Terminado el carnaval, vuelve a funcionar el gobierno, el Congreso y el Poder Judicial, trayendo aún más ataques y maldades contra la clase trabajadora para favorecer a los banqueros y a los grandes empresarios. Los nuevos capítulos de la novela del impeachment perdieron fuerza en el Congreso desde finales del año pasado.
Por: PSTU – Brasil
En esa pelea entre lo sucio y lo mal lavado, la mayoría de los banqueros y de los empresarios prefiere que ellos peleen un poco menos y ataquen juntos e, incluso más, a la clase trabajadora. Dilma, el PT, sus aliados y la oposición “pro-impeachment” de Aécio (PSDB) y Cunha (PMDB), son dos lados de la misma moneda. La banca sabe de eso.
Están cargando la crisis a nuestras espaldas
Los trabajadores y el pueblo pobre están comiendo el pan que el diablo amasó con esa crisis. 2016 va a ser, incluso, peor de lo que ya fue 2015. Todas las previsiones apuntan hacia una recesión entre 3 y 4%. Esto significa que Brasil va a decrecer 8.1% en dos años. Lo que ya está causando muchos despidos. Junto con el desempleo, hay un ajuste en los salarios, en un momento de fuerte aumento de precios. Como si no bastase, el gobierno de Dilma, el Congreso Nacional y los gobernadores de los Estados, están recortando gastos públicos y sociales, empeorando la educación, la salud, los transportes.
¿Todo esto para qué? Para destinar más dinero a los banqueros y al pago de la deuda pública y para apoyar a las grandes empresas.
En vez de proteger los empleos, la vivienda y los derechos de los trabajadores, hacen de todo para aumentar la ganancia del patrón, con más desempleo y explotación.
Es indignante ver despidos en masa en empresas que recibieron millones en subsidios, y a los gobiernos lavándose las manos. O ver a empresas tercerizadas, que ganaron ríos de dinero pagando salarios de miseria y extrayendo fondos públicos, atrasar salarios, despedir sin pagar derechos y salir impunes. O ver que la Vale-Samarco, causar el estrago que causó y continuar sin castigo.
¿Por qué Dilma no estatiza esas empresas sin indemnización y las pone bajo control de los trabajadores? ¿Por qué no confisca los bienes de los empresarios que no pagan los derechos, como en la Higilimp, en la Mabe y en centenas de otras empresas?
¡Qué es eso! Dilma, PT, PSDB, PMDB e gobernadores planean, incluso, más ataques. El gobierno quiere hacer una nueva reforma a la Previsión. Los gobernadores hacen lo mismo que el gobierno federal: recortan presupuestos del servicio público y privatizan.
Mabe muestra el camino
La clase trabajadora está luchando. Obreros y trabajadores están haciendo huelgas. Los estudiantes de San Pablo ocuparon las escuelas. Ahora los metalúrgicos de Mabe, de Campinas y Hortolandia, en San Pablo, ocuparon la fábrica contra los despidos y por el pago de derechos. Los empleados públicos están en lucha en muchos Estados y municipios y, también, a nivel federal. El camino es unir las luchas rumbo a la construcción de una huelga general.
No podemos aceptar despidos en masa y desempleo. Es necesario exigir que el gobierno estatice las empresas que despidieron. Los obreros de Mabe mostraron el camino. ¡Despidos, paro! Si quieren cerrar la fábrica e, incluso, no pagar derechos, los trabajadores deben seguir el camino de Mabe: ocupar y exigir que el gobierno estatice la fábrica.
Vamos a impedir la reforma de la Previsión y las privatizaciones
Para eso, necesitamos construir una Huelga General, parar Brasil y derrotar a Dilma, al Congreso, los gobernadores y la patronal.
Debemos llamar a la CUT, la CTB y otras organizaciones oficialistas a que paren de negociar el PPE [Programa de Protección al Empleo], que no protege empleo alguno, y que paren de defender el factor previsional y se enfoquen en construir una Huelga General, como propone la CSP-Conlutas. Debemos llamar, también, a la Fuerza Sindical a venir hacia esta lucha y parar de apoyar a Aécio y a Cunha.
Construir nuevas herramientas de lucha
Debemos llamar a todas las centrales y movimientos sociales a la unidad para luchar contra esos ataques.
Sin embargo, si estas organizaciones se rehúsan a luchar y continúan acopladas al gobierno o a la oposición burguesa, creemos que aquellos sindicatos y sectores que concuerdan con la necesidad de la lucha deben romper con ellas y sumarse a los que están luchando.
Las organizaciones atadas al gobierno o a Aécio y Cunha han sido un obstáculo para la defensa de los intereses de la clase trabajadora y para la unificación de nuestra lucha. Pues, al estar adosados a los dos bloques que representan los planes de los banqueros y de la patronal, nunca luchan de manera coherente.
El “Frente Pueblo Sin Miedo”, por ejemplo (compuesto por CUT, CTB, UNE y, también, por el PSOL y MTST), privilegia organizar actos en defensa del mandato de Dilma. Y la gente de Fuerza Sindical, a favor del “impeachment”, está a favor de Aécio, Temer y Cunha.
La clase trabajadora, para luchar, no puede estar atada a ningún gobierno ni al PSDB. Ambos defienden los intereses de los banqueros y de la patronal. Es necesario construir nuevas herramientas para luchar.
¡Fuera Todos!
Los trabajadores no pueden apoyar ningún lado de esa moneda. Ni al gobierno ni a la oposición burguesa. Debemos, con nuestra movilización, ¡sacar a todos ellos! Y construir un gobierno socialista de los trabajadores, sin patrones y sin corruptos, formado por Consejos Populares.
Traducción: Laura Sánchez
Artículo publicado en Opinião Socialista n.° 511, febrero de 2016.-
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