search
África

Estalinismo y Panafricanismo (Parte III)

Marcha sobre Washington (Wikimedia Commons).
febrero 28, 2022

En artículos anteriores demostramos que luego de que Stalin y Dimitrov asumieran la dirección de la Tercera Internacional, la orientación dada a los partidos comunistas fue implementar la política que más beneficiaría a la burocracia gobernante de la URSS. Esta política, que resultó en el abandono de la lucha por la independencia colonial en Asia y África, también repercutió en la lucha de los negros en Estados Unidos, por los derechos civiles y humanos, que desde la época de Lenin era llamada «Cuestión Negra». A partir de la orientación estalinista, el Partido Comunista de los Estados Unidos (PCUSA) se hizo conocido por sus vergonzosos zigzags.

Por: Américo Gomes y Jasão Rodrigues

Influencia bolchevique en los Estados Unidos

James P. Cannon, miembro fundador del Partido Comunista norteamericano, con el cual rompió y fundó el SWP (Socialist Workers Party) de línea trotskista, en 1959, escribió “La Revolución Rusa y el Movimiento Negro Norteamericano”, en el que decía:

“Las principales discusiones sobre la cuestión del negro ocurrieron en Moscú, y allí se elaboró la nueva forma de ver el tema. Ya en el Segundo Congreso de la Komintern (Internacional Comunista) en 1920, “Blacks in America” [Los Negros en América] fue un punto en el orden del día y se llevó a cabo una discusión preliminar sobre esta cuestión. Las investigaciones históricas comprobarán decisivamente que la política del PC sobre la cuestión negra recibió su primer impulso de Moscú, y también que todas las elaboraciones posteriores de esta política, incluida la adopción de la consigna de «autodeterminación» en 1928, provinieron de Moscú (…)

“Incluso antes de la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa, Lenin y los bolcheviques se distinguían de todas las otras tendencias en el movimiento socialista y obrero internacional por su preocupación con los problemas de las naciones y las minorías nacionales oprimidas, y por su apoyo positivo a las luchas de estas por la libertad, la independencia y el derecho de autodeterminación. Los bolcheviques daban este apoyo a todas las “personas sin igualdad de derechos”, de manera sincera y honesta, pero no había nada “filantrópico” en esta posición. También reconocían el gran potencial revolucionario en la situación de los pueblos y naciones oprimidos, y los veían como importantes aliados de la clase obrera internacional en la lucha revolucionaria contra el capitalismo” (traducción nuestra).

Lenin y los bolcheviques identificaron el movimiento negro en Estados Unidos como un gran aliado de las revoluciones coloniales, por lo que influenciaron a los comunistas estadounidenses para que cambiaran su abordaje en esta lucha, a partir de la década de 1920, con lo que pasó a llamarse la “Cuestión Negra”.

Con el final de la Primera Guerra Mundial en 1919, EE. UU. atravesó una ola de huelgas y movilizaciones que obligaron al gobierno estadounidense a lanzar una cruzada anticomunista e intensificar la violencia contra los negros. Sin embargo, la respuesta de los negros en forma de lucha no se hizo esperar. Después de todo, las cosas habían cambiado mucho en el mundo con la victoria bolchevique en Rusia en 1917, y habían cambiado mucho en los EE. UU. con una gran migración de trabajadores negros del sur hacia el norte durante la guerra y con el alistamiento de más de 400.000 negros en las Fuerzas Armadas estadounidenses y el posterior retorno de estos soldados al país.

La situación se volvía aún más amenazante para la burguesía estadounidense, en la medida en que –conforme señalara Cannon– revolucionarios rusos como Lenin y Trotsky orientaban a los comunistas estadounidenses a librar una lucha sin tregua contra el racismo que se abatía contra los negros, lo que significaba incluso combatir el racismo de los trabajadores blancos estadounidenses e irlandeses. El espectro del comunismo rondaba a Estados Unidos y el gobierno temía que los negros, el sector más explosivo y explotado del país, tomaran la delantera en este movimiento.

Los zigzags estalinistas en Estados Unidos

Pero esto cambió, fundamentalmente con la política de Stalin en la década de 1930. En 1928, la política de la Komintern[1] para los negros en los Estados Unidos estaba basada en la caracterización de que ellos eran una “minoría nacional”; a partir de ahí pasaron a defender que deberían constituir un “Estado independiente”, una rama de la política de “autodeterminación” defendida por Lenin, en lo que se convertiría en el “Cinturón Negro” o “Black Belt”[2], una franja de territorio en el Sur, conocida por su suelo rico y oscuro, que se extendía desde Virginia hasta Texas. La mayoría de los negros no emprendieron esta lucha, ya que estaban más preocupados por conquistar derechos dentro de la sociedad estadounidense.

Fue durante este mismo período que se produjo el “gran éxodo”, con miles de trabajadores negros desplazándose hacia las áreas industrializadas del Norte, que necesitaba mano de obra. Más aún cuando en el Sur imperaba el racismo más nefasto, impuesto por la ley Jim Crow y por los linchamientos, con los negros expulsados ​​de la tierra y de los trabajos. La burguesía estadounidense construyó un sistema de violencia racial y segregación proyectado para explotar a negros y blancos, pero que golpeaba con especial brutalidad y más eficacia a los negros del Sur del país.

Como resultado, en la década de 1920, alrededor de un millón de afroamericanos abandonaron el Sur. Entre 1916 y 1970, seis millones se mudaron del Sur rural hacia las ciudades del Norte, el Medio Oeste y el Oeste. La población negra de las principales ciudades del norte creció en grandes porcentajes: Nueva York (66 %), Chicago (148 %), Filadelfia (500 %) y Detroit (611 %).

Marcus Garvey

Es en este contexto que el jamaiquino Marcus Garvey construyó su movimiento y desarrolló su Asociación Universal para el Progreso del Negro y la Liga de las Comunidades Africanas (Universal Negro Improvement Association and African Communities League – UNIA). Fundada en 1914, la UNIA se convirtió en la organización negra más grande de los Estados Unidos en la época, pero así como creció vertiginosamente, colapsó rápidamente.

 

Bajo los lemas “¡Un Dios! ¡Un objetivo! ¡Un destino!» y “¡África para los africanos, en casa y en el extranjero!”, la UNIA llegó a tener más de un millón de miembros afiliados en alrededor de mil sucursales repartidas en más de cuarenta países. A través de UNIA, Garvey se autoproclamó “presidente provisorio de África”.

Al principio, Garvey adoptó posiciones simpáticas a la Revolución Rusa para atraer a negros de la clase trabajadora, y, luego, maduró su nacionalismo negro en concepciones que resultaron en la defensa de la pureza racial de los negros y en el odio al marxismo y el comunismo. Entre los objetivos de la UNIA estaban establecer una Confraternidad Universal de la raza negra, promover el orgullo y el amor, y ayudar a civilizar a las tribus atrasadas de África. Para lograr estos objetivos, sorprendentemente, Garvey buscó el apoyo de los países europeos, especialmente de Inglaterra. Así lo atestigua su carta al Secretario de Estado británico para las colonias, fechada el 16 de setiembre de 1914, en la que aboga por la victoria del ejército británico en África y en Europa “contra los enemigos de la paz y de la civilización futura”, y finalizaba deseando larga vida al rey y al imperio.

En el libro Black Liberation and Socialism [Liberación Negra y Socialismo], Ahmed Shawki cuenta que Garvey “comenzó a identificar a los supremacistas blancos como los únicos verdaderos amigos de los negros, porque ellos entendían la necesidad de la pureza racial”. En 1937, Garvey dio una entrevista diciendo que Mussolini y Hitler habían copiado el programa político de su Asociación Universal para el Progreso del Negro, de nacionalismo agresivo para el hombre negro en África.

Garvey defendía la pureza racial negra y una lucha pura y simple de negros contra blancos porque ignoraba por completo dos componentes fundamentales en esta ecuación: las clases sociales y el capitalismo. Pero Garvey lo ignoraba conscientemente puesto que para él “el capitalismo [era] necesario para el progreso del mundo, y aquellos que sin razón o desenfrenadamente se oponen o luchan contra él son enemigos del progreso humano”. Así, se convertía en el gran precursor dentro del movimiento negro de la defensa del capitalismo, el mismo sistema económico responsable por secuestrar, traficar, esclavizar, torturar y asesinar a nuestros antepasados negros venidos de África.

Pero a pesar del apoyo masivo que recibió, para la mayoría de los negros esta propuesta fue vista como segregacionista, ya que no combatía la segregación blanca, y en cierto modo liberaba a la burguesía blanca dominante de las demandas de la mayoría de la población negra. Al mismo tiempo, presentaba la utopía de que los negros podían tener condiciones de vida satisfactorias dentro del sistema capitalista e incluso enriquecerse.

George Padmore plantea la hipótesis de que el estalinismo presentó la política del “Cinturón Negro” solo para la disputa de la vanguardia con Garvey y su “Regreso a África”, presentando en contraposición una “República Negra” ahí mismo, dentro de Estados Unidos, pero que no tenía nada que ver con la realidad de los negros. Para él fue una teoría elaborada para justificar la fórmula estalinista, que fue impuesta al partido norteamericano[3].

A inicios de la década de 1930, el aumento de la crisis económica y del desempleo, que oficialmente llegó a 30% pero entre los negros, en algunas ciudades, llegó a 40% e incluso a más de 50%, hizo que los comunistas abandonaran la política de Cinturón Negro y asumiesen la lucha por los derechos civiles, laborales y humanos, contra el terror de Estado blanco y por el fin de los linchamientos. En unidad de acción, comenzaron a realizar manifestaciones con la Asociación Nacional para el Avance de las Personas de Color (NAACP), que era más conservadora y precapitalista. Actos que a menudo llevaron a enfrentamientos con la policía y con los miembros del KKK, con los manifestantes autodefendiéndose[4].

Las huelgas dieron un salto en 1934 y alcanzaron su punto máximo en 1937. Con ellas, hubo un crecimiento en la organización sindical, que se triplicó en número de afiliados entre 1934 y 1938. Los trabajadores negros eran una parte significativa de este proceso, particularmente entre los mineros, siderúrgicos y estibadores, obligados a aceptar los peores trabajos con los salarios más bajos. Se formaron organizaciones de desocupados que realizaron acciones en defensa del empleo, pero también en defensa de los inquilinos contra los desalojos y manifestaciones por el seguro de desempleo. El Partido Comunista participó en todo este proceso de movilización y reorganización en constante oposición al gobierno norteamericano y, como resultado, tuvo un crecimiento importante.

El PCUSA formó la “League to Fight for the Rights of Blacks” [Liga de Lucha por los Derechos de los Negros][5], que cobró notoriedad en la lucha de los “Scottsboro Boys” (nueve hombres negros condenados a muerte en 1931, acusados ​​de una violación que no cometieron, en Alabama). Si bien la NAACP, intimidada, inicialmente se mantuvo distante del caso, luego intentó asumirlo, con un abordaje más moderado. Junto con esto, los comunistas hacían campaña anti-linchamiento, en defensa de los derechos civiles contra la brutalidad policial y la legislación Jim Crow, asociados a la Defensa Internacional del Trabajo[6] (ILD)[7], y también organizaban escuadrones negros de autodefensa, con ex militares.

Pero, desde 1933, cuando el presidente Franklin Delano Roosevelt reconoció a la Unión Soviética – el mismo año de la victoria de Hitler en las elecciones alemanas – los estalinistas estadounidenses suavizaron sus críticas a Roosevelt y a los demócratas en general y, en la Cuestión Negra, en particular.[8]

Ahora, el PCUSA comenzaba a priorizar las alianzas con los supuestos burgueses progresistas. En los Estados Unidos, apoyaron el New Deal. Y Roosevelt, que un día fue considerado un “socialfascista”, al día siguiente se convirtió en el “antifascista más prominente dentro de las democracias capitalistas”. Earl Browder[9] llegó a declarar que fue el presidente que más “aplicó los derechos de los negros”. Al mismo tiempo, el Partido Demócrata se recusaba a apoyar una legislación contra los linchamientos o acabar con la ley Jim Crow[10].

Desde el punto de vista sindical, el PCUSA se alió con Robert Lewis y a la burocracia del CIO, aceptando que algunos sindicatos no incluyesen cláusulas contra la discriminación racial. Al mismo tiempo, el PCUSA comenzó a disolver sus facciones dentro del UAW y a abandonar su rol de liderazgo, para hacer categórico que estaba alineado con el New Deal. En 1936, a través de la Non-Partisan Labor League (Liga No Partidaria del Trabajo – LNPL), apoyó la reelección de Roosevelt. A medida que Lewis y los demócratas desarrollaban una política que servía para destruir cualquier posibilidad de construir un partido laborista independiente que unificase las organizaciones que estaban surgiendo en varios Estados del Medio Oeste y en ciudades industriales del Norte. Además, el PCUSA desistió de cualquier propaganda independiente del socialismo revolucionario y, más aún, abandonó cualquier crítica abierta a sus aliados “capitalistas democráticos”. “La Plataforma Electoral Comunista, 1936” abandonó por completo y sin explicación la caracterización de que Roosevelt era un “protofascista”.

Luego, disolvieron sumariamente la “Liga de Lucha por los Derechos de los Negros” (LSNR), que era la principal organización de derechos civiles del partido en la lucha por los derechos de los negros. Sus miembros fueron obligados a unirse a la conservadora NAACP, que priorizaba los movimientos superestructurales y conseguir algunas reformas.

Sus zigzags no se detuvieron allí y desmoralizaron a la militancia y redujeron la influencia de la organización.

Como reemplazo del LSNR, los estalinistas formaron el Congreso Nacional Negro (NNC), con un trasfondo menos proletario y basado principalmente en funcionarios sindicales, intelectuales y políticos negros, y con su centro en cabildear [hacer lobby] y presionar en el Congreso por nuevas leyes.

Cuando en 1939 se firmó el pacto entre Hitler y Stalin, el Tratado Molotov-Ribbentrop, el PCUSA volvió a cambiar de posición, pasó a oponerse a Roosevelt, denunció la “guerra interimperialista”, propuso a los negros mantenerse al margen de este conflicto, con el NNC exigiendo incluso que el gobierno norteamericano no ayudase a los países que resistían los ataques nazis.[11]

Luego, cuando Hitler invadió la URSS en junio de 1941, el NNC abandonó su campaña antiguerra y llamó a los trabajadores negros a apoyar a Rusia, sumándose al ejército y al esfuerzo bélico.

Su apoyo al esfuerzo bélico incluía no realizar huelgas en tiempo de guerra ni oponerse a nada que comprometiera la unidad antifascista dentro de los Estados Unidos. Al punto que, cuando Philip Randolph, un sindicalista reformista negro, A.J. Muste y Bayard Rustin convocaron una marcha en Washington, en 1941, con el objetivo de reforzar la lucha de los trabajadores negros y conquistar algunas reivindicaciones laborales, el PCUSA estuvo en contra y atacó a sus organizadores.

Las principales demandas de la Marcha eran el fin de la segregación en las fuerzas armadas y la igualdad de acceso a empleos en la industria de defensa nacional para hombres y mujeres negros, que habitualmente les eran negados.

Pero poco después, junto con el propio Randolph, saludaron y apoyaron la Orden 8802 decretada por Roosevelt, para aumentar la producción de las fábricas. Aclamándola como responsable de desterrar la «discriminación en las industrias de defensa». Mientras Randolph era denunciado por los sindicalistas más combativos por tenerla desmarcada, solo con el visto bueno de la propuesta del gobierno y exigían que fuese mantenida para lograr allí mejores condiciones laborales y mayores salarios.

Bayard Rustin, un fascinante líder político negro del movimiento en los Estados Unidos, fundador del Congreso por la Igualdad Racial (CORE [12]), quien por ser abiertamente homosexual fue discriminado y siempre trabajó tras bambalinas, fue miembro de la Liga de la Juventud Comunista “por el hecho de que los comunistas eran prácticamente el único partido político en la década de 1930 que se oponía totalmente a la segregación”[13]. Pero abandonó el partido en junio de 1941, después de que la invasión nazi de la Unión Soviética llevó al partido, en nombre de construir la oposición al fascismo, a abandonar la lucha por las cuestiones de justicia racial. Durante la guerra fue arrestado por negarse a comparecer ante la junta de reclutamiento como objetor de conciencia, y cumplió 26 meses de prisión. En el interior del penal realizó protestas contra la segregación y la homofobia. Después de su liberación, volvió a prisión otras veces, por luchar contra el dominio colonial en India y África[14].

Además, el PCUSA apoyó la Orden Ejecutiva 9066 de Roosevelt, firmada en enero de 1942, que otorgaba plenos poderes al Ejército contra los «extranjeros enemigos» y que resultó en el encarcelamiento de miles de trabajadores japoneses y asiáticos en campos de concentración en todo Estados Unidos.

Tras el apoyo a Roosevelt, el PCUSA apoyó una propuesta en 1944 para militarizar algunos lugares de trabajo, pero retrocedió cuando el resto del consejo ejecutivo del CIO reaccionó furiosamente a la medida. Al final de la guerra, siguiendo los pasos de Stalin que ordenó la disolución de la Tercera Internacional en 1943 como muestra de buena voluntad con el imperialismo europeo y estadounidense, el PCUSA disolvió el Congreso Nacional Negro, en 1947.

El Partido Demócrata y el New Deal no cumplieron un papel progresivo. Tampoco Roosevelt, cuando asumió la presidencia en 1933, fue un reformador social. Los demócratas eran el principal partido de los propietarios de esclavos del sur y de los especuladores de tierras y transportes del norte, tratando de adoptar otra fachada para ganar las elecciones en el norte, mientras en el sur seguían siendo el partido de los estancieros, de la segregación racial, de los linchamientos y de la ley “Jim Crow”.

Sin embargo, el apoyo de los estalinistas al Partido Demócrata lo ayudó mucho a mantenerse en el poder en una época convulsa en Estados Unidos; esto se hizo porque subordinaron sus políticas nacionales y la lucha por las reivindicaciones de los trabajadores y de todos los sectores oprimidos a las necesidades de la burocracia del Kremlin, una política implementada por la Komintern en todo el mundo.

Lo que solo refuerza la conclusión de que los estalinistas del PCUS abandonaron la “Cuestión Negra” y la lucha por los derechos de los negros norteamericanos al servicio de los intereses de la burocracia soviética.

Notas:

[1] Ya bajo el control de Stalin, en este momento con la teoría-política del “Tercer Periodo”.

[2] Cinturón Negro.

[3] “This was marxista sociology tirned upside down” [“Esta era la sociología marxista al revés”] en: ¿Panafricanismo o comunismo?, p. 306.

[4] Howe, I. y Coser, L., The American Communist Party: A Critical History [El Partido Comunista Estadounidense: Una Historia Crítica. Nueva York: Da Capo Press, 1974. PDF

[5] League of Struggle for Negro Rights [Liga de Lucha por los Derechos de los Negros].

[6] International Labor Defense [ILD].

[7] Sección estadounidense de la red International Red Aid [Ayuda Roja Internacional], que había defendido a Sacco y Vanzetti en la década de 1920.

[8] George Padmore, ¿Panafricanismo o Comunismo?

[9] Secretario General del CPUSA.

[10] Durante el régimen de Roosevelt, las células del Partido Comunista estaban bien “atrincheradas” en todas las organizaciones gubernamentales de empleo y asistencia social creadas bajo el programa New Deal, en: George Padmore ¿Panafricanismo o comunismo?, p. 307.

[11] George Padmore, ¿Panafricanismo o comunismo?

[12] Una organización pacifista defensora de los derechos civiles de los negros.

[13] John D’Emilio en su biografía, «Lost Prophet: The life and times of Bayard Rustin» [“Profeta Perdido: La vida y la época de Bayard Rustin”].

[14] Según el portal “Black Past”, Bayard fue arrestado cerca de 23 veces a lo largo de su vida. (blackpast.org/african-american-history/Rustin-Bayard)

Traducción: Natalia Estrada.

Lea también