Sáb Jul 27, 2024
27 julio, 2024

Estalinismo y Panafricanismo – Parte II

Este es el segundo texto de una serie de artículos que estamos publicando para combatir la ideología que busca poner un signo igual entre el estalinismo, el marxismo y el panafricanismo, como intentan hacer los neostalinistas. En este segundo artículo, retomaremos lo que llevó a la ruptura de George Padmore con el estalinismo, la celebración del V Congreso Panafricano, los puntos de acuerdo entre el panafricanismo y el marxismo, sus diferencias y lo que consideramos sus mayores errores.

Por: Asdrúbal Barboza

Stalin lleva al Komintern a abandonar la lucha por la independencia colonial

Al romper con el estalinismo, George Padmore se transformó en el representante más importante de todo un sector de la vanguardia negra mundial que rompió con esta corriente debido a sus traiciones, fruto del abandono de la “Cuestión Negra”, en la perspectiva en que habían sido construidas por Marx, Engels y Lenin.

Desafortunadamente, al llevar a cabo esta ruptura progresista, Padmore se acercó a ideas y propuestas panafricanistas que no hacían una delimitación categórica de clase y que mantenían expectativas en la política imperialista. En su libro Pan-africanism or Communism?, publicado en 1954, Padmore explica estas posiciones.

Por un lado, su objetivo era demostrar la política criminal de la Komintern, que, en esa época, tenía como principal dirigente a Georgi Dimitrov, fiel discípulo de Stalin. Tomó una posición diferente a la de algunos escritores como Hakim Adi, quien consideraba que las diferencias eran solo circunstanciales, particularmente con las organizaciones que sufráin más presión del imperialismo, como los PC francés y británico, y que eran criticados por la inactividad y por no exigir abiertamente la independencia de las colonias[1] . Para Padmore, la posición de estos partidos era parte de la política general estalinista de abandonar la lucha colonial.

En su libro, Padmore comienza reivindicando las posiciones leninistas aprobadas en los primeros congresos de la Tercera Internacional, incluso cita como ejemplo positivo las 21 condiciones para la admisión de los partidos en la Internacional, así como la obra de Lenin, El imperialismo, fase superior del capitalismo[2] ”. Principalmente en lo que se refiere a caracterizaciones sobre ​​la internacionalización y exportación de capitales, la formación de los monopolios, y la transformación de países y continentes en economías dependientes de los países imperialistas[3], entre otros conceptos. Para él, el marxismo era un aliado en la “Cuestión Nacional y Colonial”, siendo esta un “arma táctica[4]  fundamental para el crecimiento del comunismo en los países “atrasados y poco desarrollados, poblados en gran parte por razas de color.[5]

A partir de allí, criticó el giro dado por la Internacional y los partidos en la década de 1930, que constituyó el abandono de la lucha por la independencia colonial, debido a la subordinación a la política estalinista de “socialismo en un solo país” y “coexistencia pacífica”. En concreto, denunció la deserción de los comunistas británicos e indianos de la lucha por la liberación nacional de la India, que pasó a ser liderada por el Partido del Congreso, además de no cumplir un papel relevante en la lucha del Pakistán y Ceilán [hoy Sri Lanka]. Así como la actitud de los comunistas franceses de debilitar la “Liga Contra el Imperialismo”, que tenía una penetración y una organización mucho mayor que la británica[6], lo que se tradujo en poca actuación en los movimientos nacionalistas de Argelia, Túnez y Marruecos, que en general se desarrollaron de forma autónoma y entraron en conflicto con la política comunista subordinada al partido francés.[7] En África negra, esto se reflejó en la poca actuación en los procesos independentistas del Sudán, Costa del Oro [costa occidental del Golfo de Guinea, ndt.] y Nigeria. En Sudáfrica, Padmore creía que si la Komintern “hubiese permitido al partido sudafricano más libertad, afirmase su iniciativa y se desarrollase de acuerdo con las condiciones locales, se habría convertido en una fuerza real entre los bantúes ”.

Padmore concluyó que la política estalinista «que, hasta la liquidación de la Internacional Comunista en 1943 dictaba las políticas de los partidos extranjeros» ponía sus intereses «en primer lugar y los del propio país (colonial) en último lugar».[8]

Una visión bastante diferente de la presentada en el libro de Hakim Adi de que “la perspectiva panafricanista de la Komintern creó condiciones para el nuevo panafricanismo de influencia marxista durante la década de 1930 y tal vez haya alcanzado su apogeo con la convocatoria del Congreso Panafricano de Manchester en 1945 (…) Quizás lo más importante es que la Komintern reforzó poderosamente la visión internacionalista y la perspectiva revolucionaria en el movimiento panafricano (…)”.[9]

Por otro lado, al establecer esta ruptura, Padmore comenzó a propagar la idea de que si los movimientos de independencia africanos no estuviesen vinculados a la URSS y tampoco tuviesen una estrategia comunista, él podría reunir apoyo y aliados para la causa independentista negra entre los sectores “progresistas” de los países imperialistas.

Al final, Padmore pasó a defender que la política estalinista solo podía ser combatida por el panafricanismo, así como el tribalismo, a pesar de que el comunismo no era una amenaza inmediata:

«La única fuerza que puede combatir este peligro con eficacia es el panafricanismo, que propugna la formación de partidos políticos nacionales de base democrática sobre bases no tribales y no regionales. El mejor ejemplo de una organización no regional y no tribal en África es hoy la Convención del Pueblo en Costa del Oro (…) en nuestra lucha por la libertad nacional, por la dignidad humana y por la redención social, el panafricanismo ofrece una alternativa ideológica al comunismo por un lado y tribalismo por el otro. Rechaza tanto el racismo blanco como el chovinismo negro. Aboga por la coexistencia racial, basada en la igualdad absoluta y el respeto por la personalidad humana. El panafricanismo mira por encima de los estrechos límites de clase, raza, tribu y religión. En otras palabras, quiere igualdad de oportunidades para todos. Su perspectiva abarca la federación de países autónomos regionales y su amalgama final en un Estado Unido de África”.[10]

El V Congreso Panafricano

Al entender que “los negros eran arrojados a los lobos[11] , Padmore evolucionó hacia las posiciones policlasistas del panafricanismo, abandonando el criterio de clase que él mismo había defendido hasta la década de 1930.[12] El centro de su política pasó a ser la lucha por la construcción de un “frente antiimperialista de los pueblos”, con nacionalistas y reformistas[13]. Participó de la fundación de la Federación Panafricana (PAF) en 1944, en Manchester, y organizó el V Congreso Panafricano, en 1945.

Este Congreso representó un profundo cambio político en el movimiento panafricano, considerado el más significativo de todos los congresos desde la Conferencia de Londres de 1900. Fue diferente tanto en su composición social como en las resoluciones adoptadas.

Por primera vez, los delegados eran representantes de organizaciones sindicales internacionales, como la Federación Sindical Mundial, y dirigentes sindicales del Caribe y África. Además de la presencia de cuadros africanos como Azikiwe Nandi[14], Jomo Kenyatta y Kwame Nkrumah, DuBois fue el único afroamericano presente.

Podemos decir que el Congreso instauró un “nuevo tipo” de panafricanismo, antiimperialista e internacionalista, con una perspectiva anticapitalista pero, de contenido, con posiciones socialdemócratas y reformistas: buscando basarse en las masas populares de las colonias, viéndolas como la fuerza principal en la lucha anticolonial, a pesar de no dar una delimitación de clase, y adoptando un entendimiento policlasista en la perspectiva de la toma del poder. Antes prevalecían las posiciones políticas de Garvey y DuBois, que daban más peso al contenido racial que al carácter político y antiimperialista de las reivindicaciones. Los elementos progresivos de las deliberaciones del Quinto Congreso fueron adoptados a partir de las intervenciones de Padmore y Nkrumah.

El manifiesto final salió con la determinación de los pueblos africanos de luchar por su independencia y libertad, denunciando los monopolios capitalistas. Exigía concretamente la independencia inmediata de las colonias francesas y británicas en África Occidental, Sudán, Norte de África (Argelia, Túnez y Marruecos) y de Libia con relación a Italia. También defendía las reformas constitucionales en todos los países, los derechos civiles para todos los indígenas y la abolición de la discriminación racial.

Así como se pronunció por la retirada de las tropas británicas de Egipto y por el fin de la discriminación racista en Sudáfrica, también apoyó la lucha por los derechos civiles de los afrodescendientes norteamericanos en Estados Unidos, al exigir el cumplimiento de la “Carta del Atlántico” para África. También incorporó la lucha por el sufragio universal y la conquista de la democracia con pluripartidismo y la libertad de prensa y el fin de la represión contra los movimientos sociales.

El V Congreso también rompe con el pacifismo y admite el uso de la fuerza y ​​la autodefensa para la conquista de la independencia colonial. Finalmente, transfiriendo el foco para la actuación de la lucha anticolonial para el continente africano y no solamente en el continente europeo.

Tras el Congreso, Nkrumah lanza su libro “Towards Colonial Freedom”, en el que rechaza la “misión civilizadora” del imperialismo británico y retoma la Costa del Oro (Ghana) en 1947, donde fue encarcelado. En 1957, el país conquista su independencia con Nkrumah como primer ministro, Padmore se une a él nuevamente en ese año para organizar desde Accra la lucha panafricanista.

Errores y diferencias del panafricanismo

Algunos autores consideran difícil dar una definición clara y precisa de panafricanismo. Pero esto puede aplicarse a todas las corrientes de pensamiento, incluido el “marxismo”, por todas las diferencias de abordaje e interpretaciones que presentan diversos autores y corrientes políticas.

No obstante, podemos establecer que la esencia de este pensamiento político parte de la lucha por la unidad y liberación de África, contra el colonialismo, contra la esclavitud, y con la lucha por la necesidad de la unidad africana. Ahí radica también su gran debilidad, pues considera que todos los africanos, del continente o de la diáspora, están unidos en la lucha junto a todos los pueblos oprimidos y explotados. Este, de hecho, es el punto de encuentro entre el panafricanismo y el estalinismo, que por caminos diferentes concluyeron por abandonar la política de independencia de la clase trabajadora frente a sectores de la burguesía y descartaron la centralidad de la clase obrera como sujeto social de la revolución, creyendo en una comunidad “pan-negra”, sintetizada en la formulación “una raza, un pueblo”.

Su otro error es crear expectativas de que las potencias imperialistas puedan tener algún tipo de actitud progresiva frente a la lucha independentista, cuando es exactamente lo contrario: son sus mayores y más peligrosos enemigos, ya que sobreviven gracias a esta explotación colonial.

Ciertamente, hay puntos de contacto y confluencias entre el marxismo y el panafricanismo, como la condena del racismo y a la esclavitud negra; la necesidad de liberar a África del colonialismo imperialista y de construir gobiernos autónomos africanos en las naciones africanas. Pero, para los marxistas revolucionarios estos gobiernos deben ser constituidos por miembros de la clase trabajadora negra, independiente de los sectores burgueses africanos negros y de cualquier alianza o expectativa de concesiones de los países imperialistas.

Desde el punto de vista práctico, la creencia en la posibilidad de estas alianzas policlasistas y la subestimación de la posibilidad de una intervención imperialista[15] en defensa de sus intereses llevaron a Nkrumah[16] a ser derrocado del gobierno, en 1966, por las mismas fuerzas sociales que promovieron los asesinatos de Patrice Lumumba en 1961 y de Thomas Sankara en 1987.

Mientras tanto, el accionar del estalinismo y del gobierno de Moscú fue fundamental para impulsar la degeneración y transformación de organizaciones que en un principio cumplieron un papel progresivo o revolucionario, y se convirtieron en organizaciones burguesas proimperialistas, asociadas a todo lo peor que hay en la política mundial. Es el caso del MPLA en Angola, del Frelimo en Mozambique, del PC y el CNA en Sudáfrica, del PAIGC en Guinea, de la SWAPO en Namibia y del Zanu-PF en Zimbabue. Tema este que tocaremos más adelante.

En el próximo artículo abordaremos los zigzags estalinistas en su política en los Estados Unidos.

[1] Pan-africanism, a History [Panafricanismo, una historia], capítulo 4.

[2] Editor global.

[3] Pan-africanism or Communism? [Panafricanismo o comunismo?]

[4] “As a tactical weapon of capital importance” [Como arma táctica de capital importancia].

[5] “This neo-marxism was allied with the National and Colonial Question as a tatical weapon of capital importance in the advancement of Communism in backward and undeveloped countries populated largely by coloured race” [“Este neomarxismo se alió con la Cuestión Nacional y Colonial como un arma táctica de capital importancia en el avance del comunismo en países atrasados ​​y subdesarrollados poblados en gran parte por raza de color”] (p. 301).

[6] George Padmore, Pan-Africanism or Communism?

[7] Ídem.

[8] Ídem.

[9] Pan-africanism, a History.

[10] George Padmore, Pan-Africanism or Communism?

[11]  Hakim Adi,  Pan-africanism and Communism : The Communist International, Africa and the Diaspora, 1919-1939

[12] Véase, George Padmore, “La vida y la lucha de los trabajadores negros”.

[13] Berber Jin, George Padmore’s african revolution: reviving marxist-leninism in the pan-african tradition [La revolución africana de George Padmore: revivir el marxismo-leninismo en la tradición panafricana].

[14] Primer presidente de Nigeria, entre 1963 y 1966.

[15]  Los países imperialistas no podían sobrevivir sin la explotación colonial y para eso necesitaban gobiernos títeres y corruptos, sus aliados en estos países, y así actuaron en el Zaire (antiguo Congo Belga) para derrocar a Patrice Lumumba.

[16] Antes había habido una dictadura en Ghana, en 1964, que comenzó a atacar los derechos de los trabajadores y perdió totalmente su base popular.

Traducción: Natalia Estrada.

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