Como hemos documentado en otros artículos publicados en nuestro sitio web, en Francia está en curso una gran movilización contra la «reforma» de las pensiones del gobierno de Macron. Entrevistamos a tres camaradas franceses que participaron activamente en las movilizaciones y en las huelgas de los maestros.
Entrevista de Zora
Zora: Ya se han organizado varias jornadas de huelga intergremios y manifestaciones de masas. ¿Puede decirnos cómo fueron las huelgas y manifestaciones en febrero?
Nicolas: Digamos que en comparación con las semanas anteriores a febrero [después de las grandes huelgas del 19 y 31 de enero, ndr] esperábamos una baja en la movilización porque en Francia hay un período de vacaciones escolares en febrero. En cambio, a pesar de esto, hubo tres días de movilizaciones que fueron un enorme éxito: el 7 de febrero fue un día de huelgas y manifestaciones; el sábado 11 de febrero se realizaron grandes marchas en muchas ciudades; el 16 de febrero, huelgas y manifestaciones de nuevo. No habíamos visto números como estos en las calles desde 1995, es decir, desde las grandes movilizaciones que derrocaron al entonces gobierno de Juppé («el gran 1995», todavía lo llaman los trabajadores franceses). Digamos que hubo también un doble nivel de movilización, encabezado por trabajadores del sector petrolero (organizados en la CGT). Desde enero se viene implementando una efectiva estrategia de lucha por parte de estos sectores, que han prolongado los paros luego del 19 de enero, organizando nuevas jornadas de bloqueo de la producción. Hubo dos días de parada de producción el 26 y 27 de enero. Se esperaban tres días de huelga a principios de febrero, pero la dirección del sindicato prefirió desistir. Una cosa que notamos es que muchas veces los llamados a la huelga por parte de los dirigentes sindicales son muy débiles, lo que debilita la lucha.
Zora: Está prevista otra huelga con manifestaciones masivas el 7 de marzo. ¿Qué pronósticos se pueden hacer respecto de esta nueva jornada de huelga?
Octarine: En Francia, las modalidades de huelgas y movilizaciones están dirigidas por las llamadas «intersindicales» [es decir, una coordinación entre las principales confederaciones sindicales, ndr.]. Esta coordinación también fue muy criticada en televisión porque declaró su intención de «bloquear a Francia… por un día», precisamente el 7 de marzo: anunciaron que será el día más concurrido desde que comenzaron las movilizaciones. No podemos predecir el desenlace de esta jornada, porque dependerá de la capacidad de los trabajadores de tomar en sus propias manos la dirección de la lucha y las huelgas. La «intersindical» quiere seguir así, proclamando una huelga de vez en cuando y algunas movilizaciones los sábados… La posibilidad de elevar el nivel de la lucha depende de la capacidad de los trabajadores para asumir la dirección y prescindir de las decisiones de las direcciones sindicales.
La aprobación de la «reforma» de pensiones del gobierno de Macron está prevista para fines de marzo, por lo que esta estrategia de las direcciones sindicales corre el riesgo de llevar al fracaso. Por eso hay sectores de trabajadores que se están organizando para prolongar las huelgas aún después del 7 de marzo.
Zora: ¿Es realmente posible que las huelgas, al menos en algunos sectores, se sostengan y lleven a una acción prolongada?
Brune: Lamentablemente las direcciones sindicales en Francia tienen por ahora mucho control sobre la clase trabajadora y juegan un papel negativo, tratan de sabotear las acciones de los sectores de vanguardia, aquellos que son más radicales en la lucha. Su propósito es limitar la lucha obstaculizando la prolongación de las huelgas. Han debilitado de hecho la autoorganización de la lucha. Por ejemplo, en mi sector, el de los maestros, los dirigentes sindicales hacen de todo para debilitar la participación en las huelgas, hacen llamados tardíos a los trabajadores y trabajadoras, a veces no les informan nada. Lo mismo podemos decir respecto del sector del transporte, que en Francia siempre ha sido uno de los sectores más combativos, pensemos por ejemplo en los ferroviarios, que siempre han sido un sector de vanguardia, que continuaron adelante con las luchas. Los dirigentes sindicales hoy pretenden entorpecer un proceso de este tipo, con los trabajadores a la cabeza.
Nicolas: En cuanto a los trabajadores ferroviarios, que siempre han sido uno de los componentes más combativos de las movilizaciones, hay que precisar que son en todo caso un sector que se moviliza, pero a diferencia de otras ocasiones se encuentran confinados, por voluntad de sus dirigentes, a reivindicaciones meramente sectoriales, del gremio, mientras podrían tener un papel impulsor para todos los demás sectores. Hay que añadir que los jóvenes y los estudiantes también se están movilizando. Son una presencia minoritaria en el movimiento en comparación con los trabajadores, pero en muchas escuelas y universidades están ocupando los institutos y facultades. Hemos sido testigos de acciones represivas de la policía contra estudiantes universitarios en ocupación. Pero los estudiantes no se han dejado intimidar: ahora también hay ocupaciones de escuelas secundarias, que se han enfrentado además con la extrema derecha.
Zora: ¿Cuál crees que es el plan de las direcciones sindicales?
Octarine: Las principales direcciones sindicales tienen muchas diferencias entre ellas… pero están totalmente de acuerdo en una cosa: pretenden respetar las instituciones y sobre todo el calendario parlamentario. En otras palabras, creen que, si la ley es aprobada por el Parlamento, las movilizaciones y huelgas deben cesar. Sin embargo, hay algunas direcciones sindicales, como la CGT, que encuentran un obstáculo interno: sus militantes y activistas no se conforman con esta modalidad de acción. Por ejemplo, en la CGT hay muchos militantes de organizaciones políticas de izquierda que critican el modo de actuar de la dirección nacional de la CGT, pero no van más allá de la crítica: de hecho, son incapaces de organizar una acción independiente de los trabajadores, que pueda oponerse a la política de los dirigentes sindicales.
Nicolas: Al respecto quisiera agregar una cosa, dar un ejemplo de cómo actúan las direcciones sindicales. Están confiando mucho en la opinión pública, que sin duda es muy importante como soporte para la movilización. Pero no están movilizando a sus afiliados como podrían. Por ejemplo, en nuestro sector, la escuela, han sido mucho más activos en el ámbito laboral con motivo de las elecciones de delegados del gremios –y para iniciativas pasadas del gremio– que en estas acciones huelguísticas contra el gobierno. Ni siquiera usaron las listas de contactos que suelen usar para activar a sus afiliados y simpatizantes.
Además de trabajadores y trabajadoras, ¿se están movilizando también otros sectores: estudiantes, colectivos feministas, lgbt+, etc.?
Brune: Participo en las actividades de un colectivo feminista y he seguido las movilizaciones en este ámbito. En el pasado, los colectivos feministas se han centrado principalmente en la expiración del «paro feminista», mientras que en esta ocasión hemos visto una gran participación de colectivos feministas –y también lgbt– dentro de las marchas. Digamos que los colectivos han puesto en agenda otros temas, por ejemplo, el tema del trabajo doméstico, la invisibilidad del trabajo de la mujer que no se reconoce, etc. Esta reforma no haría más que empeorar la condición de las mujeres de hecho, incluidos estos aspectos. La «intersindical» eligió la fecha del 7 de marzo para la huelga, lo que no permitió unificar las reivindicaciones de las mujeres con la movilización general. También dan cobertura al 8 de marzo, dicen que están llamando a la huelga… pero en realidad solo lo hacen de manera formal, sin realmente realizar acciones para el éxito de la huelga. Al mismo tiempo, los colectivos feministas tienden a actuar de manera autorreferencial, aislándose, dejando así la dirección del movimiento a las burocracias sindicales.
Artículo publicado en www.partitodialternativacomunista.org, 5/3/2023.-
Traducción: Natalia Estrada.
