Dom May 19, 2024
19 mayo, 2024

Kenia: rebelión anticolonial de los Mau Mau, genocidio y primeras reparaciones

“Cuando los europeos vinieron para el África, nosotros teníamos nuestras tierras y ellos sus biblias. Hoy, nosotros tenemos sus biblias y ellos tienen nuestras tierras” (Dedan Kimathi, dirigente de la rebelión Mau Mau).

Por: Cesar Neto

El 1 de julio de 1895, Inglaterra ocupó oficialmente una vasta región en el África oriental y la declaró su “protectorado”. Aquí comenzó una larga historia de usurpación de tierras y minerales, así como la práctica de métodos de exterminio contra aquella población. Fueron décadas de humillaciones, torturas y asesinatos.

Desde el inicio de la colonización y con el correr de los años, el imperialismo inglés endureció cada vez más el control y la represión de los nativos, y finalmente hizo uso de los mismos métodos y fuerzas que habían sido utilizados en la Segunda Guerra Mundial, después que acabaron de salir de esta. Simplificando, el imperialismo inglés usó métodos de guerra civil contra la población de Kenia.

Ocupación de las tierras

Cuando el imperialismo inglés declaró a Kenia como su protectorado, en realidad estaba asumiendo para sí las tierras y los minerales que eran de los pueblos que vivían en aquella región, en especial los Kikuyo los Meru y los Embu. En primer lugar, como medida apaciguadora, los ingleses ocuparon tierras que no eran utilizadas por las comunidades locales, y después pasaron a incentivar a los moradores locales a trabajar para ellos. Inicialmente, como lo que ganaban era superior a lo que conseguían con la agricultura de subsistencia, los nativos aceptaban el empleo y abandonaban las tierras en las que habitaban. Esta tierra abandonada pasó a ser un blanco más de ocupación para los ingleses. Este proceso combinado de pagar salarios y ocupar las tierras fue fundamentalmente la fórmula inicial de los ingleses para conquistar el territorio. Alrededor de 1930, las dos principales reivindicaciones de los nativos eran: contra los bajos salarios y la exigencia de uso de un documento de identidad denominado Kipande.

El Kipande era una especie de pasaporte interno que las personas eran obligadas a presentar para poder desplazarse dentro de su propio país. Eso mismo: los nativos fueron obligados a presentar el Kipande al extranjero que había invadido sus tierras.

La usurpación de las tierras de los nativos por parte de los colonos ingleses, en la provincia del Valle del Rift, en 1934, fue escandalosa. Para 1.029.442 nativos se destinaron 18.340 km2. Y para 17.000 europeos se destinaron 17.700 km2. En otro censo, el de 1948, 1.250.000 Kikuyos fueron autorizados a utilizar 5.200 millas cuadradas de tierras mientras 30.000 colonos británicos usufructuaban 12.000 millas cuadradas.

Los colonos ingleses seguían contratando mano de obra cada vez más barata. Los mecanismos de presión sobre la población nativa eran enormes. El primero fue el Kipande (1918), que tenía el objetivo de controlar el movimiento de personas y evitar las deserciones. Al mismo tiempo, se implantaron medidas y se comenzaron a cobrar diversos tipos de impuestos, tales como por el uso de la tierra y sobre la circulación de mercaderías, entre otros. Las medidas cumplían una vía de mano doble: desalentaban al pequeño productor a seguir labrando su propia tierra y, al mismo tiempo, lo obligaba a aceptar los bajos salarios.

Para los colonos blancos, los nativos “eran como niños y debían ser tratados como tales”; esto significaba que las agresiones, golpes y hasta incluso la muerte eran tenidos como procedimientos naturales. En la legislación laboral keniana, hasta 1950 eran descritas y aceptadas las acciones punitivas.

Las diversas reacciones

La oposición de los nativos al imperialismo británico se dio desde el inicio de la ocupación. La primera gran lucha quedó conocida como Resistencia Nandi (1895-1905), después fue la Revuelta de Giriama (1913-1914); Revuelta de las Mujeres de Muranga contra el trabajo forzado (1947), Revuelta de Kolloa (1950). Todas estas revueltas fueron sofocadas con extrema violencia. Winston Churchill, en 1908, llamó la represión de masacre y afirmó que si la Cámara de los Comunes se enterase de eso, los Planes para el Protectorado en África oriental estarían en riesgo. Churchill aconsejaba que se evitase matar en una escala tan grande. O sea, Churchill dijo: “maten, pero no maten tanta gente”.

Surge el movimiento Mau Mau

Para los nativos, la situación se hacía cada vez más insoportable. Alrededor de 1950 se creó el KLFA (sigla del Ejército por Tierra y Libertad de Kenia), conocido popularmente como Mau Mau.

El KLFA sabía del poderío militar de los ingleses y sabía también de sus limitaciones para el combate. Por ese motivo, adoptaron la táctica de guerra de guerrillas. Las acciones de los Mau Mau eran siempre por la noche. Usaban armas robadas, como los revólveres 32, y algunos pocos 38, y usaban también facones, arcos y flechas en sus ataques. Cuando la represión se intensificó contra los Mau Mau, estos huyeron para la selva.

Las mujeres cumplieron con coraje y heroísmo un papel muy importante en el mantenimiento de las líneas de abastecimiento. Ellas atravesaban las líneas de guerra de las fuerzas coloniales para proveer alimentos, municiones, cuidados médicos e informaciones. Un número importante de mujeres también luchó en los frentes de batalla, y una de ellas, Muthoni Kirima, llegó al más alto escalón de los Mau Mau.

Muthoni Kirima fue considerada una “Field Marshall” o mariscal de campo. El 3 de octubre de 1952, los Mau Mau cometieron su primer acto político-guerrillero al matar a una inglesa propietaria de grandes tierras. Como consecuencia de esto, seis días después, el 9 de octubre, el Jefe Senior Waruhiu fue muerto a tiros en su carro, a plena luz del día, por los ingleses. Fue un golpe importante contra el gobierno colonial, pues Waruhiu fue uno de los más fuertes defensores de la presencia británica en Kenia.

La reacción del imperialismo inglés

Para los ingleses, Kenia no era una nación independiente, era parte de Inglaterra. El ex gobernador del Protectorado, en 1946 decía: “la mayor parte de la riqueza del país está en nuestras manos. Nosotros construimos este país y la tierra es nuestra por derecho, derecho de construcción”. Para los imperialistas ingleses no importaba el medio ambiente, las personas o las vidas. Para ellos era, según la misma autoridad colonial: “el principal ítem de los recursos naturales de Kenia es la tierra, y en este término incluimos los recursos minerales de la colonia. Nos parece que nuestro principal objetivo debe ser claramente la preservación y la utilización sensata de este activo importante”.

Campo de concentración.

La “preservación y la utilización sensata de los recursos” comenzó con el envío de un nuevo gobernador, Evelyn Baring, que tal vez haya sido el más racista y cruel de los gobernadores ingleses. Su padre había sido gobernador, con mano de hierro, en Egipto. Baring hijo fue gobernador de la Rhodesia del Sur (1942-1944), Alto Comisario para el África Austral (1944-1951), y gobernador de Kenia (1952-1959).

La primera iniciativa de Baring fue promover prisiones en masa. Cerca de 180 presos en un día, entre ellos Jomo Kenyata. Kenyata y otros fueron condenados a largas penas, en procesos fraudados. Ninguno de los grandes dirigentes Mau Mau fue preso en esta operación. Un día después de las prisiones, la venganza vino a través del asesinato del jefe legalista Nderi, capturado por los Mau Mau y cortado en pedazos.

En los meses siguientes continuó la ofensiva de los Mau Mau y varios colonos ingleses fueron asesinados. Evelyn Baring creía que con su superioridad militar derrotaría fácilmente a las fuerzas insurgentes. La realidad mostró que los insurgentes tenían apoyo popular y un gran poder de fuego. Restó a Baring ampliar sus fuerzas. Así, fueron traídos tres batallones de la fuerza conocida como “Rifles Africanos del Rey”. Estos actuaban en Uganda, Tanganica y Mauricio. Con eso, en Kenia había cinco batallones y más 3.000 soldados kenianos nativos. Se sumaba también a aquellos que fueron traídos, un batallón de tropas británicas, los “Fusileros de Lancashire”, que estaban en Egipto. Y en noviembre de 1952, Baring solicitó asistencia del MI5, el servicio secreto inglés.

Operación Anvil

La capital, ciudad de Nairobi, en 1954 era el principal centro de operaciones de los Mau Mau. En aquel lugar ocurrió la “Operación Bigornia”, que contó con la presencia de 25.000 miembros de las fuerzas represivas británicas, comandadas por el general George Erskine.

Erskine había comandado, nada más y nada menos que la 7° División Blindada del ejército inglés, en el período de 1943-1944, en la Segunda Guerra Mundial. Durante la operación, la ciudad de Nairobi fue aislada y sometida a una barredura sector por sector. Todos los habitantes fueron llevados a campos de concentración temporarios, aquellos que no eran Kikuyo, Embu o Meru fueron liberados. Los miembros de estos tres pueblos fueron mantenidos presos para selección y verificación de ligazón con los Mau Mau. Los hombres fueron separados para interrogatorios, principalmente en el Campo de Concentración Langata, Screening Camp. Las mujeres y los niños fueron enviados compulsivamente a reservas creadas para “limpiar” Nairobi de focos indeseables. Muchas de estas mujeres jamás habían salido de Nairobi. La Operación Anvil (o Bigornia) duró dos semanas y en ese lapso 20.000 sospechosos fueron enviados a Langata, y 30.000 fueron enviados a las reservas.

Fuerza Aérea Británica entra en acción

La misma RAF (Real Fuerza Aérea) británica, que cumplió un papel de destaque en la Segunda Guerra Mundial al destruir 1.887 aviones y provocar la baja de 25.000 soldados alemanes, fue llamada para reprimir a los Mau Mau. Entre junio de 1953 y octubre de 1955, la RAF bombardeó las densas selvas hacia donde habían huido los insurrectos. Los bombardeos ocurrieron de forma aleatoria; sin embargo, inicialmente circunscritos a la región de la selva. Los relatos militares indican que alrededor de 900 insurgentes fueron muertos o heridos por ataques aéreos. En cuanto al número de civiles muertos no encontramos informaciones.

Se usaron aviones Avro Lincoln, que diseminaron seis millones de bombas. Esos mismos aviones fueron también usados para extender el terror entre la población al lanzar panfletos con fotos de mujeres y niños muertos. Y durante la Operación Wedgewood [intento de hacer rendir en masa a los Mau Mau, ndt] se amplió el área a ser bombardeada más allá de la selva, con el consentimiento de Churchill. Así, los bombardeos se extendieron a las villas y ciudades, alcanzando directamente a la población civil.

Campo de Concentración, Campo de Trabajo Forzado y Campo de Niños

Tal como en la Alemania nazi, se instituyeron campos de concentración, de trabajos forzados y para niños. El modelo nazista que había sido derrotado en la Segunda Guerra Mundial fue usado por el imperialismo inglés contra los Mau Mau y la población civil. Los presos eran enviados a los campos de concentración, donde había un sistema de selección que establecía entre los prisioneros a aquellos considerados “recuperables”, que por su parte eran enviados a las reservas, a través de los llamados Pipeline. Un viaje por los pipeline podía durar algunos días. Y durante el tránsito, frecuentemente había poca o ninguna comida o agua, y raramente algún saneamiento. A los presos en los campos de concentración les estaba prohibido hablar fuera de su cabañas.

Documentos militares de la época informan que en los campos había: “poca comida, exceso de trabajo, brutalidad, tratamiento humillante y asqueroso, flagelación. Violando en todos los aspectos la Declaración Universal de los Derechos Humanos”. En este sentido, otro informe del 22/11/1954, del Jefe de Policía Arthur Young al gobernador Baring, dice: “los campos presentan un estado tan deplorable que ellos deben ser investigados sin demora, para que las denuncias cada vez mayores de falta de humanidad y desconsideración de los derechos del ciudadano africano sean minimizadas y para que el gobierno no tenga que avergonzarse de los actos que son hechos en su propio nombre por sus propios servidores”. Así, los campos de trabajos forzados eran aún peores, para donde iban los recalcitrantes, aquellos que no se doblaban, aquellos que no colaboraban con la represión imperialista.

Uno de los campos de trabajos forzados, el de Embakasi, quedaba próximo al lugar donde estaba siendo construido el actual aeropuerto internacional, cuya construcción debería estar lista antes del final del Estado de Emergencia. Por su parte, el aeropuerto eran un gran proyecto, con una insaciable sed de mano de obra y un cronograma de obras apretado. El trabajo forzado, bajo disciplina militar, hacía que los detenidos además de no ser remunerados todavía tenían jornadas extenuantes y condiciones de vida peores que las de los campos de concentración. Además de los campos de concentración y de los campos de trabajos forzados se crearon también campos para niños, más conocidos como Wamumu Camp.

Los crímenes de guerra practicados por el imperialismo inglés

La historiadora inglesa Caroline Elkins estima que entre 130.000 y 300.000 fueron muertos. Sin embargo, sus datos son cuestionados por el demógrafo John Blacker, que afirma que murieron “solo” 50.000. Una cosa es cierta: según los documentos militares 1.090 personas recibieron pena capital. Y las torturas variaban del corte de orejas a la perforación de los tímpanos, el derrame de parafina caliente en los cuerpos, la castración y los golpes hasta la muerte.

Hussein Onyango Obama, abuelo del ex presidente de los Estados Unidos, cuenta que metieron alfileres en sus uñas y nalgas, además de eso apretaron sus testículos con dos piezas de metal en forma de alicate. Eric Griffith-Jones, procurador general de los campos de concentración, escribió para el gobernador Baring, y comparaba [lo hecho] con las “condiciones de los nazistas o de la Unión Soviética”. Este recomendó que los golpes no alcanzasen los riñones, el hígado y el bazo. Y que los torturadores deberían ser profesionales, equilibrados y sin pasión.

Derrota militar y victoria política

El ímpetu, el voluntarismo y las actitudes heroicas de los Mau Mau no fueron suficientes para vencer. Ellos fueron derrotados. Y fueron derrotados por las Fuerzas Armadas del imperialismo inglés con larga tradición de represión colonial; además, fue ella la protagonista en las dos guerras mundiales. Una derrota militar que destruyó el movimiento de masas. Desde el retiro de las tropas inglesas, luego de la victoria, no hubo un día de sosiego para el imperialismo.

Ya no se trataba de métodos guerrilleros, ahora entraba en escena el movimiento de masas. Se vivía la clásica expresión de Lenin: “cuando los de arriba ya no pueden gobernar como antes y los de abajo ya no se dejan gobernar como antes”. Hacia finales de los años de 1950 del siglo pasado, los ingleses concluyeron que ya no podrían gobernar como antes y comenzaron a cooptar antiguos dirigentes nativos; algunos habían sido miembros o simpatizantes de los Mau Mau. Eso para la formación de un gobierno de reconciliación. En diciembre de 1960, Inglaterra suspendió el Estado de Emergencia. Los dos partidos, Unión Nacional Africana de Kenia y Unión Democrática de Kenia, pactaron con los ingleses y exigieron que Jomo Kenyata fuese liberado, hecho que se dio el 21 de agosto de 1961. En mayo de 1963, la oposición conquistó 83 de los 124 escaños en el parlamento y Jomo fue electo primer ministro. Durante aquel mandato se orquestó la independencia y la reconciliación. La independencia fue declarada en diciembre de 1963 y, un año después, el entonces primer ministro se tornó el primer presidente de Kenia.

Mariscal de campo Mwariama y sus “dreadlocks” que influenciaron a los rastafaris jamaiquinos. A su lado, Jomo Kenyata.

Un traidor en el gobierno

Jomo Kenyata no se propuso la reconciliación, así como también mantuvo a diversos funcionarios blancos ligados a la guerra contra los Mau Mau en cargos claves de su gobierno. Afilió a Kenia en la Commonwealth (Comunidad de las Naciones presidida por la reina de Inglaterra) y renegó completamente de su pasado como militante Mau Mau. En abril de 1963, afirmaba: “Estamos determinados a tener independencia en paz y no permitiremos que vagabundos gobiernen Kenia. No debemos tener odio unos por los otros. Mau Mau era una enfermedad que fue erradicada, y nunca más debe ser recordada”.

Lucha por reparaciones obtiene importantes victorias parciales

En 2011, cuatro kenianos abrieron un proceso contra Inglaterra exigiendo reparaciones por las violencias cometidas entre 1952 y 1956. Paulo Nzili, Ndiku Mutua, Wambugu Wa Nyingiy y Jane Muthori Mara, son octogenarios que vivieron el horror de la represión. Nzili y Mutua fueron castrados después de ser acusados de formar parte de la guerrilla de los Mau Mau. Ellos afirman que solo ayudaron en el abastecimiento de agua y comida. Wa Nyingiy fue preso en varios campos de concentración, fue torturado, y nunca supo cuál era la acusación contra él. Y Jane Muthori Mara fue presa a los 17 años, violentada, y entre otras torturas sufridas, ella relata que los militares introducían botellas con agua caliente en su vagina.

Inicialmente, Inglaterra negó los hechos y alegó falta de pruebas. Cuando la lucha por la reparación salió de los Tribunales y ganó las calles, el gobierno inglés fue obligado a abrir los archivos secretos, Foreign Office, y allí encontraron 300 cajas con más de 1.500 documentos que confirman las atrocidades y relatan los diversos episodios y hechos del proceso represivo.

Desde entonces, el Estado inglés se vio obligado a reconocer los crímenes de lesa humanidad y comenzó a pagar las indemnizaciones individuales. En 2013, por ejemplo, pagó 19.9 millones de libras esterlinas [U$S 30 millones] a 5.228 kenianos. No obstante, hay otros 41.000 reivindicando el mismo derecho. Es una importante victoria parcial y de carácter individual.

La próxima etapa debe seguir el curso de requerir la Reparación Colectiva con el juicio y la condena de los torturadores y genocidas, la devolución de las tierras y riquezas usurpadas por los ingleses y, más que todo, la reparación debe obligatoriamente apuntar a la lucha por una Segunda Independencia de Kenia, esta en el campo económico y social.

Artículo publicado en www.pstu.org.br

Traducción: Natalia Estrada.

 

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