El gobierno de Temer fue derrotado en aquello que era su prioridad: la reforma de la Previsión Social. Para mostrar fuerza, resolvió apostar sus fichas en la agenda de la “seguridad pública” y decretar la intervención militar en Río de Janeiro. Quiere capitalizar, si no para ganar la presidencia, ya que es repudiado, por lo menos para negociar más adelante su no ida a la cárcel, junto con su camarilla. Eso a costa de mayor represión al pueblo pobre de Río.
Por PSTU
Lo que se ve en esta medida de Temer es una división brutal entre los de arriba. Un día, O Globo está contra Temer, el otro, hace toda una cobertura intentando justificar la intervención. Hasta el cierre de esta edición, el gobierno había retirado dos absurdos mandatos colectivos de búsqueda y detención, otro indicio de crisis entre ellos. Sin embargo, el simple hecho de haber considerado algo como eso es grave que debe ser fuertemente repudiado.
La intervención en Río, sin embargo, es más que una jugada electoral. Expresa una crisis profunda de las instituciones. Río es un estado arruinado por el fin del boom del petróleo y por la crisis mundial capitalista, por años de robos y por la política del MDB (apoyado por O Globo, Lula y Dilma) y que Temer ayudó a terminar de hundir. La movilización y la ocupación de la Asamblea Legislativa (Alerj) el año pasado, por parte de la policía, es reflejo de que el Estado está perdiendo el control de las propias fuerzas de seguridad. Además, de ese descontrol no está excluida la posibilidad de una explosión social. El gobierno quiere contener eso, pero hay un riesgo alto que puede llevar la crisis a las propias Fuerzas Armadas.
La intervención militar es una medida de excepción, inferior frente al estado de sitio y de defensa. El PT, que tanto alardeó que el impeachment de Dilma era un golpe, ahora se abstiene, en el Consejo de la República, cuando ocurre, de hecho, una medida de excepción. Los líderes de ese partido en la Cámara y en el Senado se abstuvieron en la votación del consejo, aunque después, en el Congreso, la bancada haya denunciado la intervención.
La intervención va a significar más represión contra el pueblo pobre, sobre todo contra la juventud negra de las comunidades. Junto con ello, vendrá todo tipo de abuso y de ilegalidad. A pesar del retroceso en el tema de los mandatos colectivos de búsqueda y detención, nada impide que el gobierno utilice esa medida más adelante.
Vamos a seguir organizando a los de abajo, para continuar luchando por nuestros derechos, empleo, condiciones dignas de vida y contra la represión al pueblo pobre, a los negros y a los luchadores. Es necesario seguir luchando por la revocación de la reforma laboral, que puede ser derribada como lo fue la reforma de la Previsión. Y, también, luchar contra el paquete de ataques que el gobierno acaba de anunciar, que incluye la privatización de Eletrobras. ¡Es hora de luchar por el Fuera Temer, fuera Pezão y fuera todos los corruptos del Congreso! ¡Abajo la intervención!
Un llamado a la rebelión y a la construcción de un proyecto socialista para Brasil
El PSTU está lanzando el manifiesto “¡Un llamado a la rebelión! Un proyecto socialista contra la crisis capitalista”. El objetivo es debatir con los activistas que están en las luchas, huelgas, ocupaciones, movilizaciones que bullen y son impulsadas por los trabajadores y por el pueblo pobre. Queremos, en estas elecciones, debatir una salida socialista para la crisis. Para el PSTU, eso no puede ser hecho por conversaciones entre burócratas y políticos en los corredores y gabinetes del Parlamento, sino junto a los metalúrgicos, sin techos, militantes del movimiento negro y de combate al machismo.
¿Por qué el manifiesto? Vivimos una situación de verdadera guerra social contra los trabajadores y el pueblo pobre. De un lado, usted tiene una alternativa burguesa “pura”, que debe ser Alckmin, Rodrigo Maia o el propio Temer. Del otro, el PT, con Lula u otro “iluminado”. Representan el mismo proyecto político: más ataques, más reformas, más represión contra el pueblo. El PSOL, por su parte, con la candidatura de Guilherme Boulos y la Plataforma Vamos, no propone nada que vaya más allá del sistema capitalista, que sólo genera pobreza y miseria.
Es necesario y urgente presentar una salida socialista, que vaya más allá del capitalismo, un programa que represente la ruptura con los bancos y las grandes empresas y defienda el pleno empleo, salud, educación, transporte, jubilación, tierra y vivienda para todos. Que defienda el fin de toda opresión. Un programa socialista.
Esta tarea no es sólo del PSTU. Por eso, queremos discutir este programa con los luchadores y, además de ello, abrir nuestro partido para que los activistas sean candidatos y defiendan, junto con nosotros, este proyecto socialista.
Traducción Laura Sánchez
