Vie Mar 29, 2024
29 marzo, 2024

Pantera Negra vs. Panteras Negras

“Fight the power” (“Luche contra el poder”), Public Enemy.

Se estrenó en Brasil el nuevo filme de la Marvel, Pantera Negra. Este viene batiendo récord y despertando mucho debate. La expectativa es que en el fin de semana supere la cifra de U$S 500 millones en todo el mundo, pudiendo ser esta una de las mayores recaudaciones de la historia. Sin embargo, lo más significativo es que está compuesto prácticamente solo por actrices y actores negros, incluso los personajes protagónicos del filme, destacándose en la trama el protagonismo de las mujeres negras. Son personajes centrales: la espía Nakia (Lupita Nyong’o), Okoye –líder de las guerreras Dora Milaje– (Danai Gurira), Shuri –científica y hermana más joven de T’Challa –(Letitia Wright), Ramonda –reina madre– (Angela Basset).

Por: Daniel Luz

Además, el continente africano es retratado de manera positiva como la cuna de una sociedad tecnológicamente avanzada y culturalmente diversa. La banda sonora tiene principalmente músicas africanas y contó con la consultoría de Kendrick Lamar.

Estos elementos ya diferencian el filme de las narrativas hollywoodenses tradicionales, inundadas por el ideal de la supremacía blanca, donde negras y negros son minoría y casi nunca aparecen en papeles protagónicos. La gran prensa internacional ha alabado el filme como un manifiesto definitivo por la diversidad. Sin hablar de que este aparece en un momento de inmenso cuestionamiento al gobierno de Donald Trump por los sectores oprimidos y explotados de la sociedad norteamericana: mujeres, inmigrantes, comunidad negra y sectores organizados del proletariado de aquel país.

Historia y personajes

El filme cuenta la saga de un héroe: el rey T’Challa (Chadwick Boseman), guardián del reino de Wakanda y detentor de los poderes divinos de la Pantera Negra. Tras la muerte de su padre, el rey T’Chaka (John Kani), él enfrenta a su primo y enemigo Erick Killmonger (Michael B. Jordan) dispuesto a tomarle el trono real y transformar el destino de aquel país y del mundo. Esa disputa es el centro de la trama del filme. En la historia, Wakanda es un país africano –habitado por cinco tribus– poseedor de un elemento natural concedido por los dioses, el Vibranium, que permitió el desarrollo de una tecnología extremadamente más avanzada que la de cualquier otro país en el mundo. Como protección, ese extremo desarrollo cultural y tecnológico es escondido del resto del mundo, que ve allí solo un miserable país del “tercer mundo”, que no mantiene comercio exterior, ni acepta ayuda extranjera. Es sobre lo que está en juego en esa disputa por el ficticio reino africano que se adentrará nuestra interpretación del filme.

Para comenzar, son los personajes de los villanos los que me parece son la clave para comprender no solo el sentido del filme sino también su carácter político, en el actual contexto de avance de las luchas contra la pérdida de derechos de los trabajadores y, especialmente, contra la discriminación racial en los Estados Unidos y en el mundo, incluso en el Brasil.

[ATENCIÓN, CONTIENE SPOILERS]

Para contar su historia, somos transportados para la ciudad de Oakland (EEUU) en el inicio de los años ’90, donde vemos la figura de un espía del reino y hermano del rey, que se transforma en traidor al vender armas para terroristas, pues estaba indignado y se rebeló contra la pasividad de su país frente a la explotación y opresión vividas por los negros en todo el mundo. Entre sus motivos para rebelarse, el personaje menciona los líderes muertos y el encarcelamiento masivo del pueblo negro. Pero acaba muerto por el rey.

Más tarde, su hijo busca continuar el camino asumido por el padre y llega a ser rey de Wakanda por cierto período. La escena del ritual de su transformación en rey es particularmente significativa. En ella vemos al rey encontrarse con el espíritu de su padre en el antiguo apartamento de Oakland, donde en las paredes aparecen un póster de Public Enemy (Enemigo Público – grupo de hip-hop radical) y otro con la famosa foto de Huey P. Newton, uno de los fundadores de los Panteras Negras, sentado en un gran sillón, sosteniendo una ametralladora y una lanza. Escenas más adelante, ya herido de muerte por el Pantera Negra legítimo, el rey traidor-rebelde dice preferir la muerte a vivir preso, y solo pide ser arrojado al océano, como hicieron sus antepasados, en una referencia a las mujeres y hombres africanos muertos en los navíos tumberos, durante el período de vigencia del tráfico internacional de personas esclavizadas. Esos villanos son caracterizados como traidores, terroristas y mercenarios, empeñados en diseminar la guerra y la barbarie. Y, nótese: son estos personajes que hablan de rebelión armada del pueblo contra el colonizador.

Tres caminos políticos

La trama de Pantera Negra parece presentar tres imágenes representativas de caminos políticos para el pueblo negro, en un filme en que en todo momento combina ficción y realidad para componer su trama. Pero, en mi opinión, no hay ambigüedad, solo una perspectiva es sostenida por sus autores.

La primera es aquella ilustrada por un reino tecnológicamente avanzado, en equilibrio social entre las diversas tribus, pero cuyos gobernantes ignoran completamente la barbarie alrededor del mundo, es un reino cerrado en sí. Esa es la Wakanda tradicional, heredada por el rey y Pantera Negra T’Challa; ella será criticada y negada por este a lo largo del filme, pues la opción de “dar la espalda” al resto del mundo, ignorando su sufrimiento, fue un error cometido por las generaciones pasadas.

En contraposición, es presentada la vía de los villanos, traidores del reino, terroristas que ven la rebelión y la violencia como vía de transformación de la situación de opresión vivida por el pueblo negro. Pregonan la lucha armada, incluso aliándose con simples criminales como el personaje Klaus (Andy Serkis), cuyo único fin es conseguir dinero. De forma distorsionada, son personajes explícitamente vinculados al Partido de los Panteras Negras para la Autodefensa, como muestran el mencionado póster de Huey Newton, el hecho de vivir en la misma ciudad en que aquel partido fue fundado (Oakland, California), y el llamado a la rebelión del pueblo en armas.

Como resolución del conflicto, existe la tercera vía, aquella que los autores del filme eligen como siendo la lección última y principal dejada por la obra. Es la posición del personaje Nakia (Lupita Nyong’o) a lo largo de la trama. Luego de romper con el aislamiento inicial, derrotar y desmoralizar la idea de rebelión, el héroe protagonista promueve el establecimiento de centros de asistencia social para la comunidad negra. En un discurso que sugiere una crítica a Donald Trump, su perspectiva ideológica es que es una estupidez ver divisiones en la sociedad, lo más importante sería construir puentes entre las personas y los pueblos, pues son los factores en común que sobresalen en la humanidad. Ese es el contenido del discurso final del personaje en la sede de la ONU, apoyado por su único aliado blanco, un agente de la CIA (Martin Freeman).

Otro camino político

Creo que hay otra vía política, pero que es desacreditada por el filme y más o menos defendida por los personajes de los villanos, de aquellos que buscan destruir al Pantera Negra. O antes, está escondida en las referencias distorsionadas al Partido de los Panteras Negras. En que pese a todas las contradicciones y límites de la experiencia de los Panteras Negras, ellos son hoy una de las principales referencias para toda una vanguardia de luchadoras negras y negros (pero también de personas blancas ganadas para la lucha contra el racismo), y una referencia que apunta en sus mejores momentos a la destrucción del Estado democrático burgués, la caída revolucionaria del sistema capitalista, como condición para la liberación del pueblo negro de todo el mundo. No en vano, una de sus inspiraciones fue la revolución bolchevique de octubre de 1917, primera revolución obrera y comunista victoriosa de la Historia.

Como dije, efectivamente existe en el filme un enorme protagonismo negro, incluso de mujeres negras, especialmente los personajes Nakia (Lupita Nyong’o) y Okoye (Danai Gurira). Pero, también es verdad que ese protagonismo está completamente puesto en función de una pieza de ficción que toma el partido de la actuación política por dentro de las instituciones de la actual sociedad capitalista. De esa forma, la ONU, que nada hizo para impedir masacres como la de Ruanda (1994), que ocupa países como Haití, que jamás osó enfrentar los intereses de las potencias imperialistas, es representada de forma ficcional como el espacio democrático donde son resueltos los problemas de la humanidad, sin la más remota crítica.

Sigue la rebelión del pueblo negro

Pienso que uno de los mensajes del filme es desacreditar la bandera de la rebelión del pueblo negro, de la ruptura radical con las instituciones hipócritas del imperialismo como alternativa de transformación social y liberación de los explotados y oprimidos de todo el mundo. Y al mismo tiempo, promover la salida reaccionaria de reforma social y del asistencialismo como vía digna de un héroe del pueblo negro: es la alternativa de un imposible nuevo pacto social democrático e igualitario con todo el viejo y sucio bando de la Casa Grande [los que detentan el poder].

Actualmente (y hace ya algunos años), vivimos un proceso de creciente reivindicación de la ancestralidad negra, de organización y combate a la discriminación racial y otras formas de opresión. El movimiento Black Lives Matter, fundado por tres mujeres negras, en el curso de masivas manifestaciones contra la violencia policial racista es prueba de eso. Fue un período de intensas luchas de la clase trabajadora y de la comunidad negra durante y contra el gobierno del primer presidente negro en los Estados Unidos. Esta experiencia sirvió mucho para la pérdida de ilusiones en la democracia de los ricos y su farsa electoral.

Así, con certeza, el filme de los Estudios Marvel-Disney responde a la presión que viene de las calles por espacio y protagonismo negro. No obstante, lo hace a partir de la perspectiva de clase de los ricos y poderosos, que siempre lucraron con la combinación de explotación y opresión al pueblo negro en todo el mundo, es decir, de los mismos que quieren contener la protesta negra en los límites seguros para la perpetuación de su dominación de clase. Por fin, esta interpretación no exige que este o cualquier otro filme sean vehículos de un programa político revolucionario, pero buscamos poner en evidencia la inversión ideológica presente en un uso reaccionario de símbolos e ideas revolucionarias, caros a la lucha por un mundo realmente libre e igualitario.

Hollywood aún nos debe un héroe. Sin embargo, esos vendrán de las filas de trabajadoras y trabajadores negros en lucha y rebelados contra el capitalismo.

Artículo publicado en www.pstu.org.br, 23/02/2018.-

Traducción: Natalia Estrada.

 

Más contenido relacionado:

Artículos más leídos: