Vie Mar 29, 2024
29 marzo, 2024

Vera: obrera, mujer, negra y socialista

Una precandidatura revolucionaria a la Presidencia

Vivimos una crisis de proporciones sin precedentes en el país. A la crisis capitalista se ha sumado la pandemia y, ahora, el impacto del aumento de los combustibles y del gas para cocinar nos empeorará aún más la vida. Estamos en una situación en la que más de la mitad de la fuerza de trabajo no tiene empleo, la mitad de la población sobrevive con algún tipo de restricción alimentaria y la inflación estallará, golpeando principalmente en los alimentos y, por tanto, a las familias más pobres.

Por: Redacción PSTU Brasil

El desempleo arroja a millones a la miseria y a millones más al trabajo precario, los empleos “uberizados”, de superexplotación y sin ningún tipo de derechos. Para la juventud trabajadora no hay perspectiva de un futuro mejor, solo la lucha por la supervivencia en un servicio precarizado.

Las escenas de barbarie son cada vez más frecuentes, reflejo de un país y una sociedad en retroceso y desagregación. Las escenas del brutal asesinato del congoleño Moïse Kabagambe se repiten a diario en las periferias contra el pueblo pobre y negro. Las familias en busca de restos de comida ya forman parte del paisaje de los grandes centros urbanos.

Enfrentar a los súper ricos

Para enfrentar el desempleo, la sobreexplotación y el trabajo precario, es necesario revocar de verdad la reforma laboral. Esta no solo no generó los 6 millones de empleos prometidos, sino que provocó más desempleo y aumento de la precariedad. Es necesario garantizar plenos derechos y salarios justos a los trabajadores de aplicativos, además de terminar con la ley de tercerización, esa maniobra para explotar aún más al trabajador y rebajar aún más los salarios y los derechos.

Incluso es necesario revocar la reforma de la previsión social, porque, además de confiscar parte de las ya miserables pensiones, obliga al trabajador a permanecer en el mercado aún más tiempo, ocupando un puesto de trabajo de los que van llegando y aumentando el desempleo.

Ahora, incluso para solucionar el desempleo, es necesario reducir la jornada laboral a 36 horas semanales, sin reducir salarios, abriendo nuevos turnos y absorbiendo a los hombres y mujeres que están sin trabajo. Poner en práctica un plan de obras públicas que, al mismo tiempo, garantice el empleo y aborde problemas estructurales como la vivienda y el saneamiento básico.

Para hacer esto, solo hay una forma: enfrentar a los súper ricos, multimillonarios, banqueros y grandes empresarios. Hay que sacar a la Petrobras de las garras de los grandes accionistas y ponerla bajo el control de los trabajadores, para que actúe según las necesidades de la población, y no en beneficio de un puñado de multimillonarios que ganan con nuestra hambre y miseria. Asimismo, reestatizar todo lo que se entregó, como Vale, bajo control de los trabajadores.

Es necesario dejar de pagar la deuda a los banqueros para invertir en salud, educación, vivienda, saneamiento y demás servicios públicos. Acabar con exenciones y subsidios millonarios a las grandes empresas y, por el contrario, apoyar los micro y pequeños negocios.

Brasil necesita una revolución social

Necesitamos un cambio radical en este país, que le dé la vuelta a esa lógica en la que nuestro trabajo se convierte en ganancias para un puñado de banqueros por ahí. Tenemos que poner la economía a trabajar de acuerdo con nuestras necesidades. Para ello es necesario avanzar en la movilización y organización de nuestra clase para la construcción de proyecto nuestro, socialista.

Para avanzar en este proyecto es necesario fortalecer la conciencia y la independencia de clase. Es al servicio de este proyecto que los revolucionarios disputan las elecciones. Lo contrario de lo que hacen hoy el PT y el PSOL. Lula se alía con Alckmin y la coalición de partidos de centro, se ata a una federación partidaria con partidos burgueses y apuesta por un proyecto de gobierno de unidad nacional junto a grandes empresarios, banqueros y agronegocio. El PSOL, por su parte, sigue al PT y también se va hacia una federación con siglas burguesas como la Rede.

De esta manera, aunque Lula/Alckmin ganen electoralmente a Bolsonaro, además de no resolver los problemas más sentido por la clase, en realidad no derrotarán al bolsonarismo y a la ultraderecha. Como hemos visto antes, en 2018, la desmoralización podría ser el mayor impulsor de la extrema derecha.

Una precandidatura al servicio de un proyecto socialista

Tenemos que hacer lo contrario de lo que hizo el PT en sus 13 años de gobierno, cuando jugó contra la conciencia de clase, convenciendo a los trabajadores de que los patrones son sus aliados y que las elecciones son el camino, no la lucha. Tenemos que fortalecer la independencia de clase, la organización de los trabajadores y un proyecto socialista y revolucionario.

Este es el sentido de la candidatura de Vera a la Presidencia. Disputar la mente y el corazón de la clase trabajadora, la juventud y el pueblo pobre en la defensa de un proyecto socialista, ya que es la única forma de derrotar a la ultraderecha y de mejorar de hecho la vida de nuestra clase. Vera es una obrera, negra y mujer, que conoce muy bien y se enfrenta a toda la explotación y opresión de esta sociedad. Pero, sobre todo, es portavoz de un proyecto socialista y revolucionario, que le dice a los trabajadores que la salida es que la propia clase luche, se organice y tome el poder en sus manos.

Artículo publicado en www.pstu.org.br, 16/3/2022.-
Traducción: Natalia Estrada.

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