Jue Abr 25, 2024
25 abril, 2024

Victoria de Convergencia: triunfo del movimiento estudiantil independiente y combativo

El triunfo de Convergencia abre el camino para articular un movimiento estudiantil activo que defienda la educación pública frente a los recortes presupuestarios.
 

Después de un mes de campaña electoral en el que se tuvo que llegar hasta la segunda ronda para definir al ganador, el grupo Convergencia triunfó en la elección del Directorio de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica (FEUCR), logrando el 52% de los votos emitidos frente al 48% del hasta ahora oficialista partido Progre.

 

La conformación de Convergencia se gestó durante todo el año en diversos espacios del movimiento estudiantil, entre los que destacan el EMU (Encuentro de Mujeres Universitarias) y el CEU (Congreso Estudiantil Universitario); en ambos participaron de lleno nuestros activistas y a partir de dichos espacios se fueron articulando los ejes programáticos que Convergencia llevaría al proceso electoral y con las cuales salió vencedor. Desde el CEU se planteó la necesidad de renegociar el FEES,  movilizarse por la causa Chilena, luchar por la reforma al reglamento de becas, priorizar la única obrero-estudiantil, entre otras; muchas de estas propuestas se perdieron en las votaciones del congreso, pero desde ese momento se mostraba cuáles eran las orientaciones de una política consecuente para el conjunto de la universidad. Fueron esos ejes los que Convergencia fue a plantear en las pasadas por aulas, los debates y demás espacios propios de la campaña electoral. A lo largo de todo este proceso no se tuvo ningún reparo en mostrar la realidad al estudiantado: la necesidad de su organización independiente de la administración universitaria para hacerle frente a los recortes y al deterioro generalizado a nuestras condiciones de estudio.

Por otra parte, esta elección puso en evidencia el desgaste de Progre, agrupación que estuvo al frente de la FEUCR el periodo anterior. Dicho desgaste se produjo por su modo de trabajo clientelar y conciliador, al mejor estilo politiquero del PAC, PLN o ML. Esto quedó más que demostrado en la entrevista realizada por el diario digital El País a Mariano Salas, quien buscaba su reelección como presidente: «No hemos valorado que sea necesario salir a las calles», asegura Mariano Salas.[1] Solo presentamos el título de una entrevista que, “de cabo a rabo”, revela el accionar Progre: mientras que los estudiantes sabemos que durante este año sí ha habido razones para movilizarse, para no permitir que se cargue sobre nuestros hombros y los de la clase trabajadora la crisis económica mundial, la cabeza del Movimiento Estudiantil de la UCR desdeña las medidas de presión con las que históricamente hemos logrado inmensos triunfos y opta por la desmovilización y el diálogo con el gobierno y las autoridades universitarias. Un ejemplo de eso lo vemos en el manejo burocrático que se hizo a lo interno de la Universidad con la eliminación de la matrícula de ampliación; en el plano nacional, vemos que durante la huelga del sector salud ante la crisis de la  CCSS la FEUCR tuvo un escueto pronunciamiento de dos párrafos y no convocó a movilizarse; esta misma actitud prevaleció con respecto al Plan Fiscal, en donde duró más de dos meses estudiándolo sin siquiera sacar un pronunciamiento al respecto.

Por eso es que desde Convergencia dos de los pilares de campaña fueron la defensa de la movilización como instrumento de lucha para no permitir los recortes en la educación pública y el método asambleario para reorganizar democráticamente y por la base al movimiento estudiantil; resulta inconcebible que durante todo un año de gestión, Progre no pasara por una sola aula promoviendo la vinculación efectiva con el estudiantado o para organizar un espacio más amplio que el de las comisiones de FEUCR o el mismo directorio.

La juventud a nivel internacional es quien lidera los procesos de movilizaciones que están poniendo en jaque a regímenes que contaban con muchos años de estabilidad, como el caso de Egipto, Túnez o Libia; en Chile la lucha por la educación pública es la punta de lanza de todo un proceso de resistencia encabezado por la consigna de la unidad obrero-estudiantil, mientras que en Europa los indignados, esos jóvenes que  frente a un futuro incierto por la falta de empleo o la precarización de sus condiciones de vida decidieron movilizarse, nos muestran el camino. Todos estos movimientos fueron precisamente los que Convergencia reivindicó durante este proceso electoral. Ya en nuestro país el movimiento estudiantil de la Universidad Nacional nos daba un ejemplo de verdadera democracia y combatividad al votar en su Congreso la renegociación del convenio FEES como la única salida posible para enfrentar los recortes en las becas. Infelizmente en la UCR, mientras los estudiantes se quedan sin becas y sin infraestructura adecuada, para estas elecciones los Progres repartían felicidad, flores y condones en las aulas, con un discurso sin ningún contenido político. Desde Convergencia hicimos precisamente lo contrario: nos dedicamos a explicar pacientemente por qué hay que plantear la renegociación del FEES, cuáles han sido concretamente los recortes a nuestras condiciones de estudio y la urgencia de reorganizar al estudiantado frente a estos. Los resultados electorales mostraron qué tipo de política quiere el estudiantado de la UCR.
 
Los retos que enfrentamos a la cabeza del directorio del FEUCR son muchos, pero el principal es la articulación de un movimiento estudiantil nacional que de conjunto se organice contra los recortes contemplados en el FEES. Por eso resulta urgente la convocatoria  a un nuevo Encuentro Nacional de Estudiantes donde se pueda obtener una coordinación más eficaz y dinámica de todo el activismo estudiantil. Ya las y los estudiantes de la UCR dieron su apoyo a Convergencia para asumir esta tarea y defender la educación pública de manera que no nos tiemble la mano para denunciar a la rectoría cuando nos venda como en el último FEES; que tampoco nos intimide movilizarnos contra el gobierno y sus planes de pasarle la crisis a los sectores más pobres de este país y que nos organicemos en asambleas amplias y democráticas para que las decisiones las tomemos todas y todos. Creemos que solo de esta forma se podrá articular un movimiento estudiantil activo que defienda una educación pública, democrática y de calidad.

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