Sáb Jul 27, 2024
27 julio, 2024

La vacunación de la desigualdad

A nueve meses del inicio de la vacunación contra el Covid-19, 40,3% de la población mundial había recibido por lo menos una dosis y 27,57% las dos dosis. En la Unión Europea, los porcentajes eran bastante superiores, respectivamente 65% y 59%. Mientras en África, 5,2% y 2,9%.

Por: Cristina Portella

La eficacia de las vacunas para reducir la incidencia y las muertes por Covid-19 está siendo comprobada en la práctica. Estados Unidos, país que lidera el ranking de casos y de óbitos en el mundo, tenía a inicios de este mes de setiembre 61% del número de infecciones alcanzado en el pico de enero de este año y 38% del número de muertes. Puede no parecer mucho, pero es necesario tomar en cuenta que el país, a pesar de haber sido uno de los primeros en iniciar la vacunación y de alojar algunas de las principales farmacéuticas productoras de vacunas, como la Pfizer y la Moderna, enfrenta un movimiento antivacuna de peso. Hasta ahora, están completamente vacunados solo 52,32% de los norteamericanos.

Para constatar la relativa pequeñez de ese porcentaje basta compararlo con el número de vacunados en Portugal hasta inicios de setiembre, un país que no enfrenta ningún movimiento negacionista importante: 84,84% tenía la primera dosis, mientras 73,87% ya estaban completamente vacunados.

Dos tipos de negacionismo

El negacionismo como movimiento o actitud que niega la enfermedad y/o los recursos científicamente comprobados para combatirla, como la vacunación, el distanciamiento físico y las máscaras, es muy fuerte en varios países, como Francia, Alemania o Israel. Es lo que explica por qué presentan porcentajes de vacunados inferiores a los de Portugal o España, por ejemplo. Pero no es este el negacionismo más cruel y peligroso para la humanidad. Bastante peor es el negacionismo del capitalismo, que niega vacunas a la gran mayoría de la población que vive en regiones que no tienen recursos para comprarlas, como África y Asia.

A pesar del pedido de la OMS para que se quebrasen las patentes de las vacunas o incluso para que se prescindiese de una tercera dosis para que todos pudiesen ser vacunados, ningún país rico estuvo de acuerdo con eso. El propio presidente Joe Biden se manifestó favorable a la quiebra de patentes, pero no pasó de un suspiro piadoso, sin ninguna consecuencia práctica. Las farmacéuticas continuaron, alegremente, exhibiendo sus formidables ganancias.

Basta ver los índices de vacunación de los países africanos que forman parte de la CPLP (Comunidad de Países de Lengua Portuguesa) para concluir que en ella no hay comunidad: Angola, 3,4% (1 dosis) y 2,7% (2 dosis); Guinea Bissau, 1,40% (1 dosis) y 0,15% (2 dosis); Mozambique, 5,1% (1 dosis) y 2% (2 dosis); Cabo Verde, 42% (1 dosis) y 13% (2 dosis); y Santo Tomé y Príncipe, 15% (1 dosis) y 5,3% (2 dosis).

La casi ausencia de vacunación en África impulsa el crecimiento del número de casos y muertes en el continente: casi ocho millones de africanos infectados y 199.500 muertos, de acuerdo con datos del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de la Unión Africana. Esta es una factura más a ser cobrada a las farmacéuticas y el imperialismo.

No todo lo que reluce es oro

A pesar del éxito obtenido con la vacunación, los portugueses no tienen motivos para conmemorar. Como resultado de la pandemia, por lo menos 110.0000 trabajadores quedaron desempleados, un aumento de 37%.

Además, el Ministerio de Finanzas divulgó el valor del perjuicio causado por la pandemia en la deuda pública, que puede llegar a los 40.000 millones hasta el final del próximo año. Como es habitual, los gobernantes tendrán la tendencia de empujar esa factura para los de abajo.

Por fin, la mala noticia es que, al contrario de lo que a veces la práctica y las vacilaciones del gobierno dan a entender, la pandemia no acabó, y las vacunas, por más eficaces que sean, no protegen 100% y tienen que ser acompañadas por otras medidas, como distanciamiento físico y máscaras. Variante como la Delta y otras que puedan surgir comprueban que aún es demasiado temprano para conmemorar, también en el terreno sanitario.

Artículo originalmente publicado en Em Luta n.° 30 , setiembre de 2021, disponible en: https://emluta.net, 20/9/2021.-

Traducción: Natalia Estrada.

 

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