Vie Mar 29, 2024
29 marzo, 2024

Unámonos desde abajo para derrotar el pacto de ajuste

Gobierno, oposición, patronales y burocracia sindical pactan para ajustarnos a los trabajadores y el pueblo.



El Gobierno de Cristina, apoyado en su pacto con la oposición patronal y las distintas alas de la burocracia sindical, continúa su brutal ataque contra las condiciones de vida de los trabajadores y sectores populares.



Los discursos y mentiras ya no alcanzan para frenar la bronca de millones frente a la política de ajuste. Es que mientras nos hablan de supuestos “precios cuidados”, de planes “progresar” para los jóvenes sin empleo ni educación digna o de índices inflacionarios que parecen sacados de otro planeta, mientras nos explican que este es un ajuste necesario para evitar males mayores, la realidad de todos los días nos muestra otra cosa.



Esa realidad dice que con la inflación y los techos salariales nos siguen robando el poder adquisitivo de nuestro salario, que nuevamente las patronales pretenden que seamos los trabajadores los que paguemos la crisis, y empiezan con despidos y suspensiones; esta es la realidad que provoca que los jóvenes no vean futuro para ellos en un país que se inunda cuando llueve o se queda sin luz cuando sube la temperatura.



Desde el Gobierno y sus aliados quieren hacernos creer que debemos aguantarnos las penurias sin hacer lío porque si no “se vendría el caos”. Pero lo que está produciendo, ¡y ahora mismo!, un verdadero caos en las condiciones de vida de millones es justamente este plan de ajuste K [Kirchner].



Lo que necesitamos es imponer medidas y una salida de fondo, al servicio de los trabajadores y el pueblo (ver páginas centrales) y, en lo inmediato, organizarnos para enfrentar el ajuste del Gobierno.
 
Un pacto para sostener
 

Si el gobierno de Cristina, luego de la contundente derrota electoral de octubre pasado, se ha podido lanzar con todo a un plan de ajuste, entrega y represión, es porque cuenta para esa tarea con el sostén del conjunto de la oposición patronal y de la burocracia sindical.



En ese pacto, la oposición y la burocracia, que se ubica políticamente junto a alguno de ellos, se comprometen a no tensar la cuerda y llevar todo al 2015 mientras dejan que el actual Gobierno haga el “trabajo sucio”: devaluación para robarnos de un saque gran parte del salario; más rebaja salarial a través de la inflación; despidos y suspensiones en numerosas empresas, que se suman al trabajo basura (en negro o tercerizado); entrega de nuestros recursos, como a Chevron con el petróleo, y hasta la tierra y el agua; cumplimiento de los pagos a los buitres de la deuda y mano dura con la represión contra los que luchan, como demuestra la condena a los petroleros de Las Heras o el procesamiento a los trabajadores de la educación de Comodoro Rivadavia y Neuquén [Patagonia], entre tantos otros.



Un ejemplo de cómo actúa este “pacto para ajustar” podemos verlo claramente frente a lo que el Gobierno llama la “paritaria testigo”: la de los trabajadores de la educación. El Gobierno quiere plantarse en un tope de 25% en cuotas para castigar aún más al ya miserable sueldo de los maestros, la dirigencia sindical de la CTERA y los gremios provinciales oficialistas intentan poner freno a la bronca en las escuelas; Caló se ofrece como “mediador” para disciplinar a sus gremios de educación. Mientras tanto, el resto de los partidos de la oposición patronal hacen silencio, y tanto Moyano como Barrionuevo [dirigentes sindicales] están demasiado ocupados en reuniones con algunos de ellos, como Massa [diputado peronista disidente], Macri [jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires], De La Sota [diputado peronista de la provincia de Córdoba] o la UCR [Unión Cívica Radical, tradicional partido burgués], por lo que ni siquiera hablan del tema, y cuando hablan se van en amagues de un paro o plan de lucha que jamás terminan convocando.

 

Transformemos la bronca en lucha



Lo que ningún pacto por arriba puede esconder es la bronca que se siente por abajo, en cada lugar de trabajo, de estudio o en el barrio, ante el aumento del hambre y la miseria, y la estrepitosa caída en las condiciones de vida que sufrimos los trabajadores. Cada aparición de la Presidente en cadena nacional hace que aumente el odio y la bronca de millones que rompen y siguen rompiendo con su apoyo al Gobierno que se presentaba como “nacional y popular”. Otro tanto sucede con los viejos burócratas sindicales, e incluso con los supuestos opositores de las variantes del PJ [peronismo], la UCR o la centroizquierda.



Pero no alcanza con la bronca, y no podemos quedarnos quietos, compañeros. Tenemos que prepararnos y transformar esa bronca en lucha para derrotar la política de ajuste y el pacto que la sustenta. Si los dirigentes no responden habrá que pasarlos por arriba, será “con los dirigentes a la cabeza, o con la cabeza de los dirigentes” como saldremos a luchar. Si ellos aíslan las luchas tendremos que coordinarlas desde abajo para enfrentar como un solo puño este plan que pretende hacernos pagar la crisis capitalista. La unidad y la lucha son el único camino para “pararles la mano” en este ajuste sin fin.

 

Organicemos la lucha desde abajo



Nada podemos esperar de los viejos y traidores dirigentes políticos y sindicales. Debemos continuar exigiendo a las centrales sindicales que rompan sus acuerdos con el Gobierno y las patronales y convoquen a luchar, pero no podemos depositar ninguna confianza en esos dirigentes; si convocan alguna medida será porque se las imponemos desde abajo. Por eso tenemos que organizarnos desde cada lugar de trabajo y estudio, desde cada barrio obrero, impulsando reuniones y asambleas para definir nuestros reclamos y discutir cómo salimos a la pelea entre todos, exigiendo en cada gremio plenarios de delegados con mandato de base, y todo tipo de iniciativas para discutir cómo defendemos lo nuestro y enfrentamos el ajuste.



En este sentido es que las distintas iniciativas convocadas por nuevas direcciones combativas (ver página 3) son un paso fundamental para avanzar en este camino. Un ejemplo de cómo prepararnos para la lucha, incluso contra las conducciones traidoras, lo están dando los trabajadores de la educación. Allí ha surgido una convocatoria donde sindicatos provinciales y seccionales opositoras a la burocracia de todo el país han llamado a coordinar el no inicio de clases el próximo 5 de marzo. Esta lucha adquiere una vital importancia para el conjunto, no solo de los docentes, por ser justamente el gremio donde el gobierno pretende poner el techo salarial que luego [intentará] aplicar para el resto de los trabajadores.

 

Todo el apoyo a los trabajadores de la educación



Si la primera tarea es apoyar y rodear de solidaridad a los que salen a luchar, esto adquiere entonces una particular importancia en relación con la lucha de los trabajadores de la educación, la cual será una lucha “testigo” para el conjunto de los trabajadores, ya que si ellos ganan estaremos rompiendo el techo salarial que el Gobierno y sus aliados quieren imponernos, pero también le estaremos propinando un duro golpe al pacto con la burocracia sindical.



De concretarse el “no inicio” para el día 5 [de marzo] debemos apoyarlo con todas nuestras fuerzas, acercándonos a cada escuela de cada barrio para hacerles sentir la solidaridad, realizando asambleas en los lugares de trabajo para expresar la solidaridad, llamando a los centros de estudiantes a ponerse al lado de los docentes apoyando la lucha que es también en defensa de la educación pública. Mientras nos preparamos para “ser todos docentes”, no dejar pasar un minuto para continuar organizándonos en todos lados.



Desde el PSTU pondremos todas nuestras fuerzas al servicio de esta pelea; te invitamos a sumarte para darla juntos.



Artículo publicado en Avanzada Socialista n. 61, 19 de febrero de 2014.

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