizar» esta lucha, dándole un carácter histórico, «pasado», y sacándole su carácter actual. Y una derrota del intento de «terminar con odios y venganzas» (ver La Nación del 24/3), contra «nuestros hermanos militares», tal como dijo Kirchner en su discurso en el Colegio Militar, rodeado de los mandos del Ejército, Hebe de Bonafini y cientos de peronistas.

Este 24

Después que los intentos de Alfonsín y Menem fracasaron, Kirchner vuelve a intentar la reconciliación del pueblo con la institución asesina. Es decir, la superación de la derrota de las Fuerzas Armadas. Ahora sí, con el apoyo de Hebe de Bonafini, que consi dera a éste un «gobierno compañero». Es parte de la tarea de recuperación de las instituciones del Estado burgués que tiene encomendado este gobierno.

El feriado, los gestos desde las cúpulas de las FFAA, los actos con Estela Carlotto y Hebe, fueron la puesta en escena de una gran maniobra política. La lucha contra el genocidio sería «pasado», parte de la historia. Ahora actuará la Justicia, de la mano del gobierno. Y sin «odios ni venganzas», se pone un punto final al problema. Tendremos nuevas FFAA, democráticas, distintas y opuestas a las «viejas» FF.AA. golpistas.
Es decir, se arrebatan a los luchadores por los Derechos Humanos y a todos los trabajadores y el pueblo las banderas contra el genocidio para enterrarlas en las páginas de los libros de historia. Todos los medios de difusión que aplaudieron a Videla en su momento, se vistieron de gala para esta maniobra. Millones vieron por TV nuevamente las barbaridades de la dictadura. Todo debía culminar en un gran acto gubernamental el 24 al mediodía, como epílogo de la obra. Sin embargo, las cosas no salieron así.

El problema estalló en las manos de Kirchner

Por un lado, los hechos de Las Heras eran incompatibles con este cuento. La propia Hebe no pudo dejar de ir y denunciar hechos de tortura, que salpicaron directamente al gobierno nacional. El gobernador Acevedo fue «renunciado». Por otro lado, el caso de espionaje que afloró en Trelew puso de manifiesto la continuidad del aparato represivo y de inteligencia interior por parte de las FFAA.

Y junto a eso, algunas madres de Plaza de Mayo y organismos de derechos humanos, como el de Nora Cortiñas, se opusieron al carácter que se estaba dando al feriado y a los actos. Pero por sobre todas las cosas, cientos de miles en todo el país se negaron a abandonar sus banderas.
Fueron 30 años luchando, desde la clandestinidad primero, abiertamente después, contra las agachadas de los gobiernos. Fue Semana Santa e 1987, la lucha contra el indulto en 1990. Todo eso está arraigado en la conciencia popular

Todo el esfuerzo de poner en la televisión la cuestión se les volvió en contra. Millones revivieron el terror. Y quienes no lo vivieron tomaron conciencia. Todo eso estalló el 24 en las calles de todo el país. Gente común que sufrió a los milicos, familias, jóvenes que nacieron después de la dictadura, se confundieron cantando y gritando contra los asesinos, por el castigo, y también por Las Heras, por los presos de hoy, y contra la represión.

La desesperación de Estela Carlotto sobre el palco de un acto que no era el suyo, la histeria de un puñado de ex montoneros financiados por el gobierno, y las declaraciones llenas de rabia de los funcionarios, no pudieron ocultar la verdad: la Plaza fue del pueblo, la lucha sigue. Fueron intentos desesperados de confundir las cosas ante la evidencia del fracaso gubernamental. Las Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo conocían de antemano el documento, que por cierto no firmaban pero cuya lectura aceptaron. La acción burocrática y necia de quitar el micrófono a una Madre de la Plaza, cosa que rechazamos y que no debió ocurrir, ayudó a la confusión.

Frente a un gobierno que intentó convencernos que la lucha terminó, y que ahora deben actuar los jueces del sistema, la consigna más cantada fue: «como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar», que es lo mismo que decir que el juicio y castigo de los asesinos está en nuestras manos, y no en las de ningún juez.

Al otro día, el Ministro del Interior hizo declaraciones contra la «izquierda siniestra». Y salieron a vociferar que «el 24 no tiene dueño». Si que lo tiene: el 24 es del pueblo, de la clase trabajadora, de la juventud. Y ejerció su propiedad, contra un intento de robo: el que llevó adelante Kirchner de la mano de su «nuevo Ejército» y de sus aliados.

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Hebe de Bonafini, la de siempre pero recostada en el poder

Esa Hebe de Bonafini dura, áspera, temida, intratable, ahora muestra otra cara, sin por eso perder la que ya se le conocía. Ahora se permite recostarse sobre el poder, al que siempre percibió -y casi siempre con razón- como su enemigo. Incluso decir, como dijo  n esta semana de recordación de los 30 años del último golpe de Estado, que hay que concluir con la revisión del pasado para que las Fuerzas Armadas puedan dedicarse sin cuentas pendientes a las tareas que les demanda la democracia.

Hebe de Bonafini admitió que antes de las elecciones del 27 de abril había manifestado públicamente que ‘Menem, el ex presidente Eduardo Duhalde y Kirchner eran la misma mierda’. Ahora declara que ‘me equivoqué y ya lo dije públicamente. Kirchner no es igual a los otros’ (Clarín, 26.03.06, pág. 37). Muchos compañeros están sorprendidos por el apoyo que Hebe de Bonafini le brinda al actual gobierno peronista de Kirchner, dado el respeto y admiración que tienen por la dirigente de las Madres de Plaza de Mayo, por su consecuente lucha en busca de verdad y justicia.

¿Es una sorpresa el apoyo de Hebe al gobierno de Kirchner?

Para nosotros, lamentablemente, no es ninguna sorpresa. Este giro a favor del gobierno, es el resultado político de la reivindicación que hace Hebe de Bonafini de la guerrilla de los años 70 y sus consecuencias prácticas.

La guerrilla surgida en la década de 1970, en toda América Latina y en nuestro país, las más importantes, como Montoneros y el E.R.P. (Ejercito Revolucionario del Pueblo) fueron direcciones pequeño burguesas independientes del estalinismo influenciadas por la Revolución Cubana. Su política como la de cualquier dirección pequeño burguesa oscila entre la burguesía y la clase obrera. Por lo tanto en algún momento pueden jugar un papel progresivo, y en otro, un papel reaccionario. Pasar de la lucha más furiosa a las treguas más infames.

Por ejemplo, la que pactaron los Montoneros con el gobierno burgués de Cámpora, en 1973. Montoneros claramente era «la pata izquierda» del más grande partido burgués argentino, el peronismo: apoyaron la vuelta de Perón al gobierno, en ese año 1973. El E.R.P. apoyo «alianzas con la burguesía nacional para salvar el país». Por su carácter de clase, la guerrilla, no educaba a los trabajadores en que confiaran sólo en sus propias fuerzas y en la movilización de sus aliados bajo su dirección, creaba falsas ilusiones de que sus problemas se solucionarían por la acción de un «gobierno aliado o progresista».

Cuando cayó la dictadura militar, consecuentes con lo que pregonaban, en forma individual o de conjunto, fueron parte de las estructuras de partidos burgueses (Partido Intransigente, Frente Grande, etc.); hasta que surgió la corriente «kichnerista» en la cual recalaron la mayoría de los ex guerrilleros de los 70´, como por ejemplo la actual ministro del Interior Nilda Garré, o la «simpatizante» del ERP, la ministro de Economía, Felisa Miceli.

Con estos sectores no teníamos ni tenemos ninguna estrategia común, nosotros luchamos para que tome el poder la clase obrera para hacer la revolución socialista y ellos un nuevo gobierno burgués. A la larga es inevitable que nos encontremos enfrentados, por esa profunda razón de clase: son direcciones pequeño burguesas.

Por lo cual decimos que no nos sorprende que Hebe de Bonafini, vaya a «apagar el incendio»; desatado por la brutal represión contra los obreros petroleros en Las Heras como «ministro sin cartera» del gobierno peronista aprovechando su inmenso prestigio, o que Estela de Carlotto, se preste a la maniobra de Kirchner en su intento de evitar darle un carácter opositor al acto del 24 de marzo.

El apoyo al gobierno peronista de Kirchner por parte de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, es lamentablemente un triunfo de la burguesía y el imperialismo; cuyo resultado es la capitulación en la lucha por los derechos humanos, que las coloca en veredas opuestas a los intereses de los trabajadores y sectores populares.

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Los genocidas de ayer y las FF.AA. de hoy

Para millones puede parecer increíble que en el salón principal del Colegio Militar de un país cuya historia en el siglo XX estuvo marcada por varios  golpes de Estado y dictaduras militares fusiladoras, queden grabadas estas frases: «NUNCA MAS golpe y terrorismo de Estado. POR SIEMPRE respeto a
la Constitución Nacional, con verdad y justicia». ¿Qué pasó el país para que esto suceda?

Una colosal revolución

En junio de 1982, una revolución derribó la última dictadura militar. Un año después, Nahuel Moreno analizaba así ese derrumbe: «Sin querer exagerar, consideramos que ha sido el acontecimiento más importante en lo que va de este siglo en el país. Es la caída definitiva del régimen más sanguinario y totalitario que hayamos conocido en la Argentina. El derrumbe total de la dictadura genocida instaurada en marzo de 1976, que secuestró y asesinó a decenas de miles de personas.»

Desde entonces, los partidos burgueses y todos los presidentes de la «democracia» trataron de dejar lo más intactas posible a las Fuerzas Armadas, gran parte de cuya oficialidad fue ejecutora del genocidio. Fue así como se sucedieron, durante los gobierno de Alfonsín y Menem, el juicio político a los comandantes de las Juntas, las leyes de obediencia debida y de punto final, el indulto… Pero la movilización y la conciencia de las masas sobre la magnitud de los crímenes una y otra vez les impidieron que se acepte la impunidad. El 19 y 20 de diciembre de 2001, la memoria hizo pegar un salto a la movilización haciendo saltar por los aires el «estado de sitio» de De la Rua.

El plan de K

Teniendo en cuenta esa memoria Kirchner, en su discurso, tuvo frases durísimas para juzgar la última dictadura militar. Reconoció que no se trató de excesos sino de un plan criminal bajo la doctrina de la «Seguridad Nacional», que impuso un modelo de endeudamiento extremo con fuga de capitales que se continuó hasta fines de los ’90. Señalo a Martínez de Hoz como cerebro de ese modelo y que éste aún no había recibido el castigo merecido.

Muchos compañeros obreros y estudiantes, incluso los que desconfían e él, impresionados por su espectacular retórica preguntan: «¿Qué es lo que quiere hacer K con las Fuerzas Armadas? ¿Por qué aparece como el implacable censor de los generales de la dictadura?» Para no enredarse en los discursos de K y entender su verdadera política hacia las FFAA, hace falta recordar que nuestro país es una semicolonia, cada vez más recolonizada por el imperialismo. Como parte de esto, avanza un proceso de recolonización militar. Por lo tanto la política de K es la de sus amos imperiales.

Por otro lado, hay que tener en cuenta lo fundamental: en ningún lugar de Latinoamérica las FFAA han sufrido una derrota política tan aplastante. En ningún otro país del continente el odio de las masas populares hacia los militares es tan grande y profundo. La política de K es recuperar a las FFAA como sostén y resguardo fundamental del estado patronal colonial. Para ello necesita expurgar a los odiados jefes retirados o efectivos, cuyas manos manchadas con la sangre de miles y el tráfico de niños debilitan a la «institución» militar. Su plan es «lavar» y salvar el aparato militar para ser un instrumento represivo efectivo dentro de la «democracia». K ensaya el plan en su propia provincia, como lo demuestra la gendarmería en Las Heras ocupando la ciudad y aterrorizando a los obreros al servicio de las multinacionales petroleras.

Por eso K habló de formar «nuevas generaciones de oficiales» y se dirigió a los militares presentes como «nuestros hermanos de las FFAA» y les indicó que la «gran tarea cívica está por delante». Entendamos cuál es esa tarea cívica: en nombre de la «democracia y la constitución nacional» hay que reprimir a las luchas obreras y populares, derrotar el ascenso de masas en curso.

Y si esas luchas alcanzan una magnitud que amenace el proceso recolonizador, el imperialismo está montando otro mecanismo más confiable que las dictaduras militares: las bases imperialistas instaladas en nuestro territorio. La experiencia con las Juntas Militares, a pesar del provecho que le sacó el imperialismo, mostró que tenían el defecto de que sus generales y burocracias militares, con privilegios basados en enormes aparatos y empresas como Fabricaciones Militares y el proyecto «Condor», tendían a generar Galtieris o Seineldines que se atrevieron a cuestionar los enclaves coloniales como Malvinas.

Por otro lado, la experiencia con Chávez les indica a los imperialistas que dejar que los militares intervengan en política, en medio del ascenso revolucionario continental, les hace hoy más difícil controlar a Latinoamérica como su patio trasero. La doctrina militar imperialista hoy no es la «Seguridad Nacional», sino la «guerra contra el terrorismo». El discurso de K es parte de esta doctrina. Por eso necesitan adiestrar y manejar gendarmes y fuerzas profesionales de desplazamiento rápido. No ejércitos de reclutamiento masivo que estén para defender las «fronteras nacionales» contra los imperios, como la concebían San Martín o Güemes en la época de la independencia.

Para la nueva gendarmería no hay frontera nacional, sino frontera de clase. Donde hay obreros luchando, ahí está la frontera para la patronal, ahí están los «terroristas» para el imperialismo, ahí cierran el cerco y aplican el «terror del estado» los gendarmes, como en Las Heras.

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Un programa para las FF.AA. opuesto al de K

 Destrucción del aparato represivo y auto-defensa de los trabajadores. No a la subordinación de los ejércitos del continente a los planes militares y el mando yanqui. No a las bases yanquis.
La lucha por la liquidación de todas las fuerzas represivas de la burguesía tiene como centro la derrota del plan imperialista donde los «marines» se instalan para dirigir a las fuerzas locales en la represión en caso de rebelión. Por eso es central la lucha contra la presencia de bases y tropas imperialistas.

 Por la disolución inmediata de los «servicios» como la SIDE, el GOE y otros grupos especiales y la liquidación del aparato represivo. Por la prohibición a la Gendarmería y la Prefectura Naval para actuar en tareas internas que nada tienen en común con las custodia de las fronteras nacionales y aguas territoriales.

 Al mismo tiempo impulsamos la sindicalización y los plenos derechos políticos de las tropas, suboficiales y oficiales de las fuerzas armadas y policiales, la elección democrática de los oficiales. Exigimos la elección de los comisarios en todos los barrios por voto popular. Llamamos a tropa y suboficiales a desobedecer toda orden de represión contra los trabajadores y el pueblo.

 Establecimiento de la instrucción militar masiva (entre tres y seis meses) para hombres y mujeres , organizada en los lugares de trabajo o estudio, sindicatos, universidades y escuelas medias, durante los fines de semana para mantener trabajos y estudios.

 Terminar con el criterio de «casta militar». Apertura de la oficialidad a los suboficiales y soldados, en colegios militares dependientes de las universidades nacionales. Derecho de los soldados a solicitar la destitución de oficiales o suboficiales que tengan un trato represivo y autoritario con la tropa.

 Impulsamos la auto-defensa de los trabajadores frente a la represión. Es imprescindible para enfrentar a las fuerzas de represión del régimen y del imperialismo. Rechazamos toda organización y acción armada de grupos separados o ajenos a las masas. La experiencia trágica del terrorismo separado de las masas a nivel mundial demuestra que sus acciones invariablemente se vuelven en contra de los trabajadores y el pueblo y benefician a la contrarrevolución. En el terreno de la autodefensa, como en todos los demás, la liberación de los trabajadores solo puede ser obra de los trabajadores mismos.

Artículos publicados en Lucha Socialista 113 (periódico del Frente Obrero Socialista)