Jue Mar 28, 2024
28 marzo, 2024

¿Qué es el periódico?



El video en que Amanda Gurgel (maestra) les calló la boca a los diputados del estado de Río Grande del Norte (Brasil) fue visto por millones de personas en YouTube. Su entrevista en Domingão do Faustão (el programa de más audiencia de la Red Globo) fue transmitida para aproximadamente 20 millones de telespectadores. Por otro lado, la edición de Opinión Socialista, que publicó a Amanda en la tapa, fue de 9 mil ejemplares, un número bastante reducido, si se compara con los increíbles indicadores de Internet y de la TV.


La pregunta que surge es inevitable: en un mundo dominado por los “nuevos medios”, ¿tiene sentido la publicación de un periódico de papel e, incluso, con una edición tan pequeña? ¿No sería mucho mejor no editar el periódico e invertir todos los esfuerzos en un gran sitio web o en la producción de videos “virales”, que se expandan rápidamente por Internet y lleven a los trabajadores las ideas del partido? ¿Por qué, a inicios del siglo XXI, los militantes del PSTU insisten en andar con un paquete de periódicos debajo del brazo y ofrecerlos a la gente?

Para responder a estas preguntas, es necesario entender qué es el periódico y cuál es su papel para un partido revolucionario.

¿Para qué el periódico?
 
Cualquier obrero sabe que es imposible trabajar sin herramientas. Por más simple que sea la tarea, no puede ser realizada sin la ayuda de algún tipo de instrumento: pala, azada, plomada, etc. Para un obrero, usar las herramientas disponibles no es señal de incapacidad o inexperiencia. Por el contrario, es una demostración de inteligencia y buen sentido. ¿Qué harían, por ejemplo, los obreros de una obra, si viesen que un joven peón que acaba de ser contratado no quiere utilizar ninguna herramienta? Quiere medir el largo de las aberturas de las puertas con sus propios pasos en vez de usar la cinta métrica; quiere revocar las paredes “al ojo”, en vez de usar la plomada. Entonces, es obvio que los otros albañiles se reirán mucho de ese nuevo colega, y después le darían un consejo de amigo: “¡prueba usando herramientas!”

Los obreros utilizan herramientas por un motivo simple: porque quieren hacer un buen trabajo y no un apaño. En la medida que un trabajador se va calificando en su función, en vez de abandonar las herramientas, hace exactamente lo contrario: quiere cada vez más y mejores herramientas. El maestro de obras ya no se contenta con la plomada normal. Sueña con la plomada electrónica o, quien sabe un día, ¡la plomada a láser!

Con la actividad militante, sucede lo mismo: el “trabajo” del militante es la disputa política e ideológica en la base en que actúa (su rama, su empresa, su barrio, etc.). El periódico del partido es la herramienta para ese trabajo.

Una herramienta para la agitación
 
“Disputa política” significa convencer a las personas de las ideas y propuestas del partido revolucionario que no se resumen a lo que sucede en una empresa o rama laboral. Por el contrario, se refieren en primer lugar a la realidad nacional e internacional. ¡Fuera Palocci! ¡Vamos a barrer el nuevo Código Forestal! ¡10% del PNB ya! ¡Todo el apoyo a la revolución árabe! Tenemos ahí algunos ejemplos de ideas y propuestas de nuestro partido para la actual coyuntura. Las propuestas de un partido revolucionario para una fábrica o empresa son nada más que el reflejo de sus ideas y propuestas más generales.

Pero, ¿cómo sé yo cuáles son las principales propuestas del partido para la actual coyuntura? Quien me dice eso es el periódico, sobre todo en sus páginas centrales y en su editorial. Por eso, la primera función del periódico del partido es ser una herramienta para que el militante haga agitación política sobre su base. “Agitación”, como el propio nombre lo dice es el arte de entusiasmar a las personas con dos o tres ideas centrales y convencerlas para firmar un petitorio, hacer una huelga, levantar barricadas en las calles.

Si voy a una asamblea o si mi sector laboral está en huelga, puedo preparar mi intervención en base a los principales artículos del periódico. Puedo escoger dos o tres asuntos, o concentrarme en sólo uno. De cualquier forma, quien me dice cuáles son los temas más actuales, más importantes y las salidas que el partido propone, están en el periódico.

Una herramienta para la propaganda
 
Pero, ¿por qué, exactamente, estamos contra el nuevo código forestal? ¿Cómo es eso de “Fuera Palocci”? ¿De qué manera vamos a hacerlo? ¿Quién debe juzgarlo? ¿Será, incluso, posible destinar el 10% del PNB para educación? ¿No será demasiado? ¿No será mejor apoyar a Gadafi para evitar que el imperialismo invada Libia? Como se ve, cada idea o propuesta política lleva a nuevas ideas y nuevas propuestas, algunas bastante complicadas, que exigen más datos, más reflexión, más información.

Por eso, la segunda función del periódico es hacer propaganda revolucionaria. “Propaganda” significa explicar detalladamente alguna idea o propuesta. En una asamblea o acto público, donde las intervenciones son cortas, nadie consigue explicar nada. Un militante sólo tiene tiempo de saludar la lucha, apuntar algunos objetivos y proponer dos o tres tareas que considera importantes. Pero él tiene una salida: después de hablar en el micrófono, puede desplazarse por el plenario y ofrecer el periódico del partido a los activistas que lo apoyaron o demostraron más interés. En el periódico, esos activistas encontrarán un análisis más profundo de la situación y mucho más detallado. Ellos sabrán cuál es el PNB del país, cuánto destina el gobierno de ese PNB para la deuda interna y externa y qué sería posible hacer con ese 10% si fueran invertidos en educación.

Así, en base al periódico, un obrero puede conversar sobre educación con un bancario y éste puede conversar sobre Libia con una maestra; un nordestito (habitante de la región Nordeste de Brasil) puede conversar con un carioca (habitante de Rio de Janeiro) sobre las inundaciones en São Paulo o, en las plataformas de petróleo, la cuestión del momento para que hagan huelga los trabajadores de la gigantesca empresa siderúrgica CSN. El periódico, de esa forma, se convierte en un enlace político entre los distintos sectores y regiones. El obrero, el bancario, la maestra y el petrolero entenderán que sus problemas son los de todos los trabajadores y que sus enemigos son los mismos en todas partes: los gobiernos del momento, la burguesía y el imperialismo.

Una herramienta para construir y organizar al partido
 
Al unificar el trabajo de agitación y propaganda, el periódico asume una tercera e importantísima función: la de “organizador colectivo” como decía Lenin, de herramienta para la construcción partidaria.

Si quiero ganar a una persona para el partido, le ofrezco el periódico y procuro saber lo que piensa, cuáles son sus dudas, de qué campañas está dispuesta a participar. Si tengo tres o cuatro lectores fieles y que están de acuerdo con el partido, puedo proponerles reunirnos una vez por semana para discutir el periódico y organizar alguna actividad. Ya formé un nuevo núcleo. A partir de ahí, el periódico será incluso más importante. Es el que me dice por dónde debo comenzar mi reunión, cuáles son las campañas en las cuales el partido está comprometido, cuáles las tareas que un sector está realizando y cómo mi núcleo puede ayudar.

En base a algún artículo del periódico, surge una buena charla a la hora del almuerzo, en la sala de profesores o, incluso, al pie de la máquina. Como en esa conversación yo no supe responder a varias preguntas que mis compañeros me hicieron, regreso a la reunión del núcleo y expongo mis dudas, me preparo con nuevos argumentos para una nueva conversación. Me convierto en un militante activo, influencio personas, organizo a mis compañeros. Con aquellos que no coinciden conmigo, continúo manteniendo buenas relaciones y también les vendo el periódico; tal vez un día estén de acuerdo. El partido crece, se estructura. Al final, me convierto en aquello que todo militante revolucionario debe querer ser: un portavoz de los oprimidos y explotados, una referencia política, un líder del pueblo.

Una herramienta para la educación política e ideológica

En cuarto lugar, el periódico puede y debe cumplir un papel de educador político e ideológico. La burguesía enseña a los trabajadores, todo lo que es necesario para que cumplan sus tareas: matemática, química, geometría, física, planilla Excel, etc. Esta sabe que los trabajadores pueden comprender y utilizar los más modernos mecanismos de la tecnología, operar las más complejas y peligrosas máquinas. Pero, al mismo tiempo, les mete en la cabeza que ellos son incapaces de entender a la sociedad en que viven: que la filosofía es aburrida, que la historia es inútil, que la economía es, también, complicada.

Un periódico revolucionario puede y debe hablar de todo eso. Debe ser un instrumento para propagar las ideas del socialismo, que es la ideología de la clase obrera, la ciencia de su liberación. En el periódico de un partido revolucionario, los trabajadores deben encontrar respuestas para las preguntas más profundas de la vida social: cómo son explotados, por qué ocurren las crisis económicas, cuál es la razón de los conflictos en Medio Oriente.

El verdadero significado del periódico
 
La influencia o el tamaño del tiraje del periódico dependen de la influencia y del tamaño del propio partido. No hay magia o jugada de marketing que transforme, del día a la noche, al periódico de un partido revolucionario en un fenómeno editorial. El camino para la influencia de masas es largo y penoso, repleto de fracasos, saltos, avances y retrocesos. Para que el periódico conquiste millones de lectores, el propio partido necesita conquistar millones de corazones y mentes. Eso sólo será posible con un arduo y paciente trabajo de agitación, propaganda, construcción, organización y educación política.

Decimos que el periódico es una herramienta. Pero esa definición es incompleta. Si el periódico hace tantas cosas, es mucho más que un simple instrumento. Si divulgar al periódico es divulgar al partido; si agitar las consignas del periódico es agitar las consignas del partido; si organizar a mis compañeros alrededor del periódico es organizarlos entorno al partido; si el alma del partido surge de sus páginas, entonces la conclusión es transparente como el agua y descubrimos con eso la verdadera esencia del periódico: él es el propio partido.
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Los otros partidos y sus periódicos
 
En el pasado, cada partido de la clase trabajadora tenía su periódico. ¿Qué sucedió con esas publicaciones? Si el periódico es tan importante, ¿por qué, entonces, el PSTU es prácticamente la única organización de izquierda que mantiene un periódico regular?

Las organizaciones reformistas y burocráticas, como el PT y el PCdoB, no publican periódicos porque no se preocupan en elevar la conciencia política y el nivel de combatividad de los trabajadores, porque se adaptaron a los gabinetes parlamentarios, a los aparatos sindicales burocratizados y al Estado burgués. Entonces, ¿para qué discutir Irak y Afganistán si eso no me ayuda a elegir diputados y concejales? ¿Para qué explicar a los trabajadores el caso Palocci si eso cuestiona al gobierno de Dilma, que “me dio un puestito y me paga unos pesos?”

Otras organizaciones, como el PSOL por ejemplo, no tienen periódico por un motivo distinto: porque está conformado por un montón de corrientes que casi nunca concuerdan en nada entre sí. Un periódico editado por el PSOL no podría tomar posición sobre la situación en Cuba, sobre las traiciones de la CUT o sobre la legalización del aborto, porque dentro de ese partido no hay acuerdo sobre esos temas, y ninguna de las corrientes acepta someterse a la voluntad de la mayoría. Está mudo ante los principales hechos de la lucha de clases.

Así, donde muchas voces se callan, y donde otras jamás se levantaron, Opinión Socialista continúa emitiendo sus acordes disonantes. Y eso, ¡hace 15 años!

Lenin y el periódico
 
En su libro, “¿Qué hacer?”, en 1902, Lenin formuló las principales ideas respecto del periódico del partido revolucionario. Sus ideas se daban en una lucha implacable contra las tendencias sindicalistas y reformistas que se expresaban en varios círculos socialdemócratas de la época (los llamados “economicistas”). Para Lenin, era esencial la creación de un “órgano central” de propaganda, agitación y organización en todo el país.

Funcionando como un verdadero intelectual colectivo, el periódico del partido crearía las condiciones para una práctica política verdaderamente revolucionaria, superando las tendencias economicistas. “Sin este órgano de prensa, el trabajo local seguirá siendo un trabajo ‘artesanal’ estrecho. La formación del partido, si no se organiza un periódico determinado, que represente acertadamente a este partido se reducirá en grado considerable a simples palabras.” (Lenin – Acerca de la prensa).

Henrique Canary es miembro de la Secretaría Nacional de Formación del PSTU

Traducción Laura Sánchez

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